El boyante negocio de vender equipaci¨®n militar en Ucrania: ¡°Lo que m¨¢s compran es ropa t¨¦rmica; ya hace fr¨ªo¡±
Los soldados se ven obligados a recurrir a sus familiares para que les compren el material necesario para superar el invierno durante la guerra
Las galer¨ªas comerciales de la calle Starovokzalna de Kiev est¨¢n cerradas excepto por tres tiendas. La mayor parte del d¨ªa no hay luz en Starovokzalna, porque la capital de Ucrania sufre apagones diarios para evitar sobrecargar la red el¨¦ctrica, destruida en un 50% por los ataques rusos. Pero estos tres establecimientos pueden permitirse tener generadores gastando di¨¦sel el tiempo que sea necesario porque no paran de recibir clientela. So...
Las galer¨ªas comerciales de la calle Starovokzalna de Kiev est¨¢n cerradas excepto por tres tiendas. La mayor parte del d¨ªa no hay luz en Starovokzalna, porque la capital de Ucrania sufre apagones diarios para evitar sobrecargar la red el¨¦ctrica, destruida en un 50% por los ataques rusos. Pero estos tres establecimientos pueden permitirse tener generadores gastando di¨¦sel el tiempo que sea necesario porque no paran de recibir clientela. Son comercios dedicados a la venta de material militar, uno de los pocos negocios que con la guerra han aumentado sus ingresos. Cerca de un mill¨®n de hombres y mujeres sirven en las Fuerzas Armadas de Ucrania y en otros cuerpos de seguridad del Estado. Todos necesitan renovar su equipamiento constantemente. Ir de compras para la guerra es un asunto que se hace en familia.
¡°El ej¨¦rcito nos da lo que nos da. Es necesario comprar m¨¢s equipo, pero esto ocurre en todos los ej¨¦rcitos de mundo¡±, afirma Alexandr. ¡°En Ucrania es habitual ir con tus padres o con tu pareja a comprar este material, aunque los padres te pagan algo, es la diferencia¡±, a?ade este militar de 25 a?os, nueve de ellos en el ej¨¦rcito, que ahora sirve en un equipo de seguridad de altos mandos.
Las Fuerzas Armadas Ucranias aseguran que un 22% de sus alistados son mujeres. La gran mayor¨ªa de ellas no ocupan funciones de combate, est¨¢n destinadas a unidades m¨¦dicas o administrativas. Y es en la trinchera, en la primera l¨ªnea del frente, donde la equipaci¨®n de los soldados necesita renovarse con m¨¢s frecuencia. Frente a los probadores de la tienda Miltaryst esperaban tres mujeres el martes. Dentro del vestidor, sus parejas comprobaban si la ropa era de su talla. Olga no pod¨ªa ocultar su tristeza: Vasil, su amor, sal¨ªa al d¨ªa siguiente hacia Bajmut, en Donetsk, el lugar donde ahora se est¨¢n produciendo los combates m¨¢s cruentos de la guerra. ¡°Queremos pasar juntos cada minuto que nos queda¡±, dec¨ªa Vasil con prisas, mientras pasaba por caja una tela de camuflaje para colocarse sobre el uniforme. A su lado, dos soldados de infanter¨ªa esperaban para pagar un paquete de termos, vasos y cazuelas de campa?a de acero inoxidable.
Ropa t¨¦rmica para el fr¨ªo
¡°Vienen muchos padres o abuelos a comprar, la mayor¨ªa de las veces con fotos de lo que necesitan. El material es caro e intentamos hacer descuento a los que tienen menos recursos¡±, explica Nikolai Shuvaka, dependiente de Frontman. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s compran las familias para sus soldados? ?Financian lo m¨¢s caro? ¡°Lo compran todo, ropa t¨¦rmica, lo que m¨¢s, ya hace fr¨ªo¡±, responde Shukava. El periodista se?ala la secci¨®n de palas plegables y el encargado del negocio responde: ¡°Estas tambi¨¦n las compran, y mucho, ?no sabe las que rompen cavando trincheras!¡±.
Los expertos consultados en los ¨²ltimos meses por EL PA?S, tanto ucranios como extranjeros, coinciden en que la equipaci¨®n militar ucrania que aporta el Estado cumple con los est¨¢ndares de la OTAN. El problema es que este material se est¨¢ usando a diario en condiciones extremas, y requiere ser renovado. Seg¨²n un informe de la consultora Kyiv Rising, los ucranios hab¨ªan gastado de su bolsillo entre febrero y octubre m¨¢s de 1.000 millones de euros para financiar los equipos de sus soldados. ¡°La cifra es con toda probabilidad mucho mayor¡±, indicaba Kyiv Rising.
Cada persona en Starovokzalna tiene un recorrido vital marcado por la guerra. Shuvaka es un refugiado de Severodonetsk, ciudad de la provincia de Lugansk que Rusia conquist¨® el pasado junio. Yaroslav Shamanov era empleado de Militaryst. Una foto suya con un cresp¨®n negro preside la entrada: era capit¨¢n en el ej¨¦rcito, veterano de la anterior guerra en Donb¨¢s; falleci¨® en combate durante la invasi¨®n rusa de Ucrania. En el exterior del centro comercial tambi¨¦n hay tiendas de material militar, peque?as paradas al aire libre, cada una con un peque?o habit¨¢culo para resguardarse del fr¨ªo y de la nieve. En una de ellas trabaja Tatiana Lukasevich. El negocio es propiedad de su hermana: ella ten¨ªa un tenderete de souvenirs en el centro de Kiev para los turistas, pero la guerra lo cerr¨®.
El comercio de Lukasevich est¨¢ especializado en distintivos militares para adherir al uniforme, sean para identificar el rango, el grupo sangu¨ªneo o incluso la especializaci¨®n del soldado. ¡°Vienen madres y padres con el chico, y con unas caras de pena que deber¨ªa verlas¡±, dice Lukasevich. ¡°Se gastar¨ªan todo lo que tienen en sus hijos, para que est¨¦n bien, para que vuelvan vivos¡±. El Estado Mayor ucranio no informa sobre el n¨²mero de soldados fallecidos, pero las autoridades militares de Estados Unidos estimaban que, hasta noviembre, las bajas, entre muertos y heridos, se acercan a los 100.000 en cada bando.
Anna Butzovit lleg¨® el pasado mi¨¦rcoles a Frontman con el encargo de comprar dos pares de guantes y unas codilleras para su marido, que se encuentra en el frente. Entre toda la familia, padres, hermanos y su mujer, preparan un env¨ªo de material por correo para que pueda superar los meses de fr¨ªo.
Las luces de la estaci¨®n del tranv¨ªa que Eugene tiene frente a su negocio son las ¨²nicas que iluminan la calle cuando ha ca¨ªdo el sol, a partir de las cuatro de la tarde. Eugene instalaba unos focos que funcionan con bater¨ªas cuando atendi¨® al periodista de EL PA?S. Entre los muchos clientes que han estado en su tienda en el ¨²ltimo mes, a quien tiene m¨¢s presente es a una mujer que le compr¨® dos chalecos antibalas: ¡°Sus dos hijos est¨¢n en el este y me dijo que los chalecos que les hab¨ªan dado eran los m¨¢s b¨¢sicos, como la mayor¨ªa, pero que ella quer¨ªa los mejores, porque no quer¨ªa perderlos¡±.
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