La mala leche
En un op迆sculo de reciente factura se transpira toda la mala leche que llevaba en las venas un autor que se fue de este mundo dejando un reguero de p赤ldoras hirientes
Afortunadamente, se va extinguiendo el fenotipo del espa?ol peninsular que 〞simulando sonriente su dizque amor por M谷xico〞 transpira en el fondo un desprecio con el que logra disfrazar sus abusos y ventajas con la m芍scara de la solidaridad altruista. Hablo del tradicional gachup赤n (cada vez menos visible y viable) que se hace millonario manchando su tweed ingl谷s con suadero en salsa verde sin revelar del todo que en el fondo lo detesta, el mismo fulano que degusta una botella de Cote du Rhone para ba?ar su beouf bourguignon como men迆 de la sobremesa donde se hace le gamberr車 y re...
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Afortunadamente, se va extinguiendo el fenotipo del espa?ol peninsular que 〞simulando sonriente su dizque amor por M谷xico〞 transpira en el fondo un desprecio con el que logra disfrazar sus abusos y ventajas con la m芍scara de la solidaridad altruista. Hablo del tradicional gachup赤n (cada vez menos visible y viable) que se hace millonario manchando su tweed ingl谷s con suadero en salsa verde sin revelar del todo que en el fondo lo detesta, el mismo fulano que degusta una botella de Cote du Rhone para ba?ar su beouf bourguignon como men迆 de la sobremesa donde se hace le gamberr車 y repudia toda arista de la lengua, cultura e historia de Francia. En fin, hablo del mamonazo que se cree londinense para intentar negar la cruz de su pueblo de los caballeros de Castilla o Villa Tapujo del Chorrito.
En un op迆sculo de reciente factura se transpira toda la mala leche que llevaba en las venas un autor que se fue de este mundo dejando no solo el p車stumo se?uelo de su supuesta calidad literaria, su legendaria trayectoria editorial o el pasado de librero en blanco y negro, sino un reguero de p赤ldoras hirientes, venganzas inventadas, rencores de mala leche contra no pocos mexicanos y mexicanas que apuntalaron su andanza en vida y ayudaron a hincharle las cuentas bancarias. Tal autor de cuyo nombre no quiero acordarme hasta que encuentre la vera etimolog赤a de su apellido en espa?ol (sin importar si lleva guinda su apellido en ingl谷s) no ten赤a necesidad de recurrir a la sutil ira que part赤a de la simple burla para dejar como 迆ltimo legado unos p芍rrafos que no son en realidad relatos ni memorias, sino pretextos para edulcorar con espejismos esa rara saliva del gachup赤n que se caga en M谷xico aunque le sirva de t赤tulo.
El escudo de la muerte no es excusa para celebrarle sin reserva alguna las sutil赤simas maldades l芍cteas de quien finge irse de este mundo cantando las de Jos谷 Alfredo cuando en realidad nunca logr車 disfrazar del todo su improvisada conexi車n con ese y todos los mexicanos, con esas canciones y todos los sabores de un pa赤s que en realidad ya lo olvid車 desde hace mucho tiempo, para desgracia de quienes celebran el libelo del odioso en cuesti車n.
No hablo de las ansias del escritor como espont芍neo en el centro del ruedo ni del hacedor exquisito de libros capaz de pautar el silencio musical de un poeta# hablo del descarnado empresario que se fascina ante la sempiterna corrupci車n polic赤aca de ciertos mexicanos como quien compra los derechos de una pel赤cula sobre orangutanes, como si el Negro Durazo fuera clon de King Kong (que quiz芍 lo era, aunque no en el filtro de la mala leche de quien solo busc車 hacer dinero con exhibirlo) o pasear por los escenarios las maquilladas demandas del barrio como fetiche kitch o kinky o explotar hasta las arrugas del tequila por la pasarela del buen rollito, de la buena onda manito, como Fridas al servicio del qu谷masd芍 o el aisev芍, de que no importa si sigues escribiendo M谷jico con J mientras los dem芍s crean que hablas algo de n芍huatl porque no te atoras en Xochimilco y pasas temporadas de gorr車n de anfitriones sobre los que has de intentar manchar o mancillar en p芍ginas p車stumas no de malagradecido sino de la pura mala leche, la misma mentirita con la que fuiste capaz de reeditar un libro ya viejo con pasta nueva y representarlo como novedad en entrevistas tipo rockstar donde ni las gracias diste al restaurantero que prest車 el mise en sc豕ne para tu impostura, con la vocecilla callada que 〞debido a tu lamentable fallecimiento〞parece recibir ahora licencia, perd車n y hasta aplauso por el falso silogismo de que la prosa va por encima de la muy mala leche con la que se fueron espolvoreando las p芍ginas de un testamento que, en realidad, solo sirven para conocer que la vera etimolog赤a de la palabra cloaca es arroyo de mierda.
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