¡®El Serch¡¯: el jefe de seguridad que cay¨® tras el asesinato en La Polar
Sergio N, principal sospechoso del homicidio a golpes de un cliente del conocido restaurante, fue detenido tras esconderse en Michoac¨¢n
Ahora, por requerimiento legal, es conocido en los medios como Sergio N. Lo apodan El Serch o El Chiquil¨ªn (o, incluso, El Comandante Gama o El Zeth), y fue detenido este fin de semana por la fiscal¨ªa de Michoac¨¢n como uno de los principales acusados del ...
Ahora, por requerimiento legal, es conocido en los medios como Sergio N. Lo apodan El Serch o El Chiquil¨ªn (o, incluso, El Comandante Gama o El Zeth), y fue detenido este fin de semana por la fiscal¨ªa de Michoac¨¢n como uno de los principales acusados del asesinato a golpes de Antonio Monroy, un cliente del restaurante La Polar, ubicado en la Ciudad de M¨¦xico, el domingo 8 de enero. El Serch era el jefe de seguridad y se encontraba pr¨®fugo desde el d¨ªa del crimen.
El caso zarande¨® los ¨¢nimos del pa¨ªs durante el arranque de este 2023. La Polar es un establecimiento famoso en la capital, al que sol¨ªan acudir personajes de la pol¨ªtica y la far¨¢ndula, y que cuenta con 88 a?os de historia tras de s¨ª, como presume todav¨ªa su web oficial, que se mantiene en l¨ªnea pese a que el local fue clausurado a la ma?ana siguiente del homicidio. Curiosamente, y aunque la petici¨®n de amparo que trataron de interponer los propietarios para reabrir el lugar fue rechazada por un juez de distrito, las redes sociales de La Polar a¨²n tuvieron actividad para desear a sus seguidores feliz D¨ªa del Amor y la Amistad el pasado 14 de febrero.
La tarde que ser¨ªa la de su muerte, Monroy, quien era un cliente consuetudinario del lugar, seg¨²n testigos, acudi¨® al restaurante acompa?ado por una amiga llamada Adriana Amaranto. Se bebieron algunos tragos. Al negarse a pagar una propina que le fue exigida por los meseros, se desat¨® el episodio fatal. Hubo, primero, un cruce de acusaciones e insultos. Monroy fue llevado a rastras y empujones a una bodega del lugar, y recibi¨® una golpiza por parte de algunos empleados, presuntamente encabezados por El Serch. Adriana Amaranto lleg¨® a hacer una transmisi¨®n en vivo, a trav¨¦s de la red, en la cual denunci¨® lo que estaba sucediendo en tiempo real (y en la que, por cierto, aparecieron como ¡°invitados especiales¡± trabajadores del restaurante, neg¨¢ndolo todo). Las c¨¢maras de seguridad, m¨¢s tarde, mostraron c¨®mo el cuerpo de Monroy era arrastrado a trav¨¦s del estacionamiento para dejarlo tendido en la banqueta por El Serch y un vigilante auxiliar, Carlos Gustavo N.
Hasta ahora han sido detenidos varios involucrados en los hechos. Rom¨¢n Ignacio N, valet parking de La Polar, fue uno de los primeros, junto con el mesero Oskar N y los vigilantes Braulio Gerardo N y el ya mencionado Carlos Gustavo N. Todos, sin embargo, recuperaron su libertad en unos d¨ªas. As¨ª que, en este momento, El Serch representa la ¨²nica pieza en firme obtenida por la fiscal¨ªa en la investigaci¨®n.
?C¨®mo lleg¨® un tipo capaz de algo as¨ª a su puesto? Seg¨²n versiones period¨ªsticas, los propietarios del restaurante lo contrataron como jefe de seguridad luego de atestiguar una pelea a pu?etazo limpio en la que El Serch sali¨® victorioso en un enfrentamiento ante tres rivales. El Chiquil¨ªn afirmaba ser expolic¨ªa y tambi¨¦n excustodio en un centro penitenciario. Se le consideraba un experto en contener o doblegar clientes agresivos. De hecho, de acuerdo con la autopsia, la causa del deceso de Antonio Monroy no fueron directamente los golpes que recibi¨®, sino una llave de estrangulaci¨®n conocida como ¡°la china¡±, con la que se presionan los vasos sangu¨ªneos del cuello de una persona para detener el flujo de sangre a la cabeza. Las consecuencias pueden ir del desmayo a la muerte. Es una llave que forma parte de las t¨¦cnicas de defensa ense?adas por diversas corporaciones uniformadas.
La muerte de Antonio Monroy no es el primer incidente que El Serch protagoniz¨® en La Polar. Luego del crimen, circul¨® en redes sociales un video en el que se le observa sacar a rastras a una mujer del establecimiento, mientras le grita que se ¡°ense?e a respetar¡±. Ahora est¨¢ detenido y el negocio al que crey¨® servir con un asesinato permanece clausurado.
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