Ocho obras del Thyssen en el Museo Nacional de Arte: la pintura traza una ruta entre M¨¦xico y Espa?a
Cuadros de artistas como Goya, Murillo o Zurbar¨¢n se exponen por primera vez en el pa¨ªs norteamericano hasta diciembre, ¡°en pie de igualdad¡± con artistas novohispanos
El lienzo Santa Casilda, del extreme?o Francisco de Zurbar¨¢n, se expone en las salas virreinales del Museo Nacional de Arte de M¨¦xico (Munal) por primera vez; lleg¨® en septiembre desde la colecci¨®n del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en Madrid. De la misma pared, cuelga Santa Catalina de Alejandr¨ªa, del maestro novohispano Juan Correa. A los autores los separan casi 50 a?os (Zurbar¨¢n naci¨® en 1598 y Correa en 1646) y un oc¨¦ano, y aun as¨ª la composici¨®n, el tema y la t¨¦cnica de ambas obras son similares. Tambi¨¦n l...
El lienzo Santa Casilda, del extreme?o Francisco de Zurbar¨¢n, se expone en las salas virreinales del Museo Nacional de Arte de M¨¦xico (Munal) por primera vez; lleg¨® en septiembre desde la colecci¨®n del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en Madrid. De la misma pared, cuelga Santa Catalina de Alejandr¨ªa, del maestro novohispano Juan Correa. A los autores los separan casi 50 a?os (Zurbar¨¢n naci¨® en 1598 y Correa en 1646) y un oc¨¦ano, y aun as¨ª la composici¨®n, el tema y la t¨¦cnica de ambas obras son similares. Tambi¨¦n los acerca ¡°una misma envergadura¡±, apunta H¨¦ctor Palhares, curador de MunalxThyssen. La ruta infinita, una colaboraci¨®n entre las dos instituciones para mostrar ¡°en pie de igualdad¡± 16 pinturas de maestros europeos y mexicanos.
¡°Juan Correa, que hizo las m¨¢s importantes pinturas para las sacrist¨ªas de la Catedral de M¨¦xico, ocupa aqu¨ª el lugar que le corresponde mir¨¢ndose en el espejo de Francisco de Zurbar¨¢n¡±, destaca Palhares, que cur¨® la muestra con Mar Borobia, jefa de Conservaci¨®n de Pintura Antigua del Thyssen. Los dos cuadros muestran a una mujer, una santa, de pie y escorzada. ¡°Lo digo de forma un tanto coloquial: se parecen¡±, apunta el historiador. ¡°Pero lo que estamos destacando es el di¨¢logo directo y franco entre los artistas¡±, completa.
Del mismo modo que Santa Casilda dialoga con Santa Catalina de Alejandr¨ªa, las obras de los mexicanos Julio Ruelas o Juan Cordero se miran en las del espa?ol Francisco de Goya; las de Sebasti¨¢n L¨®pez de Arteaga, que naci¨® en Sevilla pero desarroll¨® su carrera en Am¨¦rica, lo hacen en las de El Greco; o las de Jos¨¦ de Ibarra, nacido en Guadalajara, se reflejan en las del sevillano Bartolom¨¦ Esteban Murillo.
Son, en total, ocho piezas de la colecci¨®n mexicana y ocho del acervo del Thyssen de diferentes estilos, tiempos y territorios, que inician una conversaci¨®n. ¡°Esta muestra es in¨¦dita¡±, dice Palhares, ¡°no solo por las obras, que nunca hab¨ªan venido a M¨¦xico, sino in¨¦dita en su discurso¡±. El historiador se?ala que ¡°no se trata de mirar el arte europeo desde Am¨¦rica¡±, como se ha hecho tradicionalmente, sino de leer las producciones a ambas orillas ¡°a la par¡±.
¡°En Nueva Espa?a, solo los grandes maestros, los propietarios de talleres de pintura, que hab¨ªan alcanzado renombre y ten¨ªa una importante clientela eran los que ten¨ªan la dignidad de poder emular las grandes obras de Europa¡±, explica Palhares. ¡°La historiograf¨ªa ha tenido una responsabilidad en entender el arte en Nueva Espa?a como menor, como una copia o como un ejercicio de imitaci¨®n¡±, lamenta el curador. ¡°En realidad, desde la perspectiva contempor¨¢nea, nos damos cuenta de que hay artistas notables¡±. Un ¡°rescate¡±, dice el historiador, que tambi¨¦n se est¨¢ dando en Estados Unidos y Europa.
Palhares muestra, por ejemplo, c¨®mo en la exposici¨®n El t¨ªo Paquete, un ¨®leo de Goya pintado alrededor de 1819, ¡°entra en paridad¡± con La cr¨ªtica, un grabado de Julio Ruelas hecho casi un siglo despu¨¦s. El t¨ªo Paquete retrata a un famoso ciego y guitarrista de Madrid que Goya conoci¨® y que frecuentaba la iglesia San Felipe el Real, hoy desaparecida. La cr¨ªtica, un aguafuerte del siglo XX, muestra a una criatura asediando la psique de un hombre. Pese al tiempo que las distancia, Palhares expone la cercan¨ªa entre estas obras sat¨ªricas y grotescas. ¡°Estos artistas viven problemas similares: cuestiones nacionalistas, de cr¨ªtica social, cambios pol¨ªticos sustanciales¡ Tanto en la Espa?a de la invasi¨®n napole¨®nica, como en el M¨¦xico porfiriano¡±, dice el historiador.
Una calidad regional, un color propio
Aunque ni Goya, ni Zurbar¨¢n, ni El Greco, ni Murillo viajaron nunca a M¨¦xico, su influencia s¨ª lo hizo. El historiador precisa que si bien los artistas novohispanos tomaban ¡°una iconograf¨ªa directa¡± de las pinturas europeas ¡°tambi¨¦n les daban una calidad regional, un color propio, local¡±. ¡°Me atrevo a decir que el arte novohispano alcanza un lenguaje m¨¢s complejo que el de Europa¡±, se?ala Palhares, que contin¨²a: ¡°No estamos en detrimento de la maravilla de la producci¨®n europea, pero se enriquece el discurso que viene de Europa. Los valores de la imagen, de la devoci¨®n, de la propaganda de la fe aqu¨ª alcanzan todav¨ªa un mayor aliento¡±.
Palhares destaca que, a su vez, las tem¨¢ticas, estilos y t¨¦cnicas de los artistas novohispanos tambi¨¦n ¡°rebotaron¡± en Europa: ¡°Muchos maestros que no conocieron personalmente a estos pintores novohispanos, supieron de la influencia que sus pinturas y que sus contenidos ten¨ªan en Am¨¦rica¡±. Ahora, dice el historiador, ¡°es un momento clave para pensar, no en rencores hist¨®ricos, sino en esa ¨¦poca y en su propia lectura de tiempo¡±. ¡°Tambi¨¦n Espa?a¡±, asegura, ¡°miraba Am¨¦rica con todo su influjo, con toda su riqueza cultural¡±.
La muestra, que podr¨¢ verse hasta el 4 de diciembre, se enmarca dentro de las actividades organizadas con motivo de Mondiacult, la conferencia de la Unesco que reuni¨® a finales de septiembre a 120 ministros de Cultura en Ciudad de M¨¦xico, y de las celebraciones por los 40 a?os del Munal. Palhares ha asegurado a EL PA?S que el museo mexicano est¨¢ en conversaciones con las autoridades del Thyssen para ahora llevar a Madrid obras del Munal. ¡°Nos dar¨ªa mucho gusto poder tender f¨ªsicamente ese mismo puente, ahora, en el museo espa?ol¡±, asegura el historiador.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs