M¨¦xico: una libertad de prensa que agoniza
Llevamos a?os en que el poder pol¨ªtico intenta, por todos los caminos, restaurar el control omn¨ªmodo sobre la informaci¨®n que fue el pan diario durante la era del priismo. Incluso a costa de erradicar al periodismo del mapa
Que la libertad de prensa en M¨¦xico est¨¢ bajo amenaza, por no decir que bajo fuego, es algo incuestionable. Tal es el orden predominante de las cosas tras la relativa independencia de la que gozaron los medios en el pa¨ªs a partir de los a?os noventa del siglo pasado, y que comenz¨® a resquebrajarse a mitad del primer decenio del siglo que corre. Independencia relativa, porque el poder pol¨ªtico, lo sabemos, puede que afloje la presa, pero nunca la suelta. Y llevamos ya a?os en que justo ese poder pol¨ªtico intenta, por todos los caminos, restaurar el control omn¨ªmodo sobre la informaci¨®n que fue ...
Que la libertad de prensa en M¨¦xico est¨¢ bajo amenaza, por no decir que bajo fuego, es algo incuestionable. Tal es el orden predominante de las cosas tras la relativa independencia de la que gozaron los medios en el pa¨ªs a partir de los a?os noventa del siglo pasado, y que comenz¨® a resquebrajarse a mitad del primer decenio del siglo que corre. Independencia relativa, porque el poder pol¨ªtico, lo sabemos, puede que afloje la presa, pero nunca la suelta. Y llevamos ya a?os en que justo ese poder pol¨ªtico intenta, por todos los caminos, restaurar el control omn¨ªmodo sobre la informaci¨®n que fue el pan diario durante la era del priismo. Incluso a costa de erradicar al periodismo del mapa.
El primer dato, escalofriante, del escenario en que el periodismo existe en el M¨¦xico actual es que al menos 45 comunicadores han sido asesinados tan solo en lo que va del presente sexenio. Y podr¨ªan ser hasta 150 desde el a?o 2000 (los condicionales tienen que ver con el hecho de que las autoridades discuten y se afanan en tratar de desligar de las labores de prensa a numerosas v¨ªctimas de cr¨ªmenes). Durante 2022, por ejemplo, solamente en Ucrania, pa¨ªs que se encuentra en guerra con Rusia, m¨¢s periodistas murieron de modo violento que en M¨¦xico.
Por datos como esos es que la organizaci¨®n Reporteros Sin Fronteras (RSF) coloca a nuestro pa¨ªs en el lugar 174 de 180 en el ¨ªndice mundial que mide la inseguridad a la que se enfrentan los profesionales para ejercer el periodismo, y que forma parte de un reporte global que divulga a?o con a?o y cuya versi¨®n 2023 se encuentra en l¨ªnea desde el pasado mes de mayo. Incluso Corea del Norte, una dictadura en que cualquier viso de cr¨ªtica al r¨¦gimen es severamente castigado, se encuentra por encima de M¨¦xico en la medici¨®n de seguridad de RSF. Y, sintom¨¢ticamente, apenas un pu?ado de pa¨ªses con graves problemas de terrorismo integrista est¨¢n por debajo.
Hay otros ¨ªndices dentro del mismo informe en los que el pa¨ªs sale menos mal parado, s¨ª, pero lo cierto es que no queda bien en ninguno. M¨¦xico es el lugar 75 en cuanto al entorno legal que garantiza la libertad para ejercer el periodismo; es 85 en presiones econ¨®micas para los reporteros; 88 en presiones pol¨ªticas y 142 en obst¨¢culos ¡°socioculturales¡±. Esto nos deja, sumados todos los rubros, en un calamitoso lugar 128 general (repetimos, sobre 180) para 2023. Incluso bajamos un lugar con respecto al a?o pasado: ¨¦ramos el 127 en 2022.
M¨¢s all¨¢ de estas cifras desoladoras se encuentra el evidente clima de linchamiento contra el periodismo (en especial el cr¨ªtico, el de investigaci¨®n y el de contraste de datos) que se promueve desde frentes muy distintos pero coincidentes en ese tema. El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha dedicado su sexenio a atacar duramente a la prensa. Y han seguido su ejemplo no pocos gobernadores (entre ellos, de modo claro, el de Jalisco, Enrique Alfaro), secretarios, legisladores y funcionarios de todo pelaje. Los estrategas que asesoran al poder institucional han decidido que la verdad es un estorbo y que lo mejor es sustituir a la prensa cr¨ªtica por un entramado de ¡°influencers¡±, bots, porristas y experiodistas reconvertidos en animadores y militantes. Y han redoblado los esfuerzos para convencer, cooptar o doblar a los due?os de losmedios y empujarlos a aceptarlo. Y est¨¢, finalmente, el poder m¨¢s hostil: el del crimen. La delincuencia, que es due?a y se?ora de amplias zonas del pa¨ªs, no duda en agredir a cualquiera que estorbe sus negocios, en especial en medios independientes y en comunidades medianas o peque?as.
?Que una democracia jam¨¢s sobrevivi¨® sin una prensa independiente a su lado? A nuestros pr¨®ceres eso, francamente, no les importa. La democracia, piensan, son solo ellos y sus negocios.
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