?Qu¨¦ es un pa¨ªs seguro? Italia y la UE ensayan en Albania el endurecimiento de la pol¨ªtica de expulsi¨®n de migrantes
Meloni, que se siente respaldada por Bruselas, prepara una nueva deportaci¨®n como experimento del futuro modelo de una Europa blindada y de l¨ªnea dura con la inmigraci¨®n
La nave militar italiana Libra, que realiz¨® la primera deportaci¨®n de la UE de migrantes a Albania, est¨¢ atracada en Sicilia, esperando el momento de realizar un segundo traslado. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, no ha cedido al rev¨¦s judicial que hizo fracasar el primer intento el pasado 18 de octubre ¨D16 personas que acabaron llegando a Italia¨D, y asegura que volver¨¢ a intentarlo. Tras aprobar...
La nave militar italiana Libra, que realiz¨® la primera deportaci¨®n de la UE de migrantes a Albania, est¨¢ atracada en Sicilia, esperando el momento de realizar un segundo traslado. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, no ha cedido al rev¨¦s judicial que hizo fracasar el primer intento el pasado 18 de octubre ¨D16 personas que acabaron llegando a Italia¨D, y asegura que volver¨¢ a intentarlo. Tras aprobar un decreto ley con el que pretende driblar los obst¨¢culos legales, camina hacia un nuevo choque con los jueces y la justicia europea. El resultado de una segunda deportaci¨®n es incierto, pero su objetivo es, precisamente, testar la resistencia de las costuras legales y seguir reescribiendo un punto clave, el concepto de pa¨ªs seguro de origen de un migrante, que permite prever el rechazo de su petici¨®n de asilo.
El mi¨¦rcoles alcanz¨® una primera encrucijada. Ante una petici¨®n de asilo de un ciudadano banglades¨ª, un juzgado de Bolonia pidi¨® al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) que le aclare si debe cumplir la normativa europea o, como exige la mandataria ultraconservadora, el nuevo decreto italiano. Adem¨¢s lo hizo con pol¨¦mica, cuestionando la postura del Gobierno de Meloni a la hora de considerar seguro un pa¨ªs de origen de un migrante, pese a que tenga minor¨ªas perseguidas: alega que con esos criterios hasta la Alemania nazi se podr¨ªa considerar un pa¨ªs seguro.
La clave del frenazo judicial al modelo Albania es una reciente sentencia del TJUE en la que se basaron los magistrados italianos que pararon el primer traslado al pa¨ªs balc¨¢nico. Argumenta que si en un pa¨ªs hay alguna zona no segura, o un parte de la poblaci¨®n perseguida, todo su territorio debe considerarse no seguro. Por esa raz¨®n, el tribunal de Roma no convalid¨® la retenci¨®n en frontera, en este caso en Albania, de los 12 migrantes que quedaban internados en el pa¨ªs balc¨¢nico.
Se par¨® as¨ª, en el primer tr¨¢mite, el pol¨¦mico protocolo r¨¢pido de retenci¨®n y expulsi¨®n que desde hace a?o y medio aplica el Gobierno italiano, y que se basa en una lista de 22 pa¨ªses considerados seguros. Son aquellos Estados que Italia juzga que respetan los derechos b¨¢sicos y a cuyos ciudadanos, a priori, prev¨¦ rechazar sus peticiones de asilo. El problema es que el criterio del tribunal europeo ha reducido esos pa¨ªses a siete, todos irrelevantes para las llegadas por mar a Italia.
Meloni, sin embargo, sigue adelante porque sabe que no est¨¢ sola, es m¨¢s, se siente una pionera. La UE sondea seguir su senda, o adaptarla, en un futuro pr¨®ximo. Hace unos d¨ªas, la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen, llam¨® en una carta a los pa¨ªses miembros a ¡°seguir explorando¡± el camino de Albania para desarrollar centros de retorno fuera del territorio comunitario. Un n¨²mero creciente de pa¨ªses ve el protocolo Meloni con buenos ojos y quiere imitarlo. Pero es posible que los campos de expulsi¨®n italianos en Albania terminen tarde o temprano en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, dice una alta fuente europea.
La realidad es que el ejemplo de Albania es solo una pica de un modelo m¨¢s amplio y restrictivo de fronteras blindadas y deportaciones efectivas, en el que la Uni¨®n revisar¨¢ tambi¨¦n su concepto de qu¨¦ es un pa¨ªs seguro para abrir el abanico de expulsiones. Meloni sabe adem¨¢s que, como tarde, en junio de 2026, cuando entre en vigor el pacto migratorio que reforma toda la pol¨ªtica de acogidas en la Uni¨®n, gran parte de las salvedades legales que la justicia argumenta ahora se evaporar¨¢n. Su controvertido protocolo r¨¢pido de retenci¨®n y expulsi¨®n ya es el que aplicar¨¢ la UE a partir de entonces.
La nueva regulaci¨®n de la UE establece que hay pa¨ªses seguros y tambi¨¦n zonas seguras dentro de un pa¨ªs que no lo es, al contrario de lo que dice la reciente sentencia europea, que interpreta la normativa vigente. Adem¨¢s, las nuevas normas incluyen la posibilidad de que la Uni¨®n tenga una lista europea de pa¨ªses seguros que prevalecer¨ªa sobre las de los Estados miembros; algo que se hab¨ªa intentado y que nunca se logr¨®.
El pacto migratorio ¡ªun conjunto de decenas de normas y reglamentos¡ª es mucho m¨¢s restrictivo para los solicitantes de asilo y sus condiciones de acogida. Establece c¨®mo deben procesarse las peticiones desde su llegada ¡ªque incluye una opci¨®n de dejar al refugiado en el limbo y computarle como que a¨²n no ha entrado en la UE mientras se procesa su solicitud¡ª, c¨®mo registrar e identificar a los migrantes y c¨®mo derivarles a la siguiente fase e iniciar el proceso de asilo o no, en funci¨®n de su nacionalidad y de cu¨¢ntas posibilidades tiene de recibir asilo.
El pacto, que ha tardado casi una d¨¦cada en aprobarse, establece adem¨¢s un reparto solidario de solicitantes de asilo por cuotas entre los Estados o, en caso contrario, una contribuci¨®n de 20.000 euros a una cesta com¨²n por cada refugiado rechazado. Las nuevas regulaciones no resuelven, sin embargo, uno de los principales problemas del sistema: que solo el 20% de quienes no tienen derecho al asilo son expulsados de la UE. Los pa¨ªses de origen de la inmigraci¨®n son muy reacios a aceptar las repatriaciones y los acuerdos en este ¨¢mbito son dif¨ªciles. A ese cuello de botella se acabar¨¢ llegando de todos modos.
Es lo que la Comisi¨®n Europea, capitaneada por una Von der Leyen de l¨ªnea cada vez m¨¢s dura, planea resolver con una nueva regulaci¨®n para endurecer las deportaciones ¡ªtratando de firmar y reforzar acuerdos con los pa¨ªses de origen, movilizando fondos y jugando con la carta de facilitar o dificultar visados a esos Estados, por ejemplo¡ª en la que sondea incluir tambi¨¦n un resquicio para permitir campos de expulsi¨®n fuera de territorio comunitario.
Para dar m¨¢s margen a encontrar uno de esos pa¨ªses en los que alg¨²n Estado podr¨ªa instalar un centro y, sobre todo, para aumentar las deportaciones ¡ªa una de esas instalaciones o no¡ª la jefa comunitaria ha prometido revisar tambi¨¦n el concepto de ¡°tercer pa¨ªs seguro¡±. Los nuevos reglamentos del pacto migratorio permiten enviar al solicitante de asilo rechazado (con su consentimiento) a uno de esos terceros pa¨ªses seguros si tiene ¡°alg¨²n tipo de conexi¨®n¡± con ese Estado. Un concepto muy amplio que puede ir desde que cruz¨® a territorio comunitario desde all¨ª a que tenga alg¨²n familiar en ese pa¨ªs.
En el pacto migratorio ya hay una cl¨¢usula de que ese concepto de ¡°tercer pa¨ªs seguro¡± se revisar¨¢, precisa una fuente diplom¨¢tica. El que Von der Leyen haya prometido hacerlo incluso antes de ver c¨®mo funciona la nueva regulaci¨®n puede ser problem¨¢tico.
A la espera de que la UE se mueva, Meloni sigue su experimento, moldeando el concepto de pa¨ªs seguro. El tribunal de Roma rechaz¨® la retenci¨®n en frontera de los migrantes enviados a Albania porque consider¨® que sus pa¨ªses de origen, Banglad¨¦s y Egipto, no eran seguros. Fallaba, por tanto, una de las condiciones b¨¢sicas para gestionar por la v¨ªa r¨¢pida sus solicitudes y orden¨® que fueran trasladados a Italia.
Tres posibles desenlaces de una nueva deportaci¨®n a Albania
Italia prev¨¦ ahora hacer un segundo intento, tras introducir novedades con un decreto ley. A la luz de la sentencia europea, ha reducido su lista de pa¨ªses considerados seguros de 22 a 19. Ha quitado Nigeria, Camer¨²n y Colombia, los tres casos m¨¢s claros de pa¨ªses con zonas no seguras. Aunque siguen en la lista otros pa¨ªses con zonas cr¨ªticas, como Georgia o Per¨². Pero el decreto de Meloni solo se ha atenido al criterio geogr¨¢fico de violaciones de derechos. No ha tenido en cuenta si en un pa¨ªs hay colectivos perseguidos: lo que sucede en 12 de los 19 que a¨²n siguen en la nueva lista. Por ejemplo, en Banglad¨¦s y Egipto, nacionalidades de los primeros deportados y con mayor n¨²mero de llegadas por mar a Italia, junto a T¨²nez, tambi¨¦n considerado seguro por Italia, pese a ser una dictadura.
El decreto ha introducido m¨¢s cambios para afinar la repuesta legal. El Gobierno puede recurrir la decisi¨®n en segunda instancia, ya no al Supremo como hasta ahora (algo que ha levantado protestas en tribunales ya muy saturados que ahora temen unos 200.000 recursos al a?o), y la sentencia debe llegar en 10 d¨ªas. Tambi¨¦n obliga al juez a motivar las razones concretas de cada caso personal, pues las excepciones a los procedentes de esos 19 pa¨ªses solo se pueden hacer ¡°cuando se producen graves circunstancias y razones¡±.
?Qu¨¦ pasar¨¢ con una segunda deportaci¨®n a Albania? Pueden ocurrir tres cosas. Una, el tribunal hace lo mismo que la primera vez: rechaza la retenci¨®n en frontera aplicando la sentencia europea. Dos, la convalida siguiendo el nuevo decreto del Gobierno. Tres, repite lo que acaba de hacer un juzgado de Bolonia: elevar una consulta al tribunal europeo, o al Tribunal Constitucional italiano, para que aclare el conflicto de criterios.
Son ensayos a la espera de los grandes cambios de 2026. Y que en todo caso, insisten en Italia los expertos, ocultan el verdadero problema, de dif¨ªcil soluci¨®n: esa media de un 20% de expulsiones. Se puede retener o deportar a terceros pa¨ªses a la espera de resolver sus peticiones de asilo a todos los migrantes que se quiera, pero al final del proceso la mayor¨ªa de las repatriaciones nunca se llevan a cabo y esas personas se quedan en la UE. ¡°El modelo Albania no cambia nada. Lo ¨²nico que hace es acelerar, a un coste muy alto, el momento en que esos migrantes se convierten en irregulares en Italia¡±, opina Matteo Villa, investigador del ISPI de Mil¨¢n.
Entre 2022 y 2023, Italia entreg¨® la orden de expulsi¨®n a 22.495 migrantes del norte de ?frica, pero solo logr¨® repatriar realmente a 2.800. El resto tienen una orden de expulsi¨®n en el bolsillo y se quedan en el pa¨ªs, trabajando sin papeles y esperando que no los arresten.
Villa prev¨¦ que, al final, aunque los tribunales ya convaliden la retenci¨®n en Albania, el centro se sature de migrantes a la espera de una expulsi¨®n que nunca llega y acaben siendo trasladados a Italia. El ¨²nico acuerdo de repatriaciones de Italia que funciona regularmente es con T¨²nez. ¡°Cada semana hay un vuelo, la tasa de repatriaci¨®n es de las m¨¢s altas y aun as¨ª es solo del 24%¡±, explica. En su opini¨®n, a partir de 2026 y aunque se gestione a nivel europeo, el problema de la repatriaci¨®n seguir¨¢ sin resolverse.