Malasmadres lanza la primera encuesta que medir¨¢ el coste de la conciliaci¨®n
El club pretende poner de relieve el trabajo invisible y la sobrecarga que padecen las madres, una realidad laboral, emocional y social que se ha agudizado con la pandemia
La pandemia ha acentuado los problemas de conciliaci¨®n a los que se enfrentan las familias, poniendo de manifiesto la dificultad de muchos hogares para compaginar trabajo o teletrabajo con confinamiento o infecci¨®n. En el Club de Malasmadres, una comunidad que aglutina a m¨¢s de un mill¨®n de seguidoras, son m¨¢s espec¨ªficas, y aseguran que son las madres las que m¨¢s sufren, sobre todo, en tres a¨¦reas: en lo laboral, en lo personal y emocional y en el ¨¢mbito social. Para dar voz a todas estas mujeres, la asociaci¨®n Yo no renuncio ha l...
La pandemia ha acentuado los problemas de conciliaci¨®n a los que se enfrentan las familias, poniendo de manifiesto la dificultad de muchos hogares para compaginar trabajo o teletrabajo con confinamiento o infecci¨®n. En el Club de Malasmadres, una comunidad que aglutina a m¨¢s de un mill¨®n de seguidoras, son m¨¢s espec¨ªficas, y aseguran que son las madres las que m¨¢s sufren, sobre todo, en tres a¨¦reas: en lo laboral, en lo personal y emocional y en el ¨¢mbito social. Para dar voz a todas estas mujeres, la asociaci¨®n Yo no renuncio ha lanzado la primera encuesta, denominada El coste de la conciliaci¨®n, con la ¡°que buscamos reconocer el trabajo invisible y gratuito de los cuidados, que recaen mayoritariamente en ellas¡±.
¡°Hablar de qui¨¦n lleva a cabo las tareas dom¨¦sticas y familiares y a cambio de qu¨¦ lo hace, debe ser igual de importante que hablar de la igualdad de g¨¦nero en las empresas¡±¡°, seg¨²n explica el club. ¡°?Qu¨¦ pasar¨ªa si nadie limpiara los ba?os, preparara la comida, llevara a los ni?os al cole, se preocupara de sus vacunas, m¨¦dicos, deberes¡? ?Qu¨¦ pasar¨ªa si nadie hiciera la compra, organizara el men¨² o lavara la ropa?¡±, se preguntan desde la organizaci¨®n.
El fin ¨²ltimo es ¡°luchar para que se reconozca social y econ¨®micamente la maternidad¡±. Bajo la premisa de que conciliar no es gratis, Malasmadres lanza este lunes, a las 21.00 horas, una encuesta que calcula el coste de todos los trabajos necesarios para la supervivencia diaria de una familia. Analizar¨¢, en definitiva, ¡°c¨®mo viven esta situaci¨®n las mujeres, principales responsables de estas tareas, y cuantificar¨¢ el tiempo que dedicamos a este trabajo no pagado¡±, asegura Laura Baena, presidenta de la Asociaci¨®n Yo No Renuncio. La finalidad es publicar los resultados el pr¨®ximo 23 de marzo, D¨ªa Nacional de la Conciliaci¨®n de la vida personal, familiar y laboral.
Malasmadres explica que el coste de la carencia de medidas de conciliaci¨®n que soportan las mujeres espa?olas se evidencia en tres aspectos concretos, que definen como:
- Coste laboral: las mujeres ralentizan, frenan o paralizan su trayectoria profesional, y con ello su salario.
- Coste emocional/personal: la carga mental asociada multiplica las situaciones de estr¨¦s y ansiedad. Las mujeres carecen de tiempo para el autocuidado personal.
- Coste social: la mujer se vuelve invisible cuando se convierte en madre / el papel de la madre en este pa¨ªs est¨¢ oculto.
Cargar a las madres con la mayor parte de tareas dom¨¦sticas tiene consecuencias. ¡°La falta de corresponsabilidad supone un alto coste para las mujeres. Por un lado, laboral y econ¨®mico, porque el trabajo no pagado que asumimos de los cuidados nos empuja en much¨ªsimas ocasiones a frenar o parar nuestra trayectoria profesional y, por tanto, nuestro salario¡±, prosigue Baena. Adem¨¢s del coste emocional y personal, porque las horas que dedicamos al trabajo reproductivo y al empleo no nos dejan tiempo para desarrollarnos y realizarnos como personas¡±: ¡°La pandemia ha sido la m¨¢xima expresi¨®n de falta de conciliaci¨®n vivida. Mujeres renunciando y mujeres costeando, con nuestros sueldos y nuestra salud mental, la falta de corresponsabilidad y de medidas efectivas. Hay que visibilizar los cuidados y el trabajo invisible que hacemos, para ponerlo en valor social y econ¨®micamente¡±.
La corresponsabilidad, lejos de ser una realidad en Espa?a
La corresponsabilidad comienza en el hogar y en la educaci¨®n, un pilar fundamental, ¡°porque ser ejemplo es la pieza clave para romper la inercia de una desigualdad sist¨¦mica que convierte a la mujer en cuidadora eterna, ¨²nicamente por el hecho de ser mujer. Cuando llega la maternidad asumimos las obligaciones del hogar como propias, sin compartir de manera suficiente este trabajo (sobre todo, la carga mental). Romper con ello es fundamental para crear nuevos modelos de familia¡±. Pero esto no podemos hacerlo exclusivamente en el hogar, ¡°sino que es un asunto social y p¨²blico¡±, prosigue Baena, ¡°y la corresponsabilidad es social, tambi¨¦n de las empresas, y tiene que tener el enfoque transversal de las pol¨ªticas p¨²blicas¡±.
El estudio ¡®Somos Equipo¡¯ de 2017 detect¨® claramente que la corresponsabilidad est¨¢ lejos de ser una realidad en Espa?a, y que las mujeres son las principales responsables de las tareas dom¨¦stico-familiares, con m¨¢s intensidad desde que se convierten en madres. ¡°La entrega incondicional al cuidado de su familia hace que la mujer asuma las obligaciones del hogar como propias y olvide que se trata de un trabajo, en la mayor¨ªa de las cosas un segundo trabajo, con una carga mental importante y un coste invisible¡±, a?ade Baena. Como dec¨ªa la fil¨®sofa Silvia Federici: ¡°Lo que llaman amor, nosotras lo llamamos trabajo no pagado¡±, sostienen desde la organizaci¨®n.
A la ausencia end¨¦mica de medidas de conciliaci¨®n en Espa?a, se ha unido estos dos ¨²ltimos a?os una pandemia que ¡°si ha dejado claro algo, es que la conciliaci¨®n no existe¡±, incide Laura Baena. ¡°Se ha puesto de manifiesto, m¨¢s que nunca, la falta de estructuras de apoyo a las familias y la carencia de medidas efectivas de conciliaci¨®n, convirti¨¦ndose en un s¨¢lvese quien pueda. En un pa¨ªs donde la conciliaci¨®n no existe, donde conciliar tiene nombre de abuelos y abuelas y colegios, el coste es elevado. Conciliamos como podemos y a costa del esfuerzo personal, laboral y emocional de las familias¡±, a?ade la portavoz.
¡°Se trata de cambiar el modelo social de maternidad, de reconocer social y econ¨®micamente el trabajo reproductivo, de poner los cuidados en el centro¡±, incide Baena. ¡°Esto no se soluciona con una medida de aprobaci¨®n de permisos por cuidado, se soluciona con un Pacto de Estado por la conciliaci¨®n, que cambie el modelo y que impacte en todas las ¨¢reas. Es fundamental que cuando se activan mecanismos de apoyo a las familias, se haga con perspectiva de g¨¦nero y enfoque de la conciliaci¨®n, para que no sigamos atrapadas en medidas de conciliaci¨®n que solo cogemos las mujeres. Y este cambio normativo, acompa?ado de campa?as de concienciaci¨®n para que los hombres y las empresas se comprometan¡±, concluye la fundadora de Malasmadres.
?Hemos aprendido algo con la pandemia?
¡°Hemos aprendido, por si ya no lo sab¨ªamos, que las mujeres soportamos los cuidados, por arriba y por abajo, en esta generaci¨®n s¨¢ndwich en la que nos hemos convertido. Y hemos aprendido que los pilares que nos acompa?an para poder tener un empleo son las abuelas y las escuelas¡±, subraya Baena. Seg¨²n esta mujer y madre, nos olvidamos de la conciliaci¨®n personal, del autocuidado y del alto coste que hemos pagado las mujeres estos dos a?os, renunciando y ¡°malconciliando¡±: ¡°Si en esta situaci¨®n vivida abandonamos a las familias, estamos dando la espalda a la vida y al futuro que no tenemos sin ni?os y ni?as¡±.
¡°Se puso en marcha un plan que ten¨ªa buenas intenciones, pero que no ha funcionado. Un Plan Me Cuida que ha fallado porque no inclu¨ªa la obligatoriedad y porque no asum¨ªa econ¨®micamente la renuncia de las mujeres para poder cuidar. No ha habido protecci¨®n y los ni?os y las ni?as no se cuidan solos. Ahora toca alzar la voz y poner datos a esta realidad que vivimos en silencio las madres, invisibles¡±, termina Baena.
Principales datos recogidos en los estudios de la Asociaci¨®n Yo No Renuncio:
- Una de cada 3 madres (37%) ha sufrido algún tipo de discriminación laboral derivada de su maternidad. Las Invisibles.
- Seis de cada 10 mujeres renuncian a su trayectoria profesional al convertirse en madres (reduciendo su jornada, cogiendo excedencias o abandonando el mercado laboral). Somos Equipo.
- El 68% de las mujeres españolas hubiera tenido más hijos e hijas si contaran con medidas de conciliación que no penalizaran su salario. Las Invisibles.
- Independientemente de quién aporta más ingresos al hogar, es la mujer la principal responsable de las tareas doméstico-familiares. El 45% de las mujeres son las responsables principales de las tareas domésticas y de cuidado, frente al 9% de sus parejas, aunque aporten los mismos ingresos al hogar. Somos Equipo.
- El 22% de las mujeres que han tenido que cuidar a un hijo o hija durante la cuarentena preventiva, lo ha hecho renunciando a todo o parte de su trabajo (cogiendo vacaciones, reduciendo la jornada o excedencia). Yo No Renuncio.
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