El r¨¦gimen iran¨ª se enroca ante la grieta abierta por las protestas
Las autoridades destituyen a dos responsables policiales por una manifestaci¨®n que acab¨® con 66 muertos, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional
Las protestas en Ir¨¢n, desencadenadas por la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini, el 16 de septiembre, no tardaron ni dos semanas en deplorar su viernes negro: la masacre del 30 de septiembre en Zahedan, en la provincia de Sist¨¢n y Baluchist¨¢n, en el sudeste del pa¨ªs, en la que las fuerzas de seguridad mataron a 66 personas, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional ¨D35, de acuerdo con cifras oficiales¨D. Ese d¨ªa, la polic¨ªa abri¨® fuego contra una multitud, en un incidente que las autoridades describen como un asalto armado a una comisar¨ªa, la n¨²mero 16. La versi¨®n de Amnist¨ªa es qu...
Las protestas en Ir¨¢n, desencadenadas por la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini, el 16 de septiembre, no tardaron ni dos semanas en deplorar su viernes negro: la masacre del 30 de septiembre en Zahedan, en la provincia de Sist¨¢n y Baluchist¨¢n, en el sudeste del pa¨ªs, en la que las fuerzas de seguridad mataron a 66 personas, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional ¨D35, de acuerdo con cifras oficiales¨D. Ese d¨ªa, la polic¨ªa abri¨® fuego contra una multitud, en un incidente que las autoridades describen como un asalto armado a una comisar¨ªa, la n¨²mero 16. La versi¨®n de Amnist¨ªa es que esa matanza obedeci¨® a la orden transmitida d¨ªas antes a las fuerzas de seguridad por la Jefatura General de las Fuerzas Armadas iran¨ªes para que reprimieran ¡°con severidad a alborotadores y antirrevolucionarios¡±. Casi un mes despu¨¦s, Teher¨¢n ha anunciado este viernes la destituci¨®n por ¡°malas pr¨¢cticas¡± del jefe de polic¨ªa de Zahedan y del responsable de la comisaria n¨²mero 16, inform¨® la agencia oficial IRNA.
Estas destituciones podr¨ªan ser una primera concesi¨®n a los manifestantes por parte de unos dirigentes ¡°cuya mentalidad ha sido la de que ceder ante las demandas p¨²blicas es una pendiente resbaladiza que puede llevar a mayores exigencias y, en ¨²ltima instancia, a su ca¨ªda¡±, recalcaba el analista del Centro de Pol¨ªtica Internacional de Washington (CIP, en sus siglas inglesas) Sina Toosi, en un documento publicado en World Politics Review el 26 de septiembre, cuando ya el m¨¢ximo l¨ªder iran¨ª, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, hab¨ªa restado importancia a las protestas: ¡°Son pocos¡±, zanj¨®. Otras personalidades afines al r¨¦gimen trataban de desacreditar a los manifestantes asimilando la oposici¨®n al velo obligatorio con el libertinaje y la promiscuidad sexual.
Esas palabras suenan ahora lejos. Ante las manifestaciones desatadas por la sospechosa muerte de Amini, de 22 a?os, tres d¨ªas despu¨¦s de ser detenida en Teher¨¢n por llevar mal colocado el velo, ¡°est¨¢ claro que el r¨¦gimen est¨¢ preocupado¡±, asegura por correo electr¨®nico desde Estados Unidos el abogado Mani Mostofi, experto en Ir¨¢n de la consultora estadounidense de derechos humanos Miaan Group.
¡°Lo que hace que estas protestas sean hist¨®ricamente significativas es la amplia base de apoyo que tienen a trav¨¦s de la regi¨®n, la clase, la ideolog¨ªa, el g¨¦nero y la etnia. Vemos protestas en todas las provincias, desde los pueblos peque?os hasta las grandes ciudades, y desde las regiones kurdas hasta las baluches y las persas. Han participado diferentes movimientos sociales en Ir¨¢n: el de mujeres, el estudiantil y el obrero. En ese sentido, el Estado se enfrenta a un nivel de oposici¨®n que es nuevo y formidable¡±, analiza el especialista.
La gran pregunta es ¡°si estamos ante un movimiento sostenido hacia la democracia¡±, afirma Mostofi. ¡°La Rep¨²blica Isl¨¢mica intenta impedir que la ira popular se convierta en un esfuerzo organizado para cambiar el sistema. No solo han reprimido las protestas mediante detenciones y violencia [al menos 253 personas han muerto en la represi¨®n, seg¨²n Iran Human Rights], sino que han arrestado a activistas y l¨ªderes c¨ªvicos que no han participado. Nadie pens¨® que esto durar¨ªa m¨¢s de seis semanas. Ha durado tanto porque el movimiento tiene un apoyo masivo y cierta claridad de objetivos. As¨ª que, si se pueden encontrar l¨ªderes, organizaciones y recursos locales, ir¨¢ a m¨¢s¡±.
Ese es, seg¨²n Mostofi, el temor de las autoridades iran¨ªes; que estas protestas que el r¨¦gimen pronosticaba ef¨ªmeras crezcan y terminen por precipitar su ca¨ªda. Para algunas voces de la di¨¢spora, como la periodista y activista iran¨ª exiliada en Estados Unidos Masih Alinejad, Ir¨¢n vive ya al menos ¡°una revoluci¨®n feminista¡±. En opini¨®n de expertos como el historiador iran¨ª Ervand Abrahamian, tambi¨¦n en el exilio, los n¨²meros de las protestas no justifican esa afirmaci¨®n. En un pa¨ªs de 85 millones de habitantes, cifras como la de los m¨¢s de 10.000 manifestantes que, seg¨²n medios oficiales, acudieron el mi¨¦rcoles ante la tumba de Amini, no le parecen a Abrahamian una masa cr¨ªtica suficiente para tumbar un r¨¦gimen.
En una entrevista en el servicio en lengua farsi de la BBC, este historiador afirm¨® recientemente que una revoluci¨®n ¡°requiere la presencia de millones [de manifestantes], no de protestas dispersas, as¨ª como de huelgas de la peque?a burgues¨ªa y la industria. Para derrocar un sistema, no hace falta un l¨ªder, pero despu¨¦s, s¨ª. La transformaci¨®n de la protesta en una revoluci¨®n depender¨¢ del nivel de estupidez de los l¨ªderes de la Rep¨²blica Isl¨¢mica los pr¨®ximos uno o dos a?os¡±.
El iran¨®logo Raffaele Mauriello, profesor de la Universidad Allameh Tabataba¡¯i, sostiene por tel¨¦fono desde Teher¨¢n: ¡°Hablar de revoluci¨®n en Ir¨¢n ahora mismo es una fantas¨ªa¡±. Caracteriza las manifestaciones como ¡°un movimiento de desobediencia civil que, a d¨ªa de hoy, no amenaza el poder del Estado¡±.
El peso del miedo
Una encuesta de marzo de este a?o, efectuada por el Grupo de An¨¢lisis y Medici¨®n de Actitudes en Ir¨¢n, con sede en Pa¨ªses Bajos, entre casi 17.000 iran¨ªes, apunta a un descontento mayor que el que reflejan las cifras de manifestantes. Seg¨²n la extrapolaci¨®n de los datos de este estudio, el 88% de la poblaci¨®n iran¨ª defin¨ªa la democracia como un sistema ¡°bastante o muy bueno¡±. El 67% de los encuestados consideraba que ¡°un sistema regido por la ley religiosa¡± es ¡°bastante o muy malo¡± y solo un 28% lo calificaba de ¡°bueno¡±.
La recurrencia de las manifestaciones en Ir¨¢n en los ¨²ltimos a?os apunta tambi¨¦n a una creciente brecha entre el Estado iran¨ª y una parte de la poblaci¨®n del pa¨ªs, una tendencia que la represi¨®n de estas protestas est¨¢ ahondando, coinciden los expertos citados. Para el polit¨®logo Ali Alfoneh, ¡°los tres pilares¡± de la credibilidad del sistema pol¨ªtico iran¨ª ¡°est¨¢n debilitados¡±. Esos pilares son ¡°el papel del jefe de Estado como intermediario entre el hombre y Dios; las elecciones, que aunque manipuladas, garantizan cierto grado de representaci¨®n popular; y la prosperidad econ¨®mica y la seguridad¡±. En Ir¨¢n, ¡°pocos iran¨ªes consideran ya al ayatol¨¢ Jamenei como intermediario entre el hombre y Dios; la excesiva manipulaci¨®n electoral ha reducido significativamente la participaci¨®n electoral y el presidente [Ebrahim] Raisi, en el mejor de los casos, recibi¨® el 30% de los votos. La poblaci¨®n sufre, adem¨¢s, dificultades econ¨®micas¡±, sostiene este experto, que cree que el escenario de futuro m¨¢s probable es que Ir¨¢n evolucione hacia una dictadura militar encubierta de la Guardia Revolucionaria, la rama de las Fuerzas Armadas creada para proteger el sistema teocr¨¢tico.
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