Helena Monz¨®n: ¡°El silencio mat¨® a mi hermana y mata a las mujeres en M¨¦xico¡±

Helena Monz¨®n lleva cinco d¨ªas sumida en una pesadilla. Le acaban de matar a su hermana mayor, Cecilia Monz¨®n, una prominente abogada conocida en Puebla por su trabajo a favor de los derechos de las mujeres. Hace solo cinco d¨ªas, la hermana peque?a ve¨ªa la final de la Champions femenina en Tur¨ªn (Italia) que enfrent¨® al Barcelona y al Lyon. El hecho de estar ah¨ª, en el estadio, en un partido jugado por mujeres, le llenaba de orgullo y le recordaba a su hermana. E...

Helena Monz¨®n lleva cinco d¨ªas sumida en una pesadilla. Le acaban de matar a su hermana mayor, Cecilia Monz¨®n, una prominente abogada conocida en Puebla por su trabajo a favor de los derechos de las mujeres. Hace solo cinco d¨ªas, la hermana peque?a ve¨ªa la final de la Champions femenina en Tur¨ªn (Italia) que enfrent¨® al Barcelona y al Lyon. El hecho de estar ah¨ª, en el estadio, en un partido jugado por mujeres, le llenaba de orgullo y le recordaba a su hermana. Ella, cuatro a?os mayor aunque acababa de cumplir 38, siempre la defend¨ªa cuando de chiquita le llamaban ¡°marimacho¡± por querer jugar f¨²tbol. ¡°Desde siempre fue as¨ª, defend¨ªa la igualdad¡±, dice Monz¨®n, de 33 a?os.

Puls¨® el bot¨®n de llamada en el chat familiar, pero Cecilia no contest¨®. Helena piensa que ese fue el mismo momento en el que dos sicarios a bordo de una motocicleta asesinaron a su hermana en Cholula, Puebla, a plena luz del d¨ªa. No import¨® que hubiera testigos y c¨¢maras. Monz¨®n muri¨® baleada en su coche mientras los asesinos se daban a la fuga. A¨²n no hay detenidos.

Cuando la hermana peque?a se enter¨® de lo que le hab¨ªa pasado a la hermana mayor dice que apret¨® los dientes, se tir¨® al suelo y le invadi¨® el silencio. Fue como un golpe que te deja atontada. Despu¨¦s de un viaje a la carrera junto a sus padres y m¨¢s familiares, lleg¨® a Puebla para el funeral de su hermana y para encargarse de su sobrino, un ni?o de cuatro a?os que acaba de quedarse hu¨¦rfano y al que cari?osamente llama ¡°el peque¡±. ¡°Ayer tuve que decirle que su mam¨¢ hab¨ªa muerto. ?l tambi¨¦n es una v¨ªctima de esto¡±, asegura. Esa es otra de las luchas que tiene ahora. Monz¨®n quiere hacerse cargo de su sobrino y llev¨¢rselo a Espa?a, pa¨ªs donde reside. ¡°Si me mantengo en pie es porque tengo la esperanza de poder dejar esto medio encauzado [la investigaci¨®n del feminicidio], salir de aqu¨ª con ese peque?o y darle la vida que se merece¡±.

A medida que pasan estos d¨ªas desoladores y fr¨ªos, Helena Monz¨®n ha sido testigo de c¨®mo evoluciona el caso de su hermana que ha escalado hasta las m¨¢s altas esferas no solo del Gobierno del Estado, si no del Gobierno Federal que encabeza Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.

La mujer, que tambi¨¦n es abogada, se ha mantenido firme en exigir un pronto esclarecimiento del feminicidio y en respetar el actuar de la Fiscal¨ªa local. Guarda silencio sobre cualquier detalle que pueda afectar al caso. ¡°Hemos tenido una reuni¨®n con la Unidad de Investigaci¨®n de Feminicidios y hablamos con el Fiscal General¡±, se?ala. La cara visible de la familia en estos momentos dice que la confianza no admite grados ¡°se da o no se da¡±, repite en varias ocasiones. ¡°Si veo que algo no est¨¢ funcionando en esa Fiscal¨ªa, lo denunciar¨¦ igual que lo denunciaba mi hermana. Mientras tanto, estoy dando una oportunidad bastante generosa de que hagan su trabajo¡±. Actualmente la fiscal¨ªa est¨¢ analizando el tel¨¦fono m¨®vil de la activista por si pudiera arrojar alg¨²n dato de valor.

Pese a vivir lejos, las dos mujeres ten¨ªan una gran relaci¨®n. Acababan de pasar unas semanas juntas entre Londres y Barcelona. ¡°Ella era mi motor¡±, dice Helena con profundo dolor y hace una pausa que duele al otro lado del tel¨¦fono. Su hermana se quejaba a diario del machismo y la inacci¨®n que impregna a las autoridades y la impartici¨®n de justicia en M¨¦xico. ¡°Me explic¨® c¨®mo funcionaba su trabajo, c¨®mo funcionaba el ejercicio del derecho en el pa¨ªs. Entonces, afortunadamente, eso me da instinto para entender de qu¨¦ va esto¡±, dice convencida.

Cecilia Monz¨®n hab¨ªa recibido amenazas de muerte en varias ocasiones y hab¨ªa solicitado protecci¨®n a las autoridades. Estas nunca se la otorgaron. Sus denuncias de violencia machista y violencia pol¨ªtica de g¨¦nero la colocaron en el punto de mira del poder, del machismo y del patriarcado en Puebla. Es por ello que todav¨ªa existen muchos frentes abiertos en el caso y las autoridades no descartan ninguna l¨ªnea de investigaci¨®n. Helena Monz¨®n, tampoco. La hermana mayor hab¨ªa denunciado al padre de su hijo, el pol¨ªtico priista Javier L¨®pez Zavala, secretario de Gobernaci¨®n durante el gobierno de Mario Mar¨ªn, entre 2005 y 2011, por abandono e impago de la pensi¨®n alimenticia; al l¨ªder del PRI Jorge Estefan Chidiac, por falsificar su firma en el proceso electoral; al empresario y pol¨ªtico poblano Manlio L¨®pez Contreras por violencia pol¨ªtica de g¨¦nero; al exdiputado local Jos¨¦ Juan Espinosa por acoso y al alcalde de Cholula Luis Alberto Arriaga, por violencia pol¨ªtica de g¨¦nero y despido improcedente.

Este jueves el subsecretario de Seguridad federal, Ricardo Mej¨ªa, ha declarado que las autoridades cuentan con ¡°elementos muy s¨®lidos¡± para la judicializaci¨®n en contra de los responsables del feminicidio. En un pa¨ªs con un 95% de impunidad y con m¨¢s de diez mujeres asesinadas cada d¨ªa, es dif¨ªcil atrapar a los autores materiales de un delito y m¨¢s dif¨ªcil a¨²n es encontrar a los que pagaron porque se disparara esa bala. Los autores intelectuales. Cinco d¨ªas despu¨¦s del ataque la hermana de Cecilia Monz¨®n no tiene duda de que el asesinato fue un encargo. ¡°No fue un asalto, le dispararon por la espalda. Mi hermana vio que le estaban disparando e hizo un giro, es decir, todo fue muy r¨¢pido, pero not¨® que algo pasaba¡±, explica.

Ambas mujeres tienen doble nacionalidad. Mexicana, por parte de madre y espa?ola, por parte de padre. El Gobierno de Espa?a ha condenado el asesinato y ha reconocido la valent¨ªa y el compromiso de Monz¨®n como defensora de las mujeres, mientras que la embajada espa?ola brinda apoyo y acompa?amiento a la familia. ¡°Me han hecho sentir una ciudadana protegida, a pesar de que s¨¦ que estoy expuesta cada vez que hablo, y s¨¦ que han tenido contacto con las autoridades para saber c¨®mo va la investigaci¨®n¡±, dice la abogada. La representaci¨®n de la Uni¨®n Europea en el pa¨ªs y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU tambi¨¦n se han pronunciado al respecto: ¡°La muerte de la se?ora Monz¨®n demuestra una vez m¨¢s el preocupante grado de violencia e intimidaci¨®n al que se enfrentan muchas personas defensoras de derechos humanos en M¨¦xico¡±, han declarado en un comunicado.

Al apoyo internacional se suman las muestras de cari?o del gremio de la abogac¨ªa, grupos feministas y personas que conocieron a Cecilia Monz¨®n por su trayectoria como pol¨ªtica y como defensora de las mujeres. Puebla es el sexto Estado del pa¨ªs con m¨¢s llamadas de auxilio por violencia machista, de acuerdo a cifras oficiales, y ocupa el n¨²mero 11 en n¨²mero de feminicidios, con un total de siete casos registrados en lo que va de a?o. Entre enero y marzo de este a?o se contabilizaron 1.094 llamadas al 911 en el Estado por violencia machista e intrafamiliar.

Una semana antes de morir Monz¨®n escribi¨® desde su cuenta de Twitter un mensaje. ¡°[Los desaparecidos y desaparecidas] no son medi¨¢ticos, [sus madres] no son famosas, sus hijos no lo fueron, as¨ª que se van al archivo. Se siente espantoso cuando ves pasar esas marchas o cuando las acompa?as, ojal¨¢ y el Estado pudiera ser m¨¢s emp¨¢tico¡±. Ahora esas palabras planean sobre el caso de Cecilia Monz¨®n, como si fueran una premonici¨®n. ¡°El silencio mat¨® a mi hermana y mata a las mujeres mexicanas. No necesitamos un minuto de silencio, necesitamos hacer ruido, el ruido que hac¨ªa Cecilia¡±, dice su hermana.

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