La violencia y el conflicto fronterizo con Rep¨²blica Dominicana agravan la emergencia en Hait¨ª
Las peleas de bandas criminales subyugan a la capital y las regiones del centro oeste. Naciones Unidas aprueba una misi¨®n al pa¨ªs liderada por Kenia, que aguarda el apoyo econ¨®mico de m¨¢s pa¨ªses
Hait¨ª vive momentos cr¨ªticos. Sometido por la violencia de las bandas criminales, el pa¨ªs caribe?o avanza hacia la descomposici¨®n, mientras aguarda una misi¨®n de fuerzas extranjeras, auxilio que permita fijar algo de esperanza en el horizonte. A falta de que la ayuda se concrete, la vida en la capital, Puerto Pr¨ªncipe, empeora. La violencia se expande adem¨¢s al centro y el occidente del pa¨ªs. En estas ¨²ltimas semanas, una de las pocas v¨ªas seguras entre Puerto Pr¨ªncipe, el norte y la frontera, la ruta tres, ha deja...
Hait¨ª vive momentos cr¨ªticos. Sometido por la violencia de las bandas criminales, el pa¨ªs caribe?o avanza hacia la descomposici¨®n, mientras aguarda una misi¨®n de fuerzas extranjeras, auxilio que permita fijar algo de esperanza en el horizonte. A falta de que la ayuda se concrete, la vida en la capital, Puerto Pr¨ªncipe, empeora. La violencia se expande adem¨¢s al centro y el occidente del pa¨ªs. En estas ¨²ltimas semanas, una de las pocas v¨ªas seguras entre Puerto Pr¨ªncipe, el norte y la frontera, la ruta tres, ha dejado de serlo. Ahora es, como el resto, parte de las trincheras de los grupos criminales.
El conflicto fronterizo con el vecino, Rep¨²blica Dominicana, a?ade combustible a la hoguera. En septiembre, el Gobierno de Luis Abinader decidi¨® cerrar el cruce con Hait¨ª porque pobladores del otro lado de la frontera hab¨ªan construido un canal para llevar agua del r¨ªo Masacre a sus tierras. La respuesta, el cierre. En muchas zonas de Hait¨ª, el bloqueo result¨® paralizante. Nada sal¨ªa de Puerto Pr¨ªncipe, nada entraba por la frontera. Ciudades como Cabo Haitiano, en el norte, a salvo de momento de la violencia, empezaron a sufrir las consecuencias. Esta semana, Dominicana accedi¨® a reabrir por fin, pero solo para el trasiego de mercanc¨ªas, no para las personas, lo que solivianta a los vecinos del occidente de la isla.
Acostumbrado al desastre, Hait¨ª ha recibido por fin una buena noticia de la comunidad internacional. El lunes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprob¨® el env¨ªo de tropas por un a?o al pa¨ªs caribe?o, tarea que, de confirmarse, deber¨¢ liderar Kenia. El Gobierno de Nairobi cedi¨® a la presi¨®n de Estados Unidos, que llevaba meses buscando un aliado que pueda encargarse de la misi¨®n en suelo haitiano. El objetivo es muy concreto: contener y hacer retroceder a las bandas criminales, para permitir que el pa¨ªs convoque elecciones y vuelva a cierta normalidad institucional.
El problema ahora es bajar al suelo el mandato de Naciones Unidas. Kenia est¨¢ dispuesta a liderar la misi¨®n y mandar 1.000 agentes de polic¨ªa a Hait¨ª, cuya fuerza policial no llega a los 10.000 elementos. El pa¨ªs caribe?o cuenta alrededor de 12 millones de habitantes. Naciones Unidas asume que el contingente deber¨ªa alcanzar al menos los 2.000 agentes, seg¨²n fuentes consultadas por EL PA?S. El coste de la misi¨®n parece igualmente un obst¨¢culo. EE UU ha anunciado un donativo de 200 millones de d¨®lares, aunque el monto necesario para mandar tal cantidad de gente al pa¨ªs, y para mantener su estancia y operaciones, se antoja mayor.
La resoluci¨®n de Naciones Unidas llega justo un a?o despu¨¦s de que el presidente en funciones del pa¨ªs caribe?o, Ariel Henry, pidiera ayuda a la comunidad internacional. Septiembre y octubre del a?o pasado marcaron el inicio del pen¨²ltimo ciclo de violencia y caos en la capital y alrededores, hogar de tres millones de personas. Henry anunci¨® un aumento del precio de las gasolinas, generando protestas. Bandas criminales tomaron la terminal del puerto donde se almacena el combustible importado. Entre finales de septiembre y principios de octubre, M¨¦dicos sin Fronteras detect¨® un nuevo brote de c¨®lera, a?os despu¨¦s del ¨²ltimo caso.
Era el pen¨²ltimo ciclo de caos, pero antes hubo otros. Tambi¨¦n despu¨¦s. No ha habido paz para Hait¨ª desde el asesinato del presidente, Jovenel Mo?se, en julio de 2021. En el pa¨ªs, muchos critican a Henry, que se hizo con las riendas del Gobierno tras el asesinato del mandatario. Primer ministro con Mo?se, Henry no ha convocado elecciones en este tiempo, debido en parte a la incapacidad de su gabinete para mantener el orden. Hait¨ª no organiza unos comicios desde 2016.
La violencia y la frontera
La violencia se reproduce. Si al caos de septiembre y octubre del a?o pasado siguieron unos meses de relativa calma -relativa porque las bandas criminales controlaban m¨¢s de la mitad de la capital, seg¨²n Naciones Unidas- la violencia estall¨® de nuevo entre abril y mayo. Pobladores de diferentes barriadas se organizaron contra los grupos criminales, sitiando barriadas enteras, como Turgeau, protegi¨¦ndolas con barricadas hechizas. Los grupos de vigilantes adoptaron un nombre, bwa kale, expresi¨®n en criollo que significa algo as¨ª como ¡°que te den¡±.
Como en cualquier movimiento de este tipo, se cometieron excesos. Los bwa kale mataron al menos a 300 personas, supuestos integrantes de bandas criminales. La falta de capacidad de las autoridades haitianas para investigar impide saber qui¨¦nes s¨ª eran pandilleros y qui¨¦nes no. Y, en todo caso, aunque lo fueran, no habr¨¢ forma de saber qui¨¦n los mat¨®, menos a¨²n llevar a los asesinos ante la justicia. Incapaces frente a los grupos criminales, los bwa kale, de todas formas, se han ido deshaciendo. El crimen prevalece.
La ¨²ltima andanada de los grupos de delincuentes ha sido presentarse ante el pueblo como una opci¨®n pol¨ªtica s¨®lida frente a Henry. En septiembre, uno de los l¨ªderes prominentes del hampa de Puerto Pr¨ªncipe, el expolic¨ªa Jimmy Cherizier, particip¨® en una marcha por la ciudad con su ej¨¦rcito de muchachos armados y aprovech¨® para anunciar una gran coalici¨®n de grupos criminales, a la que llam¨®, sin iron¨ªa, Vivre Ensemble, vivir juntos. El objetivo, como antes, era derrotar a Ariel Henry.
¡°Pas¨® eso y a los pocos d¨ªas, las bandas estaban en conflicto otra vez¡±, explica el economista y polit¨®logo haitiano Joseph Harold Pierre. ¡°Enseguida, empezaron a pelear y mucha gente en la zona de Croix-des-Bouquets tuvo que dejar sus casas¡±, dice, en referencia a una gran barriada que se levanta alrededor de dos de las carreteras que comunican la capital con el resto del pa¨ªs y la frontera. ¡°No se puede esperar nada de ellos, pueden entrar en conflicto por cualquier cosa¡±, se?ala.
El recrudecimiento de la lucha entre las bandas tuvo consecuencias. La primera, que Puerto Pr¨ªncipe perdi¨® una de las pocas rutas m¨¢s o menos seguras que comunicaban la ciudad con el norte del pa¨ªs y la frontera con Rep¨²blica Dominicana. Como antes las rutas uno, dos y ocho, las bandas tomaron la ruta tres como parte de su campo de batalla e hicieron imposible el tr¨¢nsito. Peor a¨²n, aparecieron bandas en municipios fuera de la capital, como Mirebalais y m¨¢s hacia el noroeste.
As¨ª, el problema trasciende ya a la capital y afecta tambi¨¦n a la regi¨®n del Artibonito. La semana pasada, Unicef divulg¨® un comunicado precisamente para denunciar la situaci¨®n en la zona. ¡°La violencia que se ha visto en la capital est¨¢ intensific¨¢ndose de manera parecida en el Artibonito, la regi¨®n arrocera m¨¢s importante del pa¨ªs, aterrorizando a las familias (...) La mitad de los 298 secuestros registrados en el pa¨ªs entre mayo y junio ocurrieron en el sur de la regi¨®n¡±, es decir, en la parte m¨¢s cercana a la capital. ¡°Estos casos afectan principalmente a civiles que viajan en transporte p¨²blico. En un solo evento, a 15 mujeres que iban al mercado las secuestraron y violaron¡±, se?ala el reporte.
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