En apoyo a la NASA
Baste revisar en ambos lados del Atl¨¢ntico la demencia electoral y verborrea electorera en M¨¦xico y Espa?a, donde candidatos y adl¨¢teres diversos muestran innegables huellas de su condici¨®n extraterrestre
Bill Nelson es director de la NASA y en un reciente viaje a Buenos Aires, Argentina ha declarado que la agencia espacial prepara un detallado informe ante el alud de ¡°tantas sospechas sobre alien¨ªgenas¡±. Ya era hora. Desde hace d¨¦cadas vivo convencido de la consuetudinaria aparici¨®n de zombis, frikis y marcianos en diversos escenarios del planeta y de un tiempo a esta parte se han multiplicado avistamientos sumamente fiables que c...
Bill Nelson es director de la NASA y en un reciente viaje a Buenos Aires, Argentina ha declarado que la agencia espacial prepara un detallado informe ante el alud de ¡°tantas sospechas sobre alien¨ªgenas¡±. Ya era hora. Desde hace d¨¦cadas vivo convencido de la consuetudinaria aparici¨®n de zombis, frikis y marcianos en diversos escenarios del planeta y de un tiempo a esta parte se han multiplicado avistamientos sumamente fiables que confirman la presencia, arraigo o acaso, visitas espor¨¢dicas y ocasionales de seres extraterrestres (no necesariamente invasores, agresivos o peligrosos).
Fue en 1978 cuando varios alumnos del Instituto de la Vela Perpetua miramos con azoro y asombro la sutil transformaci¨®n de las pupilas (que se volvieron color violeta) y el alargamiento de u?as en falanges de ambas manos de la Maestra Benedetta Guzm¨¢n, titular de la materia de Geograf¨ªa. Adem¨¢s, era notable e injustificado el conocimiento milim¨¦trico que pose¨ªa ¡°Bene la Marciana¡± de minucias hidr¨¢ulicas y pormenores cartogr¨¢ficos¡ imposibles de verificar en aquella ¨¦poca tan ajena y lejana a las tecnolog¨ªas de hoy. Ella solo contaba con un comp¨¢s de bolsillo y un empa?ado juego de escuadras.
En diversas ocasiones he sido testigo silente y cobarde ante la obligaci¨®n de denuncia cuando puedo jurar que un camarero de un bar de carretera a pocos kil¨®metros de Burgos, Espa?a, revel¨® involuntariamente sus ra¨ªces intergal¨¢cticas al hablar en claves intraducibles por el tel¨¦fono ubicado al filo de la barra y al derret¨ªrsele levemente parte de la mejilla izquierda al servir una cerveza de grifo. As¨ª tambi¨¦n en M¨¦xico, el taquero (hoy jubilado) de los famosos Caldos de Tlalpan nunca pudo justificar el tercer ojo (funcional) que llevaba clavado en medio de la frente y el par de antenas que sobresal¨ªan detr¨¢s de sus orejas (que ¨¦l siempre intent¨® explicar como ¡°aud¨ªfonos de ¨²ltima generaci¨®n¡±). Para mayor antecedente he viajado en siete autobuses de variadas rutas (Madrid-Segovia y M¨¦xico-Quer¨¦taro) donde puedo jurar que los conductores eran venusinos, lun¨¢ticos o de inciertas galaxias (invest¨ªguese la violenta manera con la que reaccionan al ser interrogados al respecto).
En apoyo a la NASA ofrezco entregar las ocho cajas de documentos donde he archivado avistamientos inapelables, como por ejemplo: la se?ora gorda que apareci¨® varada en una playa de Benidorm y que equivocadamente fue devuelta al mar como si fuera cet¨¢ceo o los hermosos gemelos rubios que aparecieron sin explicaci¨®n alguna a las faldas del volc¨¢n Popocat¨¦petl, hablando en Esperanto y profetizando los resultados del pasado Mundial de F¨²tbol en Qatar. Quiero donar las 1289 fotograf¨ªas de alta definici¨®n que conservo en la memoria de mi tel¨¦fono m¨®vil, donde registro vistas nunca vistas de p¨¢rpados pendencieros, rodillas reveladoras, u?as multicolores y pelucas despeinadas, as¨ª como mensajeros con tres piernas y dependientes de supermercados que han intentado disfrazar manos adicionales.
Baste revisar en ambos lados del oc¨¦ano Atl¨¢ntico ¡ªya en alg¨²n desmayo vertical casi imperceptible del presidente Biden o en los diab¨®licos parpadeos de Vladimir Putin¡ª para enfocar el empe?o por ahora y como ejemplo en la demencia electoral y verborrea electorera ya de M¨¦xico como en Espa?a donde candidatos y adl¨¢teres diversos muestran innegables huellas de su condici¨®n extraterrestre: la baba de las contradicciones y el p¨¦simo uso del idioma espa?ol, el agitado, pero fingido movimiento de manos u oscilaci¨®n capilar, las posibles prebendas y promesas falsas y por supuesto, ese brillo en el gui?o que confirma lo que algunos supimos desde que fuimos ni?os alumnos en la escuelita: estamos rodeados de adultos en apariencia que imponen cuadr¨ªculas rid¨ªculas de pensamiento y conciencia en aras de un desconocido proyecto estelar que arruina felicidades y trunca posibilidades art¨ªsticas, si no es que tambi¨¦n libertades, a c¨ªclicas generaciones de incautos, afectados o v¨ªctimas que hasta hoy hemos optado por el silencio.
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