La v¨ªctima es lo que menos le importa a la justicia mexicana
Mi hermana seguir¨ªa viva si su denuncia por violencia familiar hubiera llegado a los tribunales antes de que su feminicida y expareja hubiera tenido la oportunidad de tramar el crimen
Llevo a?o y tres meses batallando para conseguir justicia para mi hermana, Cecilia Monz¨®n, ciudadana, pol¨ªtica, activista feminista y abogada penalista; asesinada a tiros en plena calle el 21 de mayo de 2022 en el Estado de Puebla. El camino de los dos procedimientos relativos a su caso, uno por violencia familiar y otro por feminicidio, contra los distintos responsables (tres imputados en el procedimiento de feminicidio y un imputado en el procedimiento de violencia fami...
Llevo a?o y tres meses batallando para conseguir justicia para mi hermana, Cecilia Monz¨®n, ciudadana, pol¨ªtica, activista feminista y abogada penalista; asesinada a tiros en plena calle el 21 de mayo de 2022 en el Estado de Puebla. El camino de los dos procedimientos relativos a su caso, uno por violencia familiar y otro por feminicidio, contra los distintos responsables (tres imputados en el procedimiento de feminicidio y un imputado en el procedimiento de violencia familiar), se encuentra en este momento en el mismo punto: pendiente de juicio oral.
El proceso sigue y los imputados est¨¢n en la c¨¢rcel, lo que podr¨ªa generar la percepci¨®n de que a las v¨ªctimas (mi hermana, mi sobrino, mi familia y yo) se nos est¨¢ escuchando. Sin embargo, no es la verdadera sensaci¨®n con la que vivo despu¨¦s de haber estado 75 horas en la audiencia intermedia por feminicidio que concluy¨® este 19 de agosto de 2023 en la madrugada, esto comporta una revictimizaci¨®n extrema en mi caso puesto que supone atar d¨ªa y noche en cada cita y no s¨®lo eso, sino adem¨¢s estar a merced de la defensa de los acusados quienes b¨¢sicamente han alargado la audiencia intermedia de forma indebida, todo lo que ha podido. Aunque hemos estado presentes en todas las fases, es decir investigaci¨®n, vinculaci¨®n y ahora, etapa de audiencia intermedia, la realidad es que el sistema mexicano est¨¢ dise?ado para privarnos de nuestros plenos derechos como v¨ªctimas.
Recientemente el Fiscal de Puebla, Don Gilberto Higuera, declar¨® respecto al caso de mi hermana -palabras m¨¢s, palabras menos- que la Fiscal¨ªa est¨¢ ¡°al lado de las v¨ªctimas¡± pero que no nos representa en el ¡°nuevo¡± sistema penal acusatorio. Y raz¨®n no le falta, las v¨ªctimas trabajamos con esa Fiscal¨ªa, buscamos sumar, reforzar y afinar todo lo que nuestra representaci¨®n letrada encuentra necesario, pero nuestra herramienta jur¨ªdica ante los tribunales, la ¡°acusaci¨®n coadyuvante¡± no nos permite la plena defensa de nuestras garant¨ªas procesales.
Ser parte de esa ¡°acusaci¨®n coadyuvante¡± de la acusaci¨®n de Fiscal¨ªa -la ¡°oficial¡±- comporta adem¨¢s que las defensas de los imputados constantemente intenten desacreditarnos en audiencia, a m¨ª o a quien ostenta la representaci¨®n legal de las v¨ªctimas, alegando que no somos el Ministerio P¨²blico. Esto definitivamente no pasar¨ªa si en lugar de ¡°coadyuvar¡± las v¨ªctimas en M¨¦xico tuviesemos una acusaci¨®n particular aut¨®noma a la de la de Fiscal¨ªa; esto es, si en lugar de cercenar nuestros derechos como v¨ªctimas, la ley nos permitiera ir directamente al Juzgado y presentar nuestro escrito de acusaci¨®n, proponiendo nuestras pruebas, determinando el delito del que se acusa y tambi¨¦n la pena que se pretende y los da?os, en su caso con verdadera independencia de lo que diga Fiscal¨ªa.
Ser la acusaci¨®n coadyuvante es como correr un marat¨®n coja, se puede llegar a la meta, pero requiere mucho m¨¢s esfuerzo y dedicaci¨®n. El problema, end¨¦mico es que la v¨ªctima es lo que menos importa en los procedimientos penales mexicanos, la revictimizaci¨®n ocurre d¨ªa a d¨ªa. Como ha sucedido en nuestro caso, por ejemplo, con los ataques de la defensa para dejarnos fuera del procedimiento judicial o en su esfuerzo de ir a por nosotros, dentro y fuera de c¨¢mara durante el desarrollo de la audiencia intermedia. Si bien la acusaci¨®n coadyuvante permite corregir algunos defectos y manifestar detalles t¨¦cnicos respecto a la acusaci¨®n de Fiscal¨ªa, no es ni mucho menos lo mismo que acusar directamente y con independencia de lo que diga Fiscal¨ªa.
He dicho muchas veces que mi hermana seguir¨ªa viva si su denuncia por violencia familiar hubiera llegado a los tribunales, antes de que su presunto feminicida y expareja, Javier L¨®pez hubiera tenido la oportunidad de tramar el feminicidio que me ha llevado a convivir con la justicia mexicana. Pero llegar al Juzgado se convierte en una odisea para las v¨ªctimas desde el primer minuto en que deciden plantear una denuncia, esto sucede, incluso para una abogada como mi hermana, experta en el ¨¢mbito penal que denunciaba ante Fiscal¨ªa y ante el p¨²blico lo que ocurr¨ªa. Ella, al igual que el resto de las v¨ªctimas de M¨¦xico, fue robada del derecho a acceder directamente a los Juzgados de lo Penal para ejercitar su acci¨®n.
Mi hermana y cualquier v¨ªctima de delito grave en M¨¦xico, deber¨ªa haber podido acudir al Juzgado Penal a interponer una acusaci¨®n particular con las pruebas que ella misma hab¨ªa recabado. A partir de su acusaci¨®n, hubiera sido tan simple como que se diera traslado a Fiscal¨ªa para la investigaci¨®n adicional que fuera necesaria y para que esta formulase la acusaci¨®n que considerase oportuna en nombre del Estado. De esta forma, habr¨ªa una verdadera autonom¨ªa de las v¨ªctimas, quienes gozar¨ªamos de plena potestad para el ejercicio de la acci¨®n penal, sin que fuera necesario pasar por la revictimizaci¨®n de acreditar frente a Fiscal¨ªa que existe un caso que merece su atenci¨®n y sin que la intervenci¨®n de las Fiscal¨ªas pudiera impedir el acceso a la justicia; y tambi¨¦n, no nos enga?emos, sin que las defensas pudieran menospreciar las aportaciones de las v¨ªctimas, evitando la revictimizaci¨®n m¨¢xima que llegamos a experimentar quienes nos atrevemos a plantar cara al sistema.
Ser v¨ªctima de un delito grave en M¨¦xico significa ser v¨ªctima dos veces, una por los hechos mismos, y otra, de la suerte, porque el sistema no da herramientas suficientes para que una v¨ªctima pueda defender sus propios intereses con autonom¨ªa a lo largo del procedimiento. Porque s¨ª, una puede tener la oportunidad de exigir justicia y contar con Ministerios P¨²blicos comprometidos, como parece estar ocurriendo ahora mismo en el caso de feminicidio de mi hermana, pero sabemos que no es la realidad cotidiana de M¨¦xico y eso deber¨ªa bastar para repensar el sistema.
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