El nuevo modelo de ense?anza y los libros de texto: tres acad¨¦micos debaten sobre la pol¨¦mica educativa
Catalina Incl¨¢n Espinosa, Ana Laura Gallardo y Manuel Gil Ant¨®n se sientan a dialogar con EL PA?S sobre la Nueva Escuela Mexicana, el futuro de la educaci¨®n en el pa¨ªs y el revuelo que han causado los ejemplares escolares del Gobierno
Los nuevos libros de texto escolares han desatado una pol¨¦mica en M¨¦xico. El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha impreso unos nuevos ejemplares para repartir en los colegios de todo el pa¨ªs hacia el nuevo ciclo, que inicia el pr¨®ximo 28 de agosto. Pero la medida no estuv...
Los nuevos libros de texto escolares han desatado una pol¨¦mica en M¨¦xico. El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha impreso unos nuevos ejemplares para repartir en los colegios de todo el pa¨ªs hacia el nuevo ciclo, que inicia el pr¨®ximo 28 de agosto. Pero la medida no estuvo exenta de controversia. Por un lado, diferentes grupos paralizaron los textos en los tribunales, que pidieron al Ejecutivo revisar los textos antes de imprimirlos. Con o¨ªdos sordos, la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica sigui¨® adelante con las ¨®rdenes del presidente. Detr¨¢s de la pol¨¦mica por los libros, se erige un nuevo proyecto educativo, la Nueva Escuela Mexicana, pensado desde teor¨ªas m¨¢s cercanas ideol¨®gicamente a este Gobierno. EL PA?S ha invitado a tres acad¨¦micos a dialogar sobre el fondo de esta pol¨¦mica. Catalina Incl¨¢n Espinosa y Ana Laura Gallardo, ambas investigadoras del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educaci¨®n de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), y Manuel Gil Ant¨®n, soci¨®logo especializado en Educaci¨®n del Colegio de M¨¦xico (Colmex), se sientan a hablar de las consecuencias que puede tener la prisa con que se ha ejecutado el programa, la polarizaci¨®n del debate y el miedo que rodea a este cambio.
M¨¢s que libros, un debate sobre educaci¨®n
Manuel Gil Ant¨®n: Si vamos al 2022, cuando se anuncia el nuevo marco curricular, se ve¨ªa venir que la propuesta era modificar la estructura del plan de estudios de una modalidad basada en asignaturas hacia una educaci¨®n m¨¢s activa. Y en la estrategia pedag¨®gica y, me atrever¨ªa a decir epistemol¨®gica, en t¨¦rminos de c¨®mo entrarle a la comprensi¨®n, si entender explicando o explicar comprendiendo. La expectativa es que el conocimiento prospere de mejor manera que si lo vemos en materias separadas. Es ambicioso. Es lo que estaba reservado a un sector muy privilegiado que pod¨ªa enviar a sus hijos a ese tipo de escuelas. Estamos ante un cambio en la estrategia educativa del pa¨ªs.
Catalina Incl¨¢n Espinosa: Yo quisiera ir un poco m¨¢s atr¨¢s. Este Gobierno lleg¨® con una propuesta de cambio: mover una estructura, mover los principios, mover las coordenadas. Y en sus primeras acciones en materia educativa hab¨ªa una l¨ªnea muy tenue que dec¨ªa: ¡®vamos a mover el sistema¡¯. Eso que se llama cambio despu¨¦s transit¨® a algo que se llama transformaci¨®n, otra palabra mucho m¨¢s grande que se instala en la pol¨ªtica de este gobierno y que necesita tener su referente en lo educativo. Esto no se trata solo de los libros, sino del proyecto. Estos materiales se sit¨²an mucho m¨¢s atr¨¢s, porque se anunciaron mucho m¨¢s atr¨¢s, ah¨ª es donde se gesta y donde comienza a tener sentido. Podemos discutir si ese sentido es coherente y tiene impacto, o qu¨¦ significa para un sistema tan complejo, pero yo lo situar¨ªa mucho m¨¢s atr¨¢s.
Ana Laura Gallardo: El sistema educativo mexicano, al fundarse a finales del siglo 19 se establece en tres grandes pilares, lo que luego vimos a lo largo del siglo 20. El primero, es un sistema educativo clasista, los grupos de poder saben qu¨¦ es lo que se debe ense?ar a los pobres. Hasta L¨¢zaro C¨¢rdenas no hay una reorganizaci¨®n de esa l¨®gica. El segundo, es racista en su origen, porque fue creado para fomentar la identidad nacional, se erigi¨® como una sola cultura, con una sola lengua, que estaba identificada con las clases dominantes, con la blanquitud. Y el tercero, tanto la laicidad, para separar a la Iglesia, como la cientificidad, que en ese momento era el positivismo. En la historia reciente, est¨¢ la reforma de la segunda generaci¨®n, en la que se empez¨® a hablar de los contenidos. Esta reforma se da [mientras] estamos entrando en las pol¨ªticas neoliberales y la educaci¨®n no estuvo exenta. Lo que tenemos ahora es la reorganizaci¨®n de la vinculaci¨®n entre el proyecto educativo y la sociedad. Y esa redefinici¨®n de la sociedad evidentemente est¨¢ marcada por este cambio de r¨¦gimen.
?Por qu¨¦ genera tanto revuelo?
A. L. G.: Hab¨ªa una visi¨®n espec¨ªfica de c¨®mo deb¨ªa ser de la educaci¨®n, una visi¨®n desarrollista de ir cubriendo ciertos aspectos o demandas que la sociedad mexicana planteaba. Esa forma de pensar la educaci¨®n ya mostr¨® sus l¨ªmites y llegamos al punto m¨¢ximo. Hay un agotamiento de esa l¨®gica, que permite generar una coyuntura como la actual. Eso llev¨® a ir explorando otras posiciones que luego adquirieron condensaci¨®n. Me refiero a la Nueva Escuela Mexicana. Esto causa tanto escozor porque evidentemente es un desplazamiento de esa clase que dominaba, tanto de acad¨¦micos como las editoriales. Lo que causa tanto revuelo es el desplazamiento de la l¨®gica hegem¨®nica que se ten¨ªa sobre la educaci¨®n. Estas clases sent¨ªan la potestad de decir qu¨¦ era lo que el pueblo ten¨ªa que aprender y quitar ese poder lleva a estos niveles de histeria colectiva. He notado mucho miedo a un cambio. Pero hicimos lo mismo durante los ¨²ltimos 100 a?os y no funcion¨®. Seguimos haciendo lo mismo pensando que algo va a cambiar.
C. I. E.: Muchas reformas en M¨¦xico y en Am¨¦rica Latina fueron vinculantes a perspectivas globales sobre la educaci¨®n. Incluso podemos encontrar reformas recientes o temas que se fueron incorporando a la agenda curricular alineados a recomendaciones globales. ?C¨®mo llegaban estas estructuras a nuestro sistema? Llegaban con esta visi¨®n de que iban a arreglar un problema. Y entonces vino muy bien el concepto de calidad u otros temas, como la educaci¨®n financiera. A m¨ª me hubiera gustado que la educaci¨®n financiera hubiera causado el mismo revuelo que causa la asamblea escolar. Ahora, cuando hay que construir, hay que buscar [hacerlo] desde otro lugar. Y se encontr¨® este lugar, que adem¨¢s se parece a otros proyectos alternativos en Am¨¦rica Latina.
M. G. A.: [El psic¨®logo educativo] Eduardo Backoff, al que no podemos acusar de comunista, mostraba que el 50% de la responsabilidad imputable a que unos chicos tengan tres de calificaci¨®n y otros tengan diez es la desigualdad social. Haciendo un an¨¢lisis estad¨ªstico, el grueso de la variaci¨®n en la era de los resultados educativos es extraescolar. Es muy probable que hayamos apostado a que la educaci¨®n es la palanca que transforma la sociedad. La educaci¨®n puede contribuir, pero si la sociedad no se transforma, no hay transformaci¨®n educativa posible.
?Qu¨¦ se puede decir de los libros?
M. G. A.: Hay una cosa que se est¨¢ despreciando, que es el codise?o, una manera en que se trataron de hacer los libros con m¨¢s participaci¨®n de los profesores. ?Son disparejos los resultados? S¨ª, pero ya no viene la academia a decir c¨®mo hacer las cosas. Me llama much¨ªsimo la atenci¨®n que digan que se han reducido las p¨¢ginas de matem¨¢ticas, como si el aprendizaje dependiera de la cantidad de hojas. En 2014 sali¨® un libro de matem¨¢ticas con 117 errores. Es muy com¨²n, dado que intervienen tantas personas, que haya estas diferencias. Hab¨ªa uno con una mano de seis dedos. Estamos ante el intento de hacer un proyecto educativo para el pa¨ªs que ya no dependa de las directrices de una entidad financiera [la OCDE]. Eso es un gran cambio. Yo no digo que estemos ante la perfecci¨®n. De ninguna manera. No estamos quiz¨¢s ante una implementaci¨®n con los tiempos suficientes. Pero estamos ante la esperanza de tener un sistema educativo que descansa en un proyecto nacional, que est¨¦ engarzado con lo que pase en el mundo, pero que no nos diga el mundo c¨®mo tenemos que hacer las cosas, sino que tengamos capacidad de tener una la una propuesta de parte nuestra.
A. L. G.: Cuando se crea la pedagog¨ªa nacional, el libro intentaba responder a ese momento hist¨®rico. Aunque el maestro no supiera los contenidos, haciendo los ejercicios del libro con los ni?os pod¨ªa dar salida. Desde hace unos 20, 25 a?os por lo menos, los maestros ven un agotamiento en ese tipo de perfil de libros. Por un lado, hay un replanteamiento en la estructura de los libros de texto, o sea, ya no necesariamente son solo manuales en los que los ni?os trabajan con una secuencia de actividades, sino con proyectos. El otro gran cambio es, evidentemente el tema de las fases y los campos formativo. Si decimos que el plan de estudios y los programas ahora no se organizan por una visi¨®n fragmentada, no podemos seguir sosteniendo las disciplinas.
Hacia d¨®nde va la educaci¨®n mexicana
M. G. A.: Si este cambio es de tal importancia que puede hacer que la escuela activa sea patrimonio de todos los ni?os de M¨¦xico, que era antes un privilegio para unos cuantos, precisamente por su importancia, deber¨ªa haber tenido un plan piloto, que una juez determin¨® que era improcedente. Ahora s¨ª tendr¨ªamos la posibilidad de ver c¨®mo se aprendi¨® mejor, si con un sistema o con el otro. Se pod¨ªa haber hecho de mejor manera, con m¨¢s serenidad y con m¨¢s explicaci¨®n a la sociedad. [Aunque] Hay un sector de la sociedad que va a decir que es una barbaridad, aunque se propusiera el mejor sistema educativo del planeta, porque est¨¢n cruzados con cualquier cosa que proponga el gobierno. No me refiero a esa polarizaci¨®n hist¨¦rica que me parece que no conduce a nada. La prisa tiene el riesgo de que una de las ideas m¨¢s profundas que yo he escuchado en la historia sobre trabajar estos temas puede hacer que sus frutos no sean los esperados. Se tom¨® demasiado poco tiempo en la preparaci¨®n de los cursos, en la revisi¨®n de los textos. Cuando las cosas son importantes, hay que combinar la oportunidad pol¨ªtica con la mejor preparaci¨®n.
C. I. E.: No s¨¦ cu¨¢nto tiempo es suficiente tiempo. Qui¨¦n sabe cu¨¢nto tiempo tendr¨ªa que ser suficiente. Los libros ya est¨¢n aqu¨ª. Ya se hicieron. Ya se tiraron. Ya llegaron a las escuelas. ?Qu¨¦ hacemos con esto? Hay varias lecciones que se pueden modificar, trabajar m¨¢s, incluso saltar. Me parece que este material tiene muchas posibilidades y alguna de reacomodar o agregar otros materiales. Pero el hecho de que los tengan embodegados, que haya entidades que dedidieran no distribuirlos, est¨¢ paralizando m¨¢s a los maestros. Si se quiere que esto salga adelante, hay que apoyar el trabajo de los docentes y las escuelas.
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