M¨¦xico mantuvo durante 2020 una elevada cifra de asesinatos pese a la pandemia
El pa¨ªs registr¨® 36.579 homicidios dolosos en 2020, un dato apenas inferior al a?o anterior
En 2020, el a?o de la pandemia, M¨¦xico registr¨® 36.579 asesinatos, cifra parecida a la registrada el a?o anterior. Divulgados este martes por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa, Inegi, los nuevos datos confirman una realidad pesarosa para el pa¨ªs, estancado en unos niveles de violencia alt¨ªsimos, sobre todo en algunos estados del centro y el norte como Guanajuato, Baja California o Chihuahua. M¨¦xico se mantiene as¨ª en una tasa de 29 homicidios por cada 100.000 habitantes, parecida a la de Brasil, uno de los pa¨ªses que m¨¢s asesinatos registra en el mundo.
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En 2020, el a?o de la pandemia, M¨¦xico registr¨® 36.579 asesinatos, cifra parecida a la registrada el a?o anterior. Divulgados este martes por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa, Inegi, los nuevos datos confirman una realidad pesarosa para el pa¨ªs, estancado en unos niveles de violencia alt¨ªsimos, sobre todo en algunos estados del centro y el norte como Guanajuato, Baja California o Chihuahua. M¨¦xico se mantiene as¨ª en una tasa de 29 homicidios por cada 100.000 habitantes, parecida a la de Brasil, uno de los pa¨ªses que m¨¢s asesinatos registra en el mundo.
La estad¨ªstica sorprende porque recoge datos de los meses duros de la pandemia, momento en que las calles del pa¨ªs se vaciaron. M¨¦xico nunca impuso un confinamiento como los que se vieron en Europa, pero el conjunto de las administraciones insisti¨® en la necesidad de quedarse en casa, consejo seguido, al menos durante los primeros meses del a?o. De hecho, las cifras preliminares de asesinatos de 2020 se?alaban un descenso de enero a junio. Esa tendencia a la baja finalmente se ha revertido.
Cruce entre datos de los servicios forenses, el registro civil y las fiscal¨ªas, las cifras del Inegi presentan un panorama dif¨ªcil de obviar para el Gobierno y su presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. A su toma de posesi¨®n, en diciembre de 2018, los altos niveles de violencia aparec¨ªan ya como uno de los problemas m¨¢s graves del pa¨ªs. Dos a?os m¨¢s tarde, la situaci¨®n no ha mejorado. En este tiempo, el gabinete de seguridad de L¨®pez Obrador ha se?alado que al menos el Gobierno ha logrado detener la tendencia al alza. Con m¨¢s de 35.000 asesinatos registrados en 2019 y 2020, cifras r¨¦cord desde que empez¨® la cuenta en 1990, la pregunta es si estabilizarse en niveles tan altos de violencia puede considerarse un logro.
Los estados que destacan en el ¨ªndice son Guanajuato, Chihuahua, Baja California, el Estado de M¨¦xico, Michoac¨¢n y Jalisco, todos por encima de los 2.000 asesinatos. Menci¨®n especial para Guanajuato, con 5.373. En solo un a?o, de 2019 a 2020, el n¨²mero de homicidios dolosos en una de las regiones industriales m¨¢s importantes del centro del pa¨ªs aument¨® en m¨¢s de 1.300. As¨ª, en 2020 Guanajuato cont¨® 87 asesinatos por cada 100.000 habitantes, tasa m¨¢s alta que las registradas en los ¨²ltimos a?os en pa¨ªses como Honduras o El Salvador. En Chihuahua, la tasa es de 92 y en Baja California, de 78.
El caso de Guanajuato es especialmente interesante porque hace poco menos de un a?o, el 2 de agosto de 2020, las autoridades detuvieron all¨ª a Jos¨¦ Antonio Yepez, El Marro, l¨ªder de una banda de ladrones de combustible, presentado ante la sociedad como uno de los mayores generadores de violencia en la zona. Durante a?os, El Marro y su grupo, autonombrado Cartel de Santa Rosa de Lima, hab¨ªan disputado parte del territorio estatal a uno de los grupos asociados al Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, CJNG.
Apresado El Marro, perseguida su familia y colaboradores cercanos, la violencia en el Estado deb¨ªa bajar, cosa que no ocurri¨®. En junio, Guanajuato registr¨® 448 asesinatos, en julio, 420, igual que en agosto, mes en que apresaron a El Marro. En septiembre, las autoridades recuperaron los cad¨¢veres 428 personas asesinadas en el Estado. En octubre fueron 539, en noviembre 601 y en diciembre 538.
Una de las caracter¨ªsticas del plan de seguridad del Gobierno de L¨®pez Obrador es su falta de inter¨¦s por apresar l¨ªderes criminales, punta de lanza de la estrategia de las administraciones anteriores, al menos sobre el papel. El caso de El Marro supuso una excepci¨®n y contradice la actuaci¨®n de las autoridades en casos similares, como la detenci¨®n fallida de Ovidio Guzm¨¢n, hijo de El Chapo, en octubre de 2019 en Culiac¨¢n, Sinaloa. Entonces, el Ej¨¦rcito evit¨® apresar al presunto narcotraficante para evitar un ba?o de sangre, seg¨²n explic¨® el Gobierno.
El problema es que no se adivina una estrategia que ocupe el puesto de planes anteriores. L¨®pez Obrador ha reconocido que la violencia es un problema que les est¨¢ costando atajar, pero lo plantea como una situaci¨®n que acabar¨¢ resolvi¨¦ndose por las bondades de los programas sociales del Gobierno, o sus constantes llamados a la bonhom¨ªa de la poblaci¨®n. Su primer secretario de seguridad, Alfonso Durazo, renunci¨® hace unos meses para competir por la gubernatura de Sonora. Su sustituta, Rosa Icela Rodr¨ªguez, que hasta hace un a?o a¨²n trabajaba para el Gobierno de Ciudad de M¨¦xico, ha adoptado un perfil discreto, aparentemente subordinado al empuje de las Fuerzas Armadas.
L¨®pez Obrador ha fiado cualquier mejor¨ªa al quehacer del Ej¨¦rcito, la Marina y la corporaci¨®n que impuls¨® desde su victoria en las elecciones de 2018, la Guardia Nacional. Creada como parte de la secretar¨ªa de seguridad, la Guardia Nacional est¨¢ compuesta mayoritariamente por militares. El Ej¨¦rcito se encarga adem¨¢s del adiestramiento de los reclutas y la parte operativa. La semana pasada, el presidente anunci¨® financiamiento adicional para la corporaci¨®n, mostrando de nuevo sus cartas: la estrategia de seguridad es el fortalecimiento de la Guardia Nacional.
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