Soldados, militantes y voluntarios: los pol¨¦micos guardianes de la vacuna contra la covid-19 en M¨¦xico
El protagonismo de la Brigada Correcaminos, compuesta por militares y funcionarios federales, en el programa de vacunaci¨®n despierta dudas sobre el uso pol¨ªtico de la vacuna y acusaciones de clientelismo
Un altavoz al que le sobran decibeles da la bienvenida al punto de vacunaci¨®n. Sobre las nueve de la ma?ana un enjambre de funcionarios, que componen la Brigada Correcaminos, se apresura a atender a un hombre que ha ido a recibir la inyecci¨®n contra la covid. M¨¦xico, que ha comenzado esta semana su plan de vacunaci¨®n masiva de adultos mayores, ha puesto a un extenso grupo de funcionarios a cargo de cada empaque de 500 vacun...
Un altavoz al que le sobran decibeles da la bienvenida al punto de vacunaci¨®n. Sobre las nueve de la ma?ana un enjambre de funcionarios, que componen la Brigada Correcaminos, se apresura a atender a un hombre que ha ido a recibir la inyecci¨®n contra la covid. M¨¦xico, que ha comenzado esta semana su plan de vacunaci¨®n masiva de adultos mayores, ha puesto a un extenso grupo de funcionarios a cargo de cada empaque de 500 vacunas, como si se tratara de un equipo guardi¨¢n. Soldados, polic¨ªas, enfermeros, m¨¦dicos, funcionarios y voluntarios, todos al ritmo que marca el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador mediante los llamados ¡°servidores de la naci¨®n¡±, un grupo de militantes que coordina los operativos. El protagonismo que ha ganado el pol¨¦mico ej¨¦rcito de j¨®venes que hizo campa?a para el presidente en 2018 ha despertado preocupaci¨®n por el uso pol¨ªtico de la vacuna y sospechas de clientelismo en el plan de inmunizaci¨®n m¨¢s ambicioso de la historia en pleno a?o electoral.
El espect¨¢culo de la vacunaci¨®n en M¨¦xico parece ¨²nico. En ning¨²n pa¨ªs tantas personas resguardan con tanto recelo cada vial. Solo en uno de los puntos de inmunizaci¨®n en Magdalena Contreras, una de las tres alcald¨ªas donde el Gobierno de Ciudad de M¨¦xico inici¨® la vacunaci¨®n de adultos mayores, se cuentan unos 40 funcionarios. Tres camionetas repletas de soldados y polic¨ªas con sus ametralladoras para garantizar que no desaparezca ni una dosis; 14 trabajadores del Gobierno capitalino y dos voluntarios para organizar y registrar a quienes llegan; cinco m¨¦dicos y cinco enfermeras para colocar las inyecciones y supervisar que no haya efectos secundarios inmediatos; seis servidores de la naci¨®n comandando cada minuto del operativo. Todos ellos para inmunizar, con suerte, a 500 personas mayores de 65 a?os a lo largo del d¨ªa. Por momentos hay m¨¢s funcionarios que beneficiarios de las vacunas. En dos horas, la extensa brigada habr¨¢ atendido a un centenar de personas.
La presentaci¨®n del plan de inmunizaci¨®n del Gobierno el 14 de febrero encendi¨® una alarma. El presidente anunci¨® que todas las Brigadas Correcaminos de vacunaci¨®n estar¨ªan bajo el mando de los servidores de la naci¨®n. Este ej¨¦rcito compuesto por unos 23.000 j¨®venes seguidores del Movimiento de Regeneraci¨®n Nacional (Morena), acompa?¨® a L¨®pez Obrador a la presidencia. Despu¨¦s de llegar al poder en diciembre de 2018, unos 19.800 voluntarios se convirtieron en funcionarios de la Secretar¨ªa de Bienestar, el ministerio encargado del combate a la pobreza y que maneja los millonarios presupuestos de la amplia cartera de programas sociales de la Administraci¨®n. Desde entonces se han convertido en el gran m¨²sculo pol¨ªtico del presidente.
El grueso de los servidores de la naci¨®n cobra un sueldo de unos 8.500 pesos mensuales (416 d¨®lares) por trabajar en los distintos programas sociales. Su implicaci¨®n en el plan de inmunizaci¨®n ha generado reproches sobre el posible uso electoral de las vacunas el a?o en que todo M¨¦xico est¨¢ llamado a acudir a las urnas en los comicios m¨¢s grandes de la historia y que renovar¨¢n la C¨¢mara de Diputados, 15 gobiernos locales y miles de alcald¨ªas en todo el pa¨ªs.
Cuando Javier Labrador, de 77 a?os, llega a vacunarse le atiende un hombre con un chaleco que lleva bordada la leyenda ¡°Servidor de la Naci¨®n¡±. Le toma sus datos, le pide la credencial de elector y le saca dos fotos, a ¨¦l y a su tarjeta del Instituto Nacional Electoral, la principal forma de identificaci¨®n en M¨¦xico. Despu¨¦s, el funcionario sube las im¨¢genes a una base de datos del Gobierno federal. ¡°No me ha explicado para qu¨¦ quer¨ªa mi fotograf¨ªa, espero que no la utilicen¡±, dice Labrador al salir del centro de vacunaci¨®n. Que sean los militantes quienes dirijan, se queden con la informaci¨®n de los vacunados y saquen fotos a cada uno de los beneficiarios de las dosis han sido criticados por la oposici¨®n y parte de la poblaci¨®n, que teme el mal uso de los datos personales.
Los mismos puntos de vacunaci¨®n se han vuelto tertulias donde se debaten estas pol¨¦micas, principalmente el uso de las fotograf¨ªas. Como Labrador, dos mujeres que se acercan al centro muestran su preocupaci¨®n: ¡°Dicen que van a usar nuestros datos para no s¨¦ qu¨¦¡±. El matrimonio de Miguel y ?ngelica Servil sale contento tras recibir el vial y asegura que a ellos s¨ª les han explicado. ¡°Nos dijeron que era para saber a qui¨¦n estaban vacunando¡±, cuenta el hombre. ¡°Yo estoy con este Gobierno y pues si quieren usar la foto para una cuesti¨®n electoralista, no pasa nada. Yo apoyo a Morena¡±, agrega. Alejandro, un funcionario del Gobierno de Ciudad de M¨¦xico que forma parte de la brigada, explica que la fotograf¨ªa se toma ¡°para asegurarse de que la vacuna se dio al adulto mayor que se present¨® en el punto, que corresponde a una persona y a un adulto mayor, y para no perder el rastro de las vacunas¡±.
El Gobierno ha tenido que atajar la pol¨¦mica. El martes, el vocero oficial de la pandemia, el subsecretario Hugo L¨®pez Gatell, aclar¨® que no existe una cuesti¨®n partidaria detr¨¢s del plan de vacunaci¨®n. ¡°Este programa no tiene nada que ver con partido pol¨ªtico alguno, ni con fen¨®menos pol¨ªtico-electorales¡±, ha dicho. Ante la escalada del tema, el Ejecutivo afirm¨® el mi¨¦rcoles que ya no se tomar¨ªan las fotograf¨ªas. ¡°Es un elemento que se empez¨® a usar por facilidad, pero no es indispensable. No debe restringirse en ninguna circunstancia el acceso a la vacuna a una persona que tome la decisi¨®n libre y soberana de que no se le tome la fotograf¨ªa. Ya no las tomaremos¡±, ha agregado.
Entre la esperanza y la desconfianza, M¨¦xico afronta el desaf¨ªo de vacunar a 117 millones de personas. La primera semana de la campa?a ha visto desde gente desesperada rogar por una dosis hasta personas que, por temor a quedar pegadas al partido gobernante, vacilan a las puertas de los puntos de vacunaci¨®n. De momento solo han sido inmunizados poco m¨¢s de un mill¨®n.
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