Las aguas del R¨ªo Bravo, otro frente diplom¨¢tico entre EE UU y M¨¦xico
L¨®pez Obrador teme que el incumplimiento de un tratado de intercambio de caudal derive en un arma electoral para Donald Trump
El reparto de las aguas fronterizas entre M¨¦xico y EE UU ha abierto un nuevo frente diplom¨¢tico entre los dos vecinos. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, recibi¨® el pasado fin de semana una carta del gobernador de Texas donde le ped¨ªa mano dura con M¨¦xico para que cumpla con el volumen de agua que debe entregar, seg¨²n un tratado binacional de 1944 por el que ambos pa¨ªses establecieron un intercambio de agua. Una semana antes, un grupo de agricultores protest¨® duramente por la falta de agua para su...
El reparto de las aguas fronterizas entre M¨¦xico y EE UU ha abierto un nuevo frente diplom¨¢tico entre los dos vecinos. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, recibi¨® el pasado fin de semana una carta del gobernador de Texas donde le ped¨ªa mano dura con M¨¦xico para que cumpla con el volumen de agua que debe entregar, seg¨²n un tratado binacional de 1944 por el que ambos pa¨ªses establecieron un intercambio de agua. Una semana antes, un grupo de agricultores protest¨® duramente por la falta de agua para sus cultivos y tom¨® a la fuerza el control de la presa de La Boquilla, en Chihuahua. Los enfrentamientos con la Guardia Nacional se saldaron con al menos dos muertos y varios heridos. El conflicto escala as¨ª un nuevo pelda?o y entra de lleno en el terreno pol¨ªtico, con las elecciones presidenciales en EE UU en el horizonte cercano, el 3 de noviembre.
A lo largo de los m¨¢s de 3.000 kil¨®metros de frontera, M¨¦xico y EE UU comparten dos grandes r¨ªos, el Colorado, al oeste; y el Bravo, al este. El tratado de 1944 regula los derechos y obligaciones de ambos vecinos. Estados Unidos debe entregar, cada a?o, 1.800 millones de metros c¨²bicos de agua del r¨ªo Colorado a cambio de que el Gobierno mexicano ceda 2.200 millones de metros c¨²bicos del r¨ªo Bravo, cada cinco a?os. Tradicionalmente M¨¦xico ha tenido problemas para ir cumpliendo con sus compromisos a tiempo, acumulando retrasos y deudas sin mayores consecuencias por parte de la Administraci¨®n estadounidense. Hasta ahora.
Tras heredar la deuda acumulada durante el final del sexenio de Felipe Calder¨®n y el mandato de Enrique Pe?a Nieto, M¨¦xico debe entregar a EE UU antes del 24 de octubre unos 319 millones metros c¨²bicos. Y esta vez, el vecino del norte le est¨¢ apretando las tuercas. E incluso antes de la carta del gobernador republicano de Texas a Pompeo, el presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, hab¨ªa dejado ver entre l¨ªneas que la presi¨®n es cada vez mayor al sumarse las exigencias de los propios agricultores mexicanos.
En julio, las demandas de los productores de Chihuahua ya iban en aumento. El Gobierno mand¨® a la Guardia Nacional y el presidente mexicano se comprometi¨® a garantizar el agua para sus cosechas durante este a?o. Adem¨¢s, L¨®pez Obrador desliz¨® la importancia de no entrar en ninguna guerra diplom¨¢tica con Washington: ¡°Tenemos que cumplir en octubre el acuerdo, en noviembre son las elecciones en Estados Unidos. Si uno toma de bandera que no cumplimos con los acuerdos, empiezan a exigir que haya represalias y nos cierren la frontera con aranceles¡±.
Las probabilidades de que Trump fuerce un endurecimiento de los t¨¦rminos del tratado son remotas. El propio texto legal establece que el siguiente plazo para su revisi¨®n es 2026. Pero lo que s¨ª puede suceder es que utilice el conflicto de las aguas fronterizas como un nuevo ariete electoral, agitando el fantasma del victimismo y blandiendo castigos en forma de aranceles. Adem¨¢s, Texas es uno de sus graneros de voto y, en concreto, los empresarios blancos del campo sure?o de EE UU.
La tensi¨®n creciente en Chihuahua tambi¨¦n tiene una lectura en clave de pol¨ªtica nacional. L¨®pez Obrador ha acusado que detr¨¢s de los disturbios de los productores locales est¨¢ el gobernador del Estado, Javier Corral, del derechista PAN. ¡°La zona norte es panista y esto propicia que se mezclen intereses partidistas. Pero no se puede negar que existe un problema y una preocupaci¨®n leg¨ªtima por parte de los productores agr¨ªcolas chihuahuenses¡±, sostiene V¨ªctor Quintana, investigador de la Universidad Aut¨®noma de Ciudad Ju¨¢rez.
Entre los cuatro Estados norte?os que deben ceder aguas del R¨ªo Bravo, Chihuahua es el ¨²nico que a su vez no recibe agua estadounidense del R¨ªo Colorado. Adem¨¢s, es el responsable de aportar m¨¢s de la mitad del volumen total en un contexto de dura sequ¨ªa ¡ªeste verano ha registrado temperaturas de hasta 45 grados cent¨ªgrados¡ª, porque cuenta con el mayor afluente del Bravo, el R¨ªo Conchos. ¡°Esta cuenca es particularmente vulnerable por los graves problemas de deforestaci¨®n que ha provocado la crecida del urbanismo. En 1944 no exist¨ªa un crecimiento de las ciudades como el actual ni, sobre todo, la presi¨®n del cambio clim¨¢tico¡±, apunta Helena Cotler, investigadora del centro Geo, dependiente del Conacyt. Seg¨²n un reciente informe de su centro de estudios, la cuenca del R¨ªo Conchos sufrir¨¢, en el escenario conservador, un aumento en la temperatura del aire de dos grados cent¨ªgrados hacia finales del siglo XXI, as¨ª como un incremento en la evaporaci¨®n potencial de hasta un 7%.
Los productores chihuahuenses temen no tanto por los cultivos de este a?o, ya que el presidente les garantiz¨® el abasto de agua durante esta temporada, sino por los de los pr¨®ximos a?os. La Guardia Nacional, a cargo provisionalmente de los tres embalses en la zona, est¨¢ abriendo las puertas de las presas para ceder el agua a la parte estadounidense tal y como estaba pactado. ¡°Esto est¨¢ generando mucho nerviosismo entre los productores, porque las entregas nunca se hab¨ªan hecho as¨ª, sino por medio de agua pluvial. Temen al desabastecimiento futuro, adem¨¢s de afirmar que ellos ya han pagado su cuota, pero que Conagua [la entidad federal responsable] no ha utilizado esa agua para cargar la deuda con EE UU, sino para las siembras de riego en Tamaulipas¡±, a?ade Quintana.
Batalla electoral
De seguir aumentando la presi¨®n diplom¨¢tica, las aguas fronterizas podr¨ªan convertirse en un nuevo quebradero de cabeza para M¨¦xico, como ya sucedi¨® el verano pasado con los flujos migratorios, cuando Trump consigui¨® que su vecino militarizara la frontera a cambio de que EE UU retirara la amenaza de imponer aranceles. Se acerca la batalla electoral por la Casa Blanca y M¨¦xico se prepara ya para intentar amortiguar los golpes que vendr¨¢n del bando republicano. El ¨²ltimo amago fue el mi¨¦rcoles pasado, cuando Trump amenaz¨® con sancionar a M¨¦xico si no ¡°hace m¨¢s¡± en la lucha con el narcotr¨¢fico.
El presidente mexicano contin¨²a as¨ª con su pol¨ªtica de brazos abiertos hacia Trump como una medida de contenci¨®n a la amenaza de que EE UU recupere la estrategia del palo y la zanahoria. ¡°Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2016, las demandas dentro de la Administraci¨®n para que se endurezcan los t¨¦rminos del tratado de 1944 han ido creciendo. Hasta el punto de que ahora mismo han trascendido el ¨¢mbito local y se han convertido ya en un tema electoral al igual que la migraci¨®n o el tr¨¢fico ilegal en la frontera¡±, apunta Jes¨²s Gallegos Overa, profesor de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociales de la UNAM.
Las reservas de agua en presas internacionales en M¨¦xico se encuentran en m¨ªnimos hist¨®ricos, seg¨²n datos de la Comisi¨®n Internacional de L¨ªmites y Aguas (CILA). Muchas voces anticipan ya que M¨¦xico no ser¨¢ capaz de cumplir con sus deberes de entrega el 24 de octubre. El escenario m¨¢s probable parece ser un aplazamiento del pago, una variante permitida en el convenio que ya ha sucedido en otras ocasiones y que concentra muchas de las quejas del lado estadounidense. Habr¨¢ que esperar tambi¨¦n para confirmar si Trump, atado por los plazos legales, saca de nuevo el bazuca comercial para presionar a su vecino y sacar tajada en tiempos de elecciones.