Bancos centrales aut¨®nomos
La mayor parte de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina lograron controlar la inflaci¨®n a partir de la autonom¨ªa de sus entidades financieras, y es algo que debemos tratar de preservar a toda costa
En d¨ªas recientes se cumpli¨® el trig¨¦simo aniversario de la autonom¨ªa del Banco de M¨¦xico. En efecto, el 1 de abril de 1994 entr¨® en vigor la ley que le otorg¨® el car¨¢cter de aut¨®nomo al banco central mexicano. Este cambio legal form¨® parte de una oleada de reformas institucionales en Am¨¦rica Latina en la que diversos bancos centrales de la regi¨®n obtuvieron su autonom¨ªa.
El pa¨ªs que inici¨® con dichas reformas fue Chile...
En d¨ªas recientes se cumpli¨® el trig¨¦simo aniversario de la autonom¨ªa del Banco de M¨¦xico. En efecto, el 1 de abril de 1994 entr¨® en vigor la ley que le otorg¨® el car¨¢cter de aut¨®nomo al banco central mexicano. Este cambio legal form¨® parte de una oleada de reformas institucionales en Am¨¦rica Latina en la que diversos bancos centrales de la regi¨®n obtuvieron su autonom¨ªa.
El pa¨ªs que inici¨® con dichas reformas fue Chile en 1989, seguido en los a?os noventa por El Salvador, Argentina, Colombia, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Per¨², M¨¦xico, Bolivia, Costa Rica, Uruguay, Paraguay y Honduras; y continu¨® a principios de este siglo con reformas en Guatemala y Rep¨²blica Dominicana. El ¨²nico pa¨ªs grande de la regi¨®n que en aquel momento no se sum¨® a esta tendencia fue Brasil, cuyo banco central obtuvo la autonom¨ªa operativa apenas en 2021. En algunos casos, la ley respectiva fue modificada para poder adoptar al d¨®lar como moneda de curso legal, como en los casos de Ecuador y El Salvador.
La explicaci¨®n detr¨¢s de esta oleada de autonom¨ªas de los bancos centrales en Am¨¦rica Latina es la combinaci¨®n de dos factores en el tiempo. Por un lado, la regi¨®n entera ven¨ªa saliendo de una d¨¦cada muy turbulenta, con una inflaci¨®n muy elevada y con episodios de devaluaci¨®n e inestabilidad macroecon¨®mica. Esta fue, recordemos, la llamada d¨¦cada perdida de Am¨¦rica Latina. Durante esos a?os, al menos tres pa¨ªses grandes de la regi¨®n (Argentina, Brasil y Per¨²) atravesaron por episodios con inflaciones superiores a mil por ciento, mientras que otros dos pa¨ªses pasaron por situaciones incluso peores denominadas como hiperinflacionarias (Bolivia y Nicaragua).
Por otra parte, a nivel del an¨¢lisis econ¨®mico, se hab¨ªa comenzado a plantear la importancia de eliminar el sesgo inflacionario de las pol¨ªticas monetarias y a promover la autonom¨ªa en la gesti¨®n de los bancos centrales. Las contribuciones te¨®ricas de economistas como Robert Barro, David Gordon, Alberto Alesina y Kenneth Rogoff, as¨ª como la evidencia emp¨ªrica que proporcionaron Alberto Alesina y Larry Summers, entre otros, contribuyeron de manera definitiva a justificar la b¨²squeda por una mayor independencia de los bancos centrales de las decisiones de car¨¢cter pol¨ªtico.
As¨ª, coexisti¨® en un punto en el tiempo la necesidad de combatir a la inflaci¨®n en toda la regi¨®n junto con la justificaci¨®n te¨®rica y emp¨ªrica para hacerlo a trav¨¦s de reforma jur¨ªdicas. Esto explica el porqu¨¦ de la oleada de reformas a los bancos centrales latinoamericanos de finales del siglo XX.
Los resultados de estas reformas est¨¢n a la vista de todos. Finalmente, la mayor parte de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina lograron controlar a la inflaci¨®n a partir de la autonom¨ªa de sus bancos centrales. Con excepci¨®n de algunos a?os y de algunos pa¨ªses, la regi¨®n entera se caracteriza en la actualidad por una relativa estabilidad de precios. En 2024, por ejemplo, la enorme mayor¨ªa de los pa¨ªses latinoamericanos tendr¨¢n una inflaci¨®n de un solo d¨ªgito y en casi todos estos pa¨ªses la inflaci¨®n ser¨¢ inferior a 5%. Las excepciones son Venezuela, Argentina y Hait¨ª, que son tres pa¨ªses que llevan d¨¦cadas batallando para lograr alcanzar un m¨ªnimo de estabilidad macroecon¨®mica.
Para poder apreciar cuantitativamente lo que ha representado la autonom¨ªa de los bancos centrales para algunos pa¨ªses de la regi¨®n basta con comparar la inflaci¨®n pre y post autonom¨ªa. Por ejemplo, en Chile, Colombia, M¨¦xico y Per¨², la inflaci¨®n promedio anual entre 1974 y 1990 fue, respectivamente, de 88%, 24%, 49% y 737%. En lo que va del siglo actual, la inflaci¨®n promedio anual en esos mismos pa¨ªses ha sido de ¨²nicamente 3.7%, 5.3%, 4.7% y 3.1%, respectivamente. El cambio es notable y el rol de la autonom¨ªa de los bancos centrales no puede minimizarse. Es evidente que la estabilidad macroecon¨®mica que han logrado estos pa¨ªses tiene como uno de sus pilares la autonom¨ªa e independencia en la conducci¨®n de sus institutos centrales.
En aquellos pa¨ªses en donde la autonom¨ªa no ha sido suficiente para lograr la estabilidad de precios, la explicaci¨®n de su fracaso reside tanto en la ausencia de responsabilidad fiscal, como en la diferencia entre la autonom¨ªa de jure y la autonom¨ªa de facto, es decir, entre lo que dice la ley y lo que realmente ocurre. En Argentina y Venezuela es evidente que la autonom¨ªa de los bancos centrales no ha sido plena y que se ha deteriorado significativamente en los ¨²ltimos a?os. Este deterioro ha ocurrido mediante intervenciones frecuentes en la designaci¨®n de las autoridades (una rotaci¨®n mayor a la prevista en la ley) o mediante cambios operativos en los instrumentos que utilizan los bancos centrales (permitiendo el financiamiento al gobierno central).
Estos ejemplos, tanto los positivos como los negativos, revelan la importancia de preservar cabalmente la autonom¨ªa de los bancos centrales en la regi¨®n. El control y dominio de la inflaci¨®n en Am¨¦rica Latina ha costado tanto esfuerzo que es algo que debemos tratar de preservar a toda costa. Por ello, ?bienvenida sea la autonom¨ªa de los bancos centrales en la regi¨®n!
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