El grito desesperado de las madres buscadoras: acampar bajo la bandera del Z¨®calo para encontrar a un hijo
Un grupo de mujeres organizan una protesta pac¨ªfica frente a Palacio Nacional para recordarle al Gobierno la deuda del Estado mexicano con sus desaparecidos
Mar¨ªa Icela Valdez contempla las puertas cerradas del Palacio Nacional a lo lejos. Est¨¢ sentada en una sillita diminuta en el Z¨®calo de Ciudad de M¨¦xico. Mientras habla, se recuesta sobre el m¨¢stil de la inmensa bandera nacional que ondea en el centro de la plaza. Ella y otras madres buscadoras llevan siete d¨ªas acampando bajo el asta bandera frente a la residencia del presidente como protesta. ¡°El Gobierno est¨¢ en guerra contra las madres con hijos desaparecidos, por eso no dejamos que bajen la bandera. Seg¨²n la ley marcial, cuando un pa¨ªs est¨¢ en guerra, la bandera siempre tiene que estar ondeando¡±, dice Valdez, de 65 a?os. En otra pancarta con las caras de sus hijos puede leerse: ¡°Las v¨ªctimas estamos en guerra con el Gobierno¡±.
Las mujeres quieren hablar con L¨®pez Obrador y exigen a las autoridades que busquen a sus hijos, muchos de ellos desaparecidos en Tamaulipas, un Estado muy castigado por la violencia y lleno de fosas clandestinas. Est¨¢n desesperadas. La mayor¨ªa tiene entre 50 y 70 a?os, complicaciones de salud y un gran desgaste emocional. Junto a Mar¨ªa Icela est¨¢n sentadas Patricia de la Cruz, Ana Mar¨ªa Maldonado y Laura S¨¢nchez, todas ellas madres de desaparecidos. ¡°Nos hermana el amor y el dolor de no saber d¨®nde est¨¢n nuestros hijos¡±, dice una de ellas.
Hubo un tiempo en el que las puertas de Palacio Nacional estuvieron abiertas para las madres buscadoras. Valdez se acuerda bien. Era 24 de junio de 2019. Ella estuvo ah¨ª dentro, con el presidente, la comisionada de B¨²squeda y la plana mayor de las instituciones de Derechos Humanos en M¨¦xico. Valdez siempre recordar¨¢ aquella fecha porque su fotograf¨ªa acapar¨® las portadas de los peri¨®dicos. Arrodillada, frente a L¨®pez Obrador, implorando ayuda para encontrar a su hijo, Roberto Quiroa, desaparecido el 10 de marzo de 2014. ¡°El presidente me dijo: No te preocupes, yo te lo voy a entregar¡±. Cinco a?os despu¨¦s de aquello, Mar¨ªa Icela mira hacia Palacio Nacional con los ojos llenos de l¨¢grimas. Se siente traicionada, abandonada y ninguneada. ¡°Nos ha tratado con mucho desprecio¡±, dice al hablar del presidente. ¡°El Gobierno nos maltrata y nos humilla. No se dan cuenta de que nosotros les votamos¡±, remarca con amargura.
Valdez cuenta que, al igual que otras madres, s¨ª tuvo esperanzas renovadas en el nuevo Gobierno y que las tiene en Claudia Sheinbaum, pr¨®xima presidenta del pa¨ªs. ¡°Dice que es el tiempo de las mujeres, ojal¨¢ que se acuerde de nosotras, eso nos mantiene un poco con fuerza¡±, agrega. Ana Mar¨ªa Maldonado, de 72 a?os, reconoce que crey¨® en que L¨®pez Obrador pondr¨ªa remedio a la crisis de desaparecidos en el pa¨ªs. Tambi¨¦n estuvo en Palacio Nacional aquel 24 de junio y guarda en su celular una fotograf¨ªa junto al presidente. ¡°Le pidi¨® a Alfonso Durazo (secretario de Seguridad en aquel momento y actual gobernador de Sonora) que buscara a los muchachos, pero hasta el d¨ªa de hoy nada¡±. Maldonado busca desde 2010 a su hijo Carlos Palomares, desaparecido el 22 de septiembre en la colonia Narvarte, de Ciudad de M¨¦xico.
Aquel d¨ªa en Palacio Nacional fueron presentados los primeros pasos del Sistema Nacional de B¨²squeda de Personas ante las familias y se anunci¨® una inversi¨®n millonaria con la que se pretend¨ªa solucionar el problema forense en el pa¨ªs. Pese a aquellos pasos adelante, la crisis contin¨²a y el maltrato institucional a las v¨ªctimas ha aumentado. La herencia recibida del Gobierno anterior se convirti¨® en un problema propio que la Administraci¨®n actual no ha conseguido frenar. ¡°Necesitamos que arreglen el problema de la identificaci¨®n y la entrega. En muchos casos no hay laboratorios, ni genetistas, no hay forenses...¡±, enumera Valdez.
Las mujeres denuncian la violencia que en los ¨²ltimos a?os sufren las familias que buscan a sus desaparecidos. Expuestos a los ataques de las autoridades y del crimen organizado. La ¨²ltima de una larga lista de asesinadas fue la buscadora ?ngela Meraz Le¨®n, en Baja California. ¡°Esta vida no es vida¡±, dice Mendoza. Entre las madres que est¨¢n en el Z¨®calo tambi¨¦n est¨¢ Laura S¨¢nchez, de 50 a?os, enferma de diabetes, hipertensi¨®n y con problemas de movilidad. Busca a su hijo Miguel ?ngel Hern¨¢ndez, desaparecido en Reynosa, el 25 de agosto de 2019. Dice que la Fiscal¨ªa de Tamaulipas le avis¨® de que su hijo est¨¢ preso en un Cefereso de Michoac¨¢n, sin embargo, despu¨¦s de la pandemia las autoridades ya no le dicen qu¨¦ pas¨® con ¨¦l. ¡°Quiero que me digan c¨®mo est¨¢, por favor. El presidente tambi¨¦n es padre, por favor, que se tiente el coraz¨®n y que me ayude a encontrarlo¡±, ruega S¨¢nchez.
En 2023 la comisionada Quintana decidi¨® renunciar por desacuerdos con el nuevo censo de personas desaparecidas encargado por el Gobierno. De m¨¢s de 110.000 desaparecidos contabilizados, la Administraci¨®n de L¨®pez Obrador redujo el n¨²mero a unos 90.000. Meses m¨¢s tarde, Quintana reconoci¨® que su dimisi¨®n tuvo que ver con las diferencias que tuvo con sus superiores. La asociaci¨®n que Mar¨ªa Icela Valdez y su hija Delia crearon, el Colectivo 10 de Marzo AC, interpuso un amparo para que los nombres de esas personas no desaparecieran del censo y lo ganaron. Actualmente su organizaci¨®n busca a unas 15.000 personas.
Por las noches la lluvia y el fr¨ªo hacen m¨¢s dif¨ªcil a¨²n permanecer en el Z¨®calo. En el campamento improvisado han instalado cinco tiendas de campa?a para resguardarse. Sin embargo, ninguna autoridad local o federal ha mostrado el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s en las mujeres que est¨¢n bajo la bandera. Ellas dicen que nadie se ha acercado para hablar o para conocer cu¨¢les son sus reclamos. Los pocos apoyos que llegan son de parte de la sociedad civil, entre ellos, el dinero para contratar un ba?o port¨¢til donde hacer sus necesidades. ¡°Convocamos no solo a otras madres buscadoras a que se unan a nosotras, sino a todas las personas de la sociedad civil porque ellos tambi¨¦n corren peligro, nadie estamos exentos de que nos pase esto¡±, comenta Patricia de la Cruz, de 57 a?os. Busca a su hijo Fernando Hern¨¢ndez de la Cruz, desaparecido el 22 de junio de 2022 en Altamira, Tamaulipas.
¡°Tenemos derecho a saber qu¨¦ pas¨® con nuestros hijos¡±, agrega Mendoza y denuncia que el ¨²nico detenido por la desaparici¨®n de su hijo Carlos fue puesto en libertad por una mala investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa. Cuando sali¨®, el perpetrador amenaz¨® de muerte a la familia. Otro de sus hijos falleci¨® de un infarto poco despu¨¦s. ¡°Ya solo me quedan dos hijos de los cuatro que tuve¡±, se lamenta.
Las madres que en alg¨²n momento fueron abrazadas como un s¨ªmbolo nacional por la llamada cuarta transformaci¨®n, se han convertido en las enemigas inc¨®modas del oficialismo. El ¨²ltimo recurso ha sido tomar la bandera, el s¨ªmbolo patrio por excelencia. Cada d¨ªa le recuerdan al Estado mexicano la deuda pendiente que tiene con sus desaparecidos.
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