Metula, la localidad israel¨ª bajo fuego constante de Hezbol¨¢ en plena frontera con L¨ªbano
El alcalde admite que ¡°no es el momento para que regresen los civiles¡±, pese a la invasi¨®n militar de L¨ªbano que ha puesto en marcha el ej¨¦rcito
La mano de Tal mueve con el rat¨®n la c¨¢mara elegida de entre decenas hacia la derecha o la izquierda. Acerca o aleja la imagen gracias al potente zoom del objetivo, que alcanza a mostrar algunas casas empleadas por Hezbol¨¢ ¡ªahora bombardeadas por tropas israel¨ªes¡ª en la localidad libanesa de Jiam, a unos cinco kil¨®metros del b¨²nker de Metula (Israel) en el que ¨¦l se encuentra rodeado de pantallas. ¡°Esta es justo la frontera¡±, comen...
La mano de Tal mueve con el rat¨®n la c¨¢mara elegida de entre decenas hacia la derecha o la izquierda. Acerca o aleja la imagen gracias al potente zoom del objetivo, que alcanza a mostrar algunas casas empleadas por Hezbol¨¢ ¡ªahora bombardeadas por tropas israel¨ªes¡ª en la localidad libanesa de Jiam, a unos cinco kil¨®metros del b¨²nker de Metula (Israel) en el que ¨¦l se encuentra rodeado de pantallas. ¡°Esta es justo la frontera¡±, comenta, se?alando un doble vallado con alambrada. Sin descolgarse en ning¨²n momento el rifle, este reservista israel¨ª de 46 a?os, que prefiere no dar su apellido, vigila desde este centro de mando la amenaza del enemigo. Cinco personas murieron el jueves de la semana pasada por el impacto de un misil mientras recolectaban manzanas. Como muestra del peligro cotidiano, Tal recupera un v¨ªdeo grabado hace unas semanas del lanzamiento hacia Metula de un proyectil antitanque desde Jiam, en el sur de L¨ªbano.
Hace m¨¢s de un mes ¡ªdesde el 1 de octubre¡ª que el ej¨¦rcito de Israel ha invadido el sur del pa¨ªs vecino y golpea los pueblos de alrededor de la l¨ªnea divisoria en un intento por desactivar la amenaza de Hezbol¨¢. Pero el partido-milicia chi¨ª sigue lanzando, ahora desde m¨¢s lejos, ataques a diario. As¨ª lo aseguran el alcalde, David Azoulai, y varios militares. El regidor se refiere a las redadas y al armamento encontrado en los pueblos libaneses de alrededor como parte del plan de Israel para volver a hacer del norte del pa¨ªs, de donde fueron evacuadas unas 60.000 personas, una zona segura. Sin embargo ¨Dy a la vez que sostiene que la amenaza ha disminuido de forma ¡°significativa¡±¨D, el reservista reconoce que la capacidad de ataque de Hezbol¨¢ ¡°no ha sido eliminada del todo¡±.
Israel anunci¨® el domingo pasado y este mi¨¦rcoles que ha matado a dos responsables de Hezbol¨¢ en Jiam, el pueblo que Tal muestra desde el puesto de control. Se trata de Farouk Amin Alasi y Abd al Haleem Harb, considerados responsables de ¡°muchos ataques con misiles antitanques y cohetes contra comunidades israel¨ªes en la franja de Galilea, y especialmente Metula¡±, seg¨²n el ej¨¦rcito. Desde el otro lado de la frontera, la realidad de la guerra se ve de otra forma. Las operaciones por tierra y aire de las tropas israel¨ªes han destruido unas 40.000 casas en una treintena de localidades en estas cinco semanas, seg¨²n la agencia oficial libanesa, que habla de ¡°una campa?a de destrucci¨®n¡± contra las regiones del sur con hasta ¡°37 pueblos arrasados¡±.
Azoulai muestra en el b¨²nker restos del armamento llegado a Metula desde L¨ªbano y que, afirma, se fabrica en Ir¨¢n, Rusia o Corea del Norte. Hay morteros, cohetes Katiusha y drones. Uno de los principales objetivos que se ha marcado el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, es que los vecinos del norte del pa¨ªs puedan regresar a sus casas de manera segura. La realidad sobre el terreno muestra que eso no va a ocurrir en el corto plazo. ¡°Este no es el momento para que regresen los civiles. Eso ser¨¢ cuando la seguridad est¨¦ plenamente garantizada en el norte¡±, se?ala el alcalde. De momento, ¡°contin¨²a la amenaza de misiles y proyectiles antitanque¡±, agrega. ¡°Estamos preparados para el tiempo que sea necesario, hasta que la amenaza sea eliminada totalmente¡±.
Metula, que antes de ser evacuada al principio de la guerra ten¨ªa unos 2.500 habitantes, es la localidad m¨¢s septentrional de Israel. Se encuentra m¨¢s pr¨®xima en l¨ªnea recta de Beirut (L¨ªbano) y Damasco (Siria), a unos 70 kil¨®metros, que de Haifa (Israel), a unos 80. Sus casas, hoy casi todas vac¨ªas, se hallan enclavadas en lo que sobre el mapa parece un estrecho callej¨®n de menos de dos kil¨®metros de ancho, rodeado por la frontera libanesa al este, oeste y norte. La constante amenaza que llega del otro lado y el movimiento de tropas ha convertido la localidad en zona de combate. Solo puede accederse a ella por el sur, siempre con permiso y acompa?amiento del ej¨¦rcito, como hizo EL PA?S el pasado lunes, junto a otros medios de comunicaci¨®n.
Apenas media docena de vecinos ha decidido permanecer en la localidad junto a algunos empleados municipales, el equipo de seguridad local y un pu?ado de uniformados que deambulan por calles desiertas. El ej¨¦rcito sigue concediendo permisos a determinados trabajadores. (Una medida que ha causado pol¨¦mica en los ¨²ltimos d¨ªas, porque se trata de una zona militar cerrada en pleno frente). ¡°Lo hace para que se pueda mantener la actividad agr¨ªcola, especialmente la cosecha de manzanas¡±, destaca David Azoulai. La continuaci¨®n de esas labores permiti¨® que un misil matara a cuatro trabajadores tailandeses y un israel¨ª el pasado jueves. El Gobierno de Tailandia ha emitido un comunicado de protesta.
¡°No hay palabras para explicarlo. Fue horrible¡±, explica Aviv, reservista de 55 a?os, que tampoco da su apellido. ?l fue uno de los primeros en llegar a la finca donde impact¨® el cohete. Con un hijo enrolado en la conocida brigada Golani, que estos d¨ªas participa en la invasi¨®n de L¨ªbano tras hacerlo en Gaza, tampoco ve posible a corto plazo el regreso de la poblaci¨®n a Metula ni al resto de localidades evacuadas del entorno fronterizo. El despliegue ha alejado a los milicianos de Hezbol¨¢, pero no han dejado de lanzar proyectiles ¡°desde cada vez m¨¢s lejos, a veces desde 20 kil¨®metros¡±, comenta delante de la casa de un anciano destruida hace un par de meses en uno de esos ataques.
Una decena de kil¨®metros m¨¢s al sur, la terraza de la vivienda de Miki Caspi, de 70 a?os, y su pareja, Nahum, de 63, es la atalaya perfecta para observar la guerra desde Kiriat Shmona, localidad tambi¨¦n fronteriza con L¨ªbano. Aunque los ataques persisten y con frecuencia han de resguardarse en la habitaci¨®n de seguridad del d¨²plex, se?ala Caspi; ambos se sienten m¨¢s seguros desde que las tropas israel¨ªes ocupan territorio m¨¢s all¨¢ de la frontera y desmantelan los t¨²neles por los que los milicianos de Hezbol¨¢ pod¨ªan llegar al lado israel¨ª.
La mayor¨ªa de los 20.000 vecinos de Kiriat Shmona fueron evacuados y en torno al 10% ha regresado, aunque Caspi y Nahum nunca llegaron a marcharse. En su azotea, repleta de flores y plantas exquisitamente cuidadas, ondean la bandera israel¨ª y la del arco¨ªris; una mancha negra de tierra quemada en un olivar a unos 200 metros se?ala el lugar del impacto de uno de los ¨²ltimos ataques.
¡°No hay inocentes en esos pueblos¡±, dice Mike Caspi, se?alando los montes fronterizos mientras expresa su desconfianza en la misi¨®n de paz de la ONU. ¡°En los ¨²ltimos 17 a?os, de vecinos granjeros que se relacionaban con los habitantes de Metula se ha pasado a chi¨ªes que buscan matar israel¨ªes¡±, afirma. Ese es el periodo transcurrido entre la ¨²ltima guerra entre L¨ªbano e Israel, en el verano de 2006, y el comienzo de la actual, en 2023.