L¨®pez Obrador dice que la culpa de la violencia es de los Gobiernos pasados. ?Tiene sentido o es solo una excusa?
El Ejecutivo prometi¨® atajar la crisis de inseguridad en seis meses, pero los resultados, a cuatro a?os y medio, no llegan. Expertos consultados por EL PA?S se?alan responsabilidades compartidas
M¨¦xico acumula violencia a marchas forzadas, como si hubiera cierto empe?o en ello. Pasan los a?os, los n¨²meros y la situaci¨®n de inseguridad no mejora. En algunas regiones lo hace para luego volver a caer, caso de Guerrero. Otras se despe?an por espirales cuyo fin resulta incierto, como ocurre en Jalisco. Pasa en Estados de Morena y pasa en los que domina la oposici¨®n. La pregunta es por qu¨¦ no hay forma de pararlo.
Palabras m¨¢s, palabras m...
M¨¦xico acumula violencia a marchas forzadas, como si hubiera cierto empe?o en ello. Pasan los a?os, los n¨²meros y la situaci¨®n de inseguridad no mejora. En algunas regiones lo hace para luego volver a caer, caso de Guerrero. Otras se despe?an por espirales cuyo fin resulta incierto, como ocurre en Jalisco. Pasa en Estados de Morena y pasa en los que domina la oposici¨®n. La pregunta es por qu¨¦ no hay forma de pararlo.
Palabras m¨¢s, palabras menos, el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, reconoce la incapacidad del Gobierno para atajar el problema. Este jueves, periodistas se?alaban al mandatario la descomunal cifra de asesinatos acumulados durante el actual sexenio. En estos cuatro a?os y medio, la estad¨ªstica supera con creces a la registrada durante los seis de Enrique Pe?a Nieto o Felipe Calder¨®n. Son m¨¢s de 150.000 asesinatos desde que L¨®pez Obrador lleg¨® al cargo.
El presidente lo asume, siempre con el ¡°pero¡± en la punta de la lengua. El jueves argumentaba, ir¨®nico: ¡°Ahora nos dicen: ¡®Qu¨¦ barbaridad, ?el gobierno de ahora es el que tiene m¨¢s homicidios!¡¯. S¨ª, pero ?por qu¨¦ no pones la l¨¢mina de homicidios? Para que vean c¨®mo nos dejaron el pa¨ªs, porque esta es una mala herencia en seguridad, pero as¨ª nos dejaron salud, educaci¨®n y as¨ª nos dejaron todo¡±.
No es la primera vez que L¨®pez Obrador invoca el argumento de la herencia. Lo hizo al principio de su mandato y prometi¨® cambios a la baja en seis meses. Han pasado cuatro a?os y medio y el panorama pinta parecido. El Gobierno defiende un descenso de los asesinatos del 7% de 2022 al 2021. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica lo refrenda. Pero son modificaciones marginales. ?Por qu¨¦ la violencia no baja? ?De qui¨¦n es la culpa?
Para Elena Azaola, antrop¨®loga del Ciesas y estudiosa del homicidio en el pa¨ªs, es cierto que la herencia que recibi¨® el Gobierno fue mala. Las administraciones de Pe?a Nieto (2012-2018) y Calder¨®n (2006-2012) confiaron la seguridad a militares y marinos, en una l¨®gica confrontativa contra el crimen organizado. La sospecha, adem¨¢s, de qu¨¦ funcionarios del m¨¢s alto nivel usaban sus cargos para delinquir, caso del jefe de la polic¨ªa de Calder¨®n, Genaro Garc¨ªa Luna, condenado por narcotr¨¢fico en Estados Unidos, acaban de dibujar el panorama.
¡°En ese sentido tiene raz¨®n el presidente¡±, dice Azaola, ¡°pero el hecho es que no tiene una m¨ªnima idea de c¨®mo hacer para reconducir el problema. Sus ideas son muy simples, reduccionistas, pol¨ªtico-electorales¡±, a?ade. ¡°Esto de que va a reducir la pobreza y va a dar becas y as¨ª reduce los homicidios... No, eso no es entender el problema y por eso no logra dar una respuesta¡±, a?ade.
A lo largo de estos a?os, expertos, acad¨¦micos y organizaciones de la sociedad civil han criticado que la estrategia de seguridad del Gobierno, aunque bienintencionada, no responde a diagn¨®sticos trabajados. El Ejecutivo ha confiado la contenci¨®n de la violencia al despliegue de un nuevo cuerpo de seguridad, la Guardia Nacional, que naci¨® civil y ahora es militar.
Ernesto L¨®pez Portillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, se muestra m¨¢s duro. El argumento de la herencia carece de validez para el experto. ¡°Pasa el tiempo y el presidente lo repite una y otra vez, sin matices, sin precisiones. No usa diagn¨®stico, ni metodolog¨ªa, lo que no nos permite saber qu¨¦ es lo que se ha complicado, cu¨¢les son los factores de riesgo que hacen imposible construir seguridad y paz¡±, se?ala.
Parte del diagn¨®stico ausente que reclama L¨®pez Portillo apunta a los efectos de estrategia confrontativa del Estado. Es lo que plantea Daira Arana, experta en procesos de militarizaci¨®n y directora de Global Thought Mx. ¡°Una estrategia de intervenci¨®n directa de las fuerzas del estado con una perspectiva b¨¦lica trae consecuencias. Genera din¨¢micas de violencia que van m¨¢s all¨¢ del momento de la intervenci¨®n¡±, explica.
Se da as¨ª la gran paradoja securitaria de L¨®pez Obrador: critica la herencia recibida sin molestarse en entender en qu¨¦ consiste la herencia. ¡°El problema es que la soluci¨®n que proponen es la misma¡±, dice, en referencia a los Gobiernos de Pe?a y Calder¨®n. ¡°Por lo que no hay forma de reducir violencia homicida¡±.
?Qu¨¦ hab¨ªa que hacer?
A a?o y medio del final del sexenio, puede parecer algo ingenuo preguntarse por el rumbo a seguir. Pero vistas las preferencias de los electores de cara a las presidenciales del a?o que viene, un futuro presidente ¡ªo una futura presidenta¡ª morenista podr¨ªa usar las opciones que dan los expertos.
Para Azaola, todo debe comenzar por reconocer la ¡°multifactoralidad¡± de la violencia. La experta explica que M¨¦xico sufre ¡°conflictos graves, como la rivalidad de grupos delictivos, pero tambi¨¦n un aumento de la violencia intrafamiliar, adem¨¢s de una falta de institucionalidad en la respuesta al delito, esto es, la fragilidad del sistema de procuraci¨®n de justicia¡±.
L¨®pez Portillo parte de ah¨ª para se?alar dos medidas muy concretas. ¡°Primero¡±, explica, ¡°deber¨ªa redise?arse y reconceptualizarse el Sistema Nacional de Seguridad P¨²blica (SNSP)¡±, dice, en referencia al ¨®rgano que vela por las buenas pr¨¢cticas de las corporaciones policiales, en el ¨¢mbito de la prevenci¨®n y en el de la procuraci¨®n de justicia, esto es, las fiscal¨ªas.
¡°El presidente sab¨ªa que no funcionaba y decidi¨® no usarlo¡±, explica. ¡°Y no lo quiso usar, porque el sistema le representaba repartir el poder de la seguridad, colaborar en los tres niveles de Gobierno¡±, dice, apuntando al federal, pero tambi¨¦n al estatal y al local. ¡°?l prefiri¨® confiar en los militares¡±, critica.
Adem¨¢s del SNSP, el experto argumenta que el pa¨ªs deber¨ªa adoptar medidas de justicia transicional, como una comisi¨®n contra la impunidad, como la hosped¨® Guatemala, para juzgar los delitos de los reg¨ªmenes militares del siglo pasado. Eso, argumenta, elevar¨ªa el nivel de las fiscal¨ªas, alej¨¢ndolas de politiqueos y caprichos de grupos de poder. Pero, de nuevo, tomar una decisi¨®n as¨ª exig¨ªa al Gobierno ceder parte de su poder.
Daira Arana coincide en el fortalecimiento del SNSP como medida esencial. La experta se?ala que la desaparici¨®n de la Polic¨ªa Federal, predecesora de la Guardia Nacional, fue un error, pese a las corruptelas de la corporaci¨®n, se?aladas hasta la saciedad por L¨®pez Obrador. ¡°El SNSP tiene mecanismos de depuraci¨®n importantes. Nos pod¨ªamos haber quedado partes de la Federal, la Divisi¨®n Cient¨ªfica, por ejemplo, Seguridad Regional, que estaban altamente profesionalizadas... No hac¨ªa falta crear la Guardia Nacional, que adem¨¢s tiene un alto componente de personal militar y no tiene capacidades b¨¢sicas¡±, zanja.
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