Ventanas de oportunidad
En cualquier escenario, las preguntas seguir¨¢n siendo las mismas que ayer: ?c¨®mo debemos resolver las evidentes disfunciones de nuestra econom¨ªa, nuestro bienestar y nuestra organizaci¨®n territorial?
Lo de esta semana en el Congreso de los Diputados ha sido un nuevo ensayo. A medida que los momentos m¨¢s cr¨ªticos de la emergencia sanitaria quedan atr¨¢s, los partidos pol¨ªticos tantean el terreno para anticipar la nueva geograf¨ªa pol¨ªtica en ese territorio inexplorado del Parlamento postcovid. La memoria de la ¨²ltima d¨¦cada puede servir de ayuda para comprender c¨®mo la Gran Recesi¨®n transform¨® la pol¨ªtica espa?ola hasta convertirla en una de las m¨¢s innovadoras y resilientes de nuestro entorno democr¨¢tico. Algunas tendencias permanecer¨¢n: liderazgos personalistas, partidos m¨¢s endebles, desco...
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Lo de esta semana en el Congreso de los Diputados ha sido un nuevo ensayo. A medida que los momentos m¨¢s cr¨ªticos de la emergencia sanitaria quedan atr¨¢s, los partidos pol¨ªticos tantean el terreno para anticipar la nueva geograf¨ªa pol¨ªtica en ese territorio inexplorado del Parlamento postcovid. La memoria de la ¨²ltima d¨¦cada puede servir de ayuda para comprender c¨®mo la Gran Recesi¨®n transform¨® la pol¨ªtica espa?ola hasta convertirla en una de las m¨¢s innovadoras y resilientes de nuestro entorno democr¨¢tico. Algunas tendencias permanecer¨¢n: liderazgos personalistas, partidos m¨¢s endebles, desconfianza institucional, votantes descre¨ªdos y vol¨¢tiles. Pero dos argumentos clave se han evaporado.
La enmienda representativa que plantearon los nuevos partidos a la crisis de legitimidad de las fuerzas tradicionales dif¨ªcilmente puede reeditarse. En los ¨²ltimos cinco a?os surgieron nuevos actores en la izquierda radical, en la derecha radical e incluso en el centro radical. Y todos ellos, unos m¨¢s que otros, se han acabado implicando en la gobernaci¨®n de nuestras instituciones. Contribuyeron a la renovaci¨®n, pero tambi¨¦n evidenciaron sus l¨ªmites. La etapa postcovid tendr¨¢ que gobernarse con estos partidos. No cabe esperar que emerjan nuevas fuerzas.
Igualmente, la enmienda soberanista lanzada por el independentismo catal¨¢n ante las disfunciones del Estado auton¨®mico se ha desgastado. Los propios l¨ªmites y errores del movimiento y la acci¨®n del Estado, que se ha dejado algunas plumas de credibilidad en ello, han desacreditado sus expectativas a corto plazo. Las jugadas astutas para bloquear la gobernabilidad aplicadas por Artur Mas y sus herederos ahora ser¨¢n vistas como una frivolidad.
Sin esos dos grandes vectores de cambio, el juego de mayor¨ªas parlamentarias en los pr¨®ximos tiempos ya no podr¨¢ gravitar sobre la ret¨®rica en torno a lo nuevo/viejo o al secesionismo/espa?olismo. ?Qu¨¦ nuevos escenarios pueden abrirse?
El m¨¢s evidente se da cuando los electores castigan Gobiernos por su p¨¦sima gesti¨®n en tiempos de crisis. ?Hasta qu¨¦ punto los votantes est¨¢n percibiendo un fallo gubernamental grave? ?Y qu¨¦ mayor¨ªa alternativa podr¨ªa desplazarlo? Esas son las variables que explican la desbocada ret¨®rica con que estamos explicando pol¨ªticamente estas semanas la responsabilidad y las consecuencias de lo sucedido.
El juicio m¨¢s severo se limita a¨²n a la periferia de las redes sociales. Pero un nuevo rebrote de calado o una p¨¦sima evoluci¨®n econ¨®mica podr¨ªan extenderlo al votante medio. Si eso sucediese, la estrategia antigubernamental de la derecha podr¨ªa favorecer el auge de PP y Vox como nueva minor¨ªa predominante. La alternativa vendr¨ªa de la obertura de juego observada esta semana. La votaci¨®n del pasado mi¨¦rcoles en el Congreso ha sido la primera ocasi¨®n a nivel nacional en que la suma de nuevos partidos ha sido determinante para la gobernabilidad. Si ese escenario se repite en los pr¨®ximos meses, ver¨ªamos un retroceso de la polarizaci¨®n pol¨ªtica, con un riesgo parad¨®jicamente para los actores que lo habr¨ªan posibilitado, Podemos y Ciudadanos.
El tercer escenario no es incompatible con el segundo, pero se juega en otro plano. Aunque ERC ha comprobado que no es indispensable para la continuidad de la legislatura, sigue si¨¦ndolo en la realidad. Siempre que mantenga la apuesta por ser decisiva y no desaparezca del nuevo debate que se avecina. Uno cuyos t¨¦rminos girar¨¢n preferentemente en torno a una federalizaci¨®n sustantiva, no una secesi¨®n disruptiva. Las elecciones catalanas clarificar¨¢n esa disposici¨®n.
En cualquier escenario, las preguntas seguir¨¢n siendo las mismas que ayer, porque permanecen sin respuestas serias: ?c¨®mo debemos resolver las evidentes disfunciones de nuestra econom¨ªa, nuestro bienestar y nuestra organizaci¨®n territorial? Quiz¨¢ nuevas alianzas pol¨ªticas resuelvan mejor ese desaf¨ªo.
Juan Rodr¨ªguez Teruel es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para EL PA?S.