Los bolsonaristas arrestados afrontan penas de hasta 30 a?os por terrorismo o intento de golpe de Estado
La mayor¨ªa de los 1.200 detenidos viajaron hasta la capital para participar en la marcha que deriv¨® en intentona golpista. Entre ellos hay varios militares retirados
El asalto bolsonarista al Congreso, el Supremo y el Palacio presidencial de Brasilia el domingo 8 ha llevado a la c¨¢rcel, de momento, a 1.200 detenidos. Hubo m¨¢s arrestados (en total fueron m¨¢s de 1.500), pero muchos fueron puestos en libertad con cargos por ¡°razones humanitarias¡±, porque eran mayores, estaban enfermos o ten¨ªan ni?os a su ...
El asalto bolsonarista al Congreso, el Supremo y el Palacio presidencial de Brasilia el domingo 8 ha llevado a la c¨¢rcel, de momento, a 1.200 detenidos. Hubo m¨¢s arrestados (en total fueron m¨¢s de 1.500), pero muchos fueron puestos en libertad con cargos por ¡°razones humanitarias¡±, porque eran mayores, estaban enfermos o ten¨ªan ni?os a su cargo. Quienes permanecen presos son, sobre todo, los m¨¢s violentos y detenidos in fraganti dentro de los edificios invadidos: los hombres van a la temida c¨¢rcel de Papuda, y las mujeres, a Colmeia, dos centros penitenciarios a las afueras de Brasilia.
Podr¨ªan ser acusados de delitos grav¨ªsimos: terrorismo, abolici¨®n violenta del Estado de derecho y golpe de Estado, adem¨¢s de asociaci¨®n criminal y vandalismo, seg¨²n explica por tel¨¦fono el abogado Philipe Benoni, presidente en Brasilia de la Asociaci¨®n Nacional de Abogados Criminalistas. Adem¨¢s de representar a los letrados de la capital, ya tiene a algunos clientes entre rejas, y sabe que su defensa no ser¨¢ f¨¢cil: ¡°Claramente, las penas sumadas pueden llegar a m¨¢s de 30 a?os. Hay que entender que fueron actos graves, sin precedentes en la historia de Brasil. Ni el golpe de 1964 lleg¨® a esa magnitud y osad¨ªa de invadir las instituciones de aquella forma, los tres poderes¡±, resume.
Hay bastantes indicios que apuntan que los radicales sab¨ªan muy bien lo que hab¨ªa que hacer para burlar la seguridad de los edificios. En las fichas policiales elaboradas tras los interrogatorios y a las que accedi¨® la cadena Globo, consta que algunos estaban armados con estacas y objetos puntiagudos. Uno de los encarcelados, por ejemplo, declar¨® que solo los usar¨ªa en caso de ¡°ser atacado por izquierdistas¡±. Una vez dentro del palacio presidencial, robaron munici¨®n y armas de fuego. La pasividad con la que actuaron los agentes de la Polic¨ªa Militar y algunas autoridades locales tambi¨¦n est¨¢ siendo investigada. El comandante de la polic¨ªa al cargo del operativo fue arrestado, el secretario de Seguridad, que adem¨¢s fue ministro de Justicia del Gobierno Bolsonaro, tiene una orden de detenci¨®n y el gobernador de Brasilia fue apartado del cargo.
Mientras tanto, a los presos de Papuda les espera un futuro bastante sombr¨ªo. A pesar de que se trata de una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad, no se libra del principal problema estructural del sistema penitenciario brasile?o: la masificaci¨®n. Tiene capacidad para 5.800 presos, pero alberga unas 13.200 personas, m¨¢s del doble. Las condiciones de salubridad y seguridad posiblemente ser¨¢n un shock para los 770 hombres detenidos. La c¨¢rcel femenina, nuevo hogar de 420 bolsonaristas, est¨¢ un poco mejor.
La mayor¨ªa de los detenidos son de fuera de Brasilia y llegaron a la capital para participar en la marcha del d¨ªa 8 que desemboc¨® en la invasi¨®n. Entre ellos hay varios militares retirados.
Hace unos d¨ªas, cuando los presos fueron trasladados provisionalmente a un polideportivo de la polic¨ªa para ser interrogados, muchos clamaban al cielo por el escaso confort. Algunos llegaron a quejarse de que el wifi no funcionaba, seg¨²n relat¨® una abogada que fue a revisar su situaci¨®n. El juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes, que orden¨® las detenciones, tir¨® de sarcasmo: ¡°Esos terroristas que hasta el domingo provocaban el caos y cr¨ªmenes ahora se quejan de que est¨¢n presos y quieren que la c¨¢rcel sea una colonia de vacaciones. Que no piensen que las instituciones van a aflojar¡±, advirti¨®.
El abogado Benoni aclara que, de momento, los golpistas est¨¢n en la zona de detenci¨®n temporal de la c¨¢rcel, no en sus pabellones principales, donde se encuentran presos tan temidos como Marcola, el narcotraficante l¨ªder del Primer Comando da Capital (PCC), la organizaci¨®n criminal m¨¢s poderosa de Sudam¨¦rica, o famosos pol¨ªticos encarcelados por corrupci¨®n durante la Operaci¨®n Lava Jato. Nada m¨¢s llegar a prisi¨®n, los bolsonaristas recibieron un uniforme de color blanco impoluto (camiseta, pantal¨®n y chanclas) y fueron vacunados contra la covid-19 de forma obligatoria. Comen tres veces al d¨ªa y tienen acceso a lectura y a 30 minutos con sus abogados. Seg¨²n Benoni, cuando pasen a las alas definitivas podr¨ªan compartir celda hasta con 50 personas. ¡°Si les parec¨ªa mal el polideportivo de la polic¨ªa, esto es mucho peor, y mira que esta es una de las mejores c¨¢rceles de Brasil¡±, remarca.
Lo que pase a partir de ahora todav¨ªa est¨¢ en terreno nebuloso, porque su situaci¨®n actual tambi¨¦n es muy dudosa. Todos esos 1.200 presos no est¨¢n en prisi¨®n preventiva (que dura diez d¨ªas) ni temporal (que carece de plazo definido), sino que siguen en un estatus legal que en Brasil es el de detenidos in fraganti. Es una tierra de nadie que, seg¨²n el representante de los abogados, es bastante irregular. En cambio, no considera un problema que todos est¨¦n acusados por el juez Moraes de un crimen tan grave como terrorismo o golpe de Estado, aunque entre ellos haya muchos que se manifestaron de forma pac¨ªfica. En su opini¨®n, se trata de algo frecuente en cr¨ªmenes multitudinarios, cuando no se puede individualizar cada comportamiento. Eso se har¨¢ a partir de ahora.
Analizar cada caso corresponde ahora al todopoderoso juez Moraes, pero es ¡°humanamente imposible¡± que su gabinete analice la situaci¨®n de cada preso en un tiempo razonable. Por eso, los abogados de Brasilia han pedido al Supremo que movilice a jueces auxiliares para avanzar r¨¢pidamente. Te¨®ricamente, la polic¨ªa deber¨ªa concluir la investigaci¨®n de lo que ocurri¨® en 30 d¨ªas, pero ante la magnitud de los acontecimientos es casi seguro que el plazo se alargar¨¢. Despu¨¦s llegar¨¢n las denuncias de la Fiscal¨ªa, y los juicios. ¡°Es una situaci¨®n excepcional por la gravedad de los hechos, ser¨¢ un proceso gigantesco que no sabemos c¨®mo ser¨¢ juzgado¡±, admite el letrado capitalino.