El Guadalupe Reyes de Ricardo Monreal
No le han dejado otra opci¨®n a Monreal que defenderse con todo. Y salvo una sorpresa may¨²scula, emprender¨¢ la ruta hacia una candidatura presidencial, una que escindir¨¢ al oficialismo, una que podr¨ªa hacer reverdecer esperanzas a la oposici¨®n
Dice que diciembre le gust¨®¡. para decidir si se va o se queda. El que esta semana dijo eso, a tono con la famosa canci¨®n ranchera, es el ¨²nico pol¨ªtico que ha mostrado la densidad necesaria para disputarle decisiones al presidente m¨¢s poderoso de M¨¦xico en muchas d¨¦cadas. Estamos pues, a punto de entrar al Guadalupe-Reyes de Ricardo Monreal, un periodo m¨¢s que de fiestas de reflexi¨®n, sobre lo que ser¨¢ su futuro, y lo que podr¨ªa ese futuro personal incidir en las probabilidades electorales del r...
Dice que diciembre le gust¨®¡. para decidir si se va o se queda. El que esta semana dijo eso, a tono con la famosa canci¨®n ranchera, es el ¨²nico pol¨ªtico que ha mostrado la densidad necesaria para disputarle decisiones al presidente m¨¢s poderoso de M¨¦xico en muchas d¨¦cadas. Estamos pues, a punto de entrar al Guadalupe-Reyes de Ricardo Monreal, un periodo m¨¢s que de fiestas de reflexi¨®n, sobre lo que ser¨¢ su futuro, y lo que podr¨ªa ese futuro personal incidir en las probabilidades electorales del r¨¦gimen.
El cascar¨®n de la sucesi¨®n adelantada comienza a cuartearse. Asoma una desavenencia may¨²scula en el seno de Morena. El senador Ricardo Monreal logr¨® esta semana un contundente apoyo multipartidista, y de no pocos legisladores de su partido, en un escalamiento in¨¦dito de su pugna con la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. Esta, por su parte, desestim¨® el desaf¨ªo del zacatecano. Pero las fichas est¨¢n puestas en una ruta de colisi¨®n que podr¨ªa debilitar, como nada antes, al r¨¦gimen.
De Ricardo Monreal se dice que un apoyo de su parte no garantiza el triunfo en una elecci¨®n, pero que una confrontaci¨®n con ¨¦l s¨ª constituye un gran riesgo.
As¨ª se mide la influencia del l¨ªder del Senado, un pol¨ªtico peso pesado que por d¨¦cadas ha cultivado intereses con personajes de todo el espectro partidista y empresarial. Y por algo derivado de esa capacidad de operaci¨®n es que, precisamente, hoy est¨¢ enfrentado con Sheinbaum y con Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador: estos le atribuyen, y no le perdonan, derrotas en la CDMX en 2021.
AMLO no le ha dado car¨¢cter de corcholata a Monreal. Aunque es cierto que ya le ha mencionado en la ma?anera como un posible sucesor, hay que tomar con un grano de sal la inclusi¨®n del senador en la lista de precandidatos a la presidencia por Morena: cuando por fin lo nombr¨®, el presidente lo apunt¨® como a cualquiera otro, sin deferencia ni estima; y todo el mundo sabe que, por su distanciamiento, el tabasque?o est¨¢ en el ¨¢nimo de designar a cualquiera, menos a su excoordinador de campa?a en 2012.
Monreal ha intentado hacer de la necesidad una virtud. Desde que dej¨® de ser un convidado a la mesa de Palacio se presenta como un disidente con altura parlamentaria, como un pol¨ªtico con l¨ªneas de comunicaci¨®n tendidas hacia los otros partidos, como un estadista que usa el desaire para subrayar que la no sumisi¨®n al Z¨®calo es republicanismo.
Pero segu¨ªa siendo, desde la resistencia, un apoyo del presidente. En parte porque cuando AMLO intent¨® improvisar operadores en la c¨¢mara alta los fracasos de Olga S¨¢nchez Cordero e incluso de Ad¨¢n Augusto L¨®pez fueron sonoros (remember: el apoyo de Ricardo no garantiza que las cosas caminen, pero marginarlo incrementa las probabilidades del fracaso). Y ¨¦l segu¨ªa apoyando a Palacio, quiz¨¢, porque no era a¨²n hora de romper.
El fin de tan fr¨¢gil convivencia parece estar llegando. Desencuentros como el que sostiene con el gobernador veracruzano Cuitl¨¢huac Garc¨ªa le han costado rebeliones en su bancada y mayor distanciamiento de otros, como se llaman ellos, ¡°compa?eros del movimiento¡±. Monreal no se qued¨® de brazos cruzados ante las maniobras carcelarias de Garc¨ªa, y al intentar una comisi¨®n legislativa para intervenir, en reprimenda por poco le quitan el liderazgo morenista. Recul¨® a tiempo, pero con una bancada dividida sin remedio.
En el a?o y medio de la sucesi¨®n adelantada ¨Dempez¨® tras la ca¨ªda de L¨ªnea 12 en mayo de 2021¨D, Monreal ha denunciado que tanta premura era riesgosa y que deb¨ªa contenerse a los aspirantes. Pero el presidente ni siquiera intent¨® meter de regreso al duende a la botella. Los apetitos se hab¨ªan desatado y entonces Ricardo denunci¨® la flagrante inequidad del proceso. El tiempo le ha dado la raz¨®n. Hay una favorita, unas comparsas (o si se quiere: un par fusibles listos para un plan B) y hay un marginado: el l¨ªder senatorial.
Tan claro panorama no desanim¨® a quien ya hace un cuarto de siglo defeccion¨® de un partido hegem¨®nico. Pero la falta de resignaci¨®n no garantiza el ¨¦xito. En el verano, en ocasi¨®n del cambio de mesa directiva del Senado, Monreal intent¨® su movida m¨¢s osada, una que no le sali¨® y que, por el contrario, parec¨ªa haber desinflado su credibilidad con la oposici¨®n, sobre todo porque acabar¨ªa por defraudar tambi¨¦n a quienes creyeron que tendr¨ªa capacidad de resistir la militarizaci¨®n de la seguridad p¨²blica.
En otras palabras, el arranque de sesiones legislativas result¨® calamitoso para el zacatecano, quien hab¨ªa acordado que se dejar¨ªa impulsar a la presidencia de la mesa directiva, con lo que en septiembre ser¨ªa titular del poder Legislativo y representante de ¨¦ste frente a AMLO en las m¨²ltiples celebraciones patrias de ese mes. El acuerdo para auparlo a ese puesto cuaj¨® a la perfecci¨®n mas lo ¨²nico que fall¨® fue la voluntad de Monreal, que dio un paso atr¨¢s y coloc¨® en esa posici¨®n a uno de los suyos.
El Monreal que iba a dar el salto definitivo para mandarse solo, para creerse legislador de la Rep¨²blica y no de un movimiento, se qued¨® en un ¡°ya merito¡±. En las siguientes semanas, cuando se afan¨® sin disimulo para agradar a las fuerzas armadas y al presidente con una reforma constitucional arrancada con amenazas y ofertas de impunidad, Ricardo brill¨® por sus discursos tratando de justificar lo que antes hab¨ªa cuestionado.
Fue ah¨ª cuando L¨®pez Obrador le puso en la frente la estrellita de que ya era una corcholata, maniobra t¨ªpica de Andr¨¦s Manuel para asentar que hab¨ªa logrado someter a su amigo y que en consolaci¨®n le daba unas palabras para que se ilusionara. El fiero Monreal hab¨ªa regresado al redil.
En paralelo, la posibilidad de candidatura de Sheinbaum parec¨ªa consolidarse sin mayor contratiempo que la falta de tino de la jefa de gobierno, que insiste en salidas destempladas ¨Ctan solo esta semana ha sido preocupante su intromisi¨®n en la soberan¨ªa de otro estado de la Federaci¨®n, as¨ª sea el que tiene por gobernante a un impresentable-- y su excesivo mimetismo con el de Palacio.
Mas por haber sembrado tan precipitadamente los vientos de la sucesi¨®n, L¨®pez Obrador y sus seguidores ahora tendr¨¢n que enfrentar riesgos de una ruptura que fue aceitada por distintos apetitos de poder. A Monreal no le perdonaron su intento por la disidencia y la ariete de moda ha aireado, desde Campeche, supuestas conversaciones inc¨®modas y excesivas propiedades del zacatecano.
Con el tiempo los de Morena tendr¨¢n que revisar qu¨¦ estaban pensando cuando decidieron resucitar a Monreal: ya ten¨ªan de regreso al orden a Ricardo y en vez de perfilarse a menesteres que tambi¨¦n tendr¨¢n que atender rumbo al 2024 prefirieron humillar al expriista que ya una vez le gan¨® la partida a un presidente de la Rep¨²blica.
Luego de dos ataques de la campechana Layda Sansores, Ricardo Monreal se ha lanzado a la ofensiva. Ha usado la justicia y la pol¨ªtica para contraatacar. Demandar¨¢ en los tribunales a su compa?era de partido, buscando incluso su destituci¨®n. Y en t¨¦rminos pol¨ªticos ha sacudido a la Rep¨²blica al cuajar el apoyo de tres cuartas partes del Senado. Se escribe f¨¢cil, pero es in¨¦dito y nada menor en los tiempos de un r¨¦gimen que usa a los gobernadores como abajofirmantes para cualquier contratiempo que enfrente el se?or presidente.
Los patrocinadores de Layda han brindado a Monreal una oportunidad extraordinaria. Es de nuevo un actor relevante e insumiso. Lo que no fue en agosto, con la presidencia de mesa directiva que a ¨²ltima hora desde?¨®, lo es ahora: ?quiere de veras Palacio Nacional una reforma electoral?, ?se va Arturo Zald¨ªvar de la Corte, para intentar ser fiscal a cambio de que AMLO pueda designar un ministro m¨¢s? Estos dos casos hipot¨¦ticos requieren un senado que ahora recae en un solo hombre y ¨¦ste no es el presidente de la Rep¨²blica.
Esa es la plataforma que le han regalado los patrocinadores de Claudia, digo, de Layda a Ricardo. Hay tiro. No le han dejado otra opci¨®n a Monreal que defenderse con todo. Y salvo una sorpresa may¨²scula, el zacatecano emprender¨¢ la ruta hacia una candidatura presidencial, una que escindir¨¢ al oficialismo, una que podr¨ªa hacer reverdecer esperanzas a la oposici¨®n.
Es Claudia contra Ricardo. Es Monreal intentando, de paso, cobrarse la fea manera en que le bajaron de la competencia por la ciudad de M¨¦xico hace cinco a?os para poner a Sheinbaum. Esta segunda parte se va a poner m¨¢s fea. El cisma de Morena es cuesti¨®n de tiempo.
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