Borrell viaja a Cuba para estrechar lazos en plena estrategia de acercamiento a Am¨¦rica Latina
El jefe de la diplomacia europea inicia una visita a La Habana que miran con recelo quienes reclaman mayor presi¨®n de Bruselas por las violaciones de los derechos humanos en la isla
Oficialmente, el viaje que Josep Borrell inicia en Cuba este jueves responde a una cita bilateral rutinaria. Pero como cualquier visita de un pol¨ªtico a La Habana, la que el alto representante para Pol¨ªtica Exterior de la UE comienza en la isla caribe?a tiene poco de ordinario y mucho de simb¨®lico. Sobre todo en momentos en que Europa quiere aprovechar la inminente presidencia de turno espa?ola para relanzar la relaci¨®n con Am¨¦rica Latina. Y Cuba, un pa¨ªs de poco peso econ¨®mico, pero de gran carga pol¨ªtica, adem¨¢s de una relaci¨®n hist¨®rica con Rusia, puede todav¨ªa abrir puertas. O cerrarlas.
¡°No puedes tener una relaci¨®n con Am¨¦rica Latina, mucho m¨¢s con la comunidad iberoamericana, sin que est¨¦ Cuba¡±, subrayan fuentes diplom¨¢ticas espa?olas. Sobre todo en momentos en que al menos dos de los pa¨ªses clave para Bruselas en la regi¨®n, Brasil y M¨¦xico, cuentan con gobiernos muy sensibles al trato que se d¨¦ a la isla caribe?a. Por ello, el Gobierno de Pedro S¨¢nchez ve con muy buenos ojos esta visita, que precede a la cumbre UE-Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os) que se celebrar¨¢ en Bruselas en julio, como pistoletazo de salida de un impulso a los v¨ªnculos de Europa con una regi¨®n clave, no solo en materia de alianzas pol¨ªticas, sino tambi¨¦n econ¨®micas y de materias primas ahora que las relaciones con Rusia y China se han complicado exponencialmente.
Pero tanto Madrid como Bruselas son conscientes de que, cuando se trata de Cuba, se camina por una senda muy fina y que muchos ojos suspicaces ¡ªsobre todo en materia de derechos humanos, en los que el Gobierno de la isla tiene un largo historial negro¡ª seguir¨¢n cada paso de Borrell en La Habana. Los avisos no han parado de llegar desde que se anunci¨® el viaje del alto responsable comunitario hace una semana.
Borrell llega a su primer viaje oficial a Cuba como jefe de la diplomacia europea ¡ªya estuvo como ministro de Exteriores espa?ol anteriormente, la ¨²ltima en 2019¡ª para participar en el tercer Consejo Conjunto UE-Cuba, en el que tendr¨¢ enfrente en la mesa al canciller cubano, Bruno Rodr¨ªguez, uno de los hombres fuertes del presidente, Miguel D¨ªaz Canel. La cita se enmarca en el Acuerdo de Di¨¢logo Pol¨ªtico y Cooperaci¨®n con el que las dos partes pusieron fin en 2016 a 20 a?os de distanciamiento por la llamada posici¨®n com¨²n europea que impuls¨® en su momento el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Fueron unos a?os en los que hoy dos potencias de las que recela Occidente m¨¢s que nunca ¡ªRusia y luego China¡ª aprovecharon para reforzar su presencia en Cuba como una puerta hacia la codiciada regi¨®n latinoamericana.
Mosc¨² fue, desde su ¨¦poca sovi¨¦tica, un aliado clave del entonces Gobierno de Fidel Castro y lo ha seguido siendo hasta hoy: ha sido Rusia, recuerda el polit¨®logo Arturo L¨®pez-Levy, la que ¡°ha salido al rescate¡± de Cuba en la en¨¦sima profunda crisis econ¨®mica que vive el pa¨ªs desde que la pandemia de covid arras¨® con el turismo y que ha obligado a la isla incluso a cancelar este a?o su simb¨®lico desfile del Primero de Mayo. Pero ello no significa que La Habana solo escuche al Kremlin, apostilla el especialista en Cuba, que actualmente ejerce como profesor invitado en el Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
¡°Una cosa que ha faltado en Europa es entender la diferencia entre lo que supone un apoyo incondicional a Rusia y lo que en realidad ha promovido la diplomacia multilateral cubana, una especie de neutralidad prorrusa¡±, se?ala L¨®pez-Levy. En ese contexto, son significativas las abstenciones de Cuba en las votaciones en Naciones Unidas condenando a Rusia por la invasi¨®n de Ucrania, diferentes del apoyo reiterado de Nicaragua a Mosc¨².
Por ello, ¡°si Borrell toca las teclas adecuadas del piano¡±, considera, Cuba puede convertirse en un socio interesante para Europa, sobre todo en estos momentos en que ¡°la UE apuesta por el multilateralismo¡± y La Habana ejerce la presidencia de turno del grupo de 134 pa¨ªses en desarrollo que forman el G-77+China.
¡°Cuba puede cooperar con la agenda de Borrell para que Am¨¦rica Latina sea un socio de una Europa estrat¨¦gicamente m¨¢s aut¨®noma¡±, como busca Bruselas, sobre todo desde que la guerra de Ucrania pusiera de relieve sus peligrosas dependencias exteriores, agrega el polit¨®logo. Por su parte, Cuba necesita a Europa en cuanto que puede ser una palanca para avanzar en dos de sus demandas recurrentes ante Estados Unidos: la condena de las sanciones que Joe Biden no ha acabado de revertir tras la era de Donald Trump, que deshizo buena parte de la pol¨ªtica de deshielo emprendida antes por Barack Obama, y salir, tambi¨¦n, de la lista de Washington de pa¨ªses patrocinadores del terrorismo, a la que la isla volvi¨® por decisi¨®n del presidente republicano en 2021. La UE es, adem¨¢s, el principal socio comercial, inversor y de cooperaci¨®n en la isla, recuerda Bruselas.
Una agenda m¨¢s clara de derechos humanos
Durante su estancia, hasta el 27 de mayo, Borrell tiene previsto reunirse, adem¨¢s de con las autoridades cubanas, con empresarios de la isla y ¡°un espectro de voces de la sociedad cubana para conocer sus perspectivas sobre los desaf¨ªos y oportunidades¡±. Ese programa no ha sido bien acogido por el Partido Popular. Para el eurodiputado de esta formaci¨®n Antonio L¨®pez-Ist¨²riz, en la agenda falta ¡°una clara menci¨®n a la falta de derechos humanos y de libertades en el pa¨ªs¡±.
¡°Animo al alto representante a que se re¨²na con representantes de la oposici¨®n, familiares de presos pol¨ªticos y organizaciones de la sociedad civil libre, y no solamente con aquellas orquestadas por el r¨¦gimen¡±, ha dicho en un comunicado.
¡°La visita de Borrell a Cuba ser¨¢ importante para la sociedad cubana si la UE puede presionar al Gobierno de ese pa¨ªs para que ponga los derechos humanos en el centro de la discusi¨®n¡±, coincide Erik Jennische, director para Am¨¦rica Latina de Civil Rights Defenders. En v¨ªsperas del viaje del jefe de la diplomacia europea a La Habana, esta ONG sueca firm¨® con otras siete organizaciones, entre ellas Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch, un comunicado reclamando que, en sus encuentros con el Gobierno de la isla, Borrell ¡°inste a las autoridades cubanas a liberar inmediata e incondicionalmente a todas las personas detenidas ¨²nicamente por ejercer sus derechos humanos¡±.
¡°El acuerdo que Cuba ha firmado con la UE dice que las partes van a respetar los derechos humanos y la democracia y, evidentemente, ese pa¨ªs no lo est¨¢ haciendo¡±, sostiene Jennische, y advierte: ¡°Cuba no va a avanzar hacia la democracia y el respeto por los derechos humanos si las voces de esa sociedad civil no son escuchadas y si no hay una presi¨®n internacional real para que el Gobierno detenga sus pr¨¢cticas de violaci¨®n de los derechos humanos¡±.
Sin revelar m¨¢s detalles de su agenda ¡ªalgo habitual, por otra parte, en pa¨ªses donde la oposici¨®n sufre un acoso oficial habitual¡ª, Borrell se ha limitado a defender estos d¨ªas lo que viene diciendo desde antes de que se convirtiera en la voz de la pol¨ªtica exterior europea: con pa¨ªses con los que se mantienen relaciones complejas, hay que dialogar, siempre. ¡°Con Cuba hay que hablar, hay que hablar con todo el mundo¡±, defiende como mantra que llevar¨¢ tambi¨¦n a La Habana.
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