Un Macron debilitado vuelve a la casilla de salida
Amenazado por un clamor de fondo que ve inevitable su dimisi¨®n, el presidente franc¨¦s gasta otra carta con el nombramiento del centrista Fran?ois Bayrou para intentar reconducir su mandato
Emmanuel Macron vuelve a la casilla de salida. Tres meses despu¨¦s de nombrar al conservador Michel Barnier, el gran negociador del Brexit, un hombre de Estado con una hoja de servicios impecable, para hacer frente al caos desatado tras la disoluci¨®n de la Asamblea el pasado junio, ha tenido que gastar otra vida. Si su intento por acabar el mandato fuera un videojuego, podr¨ªa decirse que cuenta con un cr¨¦dito menos. Porque su quinquenio ir¨¢ perdiendo fuer...
Emmanuel Macron vuelve a la casilla de salida. Tres meses despu¨¦s de nombrar al conservador Michel Barnier, el gran negociador del Brexit, un hombre de Estado con una hoja de servicios impecable, para hacer frente al caos desatado tras la disoluci¨®n de la Asamblea el pasado junio, ha tenido que gastar otra vida. Si su intento por acabar el mandato fuera un videojuego, podr¨ªa decirse que cuenta con un cr¨¦dito menos. Porque su quinquenio ir¨¢ perdiendo fuerza y recursos a medida que las cosas vuelvan a complicarse.
Lo relevante, m¨¢s all¨¢ del ins¨®lito teatro pol¨ªtico de las ¨²ltimas horas, es ver con qu¨¦ ventajas cuenta ahora el nuevo primer ministro, el centrista Fran?ois Bayrou, respecto a su predecesor para evitar descarrilar en la primera curva. Y sobre todo, c¨®mo afectar¨¢ la relaci¨®n entre el jefe del Gobierno y el propio Macron, dos hombres que se conocen bien y que han hecho parte de su viaje juntos, a la solidez del Ejecutivo que el nuevo primer ministro comenz¨® ya a dise?ar el s¨¢bado.
Bayrou, esa es la paradoja del momento, refuerza a Macron, pero tambi¨¦n lo debilita. Su perfil es mucho m¨¢s complejo que el de Barnier. Algo autoritario y col¨¦rico ¨Dvuelven a circular las im¨¢genes de 2002 en las que dio una bofetada a un ni?o porque cre¨ª que le hab¨ªa metido la mano en un bolsillo¨D, est¨¢ acostumbrado a mandar. Ha sido alcalde de Pau sin interrupci¨®n desde 1982, tres veces ministro y candidato a jefe de Gobierno y del Estado en distintas ocasiones. Pero, sobre todo, es el presidente de MoDem, un partido que aporta 36 diputados a la mayor¨ªa presidencial, un elemento que ya hizo valer la ma?ana del viernes, cuando Macron le anunci¨® ¡ªen una humillante reuni¨®n de una hora y 45 minutos¡ª que, finalmente, no ser¨ªa el primer ministro. ¡°Me un¨ª a ti para hacer grandes cosas, no peque?as¡±, le solt¨® al presidente. ¡°As¨ª que es muy simple: si no me nombras, retiro mi apoyo¡±. Un bot¨ªn de diputados suficiente para que la partida terminase sin necesidad de esperar de nuevo la sentencia de la ultraderecha de Marine Le Pen. Un cuarto de hora despu¨¦s de despedirse, cuando el desconcierto era total, el jefe del Estado volvi¨® a llamar Bayrou para anunciarle que volv¨ªa a ser el elegido.
El nombramiento del nuevo primer ministro constituy¨®, antes incluso de producirse, el primer pulso que perd¨ªa Macron nada m¨¢s empezar su nueva apuesta. Al imponerse al jefe de Estado, consolid¨® desde el principio del mandato su autonom¨ªa. Ahora todo el mundo sabe que el presidente no lo quer¨ªa y ha tenido que tragar.
Para Macron puede interpretarse como una derrota necesaria. Para Bayrou es una carta de presentaci¨®n excelente con el resto de partidos, al evitar ser percibido ¨²nicamente como el en¨¦simo juguete de Macron. Pero ese comienzo no augura nada bueno, opina G¨¦rard Courtois, periodista y autor de Parties de Campagne: La saga des ¨¦lections pr¨¦sidentielles (1958-2017), un apasionante viaje por las campa?as de los comicios presidenciales franceses. ¡°Es la primera vez que veo algo as¨ª desde que sigo la pol¨ªtica francesa. Es la demostraci¨®n del debilitamiento del presidente y la ambici¨®n de Bayrou por tener la vara de mando. ?l tiene un car¨¢cter muy fuerte, es muy orgulloso, cree que es ¨¦l quien permiti¨® la elecci¨®n de Macron en 2017¡ y, la verdad, no es totalmente falso¡±, apunta Courtois.
Una relaci¨®n que viene de lejos
La historia entre ambos, esa confianza que puede volverse un lento veneno para Macron, viene de lejos. Bayrou decidi¨® retirarse de la campa?a electoral de 2017, ampliando al menos en un 5% la base electoral del futuro mandatario. ¡°El presidente est¨¢ en deuda con ¨¦l, y ahora es cada vez m¨¢s d¨¦bil. Con Barnier pod¨ªa contar con la derecha [el ex primer ministro pertenec¨ªa a Los Republicanos]. Con Bayrou no: es alguien muy poco apreciado en ese ¨¢mbito por su actitud en 2007 y en 2012, cuando llam¨® a votar por el socialista Fran?ois Hollande frente al conservador Nicolas Sarkozy. Es un pol¨ªtico ideol¨®gicamente cercano a Macron y tiene pocos diputados. La base es cada vez m¨¢s estrecha, y el presidente, cada m¨¢s fr¨¢gil. Dudo que pueda aguantar hasta el final¡±, augura Courtois.
El fuerte car¨¢cter de Bayrou, e incluso ese primer pulso, tambi¨¦n podr¨ªan ser algo bueno, opina Patrick Vignal, quien fuera diputado de Renaissance [el partido de Macron] entre 2012 a 2024 y buen conocedor de los equilibrios parlamentarios que sostienen al Gobierno. ¡°Bayrou fue capaz de doblar la mano a Macron. Es el primero de sus jefes de Gobierno que ha dicho: ¡®Yo existo¡¯. Y eso es algo positivo¡±. ¡°Puede ser una paradoja que un hombre fuerte no debilite a Macron. Pero el error de Barnier fue dar demasiados pedacitos, peque?as concesiones, a todos los partidos. Creo que es alguien que har¨¢ bien el trabajo y evitar¨¢ las mociones de censura. Y tampoco pienso que haya m¨¢s disoluciones. Pero ser¨ªa un error arrinconar a Macron y dejarlo solo en tareas internacionales¡±, contin¨²a Vignal. ¡°Y es importante ver tambi¨¦n con qui¨¦n va a gobernar. Hay que buscar gente que sabe de lo que habla, como Xavier Bertrand o Carole Delga¡±.
La pregunta ahora, m¨¢s all¨¢ de la configuraci¨®n del futuro Ejecutivo, es: ?por qu¨¦ Bayrou deber¨ªa lograr avanzar m¨¢s de tres meses? La principal respuesta se encuentra en los 66 diputados de la bancada socialista (PS) de la Asamblea Nacional. El partido de Olivier Faure decidi¨® romper filas con el Nuevo Frente Popular y distanciarse por primera vez en mucho tiempo de La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc M¨¦lenchon.
La ruptura alegra a muchos en las filas socialistas, cuyos l¨ªderes locales, como Delga, diputada y presidenta de la regi¨®n de Occitania, opinan que debe optarse por una posici¨®n constructiva. ¡°Cualquiera que sea el Gobierno, har¨¢ falta estar a la altura de la situaci¨®n. Francia est¨¢ en una situaci¨®n cr¨ªtica, pol¨ªticamente, socialmente, econ¨®micamente¡ y toda la clase pol¨ªtica, al margen de los extremos, tiene que trabajar y definir una hoja de ruta colectiva para responder a las expectativas de los franceses¡±, se?ala por tel¨¦fono. ¡°El PS tiene que estar en esa mesa con los otros partidos. Pero hace falta un equilibrio, trabajar en puntos convergentes y lograr un acuerdo de no censura¡±.
La salida de los socialistas del grupo que vote una posible moci¨®n de censura ayudar¨¢ a avanzar. Pero su condici¨®n para ello es que el Ejecutivo no vuelva a utilizar el art¨ªculo 49.3 para aprobar por decreto ninguna iniciativa. Algo complicado dada la mayor¨ªa parlamentaria actual. Y tanto Le Pen como M¨¦lenchon, m¨¢s interesados en un adelanto de las elecciones presidenciales que en la partida actual, intentar¨¢n obligar a Macron a gastar sus ¨²ltimos cr¨¦ditos antes de finalizar el mandato.