Starmer visita Washington para tender puentes entre Europa y Estados Unidos
El primer ministro brit¨¢nico coordina sus movimientos con los aliados europeos, pero viaja este jueves a la capital estadounidense con una maleta de gestos para ablandar al nuevo presidente: m¨¢s gasto en defensa y recortes en la ayuda al desarrollo
Keir Starmer se dispone a realizar este jueves el malabarismo m¨¢s arriesgado desde que se convirti¨® hace casi ocho meses en primer ministro del Reino Unido. Su visita a Washington persigue un triple objetivo: convencer a Donald Trump de que su pa¨ªs sigue siendo el aliado m¨¢s fiable al otro lado del Atl¨¢ntico (la ¡°relaci¨®n especial¡± desde los tiempos de Winston Churchill); coordinar sus esfuerzos con los aliados europeos...
Keir Starmer se dispone a realizar este jueves el malabarismo m¨¢s arriesgado desde que se convirti¨® hace casi ocho meses en primer ministro del Reino Unido. Su visita a Washington persigue un triple objetivo: convencer a Donald Trump de que su pa¨ªs sigue siendo el aliado m¨¢s fiable al otro lado del Atl¨¢ntico (la ¡°relaci¨®n especial¡± desde los tiempos de Winston Churchill); coordinar sus esfuerzos con los aliados europeos para reconducir la crisis de Ucrania y que todos suenen con una sola voz, ahora que busca desesperadamente un reinicio de las relaciones con la Uni¨®n Europea y, finalmente, proteger los intereses comerciales brit¨¢nicos frente a una guerra comercial de aranceles que pilla a Londres en la zona fr¨ªa y solitaria donde le dej¨® el Brexit.
A su llegada a la capital estadounidense el mi¨¦rcoles por la noche, Starmer ha vuelto a insistir en que la Administraci¨®n de Trump debe implicarse en garantizar la seguridad de Ucrania para poder alcanzar un acuerdo de paz sostenible con Rusia.
Cada primer ministro aspira a bailar solo con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Tony Blair jug¨® a ser el mediador de Europa ante Washington, cuando George W. Bush hab¨ªa decidido ya por su cuenta lanzar una guerra devastadora contra el Irak de Sadam Huse¨ªn. El Gobierno brit¨¢nico m¨¢s favorable a la UE de las ¨²ltimas d¨¦cadas solo logr¨® que le acompa?ara Espa?a, como recordar¨¢ siempre la foto del tr¨ªo de las Azores, con Blair, Bush y un Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de convidado de piedra.
Starmer, de momento, va de la mano del presidente de Francia, Emmanuel Macron. Ambos intercambiaron informaci¨®n por tel¨¦fono, despu¨¦s de la visita del primero a la Casa Blanca a principios de esta semana. Y se est¨¢ preparando para este domingo una reuni¨®n en Londres de ¡°varios l¨ªderes europeos¡± ¡ªsigue sin concretarse qui¨¦nes estar¨¢n all¨ª¡ª para discutir futuros planes de defensa.
Pero el dirigente brit¨¢nico ha querido desplegar gestos propios, de modo gradual, para que su acogida en la capital estadounidense sea lo m¨¢s c¨¢lida posible. Fue el primero en comprometerse a enviar soldados a Ucrania como fuerza de paz, como suger¨ªa Washington. Ha sido el primero en comprometerse oficialmente a aumentar su presupuesto de defensa (del 2,3% del PIB al 2,5% en abril de 2027, y el compromiso de llegar al 3% en la pr¨®xima legislatura). Y ha tomado esta decisi¨®n a costa de rebajar el gasto en ayuda al desarrollo, del 0,5% al 0,3%. La misma frialdad y el mismo despliegue de prioridades expresado por el Gobierno de Trump, cuando cort¨® de un tajo el presupuesto en ayuda exterior de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, en sus siglas en ingl¨¦s).
¡°En tiempos como estos, la defensa y la seguridad del pueblo brit¨¢nico debe estar siempre en primer lugar. Esa es la prioridad n¨²mero uno de este Gobierno¡±, ha justificado Starmer una decisi¨®n que ha puesto en alerta a las organizaciones de ayuda humanitaria y escandalizado a un sector del Partido Laborista.
¡°Somos un Gobierno de pragm¨¢ticos, no de ide¨®logos. Ten¨ªamos que buscar un equilibrio entre nuestro internacionalismo compasivo y las necesidades de nuestra seguridad nacional¡±, ha respondido de inmediato el ministro brit¨¢nico de Exteriores, David Lammy, en una tribuna para el diario The Guardian.
Gestos de aprobaci¨®n de Washington
Starmer comparti¨® con un c¨ªrculo muy reducido de su equipo la decisi¨®n de aumentar el gasto militar, pero orden¨® a su ministro de Defensa, John Healey, que comunicara de inmediato la noticia a su hom¨®logo estadounidense, Pete Hegseth, minutos antes de que el primer ministro la hiciera p¨²blica en su intervenci¨®n ante la C¨¢mara de los Comunes. ¡°Un paso firme por parte de un socio duradero¡±, reaccion¨® de inmediato Hegseth en su cuenta de la red social X.
El primer ministro brit¨¢nico persigue objetivos id¨¦nticos a los de la UE, que se centran en frenar el deseo de Trump de desentenderse de la OTAN y de la seguridad del continente. ¡°En las pr¨®ximas semanas y meses, ?puede forjarse un acuerdo que ponga fin a la guerra y no lleve a Ucrania a sentirse derrotada o a Europa a sentirse en riesgo? ?Un acuerdo que vuelva a normalizar la relaci¨®n trasatl¨¢ntica? No ser¨¢ f¨¢cil, y la visita del primer ministro a la Casa Blanca es tan solo un ladrillo m¨¢s en busca de la respuesta a estas preguntas¡±, ha escrito el corresponsal pol¨ªtico de la BBC, Chris Mason.
Las maniobras de Starmer buscan esas metas, pero no son del todo altruistas. Tambi¨¦n buscan situar al Reino Unido en la mejor de las situaciones posibles ante un terremoto geopol¨ªtico que ha dejado a todos con la guardia baja. ¡°Debemos rechazar esa falsa elecci¨®n entre aliados, entre un lado del Atl¨¢ntico y el otro. Va en contra de nuestra propia historia ¡ªla del pa¨ªs y la del propio Partido Laborista¡ª y en contra de nuestros intereses nacionales¡±, repite el primer ministro brit¨¢nico en las ¨²ltimas horas. ¡°La alianza con Estados Unidos es nuestra relaci¨®n bilateral m¨¢s importante. Le dir¨¦ al presidente Trump que quiero que esa relaci¨®n se fortalezca a¨²n m¨¢s, pero para eso necesitamos una nueva alianza con Europa. Nuestro compromiso con la defensa europea es inquebrantable, y ha llegado el momento de hacerlo m¨¢s firme¡±, asegur¨® Starmer ante los diputados del Parlamento brit¨¢nico.
El primer ministro quiere cerrar en Washington una protecci¨®n especial del Reino Unido frente a la amenaza de aranceles que Trump ha lanzado contra Europa. Intentar¨¢ convencerlo de que la balanza comercial entre sus dos pa¨ªses est¨¢ lo bastante equilibrada como para necesitar castigos extraordinarios. Y le ofrecer¨¢ de nuevo la alianza brit¨¢nica con las grandes tecnol¨®gicas estadounidenses para el avance y la explotaci¨®n de la Inteligencia Artificial.
Starmer ha demostrado una cautela virtuosa durante las ¨²ltimas semanas, al ignorar las provocaciones de personajes del entorno de Trump como el multimillonario Elon Musk o el vicepresidente J. D. Vance, mientras buscaba puntos en com¨²n y elogiaba la estrategia del presidente estadounidense en Ucrania como una llamada de atenci¨®n a Europa, para que despierte. Est¨¢ por ver si todos esos gestos, como las muestras de complicidad de Macron y el dignatario estadounidense a principios de semana, logran ara?ar alg¨²n cambio en la pol¨ªtica de Trump, o se reducen a treguas temporales a la espera de la pr¨®xima sorpresa.