El ¡®caso Ayotzinapa¡¯ se encamina a la par¨¢lisis tras una reuni¨®n frustrada de las familias con el Gobierno
A falta de una base com¨²n, la gran mayor¨ªa de familias de los 43 deja la reuni¨®n con la comisi¨®n presidencial que investiga el caso. El Gobierno propone que ¡°instituciones acad¨¦micas¡± ayuden en la revisi¨®n de archivos


El caso Ayotzinapa se encamina hacia la par¨¢lisis, tras una reuni¨®n frustrada con el Gobierno este jueves, junta que, de todas formas, no pintaba demasiado bien. La gran mayor¨ªa de familias de los 43 estudiantes desaparecidos esperaba alg¨²n tipo de apertura, aunque fuera simb¨®lica, un saliente del que agarrarse en esta pared vertical en que se ha convertido su relaci¨®n con el Ejecutivo, que preside Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Las familias piden cientos de documentos de espionaje militar, b¨¢sicos, explican, para avanzar en la investigaci¨®n sobre el destino de los 43 normalistas. El Gobierno sigue enrocado en su posici¨®n: esos documentos no existen.
Este jueves, la comisi¨®n presidencial que ha investigado el caso estos a?os, en paralelo a la unidad especial de la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica, la UEILCA, y el grupo de expertos comisionado a M¨¦xico por la CIDH, el GIEI, hab¨ªa citado a las familias de los 43, en teor¨ªa para dar respuesta a sus peticiones de la semana pasada: que el GIEI vuelva a M¨¦xico para revisar ¡°todos los archivos¡±, oferta que el Gobierno hizo en diciembre. Desconfiados, sospechaban que el Ejecutivo solo quer¨ªa una foto suya en alguna instalaci¨®n militar. Adem¨¢s de la vuelta del GIEI, la solicitud era que los funcionarios llegaran con alguna novedad sobre los documentos de espionaje castrense. Pero ni lo uno ni lo otro.
Cuando han llegado a la junta, las familias de los 43 se ha encontrado algo nunca visto estos a?os. En la sala de reuniones estaba un peque?o grupo de familiares, ajenos a sus exigencias desde hace tiempo, cuya ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica data de hace a?o y medio, cuando acudieron a una marcha en favor de Jos¨¦ Luis Abarca, en Iguala, lugar del ataque contra sus hijos, en septiembre de 2014. Desde finales de ese a?o, Abarca vive en prisi¨®n, entre otros delitos, por su presunta colusi¨®n con el grupo criminal Guerreros Unidos, actor principal del ataque contra los estudiantes.
La gran mayor¨ªa de familias de los 43 no quiere tener que ver con los familiares desafectos a su lucha, como han se?alado algunos de ellos este jueves en la tarde, en conferencia de prensa. ¡°?bamos a tener una reuni¨®n, pero no nos avisaron de que ven¨ªan ellos. Es lo mismo que hac¨ªa el Gobierno anterior, nos quieren confrontar entre familias¡±, ha dicho Cristina Bautista, madre de Benjam¨ªn Ascencio, uno de los 43. ¡°Nosotras no les quitamos su derecho de reunirse, pero es que nosotras s¨ª buscamos a los 43. Como el Gobierno anterior, ahora nos han querido dividir. Por eso nos hemos levantado de la mesa¡±, ha a?adido. No hay acusaci¨®n m¨¢s grave en este contexto, parecerse al Gobierno anterior, cuando se tortur¨® a detenidos por este caso, se sembraron presuntamente evidencias y se manipul¨® la narrativa para zanjar con rapidez las pesquisas.

En la tarde, tambi¨¦n, la comisi¨®n presidencial, dependiente de la subsecretar¨ªa de Derechos Humanos de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n, ha divulgado un comunicado en que explica que ha ofrecido a las familias ¡°la asesor¨ªa y el apoyo de instituciones acad¨¦micas de alto prestigio para ayudar en la revisi¨®n de los archivos¡±. Sin decirlo, la comisi¨®n, cuyo nombre t¨¦cnico es Comisi¨®n para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa, Covaj, negaba toda intenci¨®n de trabajar en la vuelta del GIEI, petici¨®n expresa de las familias.
La Covaj ha lamentado tambi¨¦n que se halla ¡°suspendido el di¨¢logo con algunos padres y madres de los 43 normalistas, por cuestiones ajenas al trabajo¡± de la comisi¨®n. La Covaj daba a entender as¨ª que la mayor¨ªa de familias estaba de acuerdo con su trabajo. Nada m¨¢s lejos. Hasta octubre, la cercan¨ªa entre la mayor¨ªa de las familias y la comisi¨®n se entend¨ªa a partir de la cr¨ªtica constructiva y el avance. Hab¨ªa una base com¨²n. Ahora, con los cambios en Gobernaci¨®n y la aceptaci¨®n del postulado presidencial sobre la inexistencia de los documentos de espionaje militar, la ruptura parece total y definitiva.
Meses de decadencia
El cuadro ha cambiado en pocos meses. El esp¨ªritu constructivo que domin¨® las pesquisas durante el primer trienio se ha extinguido. A mediados del a?o pasado, reci¨¦n inaugurada la ¨²ltima ronda de discusiones sobre la pertinencia -y existencia- de los documentos de espionaje castrense, L¨®pez Obrador se mov¨ªa entre la perplejidad y la sensaci¨®n de maltrato. El presidente hab¨ªa ordenado hasta el cansancio a la Secretar¨ªa de la Defensa (Sedena) que entregara la documentaci¨®n requerida. El Ej¨¦rcito hab¨ªa entregado algunos archivos, pero el GIEI supo, precisamente a partir de lo entregado, que hab¨ªa muchos que faltaban. Algunos, dijeron, son clave para profundizar en la investigaci¨®n.

La sensaci¨®n de maltrato de L¨®pez Obrador se ha agudizado estos meses, empe?ado en que los documentos requeridos no existen, no est¨¢n, o alguna variante que hace absurda la insistencia de las familias. Molesto por su postura, el mandatario presenta ahora a los padres y madres de los 43 como t¨ªteres de diferentes fuerzas: sus abogados, el GIEI, la ONU... Para L¨®pez Obrador, toda petici¨®n que se sale de lo que dicen ¨¦l y sus funcionarios castrenses, principalmente el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, son en realidad ataques, alimentados por grup¨²sculos de conservadores, volcados en empa?ar su legado.
El cambio de tono de L¨®pez Obrador coincide con los ¨²ltimos meses en el cargo de Alejandro Encinas y su posterior salida. Encargado de la Covaj hasta octubre pasado, Encinas reconoc¨ªa la existencia de estos documentos. No en vano, fue ¨¦l quien encontr¨® los dos primeros, como ha explicado varias veces estos a?os. Su importancia es may¨²scula. Uno de los documentos muestra por ejemplo una conversaci¨®n entre un presunto polic¨ªa de Iguala, parte del ataque contra los estudiantes, y un presunto integrante del grupo criminal que lider¨® la embestida, Guerreros Unidos. En la conversaci¨®n, interceptada la noche de los hechos, los dos hablan de un grupo de 17 estudiantes, desaparecidos ya a esas horas por la red criminal.
Este jueves, Mario Gonz¨¢lez, padre de uno de los 43 estudiantes desaparecidos, C¨¦sar Manuel Gonz¨¢lez, insist¨ªa en la necesidad de conseguir esos documentos. No es un objetivo final, sino apenas un medio para avanzar. Gonz¨¢lez y sus compa?eros no entienden por qu¨¦, pese a la evidencia sobre su existencia, acumulada por el GIEI estos a?os, el Ejecutivo insiste en negarlos. ¡°Es un Gobierno tramposo, sin escr¨²pulos, nada m¨¢s diciendo pura barbaridad de nuestros equipos. No es necedad ni terquedad lo que estamos pidiendo, es una exigencia, nos pertenece para saber la verdad. Son l¨ªneas precisas que dej¨® el GIEI, junto con documentos de la misma Sedena¡±, ha dicho.

Con el ¨²ltimo fiasco, las familias reviven sensaciones de hace ocho o nueve a?os, esa inmovilidad lacerante que domin¨® las investigaciones de 2016 a 2018, ¨²ltimos dos a?os de Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018). Entonces, las posiciones eran irreconciliables. Las denuncias por tortura contra detenidos empezaban a aflorar, las sospechas de montaje en partes de la versi¨®n de los hechos se robustec¨ªan. La llegada de L¨®pez Obrador y su inter¨¦s genuino en resolver el caso devolvi¨® la esperanza a las familias, ilusiones que ahora se deshacen, a la espera, casi, de un milagro.
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