X¨®chitl G¨¢lvez: ¡®Game Over¡¯
La democracia consiste en convencer y participar. El domingo, la candidata opositora despilfarr¨® una de sus ¨²ltimas oportunidades para lograrlo
En el b¨¦isbol, cuando la victoria de uno de los equipos es inevitable, la parte final del ¨²ltimo inning (la parte baja de la novena entrada) se suspende. Es necio continuar un encuentro de resultado irremontable. El objetivo del juego es ganar.
Por fortuna, la democracia no es un juego de pelota. Su prop¨®sito es convencer y participar. Los ciudadanos no son meros espectadores sino componentes activos que pueden ser persuadidos ¡ªincluso el m¨¢s esc¨¦ptico y desanimado¡ª hasta el momento final de la contienda. El domingo, ...
En el b¨¦isbol, cuando la victoria de uno de los equipos es inevitable, la parte final del ¨²ltimo inning (la parte baja de la novena entrada) se suspende. Es necio continuar un encuentro de resultado irremontable. El objetivo del juego es ganar.
Por fortuna, la democracia no es un juego de pelota. Su prop¨®sito es convencer y participar. Los ciudadanos no son meros espectadores sino componentes activos que pueden ser persuadidos ¡ªincluso el m¨¢s esc¨¦ptico y desanimado¡ª hasta el momento final de la contienda. El domingo, X¨®chitl G¨¢lvez despilfarr¨® una de sus ¨²ltimas oportunidades para lograrlo.
El esperado primer debate presidencial ya es cosa pasada. El formato incluy¨® un aguacero de cuestionamientos para los candidatos, sorprendi¨® por sus fallas t¨¦cnicas y fue acelerado. Result¨® imposible para las candidatas atender el interrogatorio, proponer, embestir y resguardarse en un tiempo tan limitado. El dinamismo sacrific¨® la pedagog¨ªa y el contraste.
La estructura ¡ªrefunfu?an algunos¡ª afect¨® a G¨¢lvez. Sostengo lo opuesto: la configuraci¨®n limit¨® sus posibilidades de cometer (a¨²n m¨¢s) errores, le permiti¨® lucir m¨¢s confiada que si hubiera permanecido de pie y le facilit¨® una c¨®moda revisi¨®n de sus tarjetas.
La agotada lectura de su alegato de cierre fue dolorosa, lapidaria.
Sin dudas ni sobresaltos. En menos de dos horas, la candidata guinda sac¨® la pelota del parque y demostr¨® por qu¨¦ va 21 puntos por encima de la opositora (Enkoll). A diferencia de su mentor ¡ªAndr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador¡ª quien sol¨ªa lucir inc¨®modo en los debates, Sheinbaum se mostr¨® natural y disciplinada. Evidenci¨® que su propuesta pol¨ªtica contrasta en el cuidado y en el detalle con las del actual presidente. En m¨¢s de un sentido, L¨®pez Obrador fue el gran ausente del debate. Ni ella ni su oponente se ocuparon de nombrarlo demasiado.
Sin reparo hay que admitirlo: este es el primer debate memorable del obradorismo desde la entrada a escena de Andr¨¦s Manuel.
Sheinbaum demostr¨® sustancia presidencial ¡ªel objetivo primario de este tipo de encuentros¡ª al iniciar con una referencia al conflicto diplom¨¢tico de M¨¦xico con Ecuador, al corregir la plana a los moderadores y solicitar el correcto funcionamiento de los cron¨®metros. Ah¨ª en donde G¨¢lvez aguard¨® expectante, Sheinbaum busc¨® solucionar. Para unos, un acto de arrogancia, para otros, una se?al de liderazgo.
Claudia Sheinbaum ha llegado a primera base y seguir¨¢ serena hasta las siguientes: el debate del 28 de abril y el del 19 de mayo. Con la confianza de X¨®chitl G¨¢lvez abatida y habiendo superado los temas m¨¢s espinosos para la actual Administraci¨®n (seguridad y educaci¨®n), Sheinbaum mira de reojo el plato de home.
G¨¢lvez, por su parte, nos hizo sufrir y aturdi¨® a la moderadora. Parec¨ªa suplicar con los ojos que ¡ªun amigo, un milagro, lo que fuere¡ª la sacara de tan cruel situaci¨®n. En un debate en el que ten¨ªa todo para ganar, trastabill¨®, tembl¨® y acert¨® de rebote. Demostr¨®, para sorpresa de pocos, por qu¨¦ posiblemente no alcanzar¨¢ la suma de votos obtenidos por el PAN y el PRI en la elecci¨®n de 2018. Anaya era mejor. Meade tambi¨¦n. Y quiz¨¢s lo hubiera sido cualquiera de los precandidatos que compitieron junto a ella el verano pasado.
Dos opciones de lo acontecido ayer con G¨¢lvez: o no se prepar¨® o s¨ª lo hizo. Ambas respuestas preocupan.
Flaqu¨ªsimo favor le hicieron sus asesores al prepararla como gallo de pelea. Lo que X¨®chitl deb¨ªa demostrar era que ¡ªllegado el improbable caso¡ª podr¨ªa habernos gobernado. Por lo contrario, sigui¨® las directrices de hombres necios que¡ªen el primer debate presidencial entre dos mujeres¡ª le aconsejaron llamar a su contrincante Dama de Hielo y sin coraz¨®n. Odiosos estereotipos con que se castiga la disciplina femenina en la vida p¨²blica.
X¨®chitl G¨¢lvez coron¨® con otra torpeza. No tuvo la humildad de reconocer la ventaja irremontable que le lleva su adversaria y descuid¨® lo que a¨²n era rescatable. De lo perdido, lo que aparezca. No dijo ni p¨ªo de las elecciones al Congreso ni busc¨® evitar la mayor¨ªa calificada de Morena. El partido del presidente va en caballo de hacienda a conseguir el temido plan C.
Sorprendi¨® el risue?o M¨¢ynez. Entendi¨® su papel y jug¨® a matar a quien s¨ª puede vencer. Contrario a lo esperado, se ahorr¨® frivolidades, apost¨® a construir una carrera pol¨ªtica de mediano alcance y proteger el siete por ciento que lo acompa?a. Lo conservar¨¢.
Termino con una buena noticia. Si bien el mal desempe?o de G¨¢lvez deber¨ªa desplomarla en las encuestas, no suceder¨¢. Sabemos de cierto que los debates presidenciales no provocan la p¨¦rdida (ni la ganancia) de m¨¢s de 3% de la intenci¨®n de voto.
La parte baja de la novena entrada se jugar¨¢. Jueguen.
Suscr¨ªbase a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.