El p¨¦ndulo de Foucault
?Cu¨¢nto tardar¨ªa en efectuar una oscilaci¨®n completa un p¨¦ndulo con un hilo de 100 metros?
?Cu¨¢nto tardar¨ªa en efectuar una oscilaci¨®n completa un p¨¦ndulo con un hilo de 100 metros?
Cuatro acertijos veraniegos de tres grandes maestros y una gran maestra de la matem¨¢tica recreativa
Muchos acertijos l¨®gico-matem¨¢ticos son an¨®nimos, como los chistes, pero otros proceden de ilustres autores
Desde el tradicional tangram hasta los modernos ¡®IQ puzzles¡¯, los rompecabezas geom¨¦tricos han merecido la atenci¨®n de prestigiosos cient¨ªficos
No solo seguimos utilizando los n¨²meros romanos, sino que a¨²n pueden depararnos algunas sorpresas
Puestos a fantasear, ?qu¨¦ pasar¨ªa si la gravedad fuera distinta de como la conocemos?
En las novelas de Jules Verne encontramos interesantes ejemplos de problemas relacionados con los viajes y los viajeros
¡®El mercader de Venecia¡¯ de Shakespeare inspir¨® algunos de los acertijos l¨®gicos del maestro Raymond Smullyan
Los problemas probabil¨ªsticos y geom¨¦tricos con cajas constituyen un inagotable fil¨®n de la matem¨¢tica recreativa
La famosa sucesi¨®n de Fibonacci ha servido de base a numerosas construcciones num¨¦ricas
Las paradojas probabil¨ªsticas aparecen por todas partes, desde una familia numerosa hasta una partida de bridge
Como hemos visto en semanas anteriores, el c¨¢lculo de probabilidades es un venero inagotable de problemas y sorpresas
De los n¨²meros narcisistas y vanidosos de las ¨²ltimas semanas a los vamp¨ªricos, que a su vez evocan la cuesti¨®n de la persistencia
Hay n¨²meros que, sin ser narcisistas propiamente dichos, parecen gustarse tanto a s¨ª mismos como para poder ser calificados de vanidosos
Hay n¨²meros que parecen gustarse a s¨ª mismo tanto como el m¨ªtico Narciso
El misterioso personaje creado por Martin Gardner es una fuente inagotable de acertijos num¨¦ricos
El reciente premio Nobel de F¨ªsica Roger Penrose es, adem¨¢s, uno de los m¨¢s brillantes e imaginativos matem¨¢ticos de nuestro tiempo
La reciente historia de los teselados pentagonales muestra que a¨²n hay sitio para los aficionados -y las aficionadas- en el olimpo de la investigaci¨®n matem¨¢tica
?Cu¨¢ntos fueron en realidad los 300 de Le¨®nidas y qu¨¦ propiedades posee este famoso n¨²mero?
?En qu¨¦ se parecen los balones de f¨²tbol, las c¨²pulas geod¨¦sicas y ciertas macromol¨¦culas formadas por ¨¢tomos de carbono?
?Podemos saber cu¨¢ntas flechas hay en un carcaj contando solo las de la parte exterior del haz?
?Cu¨¢ntos pent¨¢gonos y hex¨¢gonos conforman la superficie de un bal¨®n de f¨²tbol?
Diofanto, Nic¨®maco y otros grandes matem¨¢ticos de la antig¨¹edad estudiaron los n¨²meros figurados
La consabida colocaci¨®n de los bolos en el ¡®bowling¡¯ configura un n¨²mero triangular
Hay libros de problemas y problemas de libros, problemas librescos y libros problem¨¢ticos¡
?Pueden las matem¨¢ticas aumentar nuestras probabilidades de ganar un premio de la loter¨ªa?
Los problemas l¨®gicos de prisioneros que pueden -o no- ser indultados son tan numerosos como interesantes
?Cu¨¢nto tiempo te quedar¨ªas voluntariamente en el inh¨®spito planeta Venus?
?Cu¨¢nto tardan los mensajeros en sus viajes de ida y vuelta entre el campamento m¨®vil y la capital del reino?
?Cu¨¢l es la probabilidad de derribar de un tiro a un indio que huye a caballo?
?Qu¨¦ ocurre en una balanza cuando el contenido de sus platillos tiene vida propia?
Identificar la falsa moneda en medio de las aut¨¦nticas requiere a veces no poco ingenio
En su libro ¡®Sat¨¢n, Cantor y el infinito', el matem¨¢tico nos ofrece una fascinante retah¨ªla de preguntas desconcertantes y respuestas sorprendentes
El ¡°cocinado¡± de acertijos era uno de los atractivos de la secci¨®n de juegos matem¨¢ticos del maestro Martin Gardner
El propio padre de la teor¨ªa de conjuntos se dio cuenta de las paradojas derivadas de una concepci¨®n ingenua
El cient¨ªfico se propuso dotar a las matem¨¢ticas de un conjunto de axiomas completo y libre de paradojas
La hormiga de Langton, de la que nos hemos ocupado en semanas anteriores, es tambi¨¦n una m¨¢quina de Turing
Sin m¨¢s materiales que una hoja de papel cuadriculado, un l¨¢piz y una goma, podemos crear un aut¨®mata celular
Menos conocida que el juego de la vida de Conway, la hormiga de Langton es un ¡°aut¨®mata celular¡± igualmente fascinante
Aumentando el grosor de un poliomin¨® hasta hacerlo igual al lado de los cuadrados obtenemos un policubo