&Ma*kx*. Perd車n, presidente
Mientras el Estado mexicano imponga proyectos como el Tren Maya, usted no puede pedir perd車n a los pueblos ind赤genas ni tampoco solicitarlo a otros pa赤ses
?Qui谷n puede pedir perd車n y qui谷n puede otorgarlo? Estas preguntas que el Ej谷rcito Zapatista de Liberaci車n Nacional lanz車 en 1994 resuena ahora de nuevo, con vigencia, pero en circunstancias distintas. El lunes 3 de mayo, Andr谷s Manuel L車pez Obrador, encabez車 una ceremonia para pedir perd車n al pueblo maya por todas las atrocidades cometidas por particulares, autoridades nacionales y extranjeras, durante los tres siglos de colonialismo y en los dos siglos del M谷xico independiente. El presidente enumer車 una lista de agravios,...
Reg赤strate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
?Qui谷n puede pedir perd車n y qui谷n puede otorgarlo? Estas preguntas que el Ej谷rcito Zapatista de Liberaci車n Nacional lanz車 en 1994 resuena ahora de nuevo, con vigencia, pero en circunstancias distintas. El lunes 3 de mayo, Andr谷s Manuel L車pez Obrador, encabez車 una ceremonia para pedir perd車n al pueblo maya por todas las atrocidades cometidas por particulares, autoridades nacionales y extranjeras, durante los tres siglos de colonialismo y en los dos siglos del M谷xico independiente. El presidente enumer車 una lista de agravios, cit車 diarios y personajes que ayudaron a justificar una narrativa en la que, en nombre del progreso, la poblaci車n ind赤gena en general y maya en particular deber赤an de desaparecer. Espec赤ficamente, pidi車 perd車n a quienes fueron v赤ctimas de las represiones por la llamada ※Guerra de castas§, un levantamiento que comenz車 en 1847, que dur車 m芍s de 50 a?os y que fue ahogado por la brutal represi車n del gobierno porfirista. La llamada ※Guerra de castas§ se trat車 de un fen車meno complejo cuyo nombre incluso ha sido muy discutido por historiadores mayas. Despu谷s de escuchar sus palabras, podemos darnos cuenta que el presidente no solo pidi車 perd車n por el Estado mexicano, sino que mencion車 incluso lo sucedido durante los siglos de dominio de la corona espa?ola en estas tierras.
Bastante influido por la tradici車n judeocristiana, el perd車n es algo que se asocia con la culpa. En otro campo de significados y en otras culturas, encontramos el reconocimiento de la responsabilidad y el ofrecimiento para resarcir, en medida de lo posible, los da?os causados. Mientras que la petici車n de perd車n se ha llenado de un sentido en el que el protagonista se vuelve aquel que necesita ser perdonado para liberarlo de una culpa, el reconocimiento de un da?o, el resarcimiento y la promesa de no repetici車n se centran en quien ha sufrido los agravios. Alejado de una posible lectura religiosa, el reconocimiento de los da?os causados no atiende la urgencia de aliviar los remordimientos de quien pide perd車n sino la reflexi車n compleja de las circunstancias que llevaron a esa afrenta y a esa violencia.
En este sentido, me parece importante el reconocimiento de los hechos terribles que durante la historia se han cometido contra diversos pueblos y poblaciones, aunque haya pasado mucho tiempo y los directos responsables ya no existan. Nombrar los horrores es necesario para alumbrar un camino que lleve a un compromiso de no repetici車n. Las palabras se vuelven hechos cuando significan el primer paso necesario para hablar de aquello que fue envuelto en el silencio c車mplice y que trato de borrarse para impedir la justicia. Por ejemplo, nombrar una masacre que fue realizada en un lugar adquiere una potencia genuina cuando ese nombramiento implica hacer evidente lo que el silencio ha borrado manteniendo as赤 vigente la violencia que lo origin車. El perd車n es puntual, en cambio el reconocimiento es el resultado de un proceso complejo, es volver a conocer, es el punto final de un periodo de reflexi車n en el que m迆ltiples voces son escuchadas y en el que se trata de entender qu谷 sucedi車, por qu谷 se lleg車 a esos lamentables hechos, c車mo puede resarcirse el da?o en medida de lo posible y c車mo se puede evitar su repetici車n. En diferentes culturas, el reconocimiento es siempre producto de un proceso colectivo en el que diferentes actores asumen distintos grados de responsabilidad: si hay un asesino, adem芍s de sancionarlo, la comunidad misma entra en un periodo de reflexi車n para detectar si hay algo en su funcionamiento que propici車 la existencia de una violencia de ese grado. El reconocimiento es fundamental y es paso necesario para hacer justicia.
La ceremonia que encabez車 el presidente de la rep迆blica lejos se halla de ser la culminaci車n de un proceso en el que diversas voces del pueblo maya hayan sido escuchadas, lejos se halla de ser el resultado de un detallado y necesario ejercicio de memoria de la compleja sociedad que habita en la pen赤nsula, lejos se halla de ser el ritual que cristaliza la reflexi車n que la poblaci車n no ind赤gena, heredera de los privilegios criollos de aquellos que reprimieron a los mayas en el siglo XIX. La ceremonia del perd車n que encabez車 el presidente no replantea las relaciones que reproducen en la actualidad el racismo en contra de la poblaci車n maya ni replantea las ideas de progreso que se esgrimen hoy tambi谷n para justificar proyectos como el Tren Maya que no es maya.
La ceremonia del perd車n no fue el establecimiento de una nueva relaci車n del Estado con el pueblo maya. As赤 como en nombre del progreso el Estado mexicano determin車 cu芍l era la mejor manera de resolver ※el problema ind赤gena§ en 谷pocas pasadas, as赤 hoy el Estado decide que el Tren Maya, el proyecto interoce芍nico o el plan integral Morelos son las respuestas unilaterales a la situaci車n que el propio Estado ha creado para los pueblos ind赤genas en el pasado. No fue el pueblo maya, despu谷s de una intensa lucha, el que propuso la construcci車n de un tren a cargo de militares como alivio de sus problemas, no han sido las comunidades ind赤genas que habitan esa maravillosa franja de tierra entre el Golfo y el Pac赤fico las que pidieron un proyecto interoce芍nico manejado por la Marina, no fueron las poblaciones nahuas quienes clamaron por una termoel谷ctrica en sus territorios. Conocemos la genealog赤a de esos proyectos, que es una genealog赤a ligada a otros intereses por m芍s que est谷n envueltos en la bandera del progreso para los pueblos ind赤genas, esa misma idea de progreso que el presidente mencion車 como la justificaci車n de las opresiones del siglo XIX. El presidente se?al車 que, gracias a los m迆ltiples programas sociales que no pudo detallar por la veda electoral, la poblaci車n maya se encuentra en una situaci車n distinta ahora. ?Ese es el resarcimiento de los da?os que plantea?
?Qu谷 gana el jefe del Estado mexicano con esta ceremonia? Una de las cosas que gana tal vez es una aparente legitimidad para ser, por un lado, el que pide perd車n y as赤 poder tambi谷n otorgarlo: 谷l pide perd車n para poder tambi谷n exigirlo al Gobierno espa?ol en nombre de los pueblos ind赤genas. ?Qui谷n puede pedir perd車n y qui谷n puede otorgarlo? Quien pretende suplantar la voz, las m迆ltiples voces, complejas y contradictorias que vienen de los pueblos ind赤genas, voces superpuestas como aquellas que protestaban afuera mientras el presidente daba su discurso al lado de personajes como el gobernador de Quintana Roo. Esas voces, esos gritos, se colaron en medio de la ceremonia oficial y recuerdan todas las protestas derivadas de la implementaci車n del Tren Maya y de los muchos problemas que enfrenta la poblaci車n ind赤gena en la pen赤nsula. Perd車n presidente, mientras el Estado mexicano imponga proyectos con la bandera del progreso como siempre se ha hecho, usted no puede pedir perd車n y tampoco puede otorgarlo, ni solicitarlo siquiera, en nombre de los pueblos ind赤genas. Perd車n, presidente, pero no necesitamos perd車n, sino reconocimiento, resarcimiento y no repetici車n. Un cambio radical, pues.
Suscr赤base aqu赤 a la newsletter de EL PA?S M谷xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa赤s