Dina Boluarte, cien d¨ªas en medio de la tormenta
La primera presidenta de Per¨², que lleg¨® tras el autogolpe fallido de Castillo, se mantiene en el poder a pesar de las protestas y las fuertes cr¨ªticas
El 7 de diciembre, apenas tres horas despu¨¦s de que Pedro Castillo saltara al vac¨ªo al intentar un autogolpe de Estado sin el apoyo de las Fuerzas Armadas, su primera vicepresidenta, Dina Boluarte, se convirti¨® en la primera mujer en cruzarse la banda presidencial de Per¨². En lugar de convocar a elecciones inmediatas, la abogada solicit¨® ¡°tiempo para rescatar al pa¨ªs de la corrupci¨®n y el desgobierno, y una tregua para instalar un Gobierno de unidad¡±. M¨¢s que una mandataria de transici¨®n, desde el primer momento habl¨® como una jefa de Estado decidida a concluir el mandato en 2026. Pero las graves protestas desatadas desde su primer d¨ªa la obligaron a presentar un proyecto de ley para adelantar los comicios generales al 2023.
Para el polit¨®logo Eduardo Dargent, esa actitud inicial de Boluarte ha trazado las tensiones de estos cien d¨ªas cargados de violencia por los enfrentamientos en las calles. ¡°No entendi¨® el momento hist¨®rico. Pudo hablarle al sector que vot¨® por ellos. Pero pens¨® en quedarse y cargar¨¢ con esa responsabilidad por el resto de su vida. El costo ha sido enorme. Tenemos una herida nacional¡±, se?ala en referencia al saldo que han dejado las protestas: 66 fallecidos (48 civiles por enfrentamientos, once civiles por el bloqueo de v¨ªas y siete miembros de las fuerzas del orden) y 1.335 heridos (972 civiles, 337 polic¨ªas y 26 militares).
¡°Hemos descubierto una vez m¨¢s que los muertos en Lima pesan m¨¢s que los muertos rurales. Se ha perdido m¨¢s confianza de la poca que ya hab¨ªa. Somos un pa¨ªs donde los ministros no pueden visitar ciertas zonas del pa¨ªs¡±, explica Dargent.
En diciembre de 2021, mes en el que Dina Boluarte prometi¨® en la Plaza de Armas de Juliaca que si vacaban a Pedro Castillo ella se ir¨ªa con ¨¦l, el soci¨®logo Carlos Reyna public¨® un an¨¢lisis sobre c¨®mo ser¨ªa un eventual gobierno de la apurime?a. Se adelant¨® a todos. En ¨¦l destaca la vocaci¨®n al di¨¢logo que exhib¨ªa por esos d¨ªas, a diferencia de Castillo, la empat¨ªa que podr¨ªa generar por su origen provinciano y por su condici¨®n de mujer, su experiencia en el Estado por haber sido una alta funcionaria del Registro Nacional de Identificaci¨®n y Estado Civil (RENIEC), pero adem¨¢s su discurso favorable a los cambios sociales.
A la luz de los hechos, Reyna considera ahora que Boluarte ha sufrido una metamorfosis. ¡°Bast¨® que la se?ora se trepara al poder para que apareciera otro ser. Una mujer ultra autoritaria cuyo Gobierno se sostiene por el apoyo de las Fuerzas Armadas. Una manifestaci¨®n de debilidad de un r¨¦gimen que se dice democr¨¢tico¡±, indica.
Parte de esa metamorfosis de la mandataria incluye la distancia que tom¨® con Per¨² Libre, la agrupaci¨®n pol¨ªtica que la llev¨® al poder, as¨ª como al ins¨®lito apoyo que ha despertado en la derecha. ¡°Ella ten¨ªa sus arrebatos populistas de izquierda. Pero se dio cuenta de que la coalici¨®n que le permitir¨ªa sobrevivir era con la derecha del Congreso que promovi¨® la vacancia de Castillo. En el fondo ha sido muy pragm¨¢tica¡±, la define Eduardo Dargent.
Boluarte, quien durante el periodo de Castillo se desempe?¨® como ministra de Desarrollo e Inclusi¨®n Social, ha sido objeto de no pocas pol¨¦micas en estos tres meses, como cuando dijo que ¡°Puno no es el Per¨²¡± o cuando calific¨® de ¡°inmaculada¡± la conducta de la Polic¨ªa, implacable para reprimir a los manifestantes.
La ayacuchana Tania Pariona, excongresista y miembro del Foro Internacional de Mujeres Ind¨ªgenas, da cuenta de las grietas que existen entre el Gobierno y los pueblos originarios. ¡°La protesta tiene voz y rostro ind¨ªgena, y nos han tratado como sujetos manipulables que somos incapaces de transformar el pa¨ªs o como violentistas. Dina Boluarte no hace honor a su procedencia andina. Podr¨¢ hablar quechua, pero ha golpeado nuestra dignidad¡±, reclama.
Las regiones m¨¢s golpeadas por el conflicto son las de la sierra sur: Apur¨ªmac, Cusco, Ayacucho y Puno. Y no es una casualidad. La violaci¨®n de los derechos humanos ¡ªque ha merecido la visita y el pronunciamiento de instituciones internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos¡ª es una evidencia del centralismo que tantas fracturas hist¨®ricas le ha causado a la naci¨®n.
Si ser apurime?a no ha sido una garant¨ªa hacia las regiones, tampoco lo ha sido ser la primera presidenta del Per¨². El 8 de marzo, en el D¨ªa Internacional de la Mujer, hubo un plant¨®n de colectivos feministas frente al Ministerio en contra de Boluarte. La antrop¨®loga Ang¨¦lica Motta lo explica as¨ª: ¡°Ella ha llegado a decir que padece una venganza pol¨ªtica de car¨¢cter machista. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Quien est¨¢ completamente aliada con el machismo y el patriarcado es ella. Este es un r¨¦gimen violento con las mujeres¡±.
Motta enumera algunos casos: las madres aymaras a quienes les dispararon bombas lacrim¨®genas mientras cargaban a sus hijos, la prisi¨®n preventiva de 30 meses a la profesora Yaneth Navarro por financiar las protestas, y las denuncias de violencia sexual de parte de mujeres que fueron detenidas en el megaoperativo policial a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En pol¨ªtica exterior se ha producido una tendencia al aislamiento. Las relaciones entre M¨¦xico y Per¨² han quedado reducidas a encargados de negocios tras el retiro definitivo del embajador peruano en tierras aztecas y la expulsi¨®n de su par, Pablo Monroy. Todo ello a partir de la defensa a ultranza del presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, hacia Pedro Castillo y sus declaraciones altisonantes en contra de Boluarte, a quien ha tildado de ¡°presidenta espuria¡±. El Gobierno, adem¨¢s, le ha prohibido el ingreso al expresidente boliviano Evo Morales por supuestamente realizar ¡°actividades de ¨ªndole pol¨ªtica proselitista¡±. Y el Congreso, por su parte, ha declarado persona non grata a Gustavo Petro, el mandatario de Colombia.
Una de las personalidades que, en cambio, s¨ª ha tenido palabras de elogio hacia Dina Boluarte ha sido el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Tras recibir el Gran Collar de la Orden del Sol de manos de la presidenta en Palacio dijo con firmeza: ¡°Es una injusticia sostener que en el Per¨² se ha producido una ruptura del orden constitucional [¡] algunos Gobiernos de la regi¨®n movidos por ideolog¨ªas o intereses pol¨ªticos han intervenido de manera indecorosa en los asuntos internos peruanos arrastrando a los vecinos. Rechazamos firmemente su injerencia que viola las normas internacionales¡±. El respaldo m¨¢s s¨®lido ocurri¨® cuando Vargas Llosa reconoci¨® a Boluarte como ¡°la presidenta constitucional del Per¨²¡± y se?al¨® que ¡°respeta la pol¨ªtica que ella encarna y que es rigurosamente la defensa de la democracia¡±.
Respecto a la econom¨ªa del pa¨ªs, el Producto Interno Bruto (PIB) ha sufrido una disminuci¨®n en enero de 1,12%. Un rev¨¦s significativo despu¨¦s de un crecimiento ininterrumpido durante 22 meses. El Ejecutivo, adem¨¢s, est¨¢ frente a su gran prueba de fuego: las inundaciones a causa de la temporada de lluvias y el cicl¨®n Yaku, que se han cobrado la vida de 61 personas y han dejado alrededor de 13.000 damnificados.
¡°Esta estabilizaci¨®n que aparentemente existe es un espejismo. Este r¨¦gimen puede desplomarse a ra¨ªz de un incidente imprevisto. Cualquier metida de pata puede detonar nuevamente la protesta¡±, afirma Carlos Reyna.
Tras el en¨¦simo intento fallido del Congreso por aprobar un adelanto de elecciones generales, y con una desaprobaci¨®n del 77%, el horizonte de Dina Boluarte es impredecible. Haberse mantenido en Palacio es acaso su logro m¨¢s visible en estos cien primeros d¨ªas.
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