Carolina Jim¨¦nez, presidenta de WOLA: ¡°En Latinoam¨¦rica a¨²n hay m¨¢s oportunidades para la promoci¨®n democr¨¢tica que en otras partes del mundo¡±
La pujanza de la sociedad civil y de una juventud comprometida son indicios alentadores, pese a la ca¨ªda de popularidad del modelo democr¨¢tico en las encuestas, apunta esta experta
Segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina el pr¨®ximo domingo. Toda una ronda de comicios en el continente americano el a?o pr¨®ximo, desde Estados Unidos y M¨¦xico a El Salvador y Venezuela, en las que se plantean interrogantes claves sobre el avance o retroceso democr¨¢tico en la regi¨®n. Todo ello en un convulso contexto global, en el que contin¨²a la guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel y Ham¨¢s amenaza con extenderse por Oriente Pr¨®ximo, el sur global trata de que se escuche su voz y Washington rivaliza con China en todos los ¨¢mbitos. Pero ...
Segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina el pr¨®ximo domingo. Toda una ronda de comicios en el continente americano el a?o pr¨®ximo, desde Estados Unidos y M¨¦xico a El Salvador y Venezuela, en las que se plantean interrogantes claves sobre el avance o retroceso democr¨¢tico en la regi¨®n. Todo ello en un convulso contexto global, en el que contin¨²a la guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel y Ham¨¢s amenaza con extenderse por Oriente Pr¨®ximo, el sur global trata de que se escuche su voz y Washington rivaliza con China en todos los ¨¢mbitos. Pero Carolina Jim¨¦nez Sandoval, presidenta de la ONG Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en ingl¨¦s), especializada en la promoci¨®n de los derechos humanos en Latinoam¨¦rica, rompe una lanza en favor de la regi¨®n. En Latinoam¨¦rica ¡°sigue habiendo m¨¢s oportunidades para la promoci¨®n democr¨¢tica que en otras partes del mundo¡±, sostiene.
El panorama es agitado. ¡°Hay retrocesos importantes que son innegables¡± en la solidez de la democracia de la regi¨®n, empezando por el propio prestigio de este sistema pol¨ªtico entre sus habitantes, reconoce esta experta de nacionalidad venezolano-mexicana con m¨¢s de 20 a?os de historial en la defensa de los derechos humanos en Am¨¦rica Latina. Seg¨²n el Latinobar¨®metro, solo hay un 48% de apoyo de los ciudadanos a la democracia. ¡°Este es un dato grav¨ªsimo. Representa una aceptaci¨®n de otras formas de gobierno que no respeten los principios democr¨¢ticos por los que tanto luch¨® la regi¨®n¡±, recuerda.
Adem¨¢s de modelos autoritarios consolidados como Cuba, o Nicaragua o una Venezuela donde ¡°se ve una rendija de aqu¨ª y de all¨¢¡±, otros reg¨ªmenes ¡°se est¨¢n moviendo aceleradamente hacia esos mismos modelos¡±. Como la Administraci¨®n del presidente Nayib Bukele en El Salvador, que ¡°en un per¨ªodo muy, muy corto de tiempo logr¨® cooptar las instituciones m¨¢s b¨¢sicas para la supervivencia de una democracia y minar el principio de separaci¨®n de poderes¡±.
P. Y luego est¨¢n los pa¨ªses signos de interrogaci¨®n.
R. No sabemos qu¨¦ va a pasar en Argentina, pero tambi¨¦n es una de esas grandes sorpresas. No creo que hace diez a?os hubi¨¦semos imaginado que la segunda ronda en una elecci¨®n en Argentina tendr¨ªa a un contendiente como Javier Milei, claramente un candidato antiderechos y antisistema que representa una gran amenaza. Eso no quiere decir que el otro candidato [el peronista Sergio Massa] sea maravilloso, pero el factor Milei genera mucha preocupaci¨®n. Aunque no avanz¨® en la primera ronda, ser¨ªa tremendamente preocupante que llegara a trav¨¦s de apoyo de fuerzas democr¨¢ticas. En vez de ser justamente los guardianes de la democracia, ver que hay partidos que se supon¨ªa que jugaban con la reglas democr¨¢ticas apoyando a Milei, como en su momento vimos a partidos de la izquierda tradicional venezolana apoyando al madurismo, que es un extremo de la izquierda. Cuando esos partidos permiten ser cooptados por los extremos, creo que es cuando realmente la democracia entra en una situaci¨®n de mucho peligro.
Y luego est¨¢ Guatemala, donde todo parece indicar que la llegada al poder de Bernardo Ar¨¦valo, a pesar de ser una expresi¨®n de deseo de cambio de los guatemaltecos, va a estar llena de obst¨¢culos en el camino. Al final, los poderes de facto siguen teniendo la posibilidad de hacer su permanencia en el cargo tremendamente dif¨ªcil. Y podemos hablar de M¨¦xico y su militarizaci¨®n. La regi¨®n tiene much¨ªsimos desaf¨ªos, pero tambi¨¦n es esa regi¨®n donde la democracia se va reintentando o incluso se salva a s¨ª misma a trav¨¦s de sus mecanismos. Colombia sali¨® de una administraci¨®n que realmente boicoteaba el acuerdo de paz a una que ha decidido abrazar su proceso, que ha estado, est¨¢, lleno de dificultades. Creo que la regi¨®n sigue demostrando que, a pesar de que los mecanismos de la democracia son usados para minarla, tambi¨¦n consiguen detener el retroceso democr¨¢tico y reconstruir la democracia.
P. ?Por ejemplo?
R. Yo creo que a pesar de esa cifra del 48%, que no deja de preocupar much¨ªsimo, sigue habiendo en Am¨¦rica Latina movimientos muy importantes a nivel social, que dan esperanza para que la regi¨®n se mueva m¨¢s hacia la defensa de los derechos fundamentales. El movimiento feminista latinoamericano ha logrado, por ejemplo, avances en t¨¦rminos derechos sexuales y reproductivos que eran impensables hace 15 a?os.
Mientras Estados Unidos retrocede en derechos sexuales y reproductivos, se ven avances en Argentina en M¨¦xico, en Colombia, incluso en los pa¨ªses m¨¢s inveros¨ªmiles, cat¨®licos, m¨¢s conservadores. Los logros tambi¨¦n se han visto en materia de promoci¨®n de pol¨ªticas para mitigar el cambio clim¨¢tico, a favor de la protecci¨®n del Amazonas, etc¨¦tera. Est¨¢n muy marcados por una juventud latinoamericana que ha puesto el tema clim¨¢tico muy en el centro de sus preocupaciones.
Las encuestas sobre la juventud latinoamericana nos dicen que muchos no creen en los partidos pol¨ªticos, no creen en las instituciones pol¨ªticas, pero creen en la participaci¨®n pol¨ªtica, que es algo distinto. Ellos, como agentes de cambio, pueden influir en en el devenir de sus propias historias y en los temas que les importan: el medioambiente, la equidad de g¨¦nero. Los j¨®venes quieren trabajar y tener un empleo digno y poder vivir, desarrollar un proyecto de vida. Entonces, si bien hay fuerzas antipol¨ªtica, muy antiderechos, que tambi¨¦n tienen mucho peso en la regi¨®n, creo que hay una ciudadan¨ªa mucho m¨¢s activa de la que a veces queremos ver.
(Jim¨¦nez cita el caso de Venezuela, donde, tras tres d¨¦cadas de mandato autoritario, se acaban de celebrar elecciones primarias para decidir el candidato de la oposici¨®n en los comicios de 2024, ganadas por Mar¨ªa Corina Machado).
Lo que nadie se esper¨®, incluyendo el Gobierno de [Nicol¨¢s] Maduro, es que ese ejercicio netamente ciudadano, sin intervenci¨®n del Estado, iba a lograr un proceso de participaci¨®n de 2,3 millones de personas. Creo que sorprendi¨® la comunidad internacional, pero ciertamente sorprendi¨® al poder autoritario.
P. Pero ese proceso ha quedado cancelado.
R. S¨ª, pero esa es la parte interesante. El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela sac¨® una sentencia de debajo de la manga, honestamente, y dice que suspende los efectos de las elecciones primarias. Pero es un hecho consumado. La elecci¨®n pas¨®, la participaci¨®n pol¨ªtica fue mucho m¨¢s alta de la esperada, y energiz¨® a una poblaci¨®n que la comunidad internacional ve¨ªa como muy despolitizada. Ahora el Gobierno se va a dedicar por los pr¨®ximos meses a decir que esas elecciones son un fraude, no son legales, pero no puede borrar la acci¨®n que ya sucedi¨®. Y que es parte del acontecer diario, porque la gente fue a votar. Y adem¨¢s no s¨®lo fue a votar, la gente la organiz¨®. No hubo participaci¨®n del Estado en la realizaci¨®n de esas elecciones, la gente prest¨® sus casas, la gente vot¨® en las plazas. Ese ejercicio ciudadano va a quedar en la memoria de la historia de los venezolanos, m¨¢s all¨¢ de que haya una sentencia que crea poder borrar un ejercicio ya consumado. En efecto, nos preocupa much¨ªsimo c¨®mo salir de los autoritarismos consolidados y c¨®mo detener los retrocesos democr¨¢ticos. Pero siento que Am¨¦rica Latina sigue dando oportunidades para que la regi¨®n no se sume a ese gran vac¨ªo de desesperanza ciudadana. En Brasil, la institucionalidad logr¨® detener los intentos de Jair Bolsonaro de dar la vuelta a las elecciones, y su figura pol¨ªtica est¨¢ mucho m¨¢s reducida.
P. Precisamente ese empuje de la juventud y la sociedad civil ha tra¨ªdo a l¨ªderes m¨¢s j¨®venes o m¨¢s novedosos en Chile o Colombia, pero en cierta manera estos l¨ªderes tampoco han cumplido las expectativas creadas.
R. S¨ª. El presidente electo en Ecuador tiene 35 a?os, luego tenemos a Gabriel Boric en Chile y a Nayib Bukele en El Salvador, tres presidentes millennials. Pero si algo nos demuestra Nayib Bukele, que en su momento fue el l¨ªder m¨¢s joven de la regi¨®n, es que la juventud sola no garantiza actitudes democr¨¢ticas, como tampoco lo garantiza una carrera pol¨ªtica de muchos a?os. Los l¨ªderes una vez que llegan al poder pueden mostrar lados antidemocr¨¢ticos que no se conoc¨ªan necesariamente. Cuando Bukele llega al poder es el primer presidente en la historia de la ONU que se toma una selfie mientras est¨¢ dando un discurso y lo coloca en su Twitter. Entonces empieza este boom de Bukele, muy relacionado con su forma de comunicarse, su edad y lo que se supone que representaba el nuevo liderazgo de un presidente millennial. Bueno, ya est¨¢ por terminar su periodo y la decepci¨®n no puede ser m¨¢s grande para los que creemos en los derechos humanos. A trav¨¦s de una pol¨ªtica de seguridad punitiva, y bastante ilegal bajo los est¨¢ndares internacionales de derechos humanos, ha puesto al 2% de la poblaci¨®n adulta en prisi¨®n, ha desmantelado instituciones democr¨¢ticas y ahora sabemos que se va a intentar reelegirse, aunque est¨¢ prohibido expresamente por la Constituci¨®n de El Salvador.
P. ?Y en Chile?
R. En el caso de Boric, s¨ª es donde hemos visto un poco m¨¢s esos liderazgos que quisi¨¦ramos ver en la regi¨®n, al menos en cuanto a su pol¨ªtica exterior. Ha puesto los derechos humanos muy en el centro y es capaz de sortear las diferencias ideol¨®gicas y condenar, por ejemplo, violaciones de derechos humanos, independientemente de qui¨¦n sea el perpetrador. Pero no cabe duda que tienen los desaf¨ªos enormes a nivel interno y que en este momento es un l¨ªder con altas tasas de impopularidad.
Algo parecido pasa en Colombia. Las expectativas sobre Gustavo Petro eran directamente proporcionales al rechazo a la Administraci¨®n anterior. Los problemas estructurales de violencia, de desigualdad, no se iban a terminar en un d¨ªa, pero ¨¦l lo prometi¨® y entonces obviamente la poblaci¨®n exige que cumplas. Dicho esto, tambi¨¦n se le reclama mucho que tiene un lenguaje polarizante. No siempre es conciliador, y este es un pa¨ªs que necesita m¨¢s conciliaci¨®n que divisiones.
P. Siguiendo con este repaso a Am¨¦rica Latina y sus democracias y respecto a los derechos humanos hay otra pareja de pa¨ªses que tambi¨¦n tienen en com¨²n l¨ªderes d¨¦biles y donde el poder lo tiene la legislatura, Ecuador y Per¨².
R. De Ecuador hay que hacer mucho seguimiento. Preocupa el incremento de la violencia que est¨¢ muy ligada obviamente a la transformaci¨®n del pa¨ªs en un centro importante de operaci¨®n de carteles y de toma del crimen organizado de territorios muy claves. Los desaf¨ªos que tiene el presidente electo Daniel Noboa son tremendamente grandes para una poblaci¨®n que tiene tambi¨¦n expectativas tremendamente grandes.
Y Per¨² est¨¢ en una encrucijada bastante grave porque nadie tiene una aprobaci¨®n tan baja como la presidenta peruana, Dina Boluarte, o como el Congreso peruano, en torno al 6%. Y a pesar de eso, siguen actuando para desmantelar unas instituciones democr¨¢ticas que tanto costaron construir, como la Defensor¨ªa del Pueblo. En Per¨² s¨ª hubo un proceso de justicia transicional, una vuelta de la democracia pero los factores autoritarios siguieron teniendo mucho poder. Esa desigualdad entre ciudad y campo que en Per¨² es tan marcada, la discriminaci¨®n contra los pueblos ind¨ªgenas, se volvieron caldo de cultivo no para que la democracia nunca se consolidara.
P. Nos queda M¨¦xico, uno de los grandes pa¨ªses donde habr¨¢ elecciones el a?o pr¨®ximo. ?Qu¨¦ hay que vigilar?
R. Un pa¨ªs donde hay democracia y al mismo tiempo 110.000 personas desaparecidas es una contradicci¨®n enorme. Buena parte de esas desapariciones justamente ocurrieron en el sexenio de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. En vez de retirar al Ej¨¦rcito de las calles, como tanto prometi¨®, profundiz¨® la militarizaci¨®n. Los militares ahora controlan las aduanas. La incursi¨®n de las Fuerzas Armadas en aspectos que siempre fueron civiles en la pol¨ªtica mexicana es de los legados m¨¢s decepcionantes del sexenio, y eso va a tener un efecto profundo en M¨¦xico para las pr¨®ximas d¨¦cadas. Una vez que empieza a darle mayor poder a las Fuerzas Armadas es siempre muy dif¨ªcil revertir esos procesos y creo que lo vamos a ver con quien sea elegido. A eso se le agrega un gran desprecio por la sociedad civil, el periodismo independiente, muy poca tolerancia a la cr¨ªtica. Tambi¨¦n, intentos de desmantelar el poder judicial.
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