Licencia para chapulinear: el camino de Samuel Garc¨ªa hacia la candidatura de Movimiento Ciudadano
El mayor logro en la carrera pol¨ªtica de Garc¨ªa es al tiempo la paradoja que se interpone entre ¨¦l y la silla presidencial
Al tablero de la elecci¨®n presidencial de 2024 le falta una pieza. Mientras Morena y el Frente opositor avanzaron veloces en la selecci¨®n de sus candidatos, Movimiento Ciudadano (MC) se mantuvo est¨¢tico ante un contra juego a ser resuelto con cuidado. La pr¨®xima jugada de Dante Delgado ¡ªfundador y coordinador de Movimiento Ciudadano¡ª no solo determinar¨¢ el destino del partido; tambi¨¦n influir¨¢ en la distribuci¨®n del voto opositor. El partido naran...
Al tablero de la elecci¨®n presidencial de 2024 le falta una pieza. Mientras Morena y el Frente opositor avanzaron veloces en la selecci¨®n de sus candidatos, Movimiento Ciudadano (MC) se mantuvo est¨¢tico ante un contra juego a ser resuelto con cuidado. La pr¨®xima jugada de Dante Delgado ¡ªfundador y coordinador de Movimiento Ciudadano¡ª no solo determinar¨¢ el destino del partido; tambi¨¦n influir¨¢ en la distribuci¨®n del voto opositor. El partido naranja podr¨ªa f¨¢cilmente arrebatarle a X¨®chitl G¨¢lvez su principal fortaleza: la narrativa antagonista al presidente. Tremendo enroque.
A tres meses de que MC revele al portador de su estandarte en la sucesi¨®n de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, los senderos comienzan a estrecharse. Sus opciones hoy se reducen a figuras como Samuel Garc¨ªa, Patricia Mercado, Marcelo Ebrard ¡ªa¨²n vinculado a Morena¡ª y Jorge ?lvarez M¨¢ynez. En este escenario, el actual gobernador de Nuevo Le¨®n emerge como la opci¨®n con menos resistencias internas y con mayor intenci¨®n de voto, rondando un 7%. En una elecci¨®n formalmente presidencial, pero materialmente parlamentaria, se trata de un n¨²mero considerable.
Existe un obst¨¢culo. El mayor logro en la carrera pol¨ªtica de Garc¨ªa ¡ªsu triunfo como gobernador del estado neoleon¨¦s¡ª es al tiempo la paradoja que se interpone entre ¨¦l y la silla presidencial. La Constituci¨®n local plantea el dilema: el ejecutivo solo puede renunciar a su encargo por causa grave a juicio del Congreso local. Desafortunadamente, para el joven pol¨ªtico, aquel ¨®rgano no baila al comp¨¢s del movimiento naranja, sino que se balancea entre las garras y colmillos del PAN y del PRI. Partidos que, despu¨¦s de lanzar acusaciones de dictador y reyezuelo contra Garc¨ªa, hoy sostienen su futuro pol¨ªtico por el mango. Dif¨ªcilmente se inclinar¨¢n por otorgarle el permiso necesario para ascender a la cima presidencial. Primero, como una afrenta personal; segundo, porque no hay borracho que coma lumbre: el ascenso de Samuel implica la ca¨ªda de X¨®chitl. Un sube y baja.
La estrategia de Samuel Garc¨ªa para vencer aquel estorbo legal ¡ªaunque a¨²n no ha solicitado licencia ante el Congreso¡ª es sencilla y ya est¨¢ en marcha ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci¨®n (TEPJF). El argumento central de Garc¨ªa es que una eventual negativa del Congreso de Nuevo Le¨®n para otorgarle licencia constituir¨ªa una vulneraci¨®n de sus derechos pol¨ªtico-electorales; en concreto, el derecho a ser votado.
La estrategia ha enfadado a muchos. En primer lugar, al 61% de los habitantes de Nuevo Le¨®n que, seg¨²n encuestas recientes, rechazan la idea de que el gobernador deje su cargo para aspirar a la presidencia. Segundo, a sus electores a quienes ¡ªapenas una semana despu¨¦s de las elecciones en las que result¨® vencedor¡ª prometi¨® que no buscar¨ªa un nuevo cargo de elecci¨®n popular durante su mandato como gobernador. Por ¨²ltimo, y particularmente, a Jaime Rodr¨ªguez El Bronco, a quien, en 2018, Samuel Garc¨ªa vot¨® en contra de otorgarle licencia como gobernador para aspirar a la presidencia. M¨¢s r¨¢pido cay¨® Samuel que el Bronco.
El razonamiento de aquel Samuel Garc¨ªa del pasado, conforme al cual instaba al Bronco cumplir con su promesa de campa?a de no buscar la presidencia por ning¨²n motivo, era sensato. El hoy gobernador destacaba la frustraci¨®n que generaba entre muchos el hecho de que, a tan solo dos a?os de haber ganado la gubernatura de Nuevo Le¨®n, ya estaba planeando ir por la presidencia sin haberse ocupado completamente de los asuntos del estado. Lo tild¨® de incongruente y oportunista. El que a hierro mata, a hierro muere.
Al inocente Samuel del pasado le asist¨ªa la raz¨®n: el obst¨¢culo para que los gobernadores dejen su encargo es justificado. La Constituci¨®n local busca preservar la estabilidad gubernamental sobre las viles ambiciones individuales. Por ello, el texto legal se?ala que el fundamento de la renuncia del gobernador debe ser una ¡°causa grave¡±. Resulta dif¨ªcil pensar que el simple deseo de Samuel Garc¨ªa de postularse a la presidencia pueda ser considerado como tal.
No obstante la racionalidad de la prohibici¨®n Constitucional, la Sala Superior del Tribunal Electoral (TEPJF) ha sostenido lo contrario: que el desempe?o de un cargo de elecci¨®n popular no debe erigirse a la vez en obst¨¢culo para ejercer un cargo diverso. Es decir, el cargo de gobernador de Samuel Garc¨ªa no debe ser una camisa de fuerza para aspiraciones de mayor envergadura. En este sentido el TEPJF ha resuelto en el pasado y presumiblemente lo har¨¢ en este caso particular: el Tribunal autorizar¨¢ a Samuel a dejar temporalmente la gubernatura.
Con licencia del Congreso, o con el benepl¨¢cito del Tribunal, Samuel Garc¨ªa avanzar¨¢ hacia la presidencia. Entonces se encontrar¨¢ con una nueva y sutil trampa: el Congreso local ¡ªese ¨®rgano controlado por sus adversarios¡ª nombrar¨¢ a un gobernador interino que ejercer¨¢ el Poder Ejecutivo en lo que Samuel regresa. MC perder¨ªa el control de uno de los escasos bastiones que gobierna. ?Sacrificar¨¢ Dante a esa reina?
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