Pr¨®rroga obligada
Negar ahora el estado de alarma a?adir¨ªa otro destrozo constitucional
El Gobierno se dispone a solicitar este mi¨¦rcoles del Congreso de los Diputados la cuarta pr¨®rroga del estado de alarma decretado el pasado marzo para hacer frente a la pandemia del coronavirus. A diferencia de las tres ocasiones anteriores, la mayor¨ªa de los grupos parlamentarios, comenzando por los aliados del Ejecutivo, rechazaron inicialmente la solicitud, alegando una heterog¨¦nea variedad de argumentos pol¨ªticos que sustituyen a los ¨²nicos aceptables, que ser¨ªan los sanitarios. Haber alcanzado el momento en que es preciso reocupar ordenadamente los espacios sociales, laborales y econ¨®mico...
El Gobierno se dispone a solicitar este mi¨¦rcoles del Congreso de los Diputados la cuarta pr¨®rroga del estado de alarma decretado el pasado marzo para hacer frente a la pandemia del coronavirus. A diferencia de las tres ocasiones anteriores, la mayor¨ªa de los grupos parlamentarios, comenzando por los aliados del Ejecutivo, rechazaron inicialmente la solicitud, alegando una heterog¨¦nea variedad de argumentos pol¨ªticos que sustituyen a los ¨²nicos aceptables, que ser¨ªan los sanitarios. Haber alcanzado el momento en que es preciso reocupar ordenadamente los espacios sociales, laborales y econ¨®micos abandonados de urgencia para evitar los contagios no significa que la crisis est¨¦ controlada desde el punto de vista de la salud p¨²blica, sino que se ha entrado en una fase de control diferente.
Es un hecho que el Gobierno se ha desentendido hasta el ¨²ltimo minuto de la gesti¨®n pol¨ªtica del estado de alarma en el Congreso, dando por descontado que los principales grupos respaldar¨ªan la pr¨®rroga por la simple raz¨®n de que es obligada. Y esa carencia ha llegado hasta el extremo de plantear la votaci¨®n en unos t¨¦rminos inaceptables: ni siquiera en tiempos de crisis puede un Gobierno exigir adhesiones amenazando con el caos como alternativa. El motivo de esta arriesgada estrategia de La Moncloa resulta irrelevante en este punto, puesto que todos los grupos parlamentarios son conscientes de que prescindir ahora del marco jur¨ªdico que habilita las medidas requeridas para contener la pandemia es, sencillamente, una grave irresponsabilidad. As¨ª lo ha entendido Ciudadanos, consolidando un giro que contribuir¨ªa, de consolidarse, a despejar el horizonte pol¨ªtico
Sugerir en estos momentos la existencia de otros instrumentos legales para conseguir los mismos objetivos que a trav¨¦s del estado de alarma, como hacen algunos l¨ªderes y algunos partidos, es escapar de un inexcusable deber pol¨ªtico por la puerta de atr¨¢s de un debate jur¨ªdico artificial. No solo porque la ley de seguridad ciudadana y la de Salud P¨²blica no permiten suspender con car¨¢cter general los derechos ciudadanos que garantiza la Constituci¨®n, sino, adem¨¢s, porque resulta sospechosamente contradictorio que los mismos que desde la oposici¨®n proponen entrar en un terreno jur¨ªdico incierto lo hagan porque, seg¨²n ellos, es preciso evitar las incertidumbres inherentes al estado de alarma. El rigor que exigen es el mismo que deben aplicarse, en lugar de instalarse en un ventajismo insoportable que resulta tanto m¨¢s evidente por cuanto est¨¢ en juego la salud de los ciudadanos, adem¨¢s de su futuro inmediato. No se puede decir un d¨ªa que el Gobierno adopta medidas que convierten el estado de alarma en un estado de excepci¨®n de hecho y al siguiente que esas mismas medidas estar¨ªan amparadas por leyes ordinarias.
El estado de alarma tiene que ser prorrogado, entre otras razones porque, de no serlo, la absurda crispaci¨®n que ha regresado a la pol¨ªtica espa?ola como un p¨¢jaro de mal ag¨¹ero provocar¨ªa en el sistema constitucional un nuevo destrozo que sumar a los muchos que ya tiene en su haber. En este caso, ser¨ªa el mismo Congreso de los Diputados elegido por los ciudadanos el que, desentendi¨¦ndose de sus responsabilidades, har¨ªa escarnio del colosal esfuerzo que estos han realizado durante las largas y angustiosas jornadas de confinamiento.