Lula gana las elecciones a Bolsonaro en la victoria m¨¢s re?ida de la historia de Brasil
El candidato de izquierdas regresa al poder con casi el 51% de los votos frente al 49% del todav¨ªa presidente
El hijo de do?a Lindu vuelve a hacer historia. Nadie gan¨® nunca unas elecciones brasile?as con tantos votos (60 millones) ni con una diferencia tan min¨²scula. Luiz In¨¢cio Lula da Silva ha culminado este domingo su resurrecci¨®n pol¨ªtica y ha llevado de nuevo a la izquierda al poder en Brasil, casi tres a?os despu¨¦s de salir de la c¨¢rcel, donde pas¨® 580 d¨ªas. Lula, como se le conoce en todo el mundo, ha recibido el regalo so?ado por los 77 a?os que cumpli¨® el jueves. Ha derrotado por la m¨ªnima al presidente Jair Messias Bolsonaro en las urnas electr¨®nicas. Con el 100% escrutado, Lula tiene un 50,90% de los apoyos frente a un 49,10% de su contrincante. Este triunfo significa que la izquierda brasile?a regresa al poder dos d¨¦cadas despu¨¦s de su primera e hist¨®rica victoria y seis a?os despu¨¦s de que su sucesora fuera desalojada en un impeachment. Los brasile?os han desalojado a su primer presidente de extrema derecha, un antiguo militar nost¨¢lgico de la dictadura que durante cuatro a?os ha sometido a las instituciones a una tensi¨®n aguda y constante. Existe una enorme expectaci¨®n sobre si Bolsonaro aceptar¨¢ la derrota o no. El presidente derrotado ha seguido el recuento en su residencia oficial, en Brasilia.
El presidente del Tribunal Superior Electoral, el juez Alexandre de Moraes, ha revelado que telefone¨® a los dos candidatos antes de proclamar los resultados. ¡°No vemos ning¨²n riesgo real de contestaci¨®n [de los resultados]¡±, ha dicho en una comparecencia.
Un pu?ado de votos ha inclinado la balanza. Como Brasil vota desde hace 25 a?os en urna electr¨®nica, el recuento ha sido ¨¢gil. Los brasile?os eleg¨ªan entre dos viejos conocidos despu¨¦s de la campa?a electoral m¨¢s sucia de su historia, plagada de mentiras y golpes bajos. Para el candidato izquierdista, era ¡°una elecci¨®n entre democracia y barbarie¡±. Para su rival, un duelo ¡°entre el bien y el mal¡±. Era una disyuntiva entre virar hacia el centro o profundizar el volantazo a la ultraderecha emprendido hace cuatro a?os.
Con Lula, se espera que Brasil vuelva con fuerza a la escena internacional, impulsado adem¨¢s por una Am¨¦rica Latina que culmina su viraje a la izquierda. Con el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) al tim¨®n de Brasil, por primera vez en la historia, las cinco principales econom¨ªas de la regi¨®n estar¨¢n gobernadas por progresistas. El primer dilema de pol¨ªtica exterior de Lula ser¨¢ definirse sobre la guerra en Ucrania. Despu¨¦s, el gigante latinoamericano deber¨¢ encontrar su lugar en la cada vez m¨¢s agresiva disputa entre sus dos principales socios comerciales: China y Estados Unidos. El presidente Joe Biden ha felicitado a Lula y ha calificados los comicios de ¡°libres y justos¡±.
¡°Intentaron enterrarme vivo y aqu¨ª estoy¡±
Consciente de lo ajustado de su victoria, en sus primeras palabras tras el resultado electoral, desde un hotel de S?o Paulo, Lula ha querido subrayar su voluntad de gobernar para todo el pa¨ªs. ¡°Gobernar¨¦ para 215 millones de brasile?os. No hay dos brasiles, hay un solo pa¨ªs, un ¨²nico pueblo, una gran naci¨®n¡±, ha proclamado. Tambi¨¦n ha enfatizado lo que representa su vuelta al poder: ¡°Me considero un ciudadano que ha vivido un proceso de resurrecci¨®n. Intentaron enterrarme vivo y aqu¨ª estoy¡±. Con su regreso, Lula considera que se revitaliza la democracia en Brasil. ¡°No es una victoria m¨ªa, ni del PT, ni de los partidos que me han apoyado, es la victoria de un gran movimiento democr¨¢tico por encima de partidos, de intereses personales...¡±, ha se?alado. Su prioridad, la misma que en 2003: ¡°Nuestro compromiso m¨¢s urgente es acabar otra vez con el hambre¡±. Poco despu¨¦s de certificarse el triunfo, una multitud tom¨® la avenida Paulista, la principal arteria de S?o Paulo.
Este resultado tan re?ido coloca a Brasil en una situaci¨®n a¨²n m¨¢s polarizada que en los ¨²ltimos a?os. Pero, como ha repetido Lula en esta campa?a, el amor ha vencido al odio; y la esperanza, al miedo. Y ¨¦l consigue la oportunidad de reescribir su legado al regresar a la jefatura del Estado, que ya ocup¨® entre 2003 y 2010.
Tendr¨¢ que moverse con cautela. Tiene por delante una tarea tit¨¢nica porque el bolsonarismo tiene el mayor grupo parlamentario del Congreso, m¨¢s de 33 millones de brasile?os padecen hambre, la pobreza avanza, el crecimiento econ¨®mico es an¨¦mico y la coyuntura internacional, compleja.
El bolsonarismo, adem¨¢s, ha logrado apuntalar su poder¨ªo parlamentario con una victoria en S?o Paulo, el Estado m¨¢s rico y poblado. Su pr¨®ximo gobernador ser¨¢ Tarcisio de Freitas, militar y exministro de Infraestructuras, que ha derrotado a Fernando Haddad, al que Lula ungi¨® como candidato presidencial hace cuatro a?os desde prisi¨®n. De Freitas, que ha concurrido como candidato de un partido vinculado a una Iglesia evang¨¦lica, ha aniquilado al centroderecha cl¨¢sico en su principal feudo. El gobernador electo se ha mostrado conciliador y ha pronunciado unas palabras especialmente importantes esta noche en boca de un aliado de Bolsonaro: ¡°El resultado de las urnas es soberano¡±.
Quedan por delante dos meses hasta que Lula tome posesi¨®n el pr¨®ximo A?o Nuevo en Brasilia. Ahora, el presidente electo deber¨¢ sentarse a negociar la formaci¨®n de Gobierno con la coalici¨®n de 10 partidos que le ha aupado al poder, que empieza a su izquierda y abarca hasta el centroderecha. Nadie duda de que desplegar¨¢ sus extraordinarias habilidades de negociaci¨®n para acomodarlos. Fundamental para aminorar los recelos del poder econ¨®mico y lograr apoyos conservadores ha sido su futuro vicepresidente, Geraldo Alckmin, de 70 a?os, figura hist¨®rica del PSDB y al que Lula derrot¨® en las presidenciales de 2006. ¡°Compa?ero Alckmin¡±, le llama.
Pese a las presiones del poder econ¨®mico, Lula se ha resistido a detallar c¨®mo pretende alcanzar sus ambiciosos objetivos sin abandonar la responsabilidad fiscal y que le cuadren las cuentas p¨²blicas o decir a qui¨¦n quiere de ministro de Econom¨ªa.
Lula se presentaba como el hombre que reconstruir¨¢ la erosionada democracia. Promete priorizar a los pobres, mimar a sus compatriotas y llevarlos de regreso a tiempos m¨¢s felices y pr¨®speros al frente de una amplia coalici¨®n.
Bolsonaro buscaba la reelecci¨®n como abanderado de ¡°Dios, patria, familia y libertad¡±, para liberalizar la econom¨ªa e impedir que el gigante latinoamericano se convirtiera ¡°en una Venezuela¡±. Su gesti¨®n negacionista y negligente de la pandemia alej¨® a parte de los que le apoyaron entonces y, con ¨¦l, la deforestaci¨®n de la Amazonia se ha disparado. En los ¨²ltimos meses, se ha embarcado en una fren¨¦tica carrera de pagos directos al bolsillo de 20 millones de pobres, camioneros y taxistas para aumentar sus opciones de reelecci¨®n.
Lula ha votado en S?o Bernardo do Campo, la ciudad metropolitana de S?o Paulo donde se forj¨® como sindicalista hace medio siglo. ¡°Hoy el pueblo define el modelo de Brasil, el modelo de vida, que desea¡±, ha dicho. Su adversario, que ha votado en un barrio militar de R¨ªo de Janeiro, ha proclamado: ¡°Si Dios quiere, esta tarde saldremos victoriosos, o mejor, Brasil saldr¨¢ victorioso¡±.
Muchas ciudades han ofrecido transporte p¨²blico para facilitar el voto, un empuj¨®n sobre todo para los m¨¢s pobres. El aumento de operaciones de la polic¨ªa de tr¨¢fico en el nordeste del pa¨ªs, el gran granero de votos de Lula, agit¨® la jornada de votaci¨®n, pero las autoridades electorales consideran que no han impedido votar, en todo caso han retrasado la llegada a los colegios electorales.
Dudas sobre la reacci¨®n de Bolsonaro
Existe el temor de que Bolsonaro emprenda una deriva insurgente al estilo Donald Trump. Por eso, las autoridades electorales han cobrado un enorme protagonismo y han invitado a los embajadores extranjeros a seguir el recuento en la sede del Tribunal Superior Electoral, en Brasilia.
El 94% de los electores ten¨ªan decidido hace semanas su candidato ¡ªel que m¨¢s le convence o el que menos aborrece¡ª. Porque millones de electores votaban, tap¨¢ndose la nariz, para echar a Bolsonaro o evitar el regreso de Lula. Esta ha sido tambi¨¦n una victoria del antibolsonarismo frente al antipetismo.
Los esfuerzos de las autoridades electorales para frenar la desinformaci¨®n y eliminar las noticias falsas han sido insuficientes y, para colmo, en ocasiones han derivado en censura. Ambos candidatos han gastado dinerales en llenar las redes sociales con noticias falsas sobre el rival ¡ªsobre todo Bolsonaro, pero tambi¨¦n Lula en la recta final¡ª para ahuyentar a cualquier indeciso tentado de votarle. Las falsas acusaciones han llegado a niveles delirantes: canibalismo, satanismo o pederastia.
La primera vuelta, celebrada el pasado d¨ªa 2, fue mucho m¨¢s re?ida de lo que Lula esperaba y de lo que los sondeos pronosticaron. Bolsonaro mostr¨® su fortaleza al conquistar la mayor¨ªa del Congreso y al quedar cinco puntos por detr¨¢s del izquierdista (43% frente a 48%). Cada uno sali¨® a recabar apoyos inmediatamente. Lula logr¨® el respaldo de los candidatos que quedaron en tercera posici¨®n (Simone Tebet, de centroderecha,) y en cuarta (Ciro Gomes, de centroizquierda). Tebet le ha acompa?ado en muchos m¨ªtines desde entonces. Bolsonaro, por su parte, tard¨® muy poco en sumar a sus filas a los gobernadores de los tres principales estados, S?o Paulo, R¨ªo de Janeiro y Minas Gerais.
A lo largo de los ¨²ltimos meses, la campa?a ha sido m¨¢s una sucesi¨®n de ataques cada vez m¨¢s furibundos que un contraste de programas. Las propuestas han brillado por su ausencia. Lula ofrece a sus compatriotas un regreso a los gloriosos a?os de principios de siglo, cuando ¨¦l hizo historia al convertirse en el primer obrero presidente de Brasil y los brasile?os prosperaron como nunca, sobre todo los m¨¢s pobres.
Nadie ha ofrecido muchos detalles ni siquiera sobre un asunto crucial, la paga de 600 reales (unos 114 euros) que reciben 20 millones de pobres y que ambos han prometido mantener con matices que diferencian sus propuestas. Lo que ninguno ha dicho es de d¨®nde saldr¨¢ el dinero necesario para financiar el llamado Auxilio Brasil, que es una versi¨®n bolsonarista del antiguo programa de ayuda Bolsa Familia.
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