La quinta transformaci¨®n
Maldita la gracia que tiene que unos criminales repartan juguetes y asco da comerse una rosca de Reyes que viene de esas manos
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Tiene algo de los Hermanos Marx eso del segundo piso de la cuarta transformaci¨®n. Dan ganas de a?adir: de la quinta avenida del sexto anillo de Saturno. O algo as¨ª. Nombrecitos aparte, siempre es loable que alguien pretenda transformar, que la realidad lo amerita con creces. Mejor un alumnado con becas que sin ellas, mujeres con pensiones, m¨¢s hospitales, r¨ªos libres de contaminaci¨®n o trenes de pasajeros. Todo ...
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Tiene algo de los Hermanos Marx eso del segundo piso de la cuarta transformaci¨®n. Dan ganas de a?adir: de la quinta avenida del sexto anillo de Saturno. O algo as¨ª. Nombrecitos aparte, siempre es loable que alguien pretenda transformar, que la realidad lo amerita con creces. Mejor un alumnado con becas que sin ellas, mujeres con pensiones, m¨¢s hospitales, r¨ªos libres de contaminaci¨®n o trenes de pasajeros. Todo eso est¨¢ muy bien y sin duda es prioritario. La Cuarta Transformaci¨®n, como pomposamente se ha denominado el esp¨ªritu de cambio que mueve a los gobiernos morenistas mexicanos, tiene una gran tarea por delante, pero convendr¨ªa no olvidar flecos que parecen menores.
En estos d¨ªas navide?os hemos tenido noticias del crimen organizado en varios momentos y lugares. Noticias festivas del narco, menudo ox¨ªmoron, ahora que est¨¢ tan de moda la palabrita. En Coalcom¨¢n (Michoac¨¢n) se celebr¨® con fanfarria y en plaza p¨²blica una entrega de juguetes patrocinada por el Mencho, el sanguinario capo del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n buscado por las autoridades. Despu¨¦s lleg¨® el d¨ªa de Reyes y el mismo cartel reparti¨® roscas en varias comunidades de Tabasco, ¡°sin compromiso, solo para apoyarlos, para cuidarlos, no para joderlos, ?s¨ª?¡±. Y as¨ª han ido por distintos Estados ¡°sacando una sonrisa a los ni?os¡±. ?Qu¨¦ ha ocurrido desde entonces? Poca cosa. Cl¨¢sicos mensajes de condena y promesas de persecuci¨®n y justicia.
La alcaldesa de Coalcom¨¢n, Anavel ?vila Castrej¨®n, estrechamente relacionada con aquel reparto de juguetes y de quien se dice a gritos que debe su cargo al cartel criminal, recibi¨® el repudio hasta de su partido, Movimiento Ciudadano, y se puso a la Fiscal¨ªa a trabajar en el caso. La presidenta Claudia Sheinbaum critic¨® lo sucedido y los responsables del Gobierno estatal se quejaron de que no daban con el paradero de ?vila Castrej¨®n. No buscaron con mucho ah¨ªnco, porque la presidenta municipal se fotografi¨® cortando la rosca de Reyes, y el pasado viernes, un sismo con epicentro en esa localidad, la sac¨® de su madriguera: tan tranquila estuvo supervisando los desperfectos ocasionados por el temblor. De parecida impunidad gozan los de Tabasco y todos aquellos que reparten sonrisas en nombre de capos criminales, aun cuando est¨¢ todo grabado en videos y con decenas de testigos.
Por no hacer el cuento largo, hay que decir que no todos los flecos a transformar tienen que ver con el narco. Tenemos a personajes que inventan sindicatos para medrar en pol¨ªtica y se hacen diputados. Y un buen d¨ªa agarran un helic¨®ptero para trasladarse junto con el mismo coordinador de la bancada morenista en el Congreso. (Perkins, que ensillen mi helic¨®ptero de inmediato). Y se monta el esc¨¢ndalo y el esc¨¢ndalo queda en nada. Tenemos a pol¨ªticos acusados de violaci¨®n que dejan a rega?adientes sus aspiraciones pol¨ªticas estatales, en Guerrero, por ejemplo, para sentarse en el mism¨ªsimo Senado y dedicarse a hacer cine de cualquier clase. Tenemos alg¨²n diputado morenistas de Tamaulipas que se queja de la violencia que ejerce una mujer que no quiere acostarse con su marido con la excusa de un dolor de cabeza. (Qu¨¦ es eso, hombre, con lo f¨¢cil que ser¨ªa decirle la verdad, lo p¨¦simo que es en la cama). Y ah¨ª siguen, con sus posaderas en sillones inmerecidos para verg¨¹enza del pa¨ªs entero. Y tenemos, por ¨²ltimo, a l¨ªderes de partidos, como el Verde, que gobernaban territorios en los que empresas fantasma desviaban recursos millonarios. Y ah¨ª est¨¢n, representando a la poblaci¨®n en virtud de unos votos y aliados del Gobierno transformador.
?Qui¨¦n quiere cambiar todo esto? ?No se necesita aqu¨ª un tercer piso de una quinta transformaci¨®n? Nada mejor que la pol¨ªtica para ilustrar la filosof¨ªa que relaciona ¨¦tica y est¨¦tica. Si lo bueno es naturalmente bello, la pol¨ªtica ser¨¢ el mejor ejemplo para validar este maridaje.
La falta de ¨¦tica tiene en M¨¦xico a veces una est¨¦tica peculiar que mueve a la risa, aunque maldita la gracia que tiene que unos asesinos anden repartiendo juguetes y asco da comerse una rosca que viene de esas manos. Se hace todo tan a la luz del d¨ªa sin que nadie pague por ello que jocosamente se ha dado en llamar M¨¦xico m¨¢gico. Pero es hora ya de que los criminales se vean obligados a esconderse; los pol¨ªticos corruptos y los que lo parecen, a dimitir; los maltratadores a pagar sus culpas; y puestos a pagar, alg¨²n empresario bocazas tambi¨¦n deber¨ªa cumplir con los impuestos y dejar de regar sandeces en las redes sociales.
Hay mucho que transformar y no son estas cosas peque?as, porque es la realidad que abruma a los mexicanos, la que les distancia de la pol¨ªtica y les convierte en pesimistas patol¨®gicos, con la sonrisa torcida del que no puede con el enemigo ni tiene ganas tampoco de unirse con ¨¦l. P¨®nganle el nombre que quieran, pero tambi¨¦n hay en M¨¦xico una est¨¦tica que transformar que no admite m¨¢s dilaciones. T¨®menlo como prop¨®sito de nuevo a?o. Si estos detallitos no cambian, cualquier d¨ªa alguien se avienta desde el segundo piso de la cuarta transformaci¨®n.