Explicar al soberano
Un deporte de alto riesgo recorre M谷xico: explicar a Andr谷s Manuel L車pez Obrador
El presidente surgido de Morena habla en p迆blico m芍s que sus predecesores 每y quiz芍 m芍s que ning迆n gobernante del mundo. Pero ?dice m芍s que otros mandatarios mexicanos, o incluso for芍neos? Y lo que dice ?es relevante?, ?Tiene sentido?, ?Es productivo o al menos a la democracia?
Resulta natural que muchos dediquen (dediquemos) tiempo y energ赤a en el intento por desentra?ar los incesantes mensajes del titular del Ejecutivo. Pero con AMLO ocurre que no pocos escuchan sus dichos y, de una manera singular le encuentran coherencia, profundidad o incluso legitimidad...
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El presidente surgido de Morena habla en p迆blico m芍s que sus predecesores 每y quiz芍 m芍s que ning迆n gobernante del mundo. Pero ?dice m芍s que otros mandatarios mexicanos, o incluso for芍neos? Y lo que dice ?es relevante?, ?Tiene sentido?, ?Es productivo o al menos a la democracia?
Resulta natural que muchos dediquen (dediquemos) tiempo y energ赤a en el intento por desentra?ar los incesantes mensajes del titular del Ejecutivo. Pero con AMLO ocurre que no pocos escuchan sus dichos y, de una manera singular le encuentran coherencia, profundidad o incluso legitimidad. Y lo publican.
Entonces todo parece cuadrar. No importa si se trata de una descalificaci車n presidencial a los m谷dicos, a quienes de la nada llam車 mercenarios, o de clamar por una sacudida en la UNAM. Y no solo ocurre con respecto a los dichos presidenciales. Ejercicio similar, por supuesto, es emprendido por algunos para encontrarle l車gica a decisiones que van por un rumbo (la militarizaci車n, por ejemplo) que muchos de esos mismos explicadores denostaron en una pasado nada lejano.
Pero regresemos a los dichos. L赤neas arriba utilic谷 el t谷rmino singular porque cuando L車pez Obrador dice algo, el engranaje de cierta opini車n p迆blica se echa a andar pasando por alto un par de situaciones harto probadas: en cada discurso del tabasque?o hay decenas de aseveraciones no verdaderas o sin sustento; y que quien habla m芍s que honrar la figura de jefe del Estado se emplea como l赤der de un movimiento, no de un pa赤s.
Ah赤 comienza lo falaz de algunas explicaciones sobre Andr谷s Manuel. Sus explicadores desestiman el hecho que el morenista muchas veces miente al argumentar algo 每ahora con la UNAM lo ha hecho reiteradamente〞, y que sus expresiones no se enmarcan en formato alguno de di芍logo o intercambio de ideas (ser赤a mucho pedir) entre el hombre m芍s poderoso de M谷xico y quien quiera que sea el aludido: instituci車n o persona, da igual.
Qu谷 bueno que Andr谷s Manuel tenga qui谷n lo explique, porque de otra manera ser赤a relativamente sencillo ver c車mo sus argumentos son intr赤nsecamente endebles, insostenibles a pesar de la reiteraci車n machacona de cada ma?anera, y poco edificantes as赤 se les quiera justificar a partir de las ※buenas motivaciones§ del presidente.
El mandatario tiene derecho (nos la pasamos hablando m芍s de sus derechos que de sus obligaciones) a proponer mejoras en cualquier aspecto de la vida nacional. Pero su obligaci車n es no crear problemas artificiales o riesgosos, sino utilizar los no pocos recursos a su alcance para idear, e impulsar, mejoras.
La Universidad Nacional Aut車noma de M谷xico es el nuevo objetivo del presidente. Lleva dos semanas criticando a la m芍xima casa de estudios. ?Alguien duda de que la UNAM es imperfecta? Acarrea problemas y retos que superan los alcances de esta columna y de este autor. ?Es buena idea impulsar una mejora en nuestra instituci車n educativa insignia? Siempre. ?Es con mentiras y descalificaciones la mejor manera de activar un provechoso ejercicio de modernizaci車n?
En el ejercicio de autoridad tener buenas intenciones no basta, por mucho. Son los resultados, y las consecuencias, de lo que se dice, de lo que se hace o deja de hacer, a partir de esas motivaciones, lo 迆nico que cuenta. Nada m芍s.
Incluso si AMLO se sintiera defraudado de que la m芍xima casa de estudios no est芍 en sincron赤a con su agenda, ?es eso de verdad una justificaci車n, o siquiera una explicaci車n aceptable, de este proceder del inquilino de Palacio Nacional?
Los explicadores no quieren ver, entre otras cosas, que en su cruzada contra la UNAM el presidente tiene evidentes conflictos de inter谷s: no solo es el mandatario al que ni una coma de presupuesto se le cambia en San L芍zaro y por tanto quien tiene a la mano la llave del dinero para la Rector赤a, sino que es sabido que grupos afines a 谷l aspiran a controlar Ciudad Universitaria (esto 迆ltimo puede ser leg赤timo, pero ?la ayuda desde Palacio lo es?). Y hablando de esto 迆ltimo: ?nos habr赤a parecido ※explicable§ que Fox diera una ※sacudida§ a la UNAM?, ?que alguien claramente ligado a su proyecto 〞si es que hab赤a uno〞 grillara para dirigir esa casa de estudios a fin de ※acompa?ar el cambio§?
Igualmente, resulta desconcertante que sus explicadores pasen por alto el r谷cord presidencial: en esas explicaciones no priva un juicio surgido desde la evidencia, sino desde la ilusi車n. Son textos que transminan un 芍nimo de enhorabuena que el presidente ha decidido arremangarse la camisa para ※mejorar§ la UNAM, empresa que no tiene sustento en las capacidades mostradas hasta hoy por este gobierno. ?Ustedes le encargar赤an al gobierno de Santa Luc赤a una CCH?
Explicamos el comportamiento 〞la frustraci車n o incluso el 芍nimo pendenciero〞 de AMLO desde su l車gica en vez de hacerlo desde la l車gica del deber ser de las instituciones. Cuando era candidato, e incluso como jefe de gobierno de la ciudad de M谷xico, un L車pez Obrador contestatario resultaba funcional para la democracia mexicana. Pero lo que es virtud en un oponente puede ser un gran defecto en quien detenta el m芍ximo poder. Es del soberano de quien estamos hablando.
Cosa similar se puede se?alar de los explicadores. La capacidad de generar da?o por parte de un candidato es limitada por las instituciones. De ah赤 que, sin justificarlo y sin mea culpa, quiz芍 diversos analistas ponderaron m芍s lo que aportaba AMLO/opositor aun si su proceder era incosistente o err芍tico. Pero a un presidente mexicano no se le deben dar tales licencias. Acotarlo es en bien de la sociedad y del gobierno mismo. Tratar de siempre justificarlo porque alguien puso por fin la agenda de los pobres/anticorrupci車n en primer lugar es un flaco favor a la democracia.
Lo malo de lo bueno
La conferencia del mi谷rcoles pasado, en la que se detall車 la manera en que se ir芍n incrementando las pensiones a los mayores de 65 a?os hasta llegar a 3 mil pesos mensuales es un buen ejemplo de lo que le falla a AMLO.
Esas pensiones son incuestionables, es justicia que llega tarde pero que afortunadamente parece irreversible. Sin embargo, lo responsable ahora, para el presidente, su partido y todos los dem芍s, es que tan buena intenci車n no reviente a las finanzas p迆blicas.
Ese tipo de pol赤tica supone un reto complejo, que se antoja m芍s dif赤cil porque tenemos un soberano que no suma voluntades de otros partidos, ni de expertos, para darle viabilidad a sus ideas. Contra lo que 谷l cree, ese aislamiento le hace da?o a su proyecto, uno que repercutir芍 a todos pero m芍s severamente a quienes se pretendi車 beneficiar. Si las pensiones para los adultos mayores se vuelven inmanejables, los 6 mil pesos bimestrales ser芍n confeti en una crisis como la que vivimos en 1995.
Explicar que era justo, o necesario, dar esas pensiones no basta. Una argumentaci車n de esa naturaleza solo tranquiliza las conciencias de quienes han renunciado a ver que todo gobierno tiene que ser sujetado a las mismas exigencias, se proponga reformas ※neoliberales§ o ※progresistas§. Muchos explicadores fallan porque privilegian la intenci車n lopezobradorista por sobre su estilo personal de gobernar.
El problema ni siquiera es que estemos ante un mandatario arrogante, uno que plantee aqu赤 est芍 mi reforma el谷ctrica, si la mejoran a favor del pueblo, la cambiamos, si no, olv赤denlo. No. El presidente cree que solo sus ideas 每que son motivaciones y prop車sitos antes que razonamientos〞 son aceptables. Las buenas intenciones podr赤an parir graves problemas antes que nobles mejoras. Expliquen tambi谷n eso.
Cabe decir que en el pasado enfrentamos la misma petulancia: no se puede subir el salario m赤nimo porque ser赤a inflacionario, nos dijeron demasiadas veces. El que este gobierno haya probado que s赤 se pod赤a pagar m芍s a los trabajadores que menos ganan y nada malo pasaba, no es prueba de que en otras cosas tenga raz車n.
Todo es mejorable. Y en 谷l se deposit車 un poder como nunca en cuatro sexenios (fue el presidente que volvi車 a gozar de mayor赤a en San L芍zaro). Pero precisamente si algo aprendi車 M谷xico al lidiar en el pasado con mandatarios todopoderosos fue que es la suma de opiniones y visiones distintas lo que puede salir menos caro, as赤 sea m芍s engorroso que solo seguir el melatismo del tlatoani sexenal.
L車pez Obrador tiene el mandato popular para llevar a cabo un cambio radical. Los ejes de ese viraje eran la transparencia, la racionalidad del uso de los recursos, la honestidad de los funcionarios y, por supuesto, priorizar a los pobres.
S赤 se vot車 hace tres a?os para darle una sacudida al INAI, para lograr una transparencia m芍s efectiva, que alcanzara a la FGR y a las Fuerzas Armadas. ?La hizo AMLO?
S赤 se vot車 por una revisi車n al sistema electoral: adi車s al exorbitante presupuesto a partidos. Mas lo que tuvimos fue la simulaci車n y la trampa de Mario Delgado, que prometi車 en campa?a devolver la mitad de lo dado a Morena a fin de que se usara en la pandemia. No cumplieron ni el partido ni el me?ique del presidente.
S赤 se vot車 por combatir la discrecionalidad en los presupuestos dados a los medios de comunicaci車n. Lo que se ha visto es que se gasta menos pero b芍sicamente en su prensa amiga.
Las cr赤ticas lopezobradoristas a la UNAM no tienen pies ni cabeza. La 迆nica interpretaci車n posible es que --para sorpresa de nadie que s赤 se lo quiera explicar genuinamente-- es un intento, uno m芍s, por descalificar a una entidad con autonom赤a. No lo mueve la agenda social, ni la excelencia educativa.
En democracia no hay que dar cheques al portador, ni a la UNAM ni a instituci車n alguna. La autonom赤a universitaria no significa, en efecto, que una instituci車n de estudios superiores sea incuestionable. Pero cu芍les son las cartas credenciales de este gobierno para criticar a la m芍xima casa de estudios ya que todos sus cuestionamientos han sido evidenciados como falaces.
Los int谷rpretes del evangelio amlista se afanan en desde?ar el contexto de los dichos, lo mismo que la inoperancia de m迆ltiples hechos presidenciales. Se hacen preguntas presuntamente explorativas cuando de antemano su tesis es justificativa. Se maravillan ante el fen車meno pol赤tico que sigue siendo AMLO, pero se autoenga?an al obviar los m迆ltiples desatinos de su gobierno.
Lleva 3 a?os en el poder. Toca 〞b芍sicamente〞 interpretar sus hechos, no sus dichos. Si as赤 lo hacen, abandonar芍n las vaporosas explicaciones sobre lo que quiso decir o pretendi車 hacer el presidente; y quiz芍 desde una genuina decepci車n aportar芍n luz sobre por qu谷 no ha podido, a pesar de su buena intenci車n y legitimidad, construir adem芍s de socavar.
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