Instigador y negligente: las dos v¨ªas que acercan a Bolsonaro a una condena tras el intento golpista
Los analistas creen que el expresidente podr¨ªa ser inhabilitado para presentarse a nuevas elecciones. La Fiscal¨ªa del Tribunal de Cuentas solicita el bloqueo de sus bienes como castigo a la toma de los tres poderes protagonizada por sus seguidores
La alargada sombra del expresidente brasile?o Jair Bolsonaro, que contin¨²a de vacaciones en Florida, llega hasta los cristales rotos de Brasilia. Su nivel de participaci¨®n en el movimiento golpista que el domingo asalt¨® la sede de los tres poderes definir¨¢ su futuro y el de Brasil. La Fiscal¨ªa del Tribunal de Cuentas pid...
La alargada sombra del expresidente brasile?o Jair Bolsonaro, que contin¨²a de vacaciones en Florida, llega hasta los cristales rotos de Brasilia. Su nivel de participaci¨®n en el movimiento golpista que el domingo asalt¨® la sede de los tres poderes definir¨¢ su futuro y el de Brasil. La Fiscal¨ªa del Tribunal de Cuentas pidi¨® el martes que se bloqueen sus bienes para pagar la reparaci¨®n de los da?os provocados en el asalto al Congreso, el Supremo y el palacio presidencial por parte de sus seguidores. Si la medida cautelar es aceptada, impedir¨ªa la salida al extranjero del dinero de Bolsonaro. Otros pol¨ªticos locales ya han sido destituidos cautelarmente.
Mientras las autoridades van cribando los 1.500 detenidos en la insurrecci¨®n y encarcelan a los que protagonizaron los momentos m¨¢s violentos, las investigaciones policiales y judiciales siguen b¨¢sicamente dos l¨ªneas: averiguar qui¨¦n estimul¨®, financi¨® y organiz¨® el desembarco en la capital de miles de personas llegadas de todo Brasil, y qui¨¦n no hizo nada ante la evidencia de que pretend¨ªan invadir las instituciones. An¨¢lisis jur¨ªdicos y especialistas consultados indican que Bolsonaro podr¨ªa ser acusado en ambos frentes.
El castigo que, en este momento, se da por m¨¢s probable es la inhabilitaci¨®n para volver a presentarse a unas elecciones. Ser¨ªa posible porque est¨¢, por primera vez en mucho tiempo, expuesto a la justicia. Cuando el l¨ªder ultraderechista dej¨® la presidencia el pasado 1 de enero puso fin a casi tres d¨¦cadas de inmunidad. Primero como diputado y despu¨¦s como presidente, Bolsonaro estuvo protegido por un foro que le mantuvo lejos del banquillo. Eso se acab¨®, y en opini¨®n de diversos juristas, el expresidente acabar¨¢ vinculado al asalto de Brasilia de una u otra forma.
De todos modos, la ausencia de plazos da a los jueces un enorme margen de maniobra para jugar con los tiempos pol¨ªticos. Y experiencias recientes invitan a la cautela.
Thiago Bottini, profesor de Derecho Penal en la Fundaci¨®n Get¨²lio Vargas, cree que contra Bolsonaro pesa que el derecho brasile?o tenga un concepto muy amplio de la comisi¨®n de un delito. ¡°Cualquiera que colabore para que el delito suceda puede ser acusado. Todos son autores¡±, explica al tel¨¦fono. El exmandatario de extrema derecha podr¨ªa no ser condenado a la misma pena que quien subi¨® la rampa del Congreso a las bravas y rompi¨® el cord¨®n policial, pero s¨ª acusado del mismo delito: abolici¨®n violenta del Estado democr¨¢tico de derecho, por ejemplo, que prev¨¦ de cuatro a ocho a?os de c¨¢rcel.
Las constantes declaraciones poniendo en duda sin ninguna prueba la fiabilidad del sistema de voto electr¨®nico, las arengas a sus seguidores en discursos inflamados y los cientos de comentarios en sus redes sociales ya constituyen un voluminoso conjunto de pruebas, considera la jurista Jaqueline Valles. ¡°Bolsonaro no fue a Brasilia, no rompi¨® nada, pero fue un participante moral. Las pruebas son sus propios posts, con eso ser¨¢ muy f¨¢cil iniciar la acci¨®n penal. Por m¨¢s que ¨¦l diga que no tiene nada que ver y que estaba fuera del pa¨ªs, es c¨®mplice, basta que lo haya incentivado¡±, comenta desde S?o Paulo.
Adem¨¢s de instigar a sus seguidores, Bolsonaro tambi¨¦n podr¨ªa ser acusado de omisi¨®n, igual que el gobernador del Distrito Federal, que incluye Brasilia, y su secretario de Seguridad P¨²blica, apartados ambos del cargo por no haber frenado la marcha de extremistas rumbo a la toma del Congreso. Aunque ahora Bolsonaro no es presidente, s¨ª lo era cuando sus seguidores cortaron carreteras en protesta por la victoria de Luiz In¨¢cio Lula da Silva y acamparon tranquilamente durante dos meses frente a los cuarteles. Su Gobierno hizo la vista gorda y ahora podr¨ªa ser responsabilizado por ello.
Pero experiencias recientes invitan a tener cierta cautela antes de imaginar a Bolsonaro entre rejas. Tras su desastrosa gesti¨®n de la pandemia del covid-19, el Senado abri¨® una comisi¨®n de investigaci¨®n que le acus¨® de 11 delitos, entre ellos el de genocidio. Sirvi¨® para desgastarle pol¨ªticamente, pero no hubo ninguna consecuencia penal. En aquel momento, Bolsonaro estaba protegido por el escudo legal de la presidencia y sobre todo por el fiscal general, Augusto Aras, al que ¨¦l eligi¨®. Y las decenas de peticiones de impeachment quedaron guardadas en el caj¨®n del presidente de la C¨¢mara de Diputados. Ahora, Bolsonaro, ciudadano de a pie, deja de contar con estos valiosos aliados.
Para la jurista Valls, puede que no acabe en prisi¨®n, pero s¨ª ve factible que sea inhabilitado. Ser¨ªa la respuesta intermedia para no inflamar a la mitad del pa¨ªs (Lula gan¨® con un 51% frente al 49% de Bolsonaro) y al mismo tiempo evitar que salga impune. ¡°Es la v¨ªa m¨¢s pr¨®xima, por toda su trayectoria, porque incluso hoy ha vuelto a incitar a las personas contra el resultado electoral (colg¨® un video en que volv¨ªa a dudar de la victoria de Lula). Desgraciadamente, va por el camino del crimen¡±. Si un tribunal le condenara en segunda instancia, sea cual sea el delito, no podr¨ªa presentarse a unas elecciones en un plazo de ocho a?os.
Los tres primeros en caer
Los tres primeros cargos en caer fueron apartados de forma fulminante por el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes, que entendi¨® que claramente hubo omisi¨®n y negligencia al no frenar a la turba violenta. Ibaneis Rocha, gobernador del DF y aliado de Bolsonaro, llam¨® ¡°terroristas¡± a los invasores y pidi¨® perd¨®n a Lula por no haber frenado la invasi¨®n, pero no convenci¨® a casi nadie. Estar¨¢ fuera del cargo durante al menos 90 d¨ªas.
Anderson Torres, secretario de Seguridad del DF y exministro de Justicia de Bolsonaro, fue su mano derecha durante su paso por el Gobierno. Torres se estren¨® en el cargo el 1 de enero y su primera decisi¨®n como secretario fue despedir a la c¨²pula de seguridad del DF e irse de vacaciones de A?o Nuevo a EE UU. Fue destituido y arrestado por la polic¨ªa. Del registro de su casa, realizado el martes, y del interrogatorio cuando regrese a Brasil, podr¨ªan surgir informaciones comprometedoras para el expresidente.
F¨¢bio Augusto Vieira, comandante general de la Polic¨ªa Militar del DF, tambi¨¦n fue destituido y arrestado el martes. Se le acusa de la tibia actuaci¨®n de los agentes el d¨ªa del asalto. Los polic¨ªas incluso escoltaron a los radicales para que llegaran sin problemas a las puertas del Congreso.
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