El asesinato de una conocida activista abre un nuevo episodio en la espiral de violencia en Morelos
El homicidio de Luisa Gardu?o, que luch¨® por hacer justicia en el crimen de su hija hace 10 a?os, se?ala la incapacidad de las autoridades para atajar la violencia
El infierno se expande en Morelos y poco puede decirse que no se haya dicho ya. Eventos terribles se suceden en el Estado balneario, regi¨®n preferida de los turistas de la capital. El asesinato de la abogada Ana Luisa Gardu?o hace unos d¨ªas en Temixco, municipio pegado a Cuernavaca, confirma una deriva preocupante. El de Gardu?o, de 51 a?os, es el s¨¦ptimo asesinato de un activista en la regi¨®n desde la llegada al poder de Cuauht¨¦moc Blanco, en diciembre de 2018.
Hasta su asesinato, la mujer trataba de hacer justicia por el homicidio de su propia hija, casi diez a?os atr¨¢s. Gardu?o nunca...
El infierno se expande en Morelos y poco puede decirse que no se haya dicho ya. Eventos terribles se suceden en el Estado balneario, regi¨®n preferida de los turistas de la capital. El asesinato de la abogada Ana Luisa Gardu?o hace unos d¨ªas en Temixco, municipio pegado a Cuernavaca, confirma una deriva preocupante. El de Gardu?o, de 51 a?os, es el s¨¦ptimo asesinato de un activista en la regi¨®n desde la llegada al poder de Cuauht¨¦moc Blanco, en diciembre de 2018.
Hasta su asesinato, la mujer trataba de hacer justicia por el homicidio de su propia hija, casi diez a?os atr¨¢s. Gardu?o nunca quit¨® el dedo del rengl¨®n. Reclam¨® a la Fiscal¨ªa que investigara, estudi¨® Derecho, se acerc¨® a otras familiares de v¨ªctimas, evit¨® la habitual mancuerna de impunidad y olvido. Incluso cre¨® una asociaci¨®n para asesorar a personas que hubieran pasado por situaciones como la suya.
Lizbeth Cer¨®n, compa?era de activismo, recuerda que estuvieron juntas en b¨²squedas de personas desaparecidas en diferentes puntos del Estado, Cuautla, Cuernavaca¡ La hermana de Cer¨®n, J¨¦ssica, hab¨ªa desaparecido en agosto de 2012, meses antes de que asesinaran a la hija de Gardu?o. ¡°Mi mam¨¢ y ella a diario se hablaban. De hecho Ana Luisa dec¨ªa que mi mam¨¢ era su parejita. Hab¨ªa una amistad muy cercana¡±, evoca.
La falta de apoyo estos a?os por parte del Gobierno estatal agrava el caso de la defensora. Como ha explicado estos d¨ªas Israel Hern¨¢ndez, presidente de la Comisi¨®n Estatal de Derechos Humanos, la oficina de atenci¨®n a v¨ªctimas de Morelos hab¨ªa evitado pagarle la remuneraci¨®n que le correspond¨ªa, pese al informe favorable del ombudsman, que atendi¨® la denuncia de Gardu?o y de otras 70 v¨ªctimas en situaci¨®n parecida.
Para Hern¨¢ndez, el asesinato de la abogada ¡°genera un efecto censura, de no alzar la voz contra violaciones que se est¨¢n dando en el Estado, en m¨²ltiples aspectos¡±. Hern¨¢ndez a?ade: ¡°F¨ªjate que llevamos 3.000 asesinatos en lo que va de Administraci¨®n, incluyendo feminicidios. En la Comisi¨®n todo el tiempo estamos monitoreando notas sobre este asunto para ver detenciones en flagrancia y no hay. Es bien importante esto, porque en el mejor de los casos se explica por omisiones y en el peor, por complicidad de las autoridades¡±.
En entrevista con EL PA?S, el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, explica que la dependencia maneja tres l¨ªneas de investigaci¨®n hasta el momento. ¡°Primero, la posibilidad de que fuera un robo con violencia, un asalto. Estamos corroborando un dato de que ella quiz¨¢ ten¨ªa una cantidad de efectivo importante y quiz¨¢ alguien pudo haberlo visto. Aunque a¨²n tenemos que corroborarlo. La segunda, es que esto venga de las personas que en 2012 privaron de la vida a su hija, para tratar de callarla. Y la tercera, que su feminicidio derive de su trabajo como activista¡±.
Una guerra fantasma
Las circunstancias del asesinato, los posibles motivos, distraen de lo relevante: la repetici¨®n constante e incontenible, la inoperancia gubernamental. Tragedia de todo un pa¨ªs, Morelos la encarna estos d¨ªas como tambi¨¦n Michoac¨¢n, Zacatecas, Baja California o Quintana Roo. La violencia arrecia y las explicaciones abundan, igual que las interpretaciones. ?Fue un mero robo? ?Una venganza por el caso de su hija? ?Un castigo por su activismo? Lo ¨²nico cierto es que fue, situaci¨®n que no admite excusa alguna.
Como en el resto de regiones del pa¨ªs, en Morelos impera la impunidad. Asesinatos, ejecuciones, masacres, desapariciones¡ Cualquier delito queda habitualmente sin castigo. Las autoridades preventivas y procuradoras de justicia carecen de una visi¨®n a largo plazo, a veces por la enorme carga de trabajo que soportan, pero tambi¨¦n por la falta de medios, desidia, peleas internas o pura negligencia. Lo anterior se mezcla en Morelos con una batalla pol¨ªtica fantasmal, visible a ratos en forma de narcomantas o denuncias cruzadas entre el gobernador y funcionarios de la Administraci¨®n anterior.
La ¨²ltima visi¨®n del espectro data de este mismo lunes. Fue junto a la casa de la diputada local Luz Dary Quevedo de Movimiento Ciudadano, en el municipio de Tetecala. El domicilio de la legisladora amaneci¨® con el cad¨¢ver de un hombre en la puerta, acompa?ado de un mensaje escrito en una cartulina. ¡°Aqu¨ª tienes tu regalo, Luz Dary. Por no respetar los acuerdos¡±. La diputada no ha declarado nada al respecto y en la Fiscal¨ªa esperaban su denuncia este mismo lunes.
Quevedo fue noticia a finales del a?o pasado, tras la detenci¨®n de Esther Yadira Huitr¨®n, alias La Jefa, presunta cabecilla del grupo criminal Guerreros Unidos en la regi¨®n. La diputada aparec¨ªa en fotos con La Jefa, igual que otros legisladores y presidentes municipales del Estado, otra visi¨®n del espectro de la guerra en Morelos. Las fotos con La Jefa fueron solo un aperitivo. El plato fuerte lleg¨® este enero, cuando medios regionales divulgaron otra imagen, esta del gobernador Blanco, con tres presuntos l¨ªderes criminales regionales.
Las explicaciones del exfutbolista, variantes de ¡°no me fijo con qui¨¦n me tomo fotos¡±, provocaron una cascada de mensajes cruzados en carteles colgados por todo el estado, las famosas narcomantas. Unas se?alaban la cercan¨ªa del gobernador con el crimen organizado y suger¨ªan alg¨²n tipo de implicaci¨®n en el asesinato del activista Samir Flores, ejecutado a mediados de 2019. Otras apuntaban por el crimen de Flores al senador opositor ?ngel Garc¨ªa y su grupo de influencia local, del que participar¨ªa la diputada Quevedo, seg¨²n varias personas conocedoras de la pol¨ªtica local, con las que este diario ha mantenido varias conversaciones en el ¨²ltimo mes.
M¨¢s asesinatos trufan la batalla, caso del alcalde del municipio de Xoxocotla, Benjam¨ªn L¨®pez, hace dos semanas. Sicarios lo balearon en su casa y de momento no hay detenidos. Hay rumores, explicaciones, interpretaciones, pero nada que indique que la violencia alcanza un tope, el fin de la curva ascendente. En Xoxocotla, de hecho, la rabia ha dejado paso al miedo. Los compa?eros del alcalde L¨®pez se preguntan qui¨¦n ser¨¢ el siguiente.
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