Bruselas se inquieta por los vaivenes del Gobierno alem¨¢n en pol¨ªticas clave para la UE
El frenazo germano al acuerdo que pon¨ªa fin a los coches de combusti¨®n por turbulencias internas en Berl¨ªn ha creado incredulidad y cr¨ªticas de deslealtad institucional en muchos de sus aliados, que temen un peligroso precedente
Europa deb¨ªa estar ya ideando, y preparando, un futuro muy pr¨®ximo sin coches de combusti¨®n. El acuerdo europeo para dejar de vender estos veh¨ªculos a partir de 2035 requer¨ªa solo del visto bueno final de los Veintisiete, que se daba por sentado en vista de que hab¨ªan validado el acuerdo en las negociaciones previas bruselenses efectuadas meses atr¨¢s. Pero Alemania, uno de los pilares de Europa por su peso y significado, ...
Europa deb¨ªa estar ya ideando, y preparando, un futuro muy pr¨®ximo sin coches de combusti¨®n. El acuerdo europeo para dejar de vender estos veh¨ªculos a partir de 2035 requer¨ªa solo del visto bueno final de los Veintisiete, que se daba por sentado en vista de que hab¨ªan validado el acuerdo en las negociaciones previas bruselenses efectuadas meses atr¨¢s. Pero Alemania, uno de los pilares de Europa por su peso y significado, dijo de pronto que no. Y con ello, no solo ha frenado en seco un acuerdo clave en materia medioambiental y econ¨®mica. Su nein, que responde m¨¢s a claves internas que a una estrategia europea, ha puesto en guardia a muchos aliados, at¨®nitos ante lo que consideran un acto de deslealtad institucional que abre una peligrosa puerta. Porque si se permite que Berl¨ªn se salga con la suya, ?c¨®mo se podr¨¢ frenar al pr¨®ximo pa¨ªs, y hay varios que lo intentan una y otra vez, que cuestione el entramado europeo? ?Y c¨®mo garantizar ante terceras partes la unidad legislativa del bloque de los Veintisiete?
¡°Es algo muy peligroso¡±, afirma el analista del laboratorio de ideas Bruegel Simone Tagliapietra. ¡°Es preocupante el precedente que crea, y que probablemente ir¨¢ m¨¢s all¨¢¡± de la mera decisi¨®n sobre los motores de combusti¨®n, analiza el italiano, profesor de la Universidad Cat¨®lica de Mil¨¢n y en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Johns Hopkins, en conversaci¨®n telef¨®nica. El temor que atraviesa a Bruselas es que el paso que ha dado Berl¨ªn pueda ser aprovechado por otros socios europeos ¡ªen Italia, de hecho, ya se est¨¢ vendiendo este nein que apoy¨® el Gobierno de Giorgia Meloni como una victoria propia contra los ¡°bur¨®cratas europeos¡±, recuerda Tagliapietra¡ª para criticar y hasta reabrir otros acuerdos cerrados tras arduas negociaciones. O incluso cuestionar los propios fundamentos de Europa.
Una inquietud que comparte Espa?a, uno de los pa¨ªses, junto con Francia, que m¨¢s abiertamente han criticado el paso atr¨¢s alem¨¢n. ¡°Es decepcionante¡±, reconoci¨® la ministra de Transici¨®n Energ¨¦tica, Teresa Ribera, durante su paso la semana pasada por Bruselas. ¡°?Qu¨¦ pasar¨ªa si otros gobiernos deciden hacer algo similar en cualquier otra cuesti¨®n? Las reglas de procedimiento son para todos¡±, subray¨®. El no alem¨¢n ¡°compromete la confianza y todo el sistema legislativo europeo¡±, corrobora Tagliapietra, en una valoraci¨®n que se escucha tambi¨¦n desde otras capitales europeas que temen un efecto contagio en otros expedientes que, advierten algunos, ya empieza a sentirse.
¡°Esto es tan contagioso como la covid, se est¨¢ extendiendo a diferentes pa¨ªses y diferentes dosieres. Es muy contagioso. Que uno de los mayores pa¨ªses europeos se comporte as¨ª tiene un impacto en otros¡±, advierte otra fuente diplom¨¢tica europea.
Divisiones en la coalici¨®n alemana
La espantada alemana en Bruselas pone sobre la mesa las divisiones en el seno del Gobierno de Olaf Scholz, una complicada coalici¨®n de socialdem¨®cratas, verdes y liberales que discrepan constantemente en cuestiones internas y tambi¨¦n en las de dimensi¨®n europea. Las tensiones entre los socios empiezan a socavar la reputaci¨®n de Alemania en la capital de la Uni¨®n, que ve c¨®mo sus representantes cambian de opini¨®n o dilatan las negociaciones porque los asuntos todav¨ªa no se han decidido en Berl¨ªn.
El Ejecutivo de Scholz desat¨® la tormenta cuando anunci¨® que votar¨ªa contra los planes para prohibir los coches con motores de combusti¨®n a partir de 2035, a menos que se incluyera una excepci¨®n para los llamados combustibles sint¨¦ticos o e-fuels. Detr¨¢s de esta exigencia de ¨²ltima hora est¨¢n los liberales, que se han erigido en defensores de los intereses de la potente industria automovil¨ªstica del pa¨ªs. En concreto, su ministro de Transportes, Volker Wissing, que, con los mismos argumentos que la patronal de los fabricantes, asegura que es necesario dejar la puerta abierta a que coches con motores de combusti¨®n puedan usar en el futuro combustibles que no generen emisiones.
Algunos fabricantes, sobre todo de gama alta, llevan a?os trabajando en el desarrollo de los e-fuels, y van con retraso en el despliegue del veh¨ªculo el¨¦ctrico; por eso creen que la prohibici¨®n de Bruselas les dejar¨ªa heridos de muerte y perder¨ªan competitividad con otros mercados como el chino. ¡°Es una particularidad alemana. Aqu¨ª se apuesta por este tipo de coches en el futuro. Si un Porsche no suena a Porsche, ?qu¨¦ pueden ofrecer?¡±, apunta una fuente diplom¨¢tica en Alemania.
Los complicados equilibrios de poder en el Gobierno tambi¨¦n contribuyen a entender este peligroso paso que ha dado Berl¨ªn. Los liberales est¨¢n hundidos en las encuestas. Han perdido las cuatro elecciones regionales que se han celebrado desde las federales de septiembre de 2021, y en dos Parlamentos directamente se han quedado fuera al no superar el 5% de los votos. Tienen que demostrar perfil propio, y eso se traduce en la defensa de la industria automotriz, que emplea a casi 800.000 personas en el pa¨ªs.
Los Verdes asisten a estos bandazos con incredulidad y enfado. ¡°La decisi¨®n estaba tomada, y tambi¨¦n los liberales hab¨ªan estado de acuerdo. Por eso es enormemente embarazoso para Alemania este giro de ¨²ltimo minuto¡±, lamenta el eurodiputado verde alem¨¢n Michael Bloss. ¡°Esto destruye la confianza en Berl¨ªn y da alas a que otros hagan lo mismo¡±, a?ade en conversaci¨®n telef¨®nica. Bloss conf¨ªa en que su pa¨ªs acabe entrando en raz¨®n para evitar ¡°convertirse en un freno para la protecci¨®n del clima¡±.
En p¨²blico, la coalici¨®n mantiene la compostura. Los ministros socialdem¨®cratas y verdes no han salido a cargar las tintas contra los liberales. De hecho, el portavoz de Scholz, Steffen Hebestreit, ha asegurado que tras las declaraciones de Wissing y su jefe y ministro de Finanzas, Christian Lindner, est¨¢ todo el Gobierno. Desde las filas de los Verdes apuntan a un problema de falta de liderazgo de Scholz.
Algo que, se advierte en Bruselas, tambi¨¦n ¡°mina la propia posici¨®n¡± de Berl¨ªn en una UE en la que hasta ahora ha sido una pieza clave. Porque sin Alemania no se puede entender la idea europea. ¡°Ha sido un motor de cambio y un importante impulsor de pol¨ªticas ¡ªrecuerda Tagliapietra¡ª pero esta decisi¨®n podr¨ªa poner en juego la influencia y peso del pa¨ªs como un factor clave de la integraci¨®n europea y de la transici¨®n energ¨¦tica¡±. Sobre todo porque viene tras una retah¨ªla de titubeos alemanes que ha impacientado, y mucho, a m¨²ltiples socios europeos en los ¨²ltimos tiempos. Solo en el ¨²ltimo a?o, en el que Europa ha tenido que volver a arrimar el hombro para afrontar la grave crisis de seguridad, energ¨¦tica y econ¨®mica que supone la guerra de Ucrania, Berl¨ªn ha arrastrado sus pies en m¨¢s de un expediente candente: desde acordar un tope al precio del gas a enviar los tanques Leopard de fabricaci¨®n germana que suplicaba Kiev.
Es una situaci¨®n ¡°poco deseable en un pa¨ªs tan importante para Europa¡±, reconocen diversas voces de los Veintisiete. Otras fuentes hablan directamente de ¡°deslealtad¡± ante el inhabitual nein germano.
Conscientes de que lo que est¨¢ en juego va mucho m¨¢s all¨¢ de una negociaci¨®n concreta, la Comisi¨®n Europea, responsable de elaborar las propuestas legislativas, inici¨® de inmediato unas negociaciones tan discretas como intensas para buscar una salida, una manera de aplacar los ¨¢nimos germanos sin retocar el texto original, porque si no habr¨ªa que volver a empezar de cero con la negociaci¨®n del acuerdo. Y eso, subrayan todas las partes, no interesa a nadie, puesto que supondr¨ªa dejar una cuesti¨®n tan importante a la pr¨®xima legislatura europea, tras las elecciones de 2024.
Pero aunque al final se encuentre un parche, el mal, temen muchos, ya est¨¢ hecho. ¡°Existe el riesgo de que otros pa¨ªses quieran abrir ahora otras puertas¡±, lamentan fuentes institucionales europeas.
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