La falsa Inquisici車n
L車pez Obrador destituy車 a Irma Er谷ndira Sandoval de la Funci車n P迆blica por una percepci車n de deslealtad pol赤tica, no por su fracaso en la tarea de combatir la corrupci車n
Es evidente que Andr谷s Manuel L車pez Obrador ten赤a que cambiar al responsable de combatir la corrupci車n en la administraci車n p迆blica luego de tres a?os de muy cuestionables logros, pero es lamentable que lo haya hecho por las razones equivocadas. Despidi車 a la ministra responsable por una percepci車n de deslealtad pol赤tica, no por su fracaso en la tarea de limpiar la vida p迆blica institucional.
La gesti車n de Irma Er谷ndira Sandoval, secretaria de la Fu...
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Es evidente que Andr谷s Manuel L車pez Obrador ten赤a que cambiar al responsable de combatir la corrupci車n en la administraci車n p迆blica luego de tres a?os de muy cuestionables logros, pero es lamentable que lo haya hecho por las razones equivocadas. Despidi車 a la ministra responsable por una percepci車n de deslealtad pol赤tica, no por su fracaso en la tarea de limpiar la vida p迆blica institucional.
La gesti車n de Irma Er谷ndira Sandoval, secretaria de la Funci車n P迆blica reci谷n defenestrada, result車 una decepci車n por motivos que en parte son atribuibles a ella, pero tambi谷n por razones que escapan a su voluntad. Entre los primeros, sin duda, est芍n las desproporcionadas ambiciones pol赤ticas de ella y su marido, John Ackerman, acad谷mico y hombre de medios de comunicaci車n. Se asumieron como cabeza de una corriente radical dentro del obradorismo y comenzaron a actuar, a ojos del l赤der del movimiento, con estrategias facciosas al interior de Morena misma. Nada que no hagan otras facciones, por supuesto, salvo que lo hacen arropados y por las v赤as sutiles que ofrecen muchos a?os de experiencia. Los Sandoval, hermanos y parientes incluidos, primerizos en grandes ligas, escenificaron varios esc芍ndalos p迆blicos en sus ansias de obtener mayores posiciones para los suyos. Ackerman no ahorr車 enemigos en distintas disputas y Pablo Sandoval habr赤a incurrido en el pecado imperdonable de mover los hilos para exhumar el turbio pasado de F谷lix Salgado Macedonio, favorito del presidente para quedarse con la candidatura al Gobierno de Guerrero. La necesidad de recurrir al sainete de colocar a la hija de este 迆ltimo, y la factura pol赤tica a pagar que eso supuso, es atribuida en Palacio Nacional a las malas artes de este grupo. Algo que AMLO no iba a tolerar.
Pero tambi谷n es cierto que la imagen de una supuesta Dama de Hierro con la que Irma Er谷ndira habr赤a querido ser identificada nunca tuvo una verdadera oportunidad de convertirse en realidad. No hay voluntad pol赤tica dentro de la 4T para emprender acciones punitivas en contra de sus propios funcionarios, por m芍s que proliferen licitaciones irregulares y partidas presupuestales harto ambiguas. El gasto suntuario y el uso indiscriminado de los bienes p迆blicos por parte de la burocracia ha disminuido, sin duda, pero los abusos sobre el erario y la obra p迆blica est芍n muy lejos de haber desaparecido. Particularmente porque m芍s all芍 de las buenas intenciones del mandatario, no hay un esquema efectivo de supervisi車n y castigo de las muchas y arraigadas pr芍cticas de latrocinio que abrevan del erario. L車pez Obrador est芍 tan absorto en la pelea de cada d赤a con sus adversarios, y de tal manera subsumido en la tarea de dar y recibir recriminaciones, que considera que la admisi車n de toda falla o irregularidad de sus cuadros se convertir赤a en municiones a manos de sus enemigos. Por lo mismo, documentar los propios errores, ya no digamos corregir, no es el fuerte de esta Administraci車n.
Con tales acotamientos, las posibilidades de esta funcionaria para convertirse en el Torquemada del obradorismo y en flagelo de la corrupci車n eran en realidad bastante peregrinas. Tuvo que conformarse con perseguir delitos cometidos en administraciones anteriores, ninguno de particular relevancia, toda vez que los casos importantes fueron conducidos por la Fiscal赤a de la Rep迆blica, el SAT o la Unidad de Inteligencia Financiera.
La intervenci車n m芍s sonada, y en realidad la 迆nica a un alto nivel, tuvo en la mira al actual director de la CFE, Manuel Bartlett. Creyendo que la consagrar赤a ante la opini車n p迆blica, result車 tan ruda, desaseada y tan promovida subrepticiamente en los medios, que acab車 siendo interpretada en el primer c赤rculo como un intento de b迆squeda de chivo expiatorio para pavimentar su camino al estrellato. Una investigaci車n sobre la revista Nexos, que se ha caracterizado por su cr赤tica a las posiciones de L車pez Obrador, culmin車 en un castigo de tal desmesura y bajo un pretexto tan nimio que fue entendido como un acto de censura o represi車n.
Pero, m芍s all芍 de la incursi車n fallida de esta acad谷mica en la gesti車n p迆blica, el tema de fondo es la relaci車n entre esta Administraci車n y el combate a la corrupci車n. Ning迆n Gobierno tendr芍 una estrategia convincente y efectiva para erradicar los abusos contra el erario si no es capaz de detectar y castigar pr芍cticas incorrectas entre sus propios miembros, por encumbrados que estos sean. Mientras no sea as赤, toda acci車n penal en contra de funcionarios corruptos de sexenios anteriores es percibida como una vendetta pol赤tica o un acto de propaganda de cara a la tribuna.
Por desgracia esta percepci車n termina instal芍ndose no solo en la opini車n p迆blica sino tambi谷n entre las propias filas de la 4T. Por m芍s que L車pez Obrador haya intentado insuflar un nuevo esp赤ritu entre los servidores p迆blicos, un esp赤ritu m芍s apegado a la 谷tica y la honestidad, en tanto sus cuadros perciban zonas grises y laxas y, sobre todo, escaso inter谷s en atacar las irregularidades cometidas, muchos de ellos terminar芍n cediendo a la tentaci車n del enriquecimiento r芍pido. Despu谷s de todo, en su gran mayor赤a son pol赤ticos y funcionarios reciclados de administraciones anteriores, con los usos y costumbres de siempre. La clave en todo esto es la percepci車n de impunidad. Absurdo exigir un comportamiento impecable a un bur車crata cuando este asume que sus malas pr芍cticas no tendr芍n consecuencias.
El recambio en la titularidad de la dependencia dedicada a este tema y el arranque de la segunda mitad del sexenio ofrecen una oportunidad a la 4T para hacer una reflexi車n sobre sus propios actos. La Secretar赤a de la Funci車n P迆blica, y por ende el combate a la corrupci車n, carecer芍 de credibilidad en tanto solo ejerza contra los adversarios o entra?e castigos simb車licos en los empleados de rangos inferiores. Pero claro, ejercer la autocr赤tica y la rendici車n de cuentas en propio campo implica salir de la visi車n maniquea que asume, de entrada, que los de este lado son buenos y los de enfrente son malos por definici車n.
@jorgezepedap
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