Leyes y salchichas
La manera c¨®mo se est¨¢ cocinando la formalizaci¨®n del Ej¨¦rcito en la vida p¨²blica es tan nauseabunda que convierte al Senado en un rastro infecto
Otto von Bismarck lo dijo mejor: ¡°las leyes, como las salchichas, mejor no ver c¨®mo se hacen¡±, aunque en realidad la frase la dijo primero un poeta estadounidense, John Godfrey Saxe: ¡°las leyes, como las salchichas, dejan de inspirar respeto a medida que sabes c¨®mo est¨¢n hechas¡±. Este texto fue terminado horas antes de la votaci¨®n final en el Senado de la ley que pretende extender la participaci¨®n del Ej¨¦rcito en la seguridad p¨²blica. Pero al ...
Otto von Bismarck lo dijo mejor: ¡°las leyes, como las salchichas, mejor no ver c¨®mo se hacen¡±, aunque en realidad la frase la dijo primero un poeta estadounidense, John Godfrey Saxe: ¡°las leyes, como las salchichas, dejan de inspirar respeto a medida que sabes c¨®mo est¨¢n hechas¡±. Este texto fue terminado horas antes de la votaci¨®n final en el Senado de la ley que pretende extender la participaci¨®n del Ej¨¦rcito en la seguridad p¨²blica. Pero al margen de las virtudes o los defectos de una formalizaci¨®n del involucramiento de los soldados en la vida p¨²blica, la manera en que se est¨¢ cocinando es tan nauseabunda que convierte a la c¨¢mara en un rastro infecto. Como Morena y sus aliados a¨²n estaban cortos por una decena de votos, la rebati?a para cambiar el parecer de los legisladores ha sido un espect¨¢culo tan edificante como el que ofrece una mezcladora de embutidos.
Hace unas semanas, cuando esta ley se vot¨® en la C¨¢mara de Diputados, la escena ya hab¨ªa sido desconsoladora. La iniciativa de Palacio Nacional fue aprobada gracias al s¨²bito cambio de posici¨®n de parte del presidente del PRI y diputado Alejandro ¡°Alito¡± Moreno, tras la andanada de exhibiciones de un expediente que lo pon¨ªa al alcance de los jueces. Obvio decir que tras la oportuna conversi¨®n del l¨ªder priista, las presiones desde el grupo en el poder no solo desaparecieron, sino que dieron lugar a elogios por su encomiable y patri¨®tico cambio de parecer. Por tal motivo publiqu¨¦ en este espacio la preocupaci¨®n de que la decisi¨®n de los diputados no estuviera relacionada a los m¨¦ritos o dem¨¦ritos de algo tan trascendente para la vida nacional, sino a la necesidad de un pol¨ªtico de mantenerse fuera de la c¨¢rcel. Quince d¨ªas m¨¢s tarde y en una c¨¢mara distinta, el espect¨¢culo sigue siendo igualmente carro?ero.
Esta semana el presidente de Morena festej¨® el fichaje del senador panista, ahora morenista, Ra¨²l Paz. Otra muy fina persona a juzgar por el curr¨ªculo del que nos estamos enterando. Originalmente casado con Cecilia Patr¨®n Laviada, hermana del exgobernador de Yucat¨¢n, Ra¨²l Paz brinc¨® de una subdelegaci¨®n del ISSSTE a una diputaci¨®n federal y m¨¢s tarde a una local, antes de entrar al Senado. Seg¨²n las notas period¨ªsticas de estos a?os, el legislador fue m¨¢s conocido por sus esc¨¢ndalos que por su desempe?o en esca?os y curules. Separado de Cecilia Patr¨®n, fue tema de la nota rosa por su romance con Ninel Conde y de la prensa de esc¨¢ndalo por su participaci¨®n en la pol¨¦mica fiesta con prostitutas organizada en Puerto Vallarta por el entonces l¨ªder de la bancada panista Luis Alberto Villareal, o por su inclusi¨®n en las cr¨®nicas sobre los moches tambi¨¦n encabezados por Villarreal. Adem¨¢s de dise?ar el cambio de color de sus tarjetas de presentaci¨®n, en las ¨²ltimas horas Ra¨²l Paz se ha dedicado a borrar los furibundos mensajes que hab¨ªa colocado en sus redes sociales en contra de la participaci¨®n de los soldados en tareas de seguridad p¨²blica. Hoy aportar¨¢ uno de los diez votos que necesita Morena para darle gusto al deseo del presidente.
Alito Moreno, del PRI y Ra¨²l Paz del PAN representan la peor versi¨®n de esas corrientes partidistas. Algo que enturbia el quehacer pol¨ªtico del Gobierno de la llamada Cuarta Transformaci¨®n. No solo se trata de una cuesti¨®n de s¨ªmbolos; si ya es preocupante la manera en que quedan comprometidas las mejores intenciones de parte del obradorismo para generar una revoluci¨®n ¨¦tica y una transformaci¨®n de valores, cuando se observa la factura pol¨ªtica real, uno pensar¨ªa que L¨®pez Obrador tendr¨ªa que preguntarse si pasar por estas verg¨¹enzas vale la pena. En el caso de Alito supone blindar contra la c¨¢rcel a un personaje que seguir¨¢ haciendo da?o a la vida p¨²blica desde una posici¨®n de enorme influencia y poder. En el caso de Ra¨²l Paz, quien al parecer est¨¢ mudando de partido a cambio de una postulaci¨®n por parte de Morena a la candidatura del Gobierno de Yucat¨¢n, el perjuicio para los ciudadanos es a¨²n mayor.
Con la complicidad de personajes como estos resulta dif¨ªcil tomar con seriedad las intenciones ¨¦ticas de un movimiento que pretende la regeneraci¨®n de la sociedad. Una verdadera cruzada espiritual no puede hacerse con mercenarios de esta naturaleza. El problema no solo es hacerse de la vista gorda a la manera en que se consigui¨® una ley, a partir de la mezcla de v¨ªsceras y entra?as, como en el caso de las salchichas. Es tambi¨¦n el hecho de que, al hacerlo con este tipo de material, con frecuencia terminan produciendo una intoxicaci¨®n de mayores consecuencias.
@jorgezepedap
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