La retirada del candidato a fiscal general revela la resistencia de la vieja guardia republicana a los excesos de Trump

Donald Trump lanz¨® la semana pasada un ¨®rdago. Propuso como fiscal general a Matt Gaetz, una de las personas de su c¨ªrculo menos indicadas para ese puesto. Su falta de experiencia y preparaci¨®n, as¨ª como los esc¨¢ndalos que arrastraba como equipaje, convert¨ªan la propuesta en una especie de prueba de resistencia del sistema. Si Trump era capaz de sacar adelante ese nombramiento, demostrar¨ªa que tiene el Congreso a sus pies y, por tanto, a nadie ...

Donald Trump lanz¨® la semana pasada un ¨®rdago. Propuso como fiscal general a Matt Gaetz, una de las personas de su c¨ªrculo menos indicadas para ese puesto. Su falta de experiencia y preparaci¨®n, as¨ª como los esc¨¢ndalos que arrastraba como equipaje, convert¨ªan la propuesta en una especie de prueba de resistencia del sistema. Si Trump era capaz de sacar adelante ese nombramiento, demostrar¨ªa que tiene el Congreso a sus pies y, por tanto, a nadie dispuesto a poner coto a sus excesos. La resistencia de la vieja guardia republicana, sin embargo, ha obligado al presidente electo a sacrificar a su candidato. En su lugar, ha elegido poner al frente del Departamento de Justicia a Pam Bondi, aliada fiel, negacionista electoral, conservadora recalcitrante y entregada al trumpismo, pero m¨¢s presentable. La retirada de Gaetz supone el primer rev¨¦s importante que ha sufrido Trump desde su victoria en las elecciones el pasado 5 de noviembre.

Varios de los nombres que se ha sacado de la chistera el presidente electo son controvertidos, pero ninguno era tan pol¨¦mico como el de Gaetz. Nombrarlo fiscal general se parec¨ªa a poner al zorro a cuidar de las gallinas. El congresista hab¨ªa sido investigado por el Departamento de Justicia por haber pagado a una menor para tener relaciones sexuales. Un comit¨¦ de la C¨¢mara de Representantes estaba a punto de publicar un informe en el que daba cuenta de sus esc¨¢ndalos sexuales, de consumo ilegal de drogas y presuntos desv¨ªos de fondos. Gaetz renunci¨® al esca?o para que no se difundiese el informe, pero parte de su contenido se filtr¨®. El rastro de los pagos por sexo y los testimonios de las v¨ªctimas era elocuente.

El pol¨¦mico candidato, adem¨¢s, no es muy querido en su propio partido. Fue el que present¨® la moci¨®n de censura que le cost¨® a su compa?ero Kevin McCarthy el puesto de presidente de la C¨¢mara de Representantes. Para que su nombramiento saliese adelante, era necesario el apoyo de la mayor¨ªa del Senado. Aunque los republicanos cuentan con 53 de los 100 senadores, pronto empez¨® a quedar claro que habr¨ªa deserciones. El mi¨¦rcoles, Gaetz pas¨® casi todo el d¨ªa en el Capitolio con el vicepresidente electo, J. D. Vance, que adem¨¢s es senador. Sin embargo, ni el apoyo de Vance ni las llamadas de Trump garantizaban el ¨¦xito en la votaci¨®n.

En el grupo republicano del Senado, hay algunos pol¨ªticos de la vieja guardia republicana que no se han visto atra¨ªdos por el trumpismo. Entre ellos est¨¢n Mitch McConnell, el anterior l¨ªder parlamentario en la C¨¢mara alta, que no aspira a la reelecci¨®n; Lisa Murkowski, que renov¨® su puesto por Alaska en 2022 pese a que Trump se enfrent¨® a ella, o Susan Collins, senadora por Maine, que ¨Dal igual que Murkowski¨D vot¨® a favor de condenar a Trump en su segundo proceso pol¨ªtico, por su papel en el asalto al Capitolio. John Curtis, reci¨¦n elegido en el puesto que dej¨® vacante Mitt Romney, se impuso en las primarias republicanas por Utah al candidato trumpista y dej¨® claro que no obedecer¨¢ ciegamente al presidente.

Ante el rechazo de parte de los suyos, Gaetz se hab¨ªa convertido en un lastre. Las vistas del proceso de confirmaci¨®n amenazaban con convertirse en un circo pol¨ªtico que eclipsase la agenda pol¨ªtica de Trump. El presidente electo prefiri¨® dejarlo caer antes que quemarse en una batalla que no estaba seguro de ganar. Permiti¨® al propio Gaetz hacer el anuncio: aleg¨® que se retiraba porque su confirmaci¨®n se estaba convirtiendo ¡°injustamente¡± en una ¡°distracci¨®n¡±. Este viernes, Gaetz asegur¨® que renuncia tambi¨¦n a recoger el acta de diputado cuando tome posesi¨®n en enero el nuevo Congreso.

Muchos senadores mostraron su alivio. Incluso los que estaban dispuestos a apoyarlo, prefer¨ªan no tener que tragarse ese sapo. Mike Rounds, senador republicano por Dakota del Sur, dijo que no cuestionar¨ªa la decisi¨®n de Trump de nombrar a Gaetz, pero que el presidente necesitaba un fiscal general en el que tanto ¨¦l como el Senado ¡°pudieran confiar¡±. ¡°El presidente tiene derecho a hacer las nominaciones que considere oportunas, pero el Senado tambi¨¦n tiene la responsabilidad de aconsejar y consentir [el famoso advise and consent, que rige las confirmaciones]. Y en este caso concreto, creo que se ofreci¨® consejo en lugar de consentimiento¡±, indic¨® a los periodistas en el Capitolio.

Trump solo tard¨® unas horas en anunciar al reemplazo de Gaetz: Pam Bondi, de 59 a?os, que fue fiscal general de Florida entre 2011 y 2019 y que se ha mantenido como una fiel aliada del presidente electo durante a?os. Bondi form¨® parte del equipo legal que defendi¨® a Trump en 2020 en su primer juicio pol¨ªtico (impeachment), por sus presiones a Ucrania para perjudicar a Joe Biden.

Tambi¨¦n trabaj¨® codo con codo con Rudy Giuliani para tratar de impugnar y subvertir la derrota de Trump en las presidenciales de 2020. Ha defendido p¨²blicamente el bulo de que hubo un fraude electoral en esas elecciones. Y estuvo entre los republicanos que desfilaron por Nueva York para mostrar su apoyo a Trump durante el juicio por el caso Stormy Daniels.

Bondi comparte adem¨¢s el af¨¢n de revancha con el que Trump vuelve al poder. En una intervenci¨®n en Fox News en agosto de 2023, lo dej¨® claro: ¡°Cuando los republicanos recuperen la Casa Blanca y estaremos de vuelta en 18 meses o menos, esto es lo que va a suceder. El Departamento de Justicia, los fiscales, ser¨¢n procesados, los malos. Los investigadores ser¨¢n investigados porque el Estado profundo durante el ¨²ltimo mandato del presidente Trump se escond¨ªa en las sombras, pero ahora, tienen un foco sobre ellos y todos pueden ser investigados. La casa necesita ser limpiada porque ahora sabemos qui¨¦nes son la mayor¨ªa de ellos¡±.

Trump ha estado sujeto a investigaci¨®n del fiscal especial Jack Smith por sus presuntos delitos para robar las elecciones de 2020 y por los relacionados con la retenci¨®n de documentos clasificados en su mansi¨®n de Mar-a-Lago tras dejar la presidencia. Quer¨ªa a alguien de lealtad probada, aunque entrase en el Departamento de Justicia como elefante en cacharrer¨ªa, para que destituyese a Smith (si es que este no dimite antes) y archivase las investigaciones contra ¨¦l sin miramiento alguno. Con Bondi, Trump tiene a una aliada fiel, pero al tiempo a alguien que conoce los resortes de la Fiscal¨ªa.

El episodio de Gaetz demuestra que el Senado no est¨¢ dispuesto a transigir con todo, pero parad¨®jicamente, aumenta las posibilidades de que Trump saque adelante algunos de los otros nombramientos pol¨¦micos. Entre ellos est¨¢n los del antivacunas Robert F. Kennedy para secretario de Salud; el presentador de la Fox Pete Hegseth para secretario de Defensa, o el de Tulsi Gabbard (a quien se ha criticado por sus simpat¨ªas con Rusia, Siria, Ir¨¢n y China) como responsable de los servicios de inteligencia. No despiertan entusiasmo entre los republicanos, pero tampoco tanta animadversi¨®n como Gaetz. Los ex¨¢menes para sus confirmaciones servir¨¢n de term¨®metro de hasta qu¨¦ punto la autoridad de Trump se extiende sobre el Senado.