H¨¦ctor Alejandro Cabrera Fuentes, el cient¨ªfico acusado de espionaje, rompe el silencio: ¡°Si contara todo lo que he visto, nadie me creer¨ªa¡±
El microbi¨®logo mexicano habla en exclusiva con EL PA?S por primera vez desde su salida de la c¨¢rcel en EE UU, afirma que no es el ¡°monstruo¡± que crearon los medios y se dice listo para retomar su carrera y lanzarse a la pol¨ªtica
Protagonista de una ¡°doble vida¡±. ¡°Colaborador del Gobierno de Vlad¨ªmir Putin¡±. ¡°Esp¨ªa¡±. La vida de H¨¦ctor Alejandro Cabrera Fuentes cambi¨® para siempre en febrero de 2020, cuando Estados Unidos lo acus¨® de actuar como un agente al servicio del Kremlin y espiar a una fuente de inteligencia de alt...
Protagonista de una ¡°doble vida¡±. ¡°Colaborador del Gobierno de Vlad¨ªmir Putin¡±. ¡°Esp¨ªa¡±. La vida de H¨¦ctor Alejandro Cabrera Fuentes cambi¨® para siempre en febrero de 2020, cuando Estados Unidos lo acus¨® de actuar como un agente al servicio del Kremlin y espiar a una fuente de inteligencia de alto nivel. El esc¨¢ndalo puso puntos suspensivos a la mete¨®rica carrera del cient¨ªfico mexicano y se encendi¨® a¨²n m¨¢s despu¨¦s de que las autoridades estadounidenses sacaran a la luz que ten¨ªa dos familias y que Mosc¨² se hab¨ªa aprovechado de eso para presionarlo y obligarlo a colaborar. Tras pasar tres a?os y medio tras las rejas y perder casi 40 kilos, Cabrera Fuentes rompe el silencio y habla por primera vez desde su salida de prisi¨®n. ¡°Si contara todo lo que he visto, nadie me creer¨ªa¡±, afirma en una entrevista exclusiva con EL PA?S.
¡°A lo mejor, si hace 41 meses me hubieran dicho que iba a sobrevivir a la c¨¢rcel en EE UU, yo tampoco lo hubiera cre¨ªdo y les habr¨ªa respondido que me habr¨ªa suicidado antes. Fueron los pensamientos que me llegaron en un primer momento porque no sabes qu¨¦ es lo que viene, no sabes qu¨¦ es lo que va a pasar¡±, asegura de regreso en su pa¨ªs. Ahora, el microbi¨®logo de 38 a?os est¨¢ listo para retomar su vida y no cierra la puerta a lanzarse a la pol¨ªtica. ¡°Espero que yo sea el pr¨®ximo Mandela que llegue a hacer cambios generacionales. ?Por qu¨¦ no? ?Cu¨¢ntos presidentes no han salido de la c¨¢rcel?¡±, se?ala. ¡°Mi motivo de vida es y seguir¨¢ siendo la ciencia, pero si yo puedo obtener una posici¨®n gubernamental, en la que yo pueda apoyar a la sociedad, lo har¨ªa sin pensarlo¡±, agrega.
Cabrera Fuentes llega a la entrevista en Oaxaca, la capital de su Estado natal, con una camiseta blanca, gafas de sol y mucha cautela. ¡°Es la primera oportunidad que tengo de hablar sobre lo que ha sucedido conmigo y quiero aprovecharla para aclarar algunas situaciones que se han manejado¡±, dice en tono reflexivo, mientras clava la mirada en su interlocutor. ¡°La verdad, hay mucha ficci¨®n en todo lo que se ha dicho, nada de lo que se ha escrito ha salido de m¨ª, casi todo son especulaciones¡±, zanja tras dejar escapar una risa nerviosa. El mayor de tres hermanos de una familia de origen zapoteco se describe como un cient¨ªfico que ha dedicado su carrera a apoyar a su comunidad en El Espinal, un peque?o pueblo con menos de 10.000 habitantes: ¡°Soy un ser humano que, a pesar de lo que haya pasado, tiene una nueva oportunidad en la vida y est¨¢ aqu¨ª para enfrentarla¡±.
¡ª ?Qu¨¦ tan diferente es el H¨¦ctor sobre el que usted ha le¨ªdo y quien usted dice ser?
¡ª Son dos personas totalmente diferentes. Estoy renaciendo, acabo de salir de la c¨¢rcel y lo tengo que aceptar as¨ª. Me adapt¨¦ y sobreviv¨ª. Es algo que he hecho toda mi vida. Me presentan como un ¡°esp¨ªa entrenado¡± o algo as¨ª, pero mi ¨²nico entrenamiento es ser un cient¨ªfico que luch¨® por ser un cient¨ªfico. Yo salgo de un pueblo de Oaxaca y creo que eso es parte de lo que ha causado mucha sensaci¨®n en mi caso.
A mediados de febrero de 2020, Cabrera Fuentes, su esposa y sus dos hijos viajaron de Ciudad de M¨¦xico a Miami. Tras pasar unos d¨ªas, hicieron sus maletas para tomar el vuelo de regreso. ¡°Era un d¨ªa normal, llegamos a la puerta del avi¨®n, est¨¢bamos realizando algunas compras y cuando est¨¢bamos a punto de abordar nos hicieron unas entrevistas¡±, cuenta. Agentes del FBI detuvieron a la pareja para hacer interrogatorios por separado.
El expediente judicial relata que el cient¨ªfico se hab¨ªa acercado a una urbanizaci¨®n para tomar fotograf¨ªas del veh¨ªculo de una fuente, identificar su matr¨ªcula y detallar la ubicaci¨®n del lugar. Su llegada llam¨® la atenci¨®n de los guardias de seguridad del edificio, que le preguntaron qu¨¦ hac¨ªa ah¨ª y le pidieron que se retirara. Los agentes encontraron las im¨¢genes en una conversaci¨®n de WhatsApp con su acompa?ante y en la carpeta de archivos eliminados recientemente del tel¨¦fono de ella. Tras horas de incertidumbre, Cabrera Fuentes admiti¨® que se hab¨ªa tomado la fotograf¨ªa y decidi¨® quedarse en Estados Unidos para aclarar el embrollo, a cambio de que su familia pudiera volver a M¨¦xico. ¡°Les dije que no iba a pasar nada y que yo llegar¨ªa pronto¡±, comenta.
¡ª ?Por qu¨¦ decidi¨® entregarse?
¡ª Por el miedo de lo que pudiera pasarle a mi familia.
¡ª ?Qu¨¦ pasa por su mente en ese momento?
¡ª Estaba nervioso. Te encuentras en una situaci¨®n desconocida, dif¨ªcil de describir y comprender. Creo que lo mejor fue la forma en que todo ocurre.
Todo sucedi¨® en cuesti¨®n de d¨ªas, de acuerdo con las autoridades estadounidenses. El 14 de febrero se dio el incidente de la urbanizaci¨®n de Miami, el 16 empezaron los interrogatorios y el 18 se anunci¨® la detenci¨®n. La primera audiencia ante un magistrado de instrucci¨®n de Florida fue el mismo 18, cuando la noticia inund¨® los medios de comunicaci¨®n en ambos lados de la frontera. Para el 28 de febrero, Cabrera Fuentes fue acusado formalmente de ¡°actuar como agente de un Gobierno extranjero¡±, un cargo por el que pod¨ªa pasar hasta 10 a?os en prisi¨®n. Otros cinco a?os se pod¨ªan sumar, si se comprobaba que hab¨ªa conspirado para cometer una ofensa contra Estados Unidos.
En ese periodo, los documentos judiciales destaparon que el cient¨ªfico ten¨ªa otra mujer y dos hijas de origen ruso, a quienes se les impidi¨® salir del pa¨ªs despu¨¦s de realizar tr¨¢mites administrativos. Un funcionario prometi¨® destrabar el escollo si Cabrera Fuentes desempe?aba tareas de inteligencia. ¡°Nos podemos ayudar mutuamente¡±, le dijo seg¨²n las autoridades estadounidenses. Siempre de acuerdo con esta versi¨®n, la colaboraci¨®n empez¨® en marzo de 2019. Varios pasajes de la historia, desde esos supuestos contactos hasta el arresto, a¨²n no pueden ser revelados.
¡°Todo se narra desde ese punto de vista, lo que yo puedo decir es que no era una doble vida y que, dadas las circunstancias, fui tomando decisiones en diferentes etapas de mi vida¡±, se?ala Cabrera Fuentes. El cient¨ªfico sostiene que hubo una obsesi¨®n por sacar de contexto algunos aspectos de su vida personal y que las relaciones ¡°fueron en t¨¦rminos normales¡±. ¡°Quiz¨¢ comet¨ª un error, pero me molest¨® mucho c¨®mo se manej¨® todo en los medios porque no solamente da?aron mi figura, tambi¨¦n da?aron a mis hijos y a personas de mi c¨ªrculo cercano, a quienes sufrieron este calvario conmigo y que, a pesar de todo, me acompa?aron y me respaldaron hasta el final¡±, asegura.
El Espinal no qued¨® exento de la pol¨¦mica y pr¨¢cticamente todo el pueblo se volc¨® a defender a quien consideraban un h¨¦roe local. Recordaban que construy¨® un prototipo de casas para los afectados por los sismos de 2017, que pag¨® de su bolsillo viajes para apoyar a estudiantes de bajos recursos y que apenas hac¨ªa unos meses hab¨ªa trabajado con algunos de los mejores cient¨ªficos de su ramo y so?aba con ganar el Nobel.
Era un juego de contrastes, que se atizaba con las manifestaciones que se convocaron en el pueblo, las colectas que organizaron amigos y familiares, y los pronunciamientos de diputados locales, que salieron a defender a su hijo pr¨®digo. ¡°Si nadie me hubiera dado una oportunidad, jam¨¢s habr¨ªa podido trascender, por m¨¢s que lo hubiera so?ado y querido, eso es lo que yo he intentado devolver a mi comunidad, y creo que me han apoyado por eso¡±, comenta.
El caso se hizo viral. Sin advertirlo, El Espinal hab¨ªa quedado atrapado en una novela que parec¨ªa sacada de la Guerra Fr¨ªa y en la lucha geopol¨ªtica de dos superpotencias. ¡°Yo mismo me sent¨ª atrapado en algo que era mucho m¨¢s grande que yo. Era un caso muy sensible y, al mismo tiempo, por la relevancia del caso, llegu¨¦ a pensar que lo que yo sintiera y mi opini¨®n no le importaban a nadie¡±.
En paralelo, corri¨® el rumor de que Cabrera Fuentes se arriesgaba a una cadena perpetua si no se declaraba culpable. ¡°Fue una de las cosas que m¨¢s me peg¨®¡±, admite. ¡°Adentro, yo ten¨ªa siete minutos por tel¨¦fono para convencer a mi familia que no era el monstruo que iba a pasar el resto de su vida en la c¨¢rcel y que todo mundo dec¨ªa que era¡±, agrega. Aun despu¨¦s de entregarse, el investigador se declar¨® inocente porque, de lo contrario, hubiera tenido un juicio r¨¢pido, que hubiera acortado los tiempos para ambas partes, tanto para que la Fiscal¨ªa analizara sus dichos, como para que sus abogados trabajaran en una estrategia de defensa. ¡°Lo repitieron tanto que en un momento se me meti¨® tambi¨¦n en la cabeza y me empec¨¦ a cuestionar, ?ser¨¢ que en verdad pasar¨ªa el resto de mis d¨ªas encerrado?¡±, reconoce.
¡ª ?C¨®mo fueron las primeras horas en la c¨¢rcel?
¡ª Probablemente fue el peor momento de mi vida. Entr¨¦ de madrugada en un calabozo, me aventaron una s¨¢bana para acostarme sobre el suelo y toda mi vida me pas¨® por la cabeza en unos minutos.
¡ª ?Qu¨¦ vio?
¡ª Todo lo malo y todo lo bueno que he hecho. Nadie tiene planeado pisar una c¨¢rcel.
Todo parec¨ªa haberse derrumbado. Cabrera Fuentes, cient¨ªfico destacado contra todo pron¨®stico, se convirti¨® en noticia internacional. En el Centro de Detenci¨®n de Miami tambi¨¦n estuvieron recluidas personas como el exgobernador priista C¨¦sar Duarte; el notorio narcotraficante ?dgar Valdez Villarreal, La Barbie; Alex Saab, se?alado por EE UU como el principal testaferro del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro, o Enrique Tarrio, l¨ªder del grupo neofascista de los Proud Boys, seg¨²n los registros penitenciarios. ¡°Esa c¨¢rcel es una especie de limbo, porque pasa por ah¨ª gente acusada de delitos muy graves, pero que en muchos casos no se ha definido si son culpables o no¡±, comenta.
Encerrado en una unidad de alta seguridad, Cabrera Fuentes tard¨® poco en entender un mundo simple de reglas r¨ªgidas y rutinas repetitivas: las celdas se abren a las seis de la ma?ana, se hace un conteo a las cuatro de la tarde, se vuelven a abrir una hora m¨¢s tarde y se cierran otra vez a las nueve de la noche. Pero tambi¨¦n hay reglas no escritas, que pudo surcar gracias a uno de sus compa?eros de celda, un hombre que llevaba m¨¢s de 20 a?os tras las rejas.
¡°Lo ¨²nico que te libera es adaptarte al sistema de ah¨ª, aprendes que las dos cosas m¨¢s importantes dentro de una c¨¢rcel son el respeto y la lealtad, ser desleal te puede costar muy caro¡±, afirma. Un par de semanas despu¨¦s, mientras descifraba ese sistema, estall¨® la pandemia de covid-19 en Am¨¦rica. Estados Unidos orden¨® el confinamiento el 12 de marzo y ese mundo simple se redujo a una celda de dos por dos metros: a una litera, un escusado y una mesa. Solo pod¨ªa salir de esas cuatro paredes durante 10 minutos cada 72 horas.
¡ª ?C¨®mo es pasar tres d¨ªas seguidos con un reo de alta peligrosidad?
¡ª Terrible. Pero tienes que respetar y no meterte en la vida de los otros. En el fondo, todos ten¨ªamos miedo de nuestros casos y ten¨ªamos mucho cuidado de qu¨¦ dec¨ªamos. Es muy conocido que muchas veces, otro puede escucharlo y obtener un beneficio para su caso por testificar en tu contra. Nunca puedes bajar la guardia, pero encuentras formas de sobrevivir. Tambi¨¦n aprendes mucho, algunos tienen mentes brillantes. Es el mundo de m¨¢s innovaci¨®n en el que he estado, aprend¨ª cosas que ninguna universidad te puede ense?ar.
¡°Lo que se ve en las pel¨ªculas es poco¡±, asegura sobre las guerras de pandillas, los pleitos, las locuras y las divagaciones interminables de quienes pierden su libertad. La pandemia provoc¨® muertes dentro de la prisi¨®n y paraliz¨® tambi¨¦n las cortes y el contacto con el mundo exterior. Mientras Cabrera Fuentes aprend¨ªa a cocinar con un corta¨²?as, una bolsa de basura y un par de cables para comer caliente o le¨ªa durante horas para agotarse y no ceder ante la incertidumbre, la normalidad se abr¨ªa terreno poco a poco. Entonces, los tambores de guerra volvieron a sonar en Europa del Este.
En medio de las tensiones b¨¦licas, Cabrera Fuentes se declar¨® culpable del cargo por actuar como agente de un gobierno extranjero el 15 de febrero de 2022, pr¨¢cticamente dos a?os despu¨¦s de ser detenido y nueve d¨ªas antes de que comenzara la invasi¨®n de Rusia contra Ucrania. El cient¨ªfico dice que estaba al tanto del conflicto y considera que es probable que la guerra pudiera haber influido en su caso. Asegura que la pandemia retras¨® el proceso dos a?os, lo que impidi¨® que se analizaran las pruebas en tiempo e impidi¨® el contacto con su equipo de abogados. ¡°Tuve mucho tiempo para reflexionar sobre los errores que comet¨ª y c¨®mo pod¨ªa convertirme en una mejor persona¡±, admite.
Fue medio a?o despu¨¦s cuando el cient¨ªfico pis¨® un tribunal para conocer su destino. Apareci¨® esposado de pies y manos, y pidi¨® clemencia por ¨²ltima vez. Ya exist¨ªa un acuerdo con la Fiscal¨ªa, pero todo estaba en manos del juez, que pod¨ªa desechar el arreglo y dictar la condena que creyera m¨¢s conveniente. ¡°Fueron los cinco minutos de m¨¢s temor que he vivido, pero todav¨ªa hasta ese momento no pierdes la esperanza de salir libre¡±, relata. Al final, fue sentenciado a cuatro a?os y un d¨ªa de c¨¢rcel el 21 de junio de 2022.
Cabrera Fuentes pas¨® por tres prisiones y subi¨® poco a poco en el escalaf¨®n de tareas: limpi¨® ba?os, pisos y comedores, fue el responsable de administrar los inventarios, y se encarg¨® de repartir la comida. Tambi¨¦n dice que mantuvo contacto con sus antiguos colegas y busc¨® continuar con investigaciones que se quedaron pendientes. ¡°Te puedo decir con orgullo que segu¨ª publicando en revistas indexadas desde la c¨¢rcel¡±, comenta.
La Agencia Federal de Prisiones le entreg¨® un descuento del 15% de su condena por buena conducta y fue liberado el pasado 14 de julio, seg¨²n sus registros. ¡°?Esp¨ªa, esp¨ªa, ya te vas, esp¨ªa!¡±, le gritaron los reclusos. Dice que nunca le molestaron los apodos que le pusieron: El Profe, El KG [por la KGB], El Esp¨ªa. Un d¨ªa despu¨¦s, aterriz¨® y estaba comiendo tacos en Ciudad de M¨¦xico. ¡°En ese momento, se me borr¨® todo el sufrimiento, todo se hab¨ªa acabado y entend¨ª que empezaba algo nuevo, que ten¨ªa que adaptarme otra vez¡±, cuenta el investigador, euf¨®rico y liberado.
¨D ?Tiene miedo de alguna represalia?
¨D No, estoy tranquilo. Fui arrestado, pas¨¦ por un proceso, fui castigado y cumpl¨ª con mi castigo. Hoy tengo otra oportunidad. No me pesan las etiquetas. Siempre he tratado de ser yo mismo.
Cabrera Fuentes afirma que los tres a?os de libertad condicional que a¨²n lleva a cuestas no ser¨¢n un obst¨¢culo para retomar su carrera profesional. Asegura que tiene varias propuestas e invitaciones en Asia y en Europa. Se ve fuera de M¨¦xico en los pr¨®ximos meses, salvo que se concrete una posibilidad en la academia o de ser presidente municipal de su pueblo, un cargo con el que hab¨ªa coqueteado en el pasado.
¡°Ya habr¨¢ tiempo para llenar los huecos que quedan en la historia antes de dar vuelta a la p¨¢gina¡±, concluye. Por ahora, el cient¨ªfico solo anhela una dosis de normalidad. Instantes despu¨¦s, se vuelve a poner sus gafas de sol y desaparece en medio de una multitud que no lo reconoce y de la que estuvo apartado durante 1.246 d¨ªas y sus noches.
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