Los resultados sientan las bases para la segunda parte del mandato de L¨®pez Obrador y la carrera hacia 2024

El domingo los mexicanos decidieron dos cosas. Dieron m¨¢s poder territorial a Morena, convirti¨¦ndolo en el principal partido del mapa. Al mismo tiempo, acotaron su margen de acci¨®n en el Congreso, que en cualquier caso ser¨¢ amplio al contar con una desahogada mayor¨ªa absoluta junto con sus aliados. En otros t¨¦rminos, la mayor¨ªa de los votantes lanz¨® una serie de mensajes a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador: renovaron su confianza en el presidente para que gobierne hasta 2024, pero no a...

El domingo los mexicanos decidieron dos cosas. Dieron m¨¢s poder territorial a Morena, convirti¨¦ndolo en el principal partido del mapa. Al mismo tiempo, acotaron su margen de acci¨®n en el Congreso, que en cualquier caso ser¨¢ amplio al contar con una desahogada mayor¨ªa absoluta junto con sus aliados. En otros t¨¦rminos, la mayor¨ªa de los votantes lanz¨® una serie de mensajes a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador: renovaron su confianza en el presidente para que gobierne hasta 2024, pero no a cualquier precio. Es decir, sin la fuerza suficiente para cambiar las reglas del juego en nombre de su proyecto, la autodenominada Cuarta Transformaci¨®n. Adem¨¢s, castigaron a la formaci¨®n oficialista en Ciudad de M¨¦xico y abrieron la puerta a la recomposici¨®n del frente opositor en la C¨¢mara, especialmente los partidos tradicionales, el PRI y el PAN.

Estas dos fuerzas, con el PRD, obtuvieron una cantidad no muy inferior de votos directos a los que cosecharon Morena y sus coaliciones: 18,5 frente a 20 millones. Y los apoyos al PAN y el PRI, all¨¢ donde concurrieron en solitario, arrojan un empate t¨¦cnico con Morena: unos 6,3 millones. Si a la ecuaci¨®n se a?ade Movimiento Ciudadano, el bloque opositor supera al oficialista.

Todas estas premisas sientan las bases para la gobernabilidad del mandatario, que est¨¢ a punto de llegar al ecuador del sexenio, en la segunda parte del mandato. Y conforman tambi¨¦n la casilla de salida para los pr¨®ximos comicios presidenciales. L¨®pez Obrador ya exhibi¨® en la conferencia de prensa matutina del lunes una satisfacci¨®n sin medias tintas. Se dijo ¡°feliz¡±. Y lo repiti¨® tres veces. El mandatario gan¨®, en efecto, las elecciones locales y federales. Pero no con el empuje suficiente para poder aprobar, con el apoyo del Partido Verde y del Partido del Trabajo, reformas constitucionales. Ese umbral, dos terceras partes de la C¨¢mara de Diputados (334 de los 500 esca?os), se llama mayor¨ªa calificada. S¨ª tiene, con esas bancadas, una mayor¨ªa simple o absoluta, 279 curules. No obstante, esos n¨²meros reflejan una ca¨ªda de todo el bloque de m¨¢s del 10% respecto a la actual composici¨®n. Este martes le ha restado importancia, llegando a sugerir que podr¨ªa lograr el apoyo del PRI, el ep¨ªtome de todo lo que siempre ha atacado. ¡°Si se quisiera tener mayor¨ªa calificada, que son dos terceras partes, se podr¨ªa lograr un acuerdo con una parte de legisladores del PRI o de cualquier otro partido, pero no se necesitan muchos para la reforma constitucional¡±, ha dicho ense?ando una diapositiva de la composici¨®n de la C¨¢mara con un c¨®mputo que no coincide con el difundido el domingo por el Instituto Nacional Electoral (INE).

El presidente no solo no reconoci¨® el desgaste, sino que atribuy¨® la ca¨ªda -reflejada tambi¨¦n en la p¨¦rdida de cuatro alcald¨ªas de la capital- a las cr¨ªticas de la prensa, que suele incluir entre sus adversarios. ¡°Tambi¨¦n [hay que] tener en cuenta que aqu¨ª hay m¨¢s bombardeo de medios de informaci¨®n, aqu¨ª es donde se resiente m¨¢s la guerra sucia, aqu¨ª es donde se puede leer la revista esta del Reino Unido, The Economist, o sea, aqu¨ª est¨¢ todo¡±, manifest¨® en referencia a un editorial que lo calific¨® de ¡°peligro para la democracia¡±. Lo m¨¢s relevante de los resultados, en cualquier caso, es que la correlaci¨®n de fuerzas no le permitir¨¢ modificar la arquitectura legal del pa¨ªs, consagrada en la Constituci¨®n. No podr¨¢ desatascar, por ejemplo, su agenda energ¨¦tica, un pol¨¦mico paquete de reformas del sistema el¨¦ctrico y del sector de los hidrocarburos que despu¨¦s del tr¨¢mite parlamentario qued¨® paralizado en los tribunales por los amparos de empresas privadas. L¨®pez Obrador s¨ª tendr¨¢ la facultad de impulsar su proyecto pol¨ªtico por los cauces legislativos normales. Hasta ah¨ª.

La principal aspiraci¨®n del mandatario es dejar una huella indeleble en la historia de M¨¦xico. Nunca lo ha ocultado y en ese contexto hay que leer sus planes. Sin embargo, la llamada Cuarta Transformaci¨®n, defendida cada ma?ana en sus conferencias de prensa, es tambi¨¦n un mecanismo para fidelizar el voto e incluso ampliar la base de simpatizantes. Y ese instrumento se queda ahora limitado por la el reparto del Congreso. A L¨®pez Obrador tiene, no obstante, un resorte crucial con vistas a los pr¨®ximos tres a?os: su capacidad de hacer campa?a, que siempre ha sido su terreno de juego natural, y su habilidad para convertir cualquier debate en confrontaci¨®n. La recuperaci¨®n de la oposici¨®n del PRI-PAN-PRD, que aumenta sus esca?os en casi un 50% (de 137 a 197) y, pese a la falta de liderazgos fuertes, tiene m¨¢s posibilidades de constituirse en una amenaza, cierra de alguna manera ese c¨ªrculo.

La carrera hacia las presidenciales plantea, al menos, dos batallas. La m¨¢s directa enfrenta a Morena con sus adversarios. En 2018 las fuerzas tradicionales sufrieron un cataclismo sin precedentes y quedaron desarticuladas, sin capacidad de acci¨®n, durante la legislatura. Las elecciones locales han demostrado que tienen capacidad de respuesta, que, a falta de conocer el detalle de la procedencia del voto, probablemente se deba a una decepci¨®n de algunos sectores sociales con el Gobierno. La carrera es larga, pero este intento de recomposici¨®n y una mayor presencia en la actividad legislativa son un primer paso. El partido Movimiento Ciudadano (MC) se queda estancado en el Parlamento, pero la victoria de Samuel Garc¨ªa en un Estado especialmente simb¨®lico, Nuevo Le¨®n, coraz¨®n industrial y econ¨®mico de M¨¦xico, supone otro frente para el mandatario.

La segunda batalla es interna. En M¨¦xico no hay reelecci¨®n y no se dan las condiciones de consenso popular para plantear esa reforma constitucional. L¨®pez Obrador todav¨ªa no ha dado permiso a los dirigentes de su partido para que empiecen a posicionarse. Sin embargo, todos saben que la sucesi¨®n pasar¨¢, en primer lugar, por una designaci¨®n del presidente. Los resultados del domingo ofrecen tambi¨¦n una lectura en ese sentido. Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, son dos de los nombres que m¨¢s suenan. La primera, que hace un mes tuvo que afrontar la crisis del derrumbe de la L¨ªnea 12 de metro, qued¨® tocada por la p¨¦rdida de cuatro de las 11 alcald¨ªas de la capital en las que Morena ten¨ªa el control. El segundo, que fue regidor cuando se inaugur¨® esa obra, queda menos interpelado por el veredicto de estas elecciones desde su trabajo de canciller.

Una encuesta de SIMO Consulting para EL PA?S realizada tras el accidente situaba a Sheinbaum como favorita frente a Ebrard y el senador Ricardo Monreal, otro de los cargos morenistas se?alado como posible aspirante a suceder a L¨®pez Obrador. Ninguno de los tres, sin embargo, se ha pronunciado abiertamente todav¨ªa sobre sus intenciones. Esperan el visto bueno del presidente. Cuando llegue ese momento, comenzar¨¢ oficialmente la precampa?a electoral de las elecciones presidenciales. Mientras tanto, todos, desde el Gobierno y desde la oposici¨®n, preparan el terreno para el pistoletazo de salida.

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