El crimen de Jonathan y Eduardo: la muerte de dos menores por presunta violencia policial indigna Veracruz
La corporaci¨®n estatal se?ala que los muchachos murieron cuando agentes intercambiaron disparos con criminales, pero la familia defiende que los atacaron directamente
La indignaci¨®n sacude Veracruz por un supuesto caso de violencia policial que evoca viejas pr¨¢cticas de la corporaci¨®n estatal, se?alada a lo largo de los a?os de delitos de tortura o desaparici¨®n forzada. La semana pasada, la polic¨ªa de Veracruz inform¨® de que agentes de la corporaci¨®n se enfrentaron a balazos con criminales en una comunidad de Amatl¨¢n, cerca de Orizaba. La dependencia se?al¨® posteriormente en un comunicado que el tiroteo hab¨ªa dejado dos menores de edad muertos, sin aclarar su participaci¨®n. La familia ha denunciado que los...
La indignaci¨®n sacude Veracruz por un supuesto caso de violencia policial que evoca viejas pr¨¢cticas de la corporaci¨®n estatal, se?alada a lo largo de los a?os de delitos de tortura o desaparici¨®n forzada. La semana pasada, la polic¨ªa de Veracruz inform¨® de que agentes de la corporaci¨®n se enfrentaron a balazos con criminales en una comunidad de Amatl¨¢n, cerca de Orizaba. La dependencia se?al¨® posteriormente en un comunicado que el tiroteo hab¨ªa dejado dos menores de edad muertos, sin aclarar su participaci¨®n. La familia ha denunciado que los muchachos estaban lavando un carro en una casa y que los polic¨ªas les dispararon directamente.
El caso recuerda al de los cinco j¨®venes desaparecidos en enero de 2016, en Tierra Blanca, unos 100 kil¨®metros al sur de Amatl¨¢n. Los muchachos, cuatro hombres en la veintena y una joven de 16, volv¨ªan de pasar el fin de semana en el Puerto de Veracruz, cuando polic¨ªas estatales los interceptaron. Los agentes se los llevaron y entregaron a integrantes de un grupo criminal local. Pasadas varias semanas, las autoridades encontraron restos de dos de ellos en un rancho cercano. La sa?a con que trataron a los j¨®venes y la cercan¨ªa de la polic¨ªa estatal con el crimen generaron un enfado may¨²sculo, m¨¢s en un estado que con el paso del tiempo se convirti¨® en uno de los cementerios clandestinos m¨¢s grandes de M¨¦xico, con las redes de fosas de Colinas de Santa Fe o Alvarado.
En el caso de Amatlan, la actuaci¨®n de la polic¨ªa sigue sin estar clara, pero las diferencias entre la versi¨®n oficial y la de los familiares de los adolescentes apuntan a una posible mala praxis. El gobierno estatal defiende de momento a los polic¨ªas y mantiene la versi¨®n de la agresi¨®n. El viernes, el gobernador del Estado, Cuitl¨¢huac Garc¨ªa, dijo: ¡°Vamos a hacer una revisi¨®n de la actuaci¨®n en estos casos, cuando hay una agresi¨®n en una zona urbana, hay que afinar la actuaci¨®n policial, quiz¨¢ es mejor marcar cierta retirada¡±
Las v¨ªctimas eran dos hermanos, Jonathan, de 13 a?os y Eduardo, de 14. Seg¨²n la versi¨®n de sus familiares, el d¨ªa del tiroteo, 2 de julio, los dos acudieron a casa de su t¨ªo, Alberto Jim¨¦nez. Este les encarg¨® que lavaran su camioneta, eran como las 14.00. En eso estaban cuando Jim¨¦nez, que ha detallado su historia estos d¨ªas a varios medios de comunicaci¨®n locales, escuch¨® ruido de disparos. Jim¨¦nez dice que sus sobrinos estaban en el patio y ¨¦l adentro, con su esposa y su beb¨¦. En medio de la balacera, polic¨ªas irrumpieron en su casa, pregunt¨¢ndole d¨®nde estaban las armas y las drogas. ?l dijo que no sab¨ªa de qu¨¦ le hablaban y quiso salir al patio. Los polic¨ªas no le dejaron. Afuera, en el patio, yac¨ªan los cad¨¢veres de los dos muchachos.
Al principio, la polic¨ªa estatal inform¨® de que los agentes acudieron al lugar por un aviso sobre la presencia de hombres armados. Al llegar, estos les habr¨ªan disparado y los polic¨ªas habr¨ªan contestado. La dependencia tambi¨¦n ha informado de que los presuntos agresores huyeron y dejaron abandonados dos veh¨ªculos, donde los agentes encontraron droga, armas y cadenas de pinchos que el crimen usa para detener a las autoridades, conocidas como ponchallantas. Los dos veh¨ªculos ser¨ªan de Alberto Jim¨¦nez, t¨ªo de los muchachos.
Con el paso de los d¨ªas, Jim¨¦nez y otros familiares han empezado a alzar a voz, se?alando que los hechos no se ajustan a la informaci¨®n que ha divulgado la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica del Estado. La balacera existi¨®, pero fue dentro de la vivienda de Jim¨¦nez. El ataque contra los muchachos no habr¨ªa sido por tanto un mero caso de mala suerte. En una carta publicada por ellos hace unos d¨ªas, insist¨ªan lo anterior: ¡°Elementos de la Fuerza Civil allanaron un domicilio particular en el centro de nuestra comunidad, disparando, rompiendo puertas y candados, resultando en la muerte de estos dos adolescentes en el interior de la vivienda¡±.
Sobre los carros decomisados, Jim¨¦nez convoc¨® a los medios para informar de que los carros no eran robados, como inform¨® la polic¨ªa estatal y de que el hallazgo de drogas y un arma en su interior es una mentira. ¡°No hay reporte de robo, los veh¨ªculos fueron extra¨ªdos de mi propiedad cuando estaban siendo lavados por mis sobrinos. Adem¨¢s, es algo il¨®gico. Si estaban lavando los coches y los tapetes estaban afuera, ?por qu¨¦ los ponchallantas estaban adentro?¡±, ha dicho el hombre, en declaraciones recogidas por El Sol de C¨®rdoba.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs