Scholz afronta el fin de la legislatura debilitado y con una Alemania derechizada
La victoria socialdem¨®crata en Brandeburgo da aire al canciller sin despejar las dudas sobre el futuro de su coalici¨®n
Alemania no sale indemne de las elecciones regionales celebradas en Brandeburgo el pasado domingo y en Turingia y Sajonia a principios de septiembre. El ciclo electoral deja un canciller, el socialdem¨®crata Olaf Scholz, debilitado, y un pa¨ªs derechizado.
La victoria del SPD de Scholz en Brandeburgo le dar¨¢ aire para los pr¨®ximos meses, pero sin garant¨ªas de que su impopular coalici¨®n con ecologis...
Alemania no sale indemne de las elecciones regionales celebradas en Brandeburgo el pasado domingo y en Turingia y Sajonia a principios de septiembre. El ciclo electoral deja un canciller, el socialdem¨®crata Olaf Scholz, debilitado, y un pa¨ªs derechizado.
La victoria del SPD de Scholz en Brandeburgo le dar¨¢ aire para los pr¨®ximos meses, pero sin garant¨ªas de que su impopular coalici¨®n con ecologistas y liberales pueda agotar el a?o que le queda de legislatura. La pujanza, a izquierda y derecha, de partidos contrarios a la inmigraci¨®n ha acelerado la competici¨®n entre los moderados para apretar las tuercas a los inmigrantes sin papeles.
En los tres Estados federados del territorio de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana que acaban de votar, la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) ha recogido cerca de un tercio de los sufragios y se ha consolidado como una fuerza central. El nuevo partido de Sahra Wagenknecht, disidente de la izquierda poscomunista y tambi¨¦n favorable a medidas restrictivas con los extranjeros, ser¨¢ decisiva para formar gobierno en Turingia y en Brandeburgo.
Tras varios ataques islamistas que han disparado la inquietud en una parte de la sociedad, la coalici¨®n del socialdem¨®crata Scholz ha reforzado los controles en las fronteras, mientras la oposici¨®n cristianodem¨®crata le exige ir m¨¢s all¨¢. La inmigraci¨®n se ha instalado en el centro del debate alem¨¢n.
Scholz encara el oto?o con la econom¨ªa estancada y una industria en crisis. Tambi¨¦n, a la vuelta de la esquina, un debate presupuestario que amenaza con romper la llamada coalici¨®n sem¨¢foro. Y una creciente impaciencia sobre la ayuda alemana para Ucrania en la guerra desatada por Rusia que se expresa en los ¨¦xitos electorales de AfD y de la nueva Alianza Sahra Wagenknecht (BSW).
Si las elecciones legislativas se celebrasen hoy, los conservadores de la CDU/CSU ganar¨ªan con un 31%, seg¨²n un sondeo reciente del instituto Forsa. Quedar¨ªa en segunda posici¨®n la extrema derecha de AfD con un 17% y, tercero, el SPD de Scholz con un 15%. La CDU/CSU ha acordado designar como candidato al veterano Friedrich Merz, representante del ala derechista que repudia las pol¨ªticas m¨¢s moderadas de la excanciller Angela Merkel, del mismo partido.
¡°La gente est¨¢ decepcionada con la coalici¨®n sem¨¢foro, especialmente en el Este¡°, analiza Uwe Jun, polit¨®logo de la Universidad de Tr¨¦veris. ¡°Creen que no han sabido trabajar bien juntos, que la comunicaci¨®n es err¨¢tica y que no han conseguido resolver problemas de las que inquietan a la gente respecto a la inmigraci¨®n o al futuro econ¨®mico de Alemania. Y por eso han decidido votar m¨¢s por partidos de protesta como AfD y BSW.¡°
Los tres Estados que han votado este mes suman unos 8,5 millones de habitantes, un 10% de la poblaci¨®n total de Alemania. No son representativos de todos el pa¨ªs. Es arriesgado extrapolar.
¡°La parte oriental siempre estuvo m¨¢s abierta a nuevos partidos como AfD o BSW, porque los v¨ªnculos con los partidos establecidos son menores¡°, explica el polit¨®logo Jun. ¡°Se sienten m¨¢s insatisfechos con la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. Algunos tienen la impresi¨®n de ser ciudadanos de segunda clase y de que la parte occidental domina en la pol¨ªtica y que no pueden alcanzar el nivel de la Alemania Occidental en cuestiones como las pensiones o los salarios. Y responsabilizan a los pol¨ªticos.¡°
¡°Desde la reunificaci¨®n [en 1990], siempre ha votado distinto respecto a la Alemania del Oeste¡±, dice Joseph de Weck, columnista en la revista alemana International Politik y especialista del laboratorio de ideas franc¨¦s Institut Montaigne. ¡°Estos resultados¡°, advierte en referencia a las recientes regionales, ¡°no se reproducir¨¢n a escala nacional¡°.
Han sido unas elecciones muy orientales. Y, sin embargo, el impacto se siente en todo el pa¨ªs.
¡°Que el riesgo de que Scholz no salga reelegido sea tan alto¡°, dice De Weck, ¡°demuestra que Alemania est¨¢ en una fase de inestabilidad nueva para este pa¨ªs. La inestabilidad es pol¨ªtica, con AfD que avanza y que la Alianza Sahra Wagenknecht, que no exist¨ªa hasta hace unos meses y ahora se impone en el paisaje pol¨ªtico. El sistema pol¨ªtico era estable y los nuevos partidos necesitaban mucho tiempo para implantarse. Ahora se ve c¨®mo un partido puede implantarse de la noche a la ma?ana¡±. Apunta el experto a otro factor, un creciente des¨¢nimo social. ¡°Hasta hace unos a?os los alemanes pensaban: ¡®Todo va bien, somos l¨ªderes en Europa, somos el motor del crecimiento¡±, dice. ¡°Ahora tienen un poco la impresi¨®n que la nave hace aguas¡±, a?ade.
Si, como preve¨ªan los sondeos, la extrema derecha hubiese ganado en Brandeburgo, es posible que hoy la disoluci¨®n de la coalici¨®n sem¨¢foro estuviese a la orden del d¨ªa, o al menos la renuncia de Scholz a presentarse a la reelecci¨®n en las legislativas de septiembre de 2025. Por ahora, mantiene la candidatura, pese a que circulan nombres, como el del ministro de Defensa, Boris Pistorius, como recambio.
Los socialdem¨®cratas, en Brandeburgo, ganaron con un 30,9% de votos y mantienen as¨ª un feudo que gobiernan desde 1990. AfD qued¨® segunda, con un 29,3%, seguida del partido de Wagenknecht con un 13,5%. Para gobernar, los socialdem¨®cratas necesitar¨¢n a Wagenknecht, aliada necesaria tambi¨¦n para los cristianodem¨®cratas si quieren gobernar en Turingia y evitar que llegue al poder la extrema derecha, primera en votos en las elecciones del 1 de septiembre en este land.
El cord¨®n sanitario se aplica a AfD pero no a Wagenknecht. El primero es un partido de la derecha radical; la segunda, de izquierdas. Ambos conectan con una parte de la poblaci¨®n que se siente m¨¢s cercana de Rusia. La presi¨®n a Scholz para que rebaje el apoyo a Ucrania crecer¨¢. De momento, el ¨¦xito de estos partidos ha contribuido a poner la inmigraci¨®n en lo alto de la agenda.
¡°Los partidos pol¨ªticos racionales saben que pierden las elecciones si no usan palabras fuertes sobre la inmigraci¨®n, y esto se puede ver desde AfD hasta partes el SPD, desde los liberales hasta el partido de Wagenknecht¡±, observa Wolfgang Merkel, polit¨®logo del Centro de Investigaci¨®n de Ciencias Sociales de Berl¨ªn. ¡°El ¨²nico partido relevante que no ha seguido este movimiento hacia la derecha en inmigraci¨®n son Los Verdes. Y pagan por ello¡±.
En Brandeburgo, Scholz salv¨® los muebles, pero nadie le atribuye la victoria a ¨¦l, sino a Dietmar Woidke, presidente del land y candidato del SPD. Woidke hizo campa?a distanci¨¢ndose de Scholz y la coalici¨®n, y le funcion¨®.
La coalici¨®n cotiza a la baja. En Brandeburgo y los otros dos Estados que han celebrado elecciones, los resultados de los otros socios de Gobierno han sido desastrosos.
Los liberales del FDP son el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil. No han superado el 1,1% en ninguna de las tres elecciones y su l¨ªder, el ministro de Finanzas Christian Lindner, promete un ¡°oto?o de las decisiones¡±. Traducido: si Scholz y los ecologistas no ceden en cuestiones como el presupuesto o la inmigraci¨®n, amagan con romper la coalici¨®n y precipitar unas elecciones anticipadas en las que los conservadores parten como favoritos.
¡°El SPD escondi¨® a Scholz durante la campa?a, por eso su triunfo es una victoria contra el canciller¡±, resume el sensacionalista Bild Zeitung. Y concluye, se?alando a Scholz y sus aliados: ¡°Quien realmente quiera tomarse en serio la voluntad de los votantes, debe cambiar de pol¨ªtica, o simplemente dejarlo correr¡±.