Cocinar para no olvidar: el ¡®Recetario para la memoria¡¯ de Guanajuato acaricia el recuerdo de los desaparecidos con sus platos favoritos
Las madres y esposas rastreadoras recopilan las recetas que m¨¢s les gustaban a sus hijos y esposos en un libro cuyas ganancias ayudan a financiar las b¨²squedas
El olor a la salsa chipotle le devuelve a Alma Lilia Tapia por un momento a su hijo, aunque sea en forma de recuerdo. Se lo imagina alegre, cocinando el plato estrella que le preparaba a toda la familia cuando todav¨ªa estaba con ellos entre el humo del jitomate, la pi?a asada y los vapores de la salsa ¡®maggi¡¯. ?l quer¨ªa ser chef y patentar esa receta. Sin embargo, el primer d¨ªa de mayo de 2018 unos hombres se lo llevaron en la ciudad de Villagr¨¢n, en Guanajuato. No le ha vuelto a ver. El nombre de Gustavo Daryl G¨®mez Mart¨ªnez pas¨® a engrosar la abismal...
El olor a la salsa chipotle le devuelve a Alma Lilia Tapia por un momento a su hijo, aunque sea en forma de recuerdo. Se lo imagina alegre, cocinando el plato estrella que le preparaba a toda la familia cuando todav¨ªa estaba con ellos entre el humo del jitomate, la pi?a asada y los vapores de la salsa ¡®maggi¡¯. ?l quer¨ªa ser chef y patentar esa receta. Sin embargo, el primer d¨ªa de mayo de 2018 unos hombres se lo llevaron en la ciudad de Villagr¨¢n, en Guanajuato. No le ha vuelto a ver. El nombre de Gustavo Daryl G¨®mez Mart¨ªnez pas¨® a engrosar la abismal lista de desaparecidos en M¨¦xico, que actualmente roza las 112.000 personas. Tapia eligi¨® esa ic¨®nica creaci¨®n de su hijo y la incluy¨® en la segunda edici¨®n de ¡®Recetario para la memoria¡¯, un libro en el que madres y esposas buscadoras de sus desaparecidos recopilan el recuerdo de los que ya no est¨¢n a trav¨¦s de sus recetas favoritas. Encima de la lista de ingredientes de la salsa chipotle y la foto de su hijo, se lee: ¡°Salchichas con papas y queso gratinado para Daryl¡±.
El primer ¡®Recetario para la memoria¡¯ fue un trabajo con un colectivo de buscadoras de Sinaloa, explica la creadora del proyecto, Zahara G¨®mez Lucini. Sin embargo, esta segunda edici¨®n re¨²ne las recetas que han aportado 74 mujeres de diez colectivos, esta vez de Guanajuato. G¨®mez admite que el libro es una excusa para seguir hablando de un tema que satura los titulares de la prensa mexicana, pero esta vez desde un formato m¨¢s ¨ªntimo que construya puentes de empat¨ªa con la sociedad. ¡°Todos tenemos un plato favorito, todos hemos cocinado para un ser querido¡±, afirma la fot¨®grafa. Su trabajo documental con las buscadoras desde los campos donde escarban la tierra en busca de sus seres queridos germin¨® la semilla del proyecto. ¡°Me cuestiono como narradora c¨®mo contamos esto y siempre es el mismo guion. Se empieza por el d¨ªa de la desaparici¨®n, el antes no existe¡±, sentencia, y a?ade que pese a que las historias de las madres que buscan a sus hijos transmiten mucha tristeza, no provocan acci¨®n. Con las recetas, se narra el qui¨¦n era ese desaparecido, pero no desde una fosa, sino desde la cocina de su casa.
Las quesadillas de flor de calabaza para Ad¨¢n lo ilustran a la perfecci¨®n. Su madre, Mar¨ªa Elena Rodr¨ªguez, eligi¨® esa receta porque fue la que cocin¨® para su hijo un mes antes de que desapareciera. ¡°Recuerdo que me pregunt¨® ¡®?qu¨¦ almorzamos?¡¯, y le dije ¡®?crees que haya flores de calabaza en el cerro?¡±, rememora. Era un ritual de ellos, ir a pasear a la colina para cortar de la planta el ingrediente principal de ese plato. Con el tiempo, esos campos se urbanizaron, dejaron de crecer las flores y su hijo la llevaba en moto al mercado para comprarlas. El 25 de agosto de 2019 un grupo se llev¨® a Ad¨¢n Zavala Rodr¨ªguez a las afueras de un bar de Ac¨¢mbraro. Su madre asegura que lo quer¨ªan por sus habilidades, ya que era sargento para el Ej¨¦rcito. Lo encontraron en una fosa en diciembre de 2020, en un campo muy similar al que ellos sol¨ªan ir. ¡°En el campo que nos dio de comer, ah¨ª te encontr¨¦¡±, dice con pesar Rodr¨ªguez Vega. ¡°Ahora le acaricio a trav¨¦s de su guisado y su alegr¨ªa¡±, a?ade.
La periodista Daniela Rea, que aport¨® los textos y la edici¨®n al proyecto, asegura que el libro ofrece un remanso en la batalla de las mujeres que siguen buscando a sus familiares. ¡°En algo tan cotidiano como cocinar, hay apapacho, hay un momento de paz¡±, explica. Rea ha estado en muchas coberturas de b¨²squedas. ¡°Todav¨ªa me acuerdo cuando a¨²n cont¨¢bamos 30.000 desaparecidos¡±, dice con indignaci¨®n. Y, al igual que Zahara G¨®mez, se pregunt¨®: ¡°?c¨®mo seguimos hablando de esto para que a la gente le importe?¡±. El recetario dio la respuesta para conectar esa narrativa desde otro lugar, para a hablar de c¨®mo se destruye el tejido social con cada desaparici¨®n. Es una invitaci¨®n a hablar de c¨®mo repararlo.
Pero el proyecto ofrece m¨¢s que eso. La venta del libro, con el apoyo de la Universidad Iberoamericana de Le¨®n y el apadrinamiento del chef Jaime Duran, permite adem¨¢s recaudar fondos para las buscadoras y sus asociaciones. ¡°Espero que la gente lo compre, necesitamos el dinero para pagar el transporte a los campos, los zapatos para caminar el terreno y los guantes para no hacernos cortes al excavar la tierra¡±, dice Tapia, quien fund¨® Salamanca Unidos Buscando Desaparecidos al poco de perder a su hijo.
Por otro lado, la diversidad de platos del recetario es un espejo de las diferencias sociol¨®gicas de cada familiar, desde c¨®mo cocina una mujer mayor del campo a una mujer m¨¢s joven de la ciudad. ¡°Hablar de c¨®mo comemos es hablar de c¨®mo vivimos¡±, apunta Rea. Una de las buscadoras eligi¨® los huevos con jam¨®n que le gustaban a su hermano. Era su plato favorito porque era r¨¢pido. Se serv¨ªa y volv¨ªa a recluirse en su habitaci¨®n. ¡°Esos huevos con jam¨®n representan el esfuerzo de una familia por hablar y acercarse a un chico que ten¨ªa depresi¨®n¡±, puntualiza la periodista, y a?ade que Ra¨²l Trejo Medina fue desaparecido junto a un grupo de San Luis de la Paz en 2011, cuando viajaban juntos a EE UU. Ah¨ª tambi¨¦n iba Mariano Luna Jim¨¦nez. Su mujer escogi¨® los frijoles con papas a la francesa, una receta que ¨¦l trajo del otro lado de la frontera la primera vez que emigr¨®.
Muchas mujeres no hab¨ªan vuelto a cocinar esos platos desde que les arrebataron a sus seres queridos, como es el caso de Mar¨ªa Elena Rodr¨ªguez. Otras como Tapia reconocen que nunca hab¨ªan cocinado. Para ella era algo que su hijo hac¨ªa para la familia. Participar en el proyecto le dio la oportunidad de hablar de ¨¦l con lo que queda de su familia desde la alegr¨ªa. ¡°Discut¨ªa con mi otro hijo sobre el proceso, que si la pi?a tiene que ir cortada muy fina y casi cruda¡±, recuerda con una sonrisa. Ahora cocinan las salchichas con papas y queso gratinado cada cumplea?os de Daryl.