El laberinto de Nereida Ch¨¢vez: denunciar una paliza a manos de un funcionario de Michoac¨¢n
La mujer acusa a su expareja de violencia de g¨¦nero y ya no sale de casa por miedo. Las medidas de protecci¨®n dependen de la instituci¨®n donde ¨¦l trabajaba. La jueza sostiene que la Fiscal¨ªa ¡°deja completamente desprotegida a la v¨ªctima¡±
Dice Nereida Ch¨¢vez que la columna se le qued¨® descompuesta tras los golpes, que esa es la secuela visible, pero que no es la ¨²nica, que tampoco es la peor. Lleva desde el 25 de julio de 2022, cuando denunci¨® a su entonces pareja por violencia de g¨¦nero, sin trabajar, sin salir a la calle. Vive, dice, atemorizada. ¡°Solo voy de mi casa a la Fiscal¨ªa y de la Fiscal¨ªa a mi casa¡±, cuenta por tel¨¦fono desde Morelia. Misael N, su expareja, era delegado administrativo en la Coordinaci¨®n del Sistema Penitenciario de Michoac¨¢n; renunci¨® a su p...
Dice Nereida Ch¨¢vez que la columna se le qued¨® descompuesta tras los golpes, que esa es la secuela visible, pero que no es la ¨²nica, que tampoco es la peor. Lleva desde el 25 de julio de 2022, cuando denunci¨® a su entonces pareja por violencia de g¨¦nero, sin trabajar, sin salir a la calle. Vive, dice, atemorizada. ¡°Solo voy de mi casa a la Fiscal¨ªa y de la Fiscal¨ªa a mi casa¡±, cuenta por tel¨¦fono desde Morelia. Misael N, su expareja, era delegado administrativo en la Coordinaci¨®n del Sistema Penitenciario de Michoac¨¢n; renunci¨® a su puesto unos d¨ªas antes de empezar la audiencia, en la que la jueza lo vincul¨® a un proceso judicial. Ahora, el miedo de Ch¨¢vez reside en que las medidas cautelares que deben protegerla dependen de la misma entidad donde ¨¦l trabajaba, donde siguen la mayor¨ªa de los testigos de su defensa y donde el director es Ignacio Mendoza, cuyo hijo, tambi¨¦n llamado Ignacio Mendoza, defiende a Misael en el juicio. El titular de la dependencia, consultado por EL PA?S, apunta que se trata de un ¡°problema entre particulares¡±, donde ni ¨¦l ni la Coordinaci¨®n del Sistema Penitenciario tienen nada que ver.
Nereida y Misael se conocieron a principios de 2021 cuando trabajaban en la campa?a del morenista Alfredo Ram¨ªrez Bedoya para la gubernatura de Michoac¨¢n. Ram¨ªrez sali¨® elegido. En septiembre, ellos pr¨¢cticamente se fueron a vivir juntos y en mayo del a?o siguiente, ¨¦l le pidi¨® matrimonio. En junio, Ch¨¢vez renunci¨® a su trabajo en el departamento de salud de la Coordinaci¨®n del Sistema Penitenciario, un cargo ¡ªexplica¡ª al que hab¨ªa accedido en noviembre gracias a Misael. En 2022, ¨¦l ya se estaba preparando para ser candidato para el distrito 16 de Morelia: ¡°Me dijo que lo prudente era que yo renunciara para evitar temas de nepotismo¡±.
A cambio, cuenta, ella iba a coordinar una casa de gesti¨®n para la candidatura electoral. ¡°Me encargaba de las tenencias, de brindar apoyos en materia de salud y legales, y tambi¨¦n de organizar a la estructura que se iba a movilizar¡±, apunta la consultora pol¨ªtica. El 25 de julio era el cumplea?os de Misael. En ese momento, explica Ch¨¢vez, ¨¦l ten¨ªa covid, por lo que ella estaba en casa de sus padres. Despu¨¦s de comer decidi¨® acercarse a su domicilio, situado en el fraccionamiento Real San Diego, al sur de Morelia, para llevarle una tarta.
En el testimonio de Ch¨¢vez los hechos sucedieron as¨ª: ella entr¨® en la casa y la encontr¨® vac¨ªa. Le extra?¨®. Se dio cuenta de que su ordenador estaba encendido y que ten¨ªa conectada su cuenta de WhatsApp. All¨ª descubri¨® que ¨¦l le estaba siendo infiel con varias mujeres, algunas de ellas comprometidas. Alrededor de las 15.00 horas, Misael regres¨® a la casa, descubri¨® lo que estaba haciendo y se puso agresivo.
¡°Lleg¨® y me dijo: ¡®?Qu¨¦ est¨¢s haciendo dentro de mi casa?¡±, relata. ¡°Le dije que de eso se iban a enterar los esposos. Entonces, comenz¨® a golpearme. Literalmente, ¨¦l me quer¨ªa matar a golpes, yo creo que no quer¨ªa que se enteraran, eran muchas personas involucradas. ¡®No, no vas a decir nada¡¯, me dijo. Empez¨® a sujetarme muy fuerte, de los brazos, me comenz¨® a ahorcar, entre el codo y el antebrazo, como una especie de llave, as¨ª como un candado, gritaba muchas cosas, que c¨®mo me hab¨ªa atrevido¡±, contin¨²a.
¡°Despu¨¦s de que me estaba asfixiando, me sac¨® de la casa y me lanz¨® contra el asfalto, yo ca¨ª con la rodilla, luego con la cadera, y alcanc¨¦ a meter mis antebrazos para no golpearme la cara. Comenz¨® a grabarme, yo tirada en el suelo, dec¨ªa que yo hab¨ªa ingresado a nuestra casa sin autorizaci¨®n. Me golpe¨¦ mucho las costillas, no pod¨ªa respirar bien. Me dijo ¡®lev¨¢ntate ya¡¯, pero yo no pod¨ªa¡±, recuerda. Fue Misael, dice, quien la levant¨® y la volvi¨® a ¡°sacudir muy fuerte¡±. ¡°Me lastim¨® otra vez¡±, se?ala.
Delito de lesiones en raz¨®n de relaci¨®n
Ch¨¢vez cree que Misael lleg¨® a calmarse cuando intervino el ch¨®fer de ella, empleado de ¨¦l, que le pidi¨® que parara. Acompa?ada del conductor, ella se fue de la vivienda y lleg¨® hasta su lugar de trabajo. Empez¨® a sentir mucho dolor en el cuello y decidi¨® ir al Hospital de la Mujer. All¨ª, seg¨²n consta en un recetario, le diagnosticaron un esguince cervical. Con eso, Nereida Ch¨¢vez decidi¨® ir directamente al Centro de Justicia Integral para las Mujeres del Estado, donde un m¨¦dico perito le certific¨® las lesiones y pudo interponer una denuncia. Le tipificaron el delito en ¡°lesiones en raz¨®n de relaci¨®n¡±.
El 26 y el 27 de julio acudi¨® de nuevo al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de Trabajadores del Estado (ISSSTE): un traumat¨®logo le diagnostic¨® un esguince cervical de grado dos y una policontusi¨®n. ¡°Fueron tres diferentes m¨¦dicos, dos de urgencias y un traumat¨®logo. Para el 9 de septiembre segu¨ªa con dolor, fui de nuevo al ISSSTE y ah¨ª me diagnosticaron que ten¨ªa la columna rectificada¡±, narra.
La precisi¨®n de estos diagn¨®sticos se convirti¨® en un asunto central en la audiencia de enero, en la que se decid¨ªa si Misael iba a ser o no vinculado a proceso. Los abogados del acusado contrargumentaron que Ch¨¢vez no hab¨ªa aportado ning¨²n estudio de rayos X que soportara los dict¨¢menes m¨¦dicos, incluso un perito de la defensa se?al¨® que las lesiones que la v¨ªctima mostraba pudieron ser autoinfligidas o producto de un accidente. Sin embargo, estas hip¨®tesis no fueron compartidas por la jueza Amalia Herrera Arroyo, que tampoco consider¨® seis de las siete entrevistas de testigos que aport¨® la defensa, puesto que ninguno estuvo cerca del escenario a la hora en la que presuntamente sucedieron los hechos.
El ¨²ltimo testigo hac¨ªa referencia al hombre que Nereida Ch¨¢vez identifica como su ch¨®fer, Jos¨¦ Enrique N; este declar¨® por escrito a la defensa que nunca hab¨ªa fungido como conductor, que apenas conoc¨ªa a la v¨ªctima, y que, por tanto, ni estaba cuando sucedi¨® el ataque, ni mucho menos pudo entones intervenir. Cuando le dieron el uso de la palabra, la mujer dijo que ten¨ªa pruebas de esa relaci¨®n constante con Jos¨¦ Enrique y que cre¨ªa que ¨¦l no hablaba por miedo a perder su trabajo, puesto que era subalterno de Misael. Lo mismo cree que le ocurre a la mayor¨ªa de los testigos, amigos o trabajadores de la Coordinaci¨®n del Sistema Penitenciario de Michoac¨¢n.
Esta dependencia gubernamental se ha convertido en un nudo en el caso. Tanto la v¨ªctima como el acusado trabajaron all¨ª, en ese mismo lugar est¨¢n empleados cinco de los testigos, y su director, Ignacio Mendoza, es el fundador del despacho que defiende a Misael, quien adem¨¢s, reconoce el funcionario, es un ¡°amigo de la familia¡±. Por otro lado, seg¨²n el reglamento de la Coordinaci¨®n del Sistema Penitenciario de Michoac¨¢n, esta es la instituci¨®n encargada de ¡°coordinar la evaluaci¨®n y supervisi¨®n de las medidas cautelares¡±. Esto quiere decir que la orden de no acercarse, de no mantener contacto con la v¨ªctima y de velar por su seguridad, depende de esta unidad.
¡°El director de medidas cautelares es superamigo de Misael. Yo no me siento con confianza cuando me llaman para saber c¨®mo estoy de decirles d¨®nde me encuentro¡±, dice Nereida Ch¨¢vez. Esta anomal¨ªa fue detectada por la jueza Amalia Herrera, quien defini¨® la situaci¨®n como ¡°un conflicto de intereses¡±, por el que se?al¨® a la Fiscal¨ªa de no haberse dado cuenta y por el riesgo que supone para la v¨ªctima: ¡°Esta informaci¨®n era esencial, de ninguna manera puede aceptarse que se resuelva bajo una din¨¢mica de perspectiva de g¨¦nero cuando la investigaci¨®n no la tom¨® en consideraci¨®n, cuando la investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa deja completamente desprotegida a la v¨ªctima, porque hace que el juez no pueda aplicar medidas cautelares de manera efectiva que garanticen su seguridad y neutralicen un riesgo¡±.
Despu¨¦s de vincular a proceso a Misael, la juzgadora pidi¨® una orden de protecci¨®n adicional a la polic¨ªa municipal de Morelia, as¨ª como una informaci¨®n constante, de parte de la Coordinaci¨®n del Sistema Penitenciario, sobre el estado de esas medidas cautelares: ¡°En caso de que se detecte alguna tergiversaci¨®n, dar¨¦ vista para que se investigue¡±.
Esta postura no es compartida por Ignacio Mendoza, titular de la instituci¨®n: ¡°No hay un conflicto de intereses jur¨ªdicamente hablando: incluso si a m¨ª me acusan, las medidas cautelares dependen de esta dependencia. Yo no dise?¨¦ el sistema. No hay quien la sustituya para hacer cumplir las medidas cautelares, que adem¨¢s, no dependen ni dependieron de Misael. Por otro lado, cualquier gente puede contratar a cualquier abogado, aunque sea mi hijo, mi hijo tiene el derecho constitucional al trabajo, aunque a alguien no le guste, porque legalmente lo puede hacer¡±. ¡°La jueza est¨¢ equivocada. Para m¨ª, opin¨® de manera acelerada, t¨¦cnicamente es una opini¨®n exacerbada para una audiencia, que no debi¨® tratarse de esa manera¡±, considera Mendoza, que fue subprocurador de Justicia en Michoac¨¢n hasta 2009, mismo periodo en el que el padre de Misael era el procurador.
La defensa de Misael apel¨® la decisi¨®n de la jueza de vincularlo a proceso, pero el juez encargado todav¨ªa no lo ha resuelto. Esta situaci¨®n sume todav¨ªa en m¨¢s incertidumbre a Nereida Ch¨¢vez. ¡°Yo sigo presentando m¨¢s pruebas, me han hecho a m¨ª peritajes, de trabajo social, psiqui¨¢tricos... Su argumento es que estoy loca, he tenido que estar debatiendo que no estoy loca, que me golpearon¡±, cuenta, ¡°a m¨ª me hackearon, tuve que cambiar mi n¨²mero de tel¨¦fono, me amenazaron, me atacan a trav¨¦s de las redes sociales, me difaman. Yo ya investigu¨¦ en la Comisi¨®n Estatal de Atenci¨®n a V¨ªctimas por la posibilidad de irme de refugiada a EE UU. Aqu¨ª no puedo trabajar, no puedo salir, mi vida se acab¨®¡±.
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