El feminismo marcha en M¨¦xico contra las desapariciones y los feminicidios: ¡°Se lo debemos a todas las que ya no est¨¢n¡±
Decenas de miles de mujeres se manifiestan en un pa¨ªs que seguramente en unos meses tenga una presidenta pero que en promedio asesina a 10 de ellas al d¨ªa
El punto de reuni¨®n de centenares de manifestantes fue la que han llamado la glorieta de Las Mujeres que Luchan, en Ciudad de M¨¦xico. Desde el mediod¨ªa del 8 de marzo comenzaron a congregarse all¨ª para manifestar su indignaci¨®n, con la bandera contra los feminicidios y por las desaparecidas. El sitio es simb¨®lico, porque ha sido un lugar de disputa entre las autoridades de la capital y las feministas, que lo reivindican como un espacio de protesta por la causa. Y ha sido all¨ª donde se ha podido escuchar con fuerza ese hartazgo en la voz de mujeres de todas las edades que han exigido que se ponga fin a una brutalidad que, en promedio, acaba con la vida de 10 de ellas al d¨ªa.
Muchas avanzaban con pancartas en las que se le¨ªa el nombre de mujeres asesinadas y cuyos cr¨ªmenes siguen impunes, en un pa¨ªs donde, adem¨¢s, el 48% de las mujeres dice haber sido v¨ªctima de acoso o agresi¨®n sexual. ¡°?Verga violadora, a la licuadora!¡±, gritaban unas. ¡°?El que no brinque es macho, el que no brinque es macho!¡±, entonaba un grupo de j¨®venes que iban sujetas con una cuerda que las manten¨ªa unidas y que saltaban al un¨ªsono. ¡°Hermana, aqu¨ª est¨¢ tu manada¡±, dec¨ªan otras. ¡°Se va a caer, se va a caer, el patriarcado va a caer¡±, cantaban mientras marchaban hacia el Z¨®calo de la ciudad que las esperaba, como ya es costumbre en esta fecha, con vallas que imped¨ªan su avance hasta el Palacio Nacional.
Las feministas mexicanas han demostrado otra vez su capacidad de movilizaci¨®n, no solo en la capital, sino a lo largo del pa¨ªs, desde Tijuana hasta Veracruz. Fue, sin embargo, en Ciudad de M¨¦xico donde se ha registrado la mayor concentraci¨®n, sobre el Z¨®calo que desde la noche anterior se convirti¨® en un enorme lugar de homenaje por las v¨ªctimas de la violencia machista. All¨ª se colocaron centenares de velas y papeles con los nombres de mujeres asesinadas y desaparecidas; fotos de las que ya no est¨¢n, cuyas voces fueron acalladas por una brutalidad que en M¨¦xico est¨¢ lejos de ceder y que 24 horas antes hab¨ªa acabado con la vida de dos trabajadoras de la Universidad Tecnol¨®gica de Guadalajara (UTEG), asesinadas a hachazos por un hombre de 20 a?os. ¡°No, que te dije que no; pendejo, no. Mi cuerpo es m¨ªo, yo decido, tengo autonom¨ªa, yo soy m¨ªa¡±, entonaba un grupo de mujeres en la vigilia, al son de unos tambores cuya l¨²gubre percusi¨®n resonaba en la enorme plaza.
Las autoridades de la ciudad hab¨ªan desplegado un gran dispositivo de seguridad en torno al Palacio Nacional, vivienda oficial del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y protegido con vallas los monumentos y otros recintos localizados al paso de la marcha. Como tambi¨¦n es habitual, decenas de mujeres polic¨ªas fueron las encargadas de custodiar el muro de hierro que rodea el palacio, oficiales a las que el jefe del Gobierno capitalino, Mart¨ª Batres, llam¨® ¡°guardianas de la paz¡±. Batres se hab¨ªa reunido desde primeras horas de la jornada con funcionarios de la Secretar¨ªa de Seguridad Ciudadana para supervisar el dispositivo, que inclu¨ªa decomisar objetos considerados una amenaza por las autoridades, entre ellos latas de pintura. ¡°Quienes se manifiestan tienen todo el derecho de hacerlo. Por eso rechazamos la violencia, porque inhibe el ejercicio de las libertades y pone en riesgo a las personas¡±, dijo Batres. El presidente L¨®pez Obrador tambi¨¦n hab¨ªa pedido en su conferencia matutina de este viernes que la protesta se desarrollara ¡°de forma pac¨ªfica¡±.
El grito de indignaci¨®n de las mujeres se escuch¨® durante el d¨ªa a lo largo de la capital. Viaj¨® a trav¨¦s del metro de la ciudad ¡ªdesde cuyos vagones, abarrotados, sal¨ªan consignas como la de ¡°un agresor no ser¨¢ mi profesor¡±¡ª y se confund¨ªa con la brisa primaveral en las calles y avenidas donde ellas corr¨ªan para unirse a la manifestaci¨®n principal. ¡°Vamos, m¨¢s de prisa¡±, jalaba una ni?a a su madre, quien hab¨ªa hecho un alto para descansar. La ni?a tem¨ªa quedar rezagada del grupo de mujeres del que formaban parte y que marchaba en una de las calles cercanas al Paseo de la Reforma, paliacates verde al cuello, banderas violetas en las manos. ¡°Viejas gritonas¡±, se quejaba a lo bajo un hombre, peque?o y barrig¨®n, que grababa con su tel¨¦fono m¨®vil la manifestaci¨®n, recostado en una de las jacarandas que este 8 de marzo alfombra el suelo de flores lilas.
Ese grito tambi¨¦n se escuch¨® en Jalisco, donde un contingente de mujeres prohibi¨® la participaci¨®n de hombres y personas trans, porque hoy, dijeron, abanderan solo su lucha; en Guanajuato, donde los pa?uelos verdes ondearon frente a las musas del Teatro Ju¨¢rez; en Puebla, cuyo Gobierno orden¨® reprimir la protesta con gases lacrim¨®genos; en Xalapa, donde las madres buscadoras exigieron el fin de su pesadilla. Esas madres encabezaron tambi¨¦n la manifestaci¨®n en el Z¨®calo de Ciudad de M¨¦xico. All¨ª fueron arropadas por miles de mujeres, que hartas de la violencia y de la desidia oficial, cargaban sus pancartas, pa?uelos y banderas. ¡°Se lo debemos a todas las que ya no est¨¢n¡±, se le¨ªa en una de esas pancartas.
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